Cuando era más joven, Killua solía pensar que él nunca llegaría a ser nada, más que un asesino más de la famosa familia de sicarios Zoaldyck; así como su abuelo, su padre y hermanos mayores lo hicieron desde mucho antes de que él naciese. Pensó que acabaría tomando recados y mandatos de pendejos con el suficiente dinero como para pagarle.
Jamás en su vida hubiese imaginado que él, Killua Zoaldyck, asesino desalmado desde la cuna, acabaría pasando sus días sentado en un viejo sofá, en un apartamento de porquería, manteniendo acaloradas discusiones sobre comida con su mejor (e indiscutiblemente único) amigo.
"Y después, tú - Killua, ¿si quiera me estás escuchando?" Gon preguntó de forma acusadora, pinchando a Killua con su dedo para llamar su atención.
Killua se limitó a balbucear. "Sí. Me estabas contando sobre... algo. Definitivamente te estaba escuchando y para nada me estaba preguntando si es que tenemos algo de comer en el refrigerador". Mintió rápidamente, de una manera muy sosa, pero vamos, es Gon.
"Oh, bien, eso es- espera, realmente te estabas preguntando si tenemos comida en el freezer, ¿o no?" Había vuelto a preguntar utilizando ese tono, aquel tono que siempre lograba hacer sentir a Killua culpable por algo que le hubiese hecho a Gon, aunque este nos estuviese realmente molesto.
"Nosotros sí que nos entendemos, ¿no?"
El rostro de Gon se puso rápidamente rojo. "¡Como sea! Tenemos ensalada ahí guardada, puedes comer eso."
"Ensalada." Repitió Killua, haciendo una mueca de disgusto e ironía.
Gon se cruzó de brazos. "Sí, ensalada. Puedo ir a traértela por si eres demasiado perezoso como para mover tu culo.
"Ensalada…”
"Creo que ya establecimos que es una ensalada, Killua. ¿Quieres que te la traiga, o no?"
"Gon, lo siento, cuando te pregunté eso quise decir si es que teníamos algo bueno en el refrigerador; no tus estúpidos vegetales."
Gon empezaba a parecerse a un vegetal marchito, en verdad. Se veía todo malhumorado y decaído. "Bien. Iré a traerme a mí mismo un poco de ensalada entonces. Verdadera nutrición." Y con eso, Gon se lanzó del sofá, accidentalmente tirando a Killua también con él.
"Ouch."
Caminó hacia la cocina, dejando a Killua en el piso para que sufra. "¿Alguna vez tienes ataques al corazón por comer tantos chocolates todos los días?"
"Gon, soy un asesino".- le dio una mirada de autosuficiencia “De acuerdo, ex-asesino, pero de todas formas. Creo que mi organismo puede afrontar las calorías que ingiero. Además, uno no tiene ataques al corazón por chocolate".
Gon se encogió de hombros. "Tal vez deberías preguntarle a Leorio antes de que tengas un verdadero ataque al corazón”
Killua comenzó a recordar toda la comida chatarra que alguna vez devoró, comió, lamió. Oops.
(Tampoco era como si eso lo fuse a detener de seguir comiéndolas, claro está).
Estruendos venían de la cocina, y Killua asumió que se trataba de Gon, arrojando y moviendo bowls y platos. "Hey, en lo que estás ahí, ¿crees que puedas conseguirme algo de comer para mí también?"
Gon tomó la oportunidad. "¿Algo como una ensalada?"
"No. Dame carne mujer. Nada de tus mierdas vegetarianas".
"Aww, está bien… valió la pena intentar". Casi podia ver la palabra decepción escrita en el rostro de Gon, los pucheros que estaría a punto de hacer, acompañados de unos sollozos y por último, podía ver cómo era que ese chico lo tenía controlado y a su merced desde la punta de sus dedos.
"Bien".
"¿Qué?"
Killua suspiró. "Comeré ensalada por esta vez. Una no me matará".
"¡Yay!" Gon exclamó. "La verdad, es que hará todo lo contrario a matarte. “Es Buena para ti".
Salió de la cocina segundos después, dos tazones de ensalada se balanceaban entre sus manos.
"¿Cómo hiciste eso tan rápido?"
Gon sonrió inocentemente (lo cual solo significaba que algo ocultaba, una pequeñez que Killua había aprendido con el paso de los años). "La verdad, tenía el presentimiento de que drías que sí, así que había preparado de antemano dos ensaladas".
Maldito pequeño convenido de-
Killua suspiró otra vez. Suspiró profundamente.
Aceptó el bowl que le ofrecía Gon y de mala gana volvió a sentarse al lado de Gone en el sofá. Este ignoró las miradas que Killua le propiciaba y continuó comiendo su ensalada felizmente. (El tazón de Killua yacía en su regazo, sin ningún gramo menos de lechuga).
Un pensamiento se le vino a la mente. "¡Ya entiendo! ¡Quizá el motivo por el que te vez como un pedazo de brócoli es porque lo comes tanto!"
Gon se atragantó. "¡K-Killua!".
Una almohada golpeó al mayor en la cara, dejando un semblante de triunfo en un victorioso Gon.
"¿Qué? Es el peinado… y la ropa verde." Señaló.
"¿Ah, si? Bien, tú la verdad no puedes decir mucho porque..." Pensó por un minuto (por lo cual, aunque saliese con una respuesta sarcástica e ingeniosa, ya habría arruinado el momento, pero Killua no dijo nada) " porque de todas formas tú me amas, ¡siendo brócoli y todo!"
Killua rodó los ojos y le dio un pequeño golpe a Gon. "Cierto, tienes razón, tienes razón…”
La brillante sonrisa de Gon era capaz de ponerlo todo rojo en un instante… sep, esa sonrisa.
Dios, él era tan gay.
"Hey Killua, si tú me amas, y yo soy un brócoli, entonces podríamos decir que amas el brócoli, ¿no?"
"Yo no iría tan lejos".
(Sí, definitivamente no se arrepiente de dónde terminó ahora).