Fire Meet Gasoline
Por Katsumi Kurosawa
Capítulo 10
Sorpresa
La casa se sentía tan vacía sin él.
SeungRi tomó un vaso solitario de agua mientras observaba el tic tac del reloj. Seunghyun dijo que iba a visitarlo para informarle sobre la situación actual de Younbgae, pero era tarde y no llegaba. Gracias al cielo, Kwon Dami, la hermana de Ji, había interrumpido el interrogatorio para pedirle objetividad al abogado que había empezado a jugar con su cabeza para hacerlo caer…
Por eso necesitaba saber qué pasaría con el señor Dong. Podría haberse hundido por su entera culpa.
No sabía si impacientarse o qué diablos.
Ciertamente era un sábado aburrido y no le apetecía abrir su celular para ver los constantes mensajes de Honey. Esa mujer estaba reventando su paciencia, pero le tenía más miedo, así que prefería no contestar.
“Ya lo sabes, verdad? Estoy embarazada…”
Fue el último mensaje que leyó hacía ya una semana y no quiso abrir para nada los siguientes. Iba ser padre… esa loca iba a darle un bebé…
Una lucha interna se llevaba a cabo dentro de su cabeza. Siempre había adorado la idea de ser padre y juró que algún día sería el mejor, pero no tan pronto…
Honey no era Noriko.
Tuvo mil escalofríos… ¿Y si Honey intentaba matarse…?
Como un loco tomó su celular y revisó kakao talk y la hilera de mensajes que la mujer le había mandado.
“Ya lo sabes, verdad? Estoy embarazada…”
“Ahora cumplo mi máxima fantasía… tener un bebé de mi precioso SeungRi”
“No contestas, bebé? Pero sé que lo sabes, ese abogaducho que lleva el caso de Dong estuvo escudriñando en mi vida privada…”
“Serás mío SeungRi, aunque no lo quieres… te dejaré en la calle y no tendrás otra alternativa que ser mío por siempre…”
“He quitado a Dong del camino, a ver si vuelves a repetir su nombre mientras nos acostamos”
“El embarazo se me nota, cariño. No quieres acompañarme a la primer ecografía?”
─Esta mujer está loca… ─bufó frustrado y se sostuvo las sienes. Ni siquiera podía borrar todos los mensajes por prohibición de Seunghyun.
El timbre sonó.
Debía ser el abogado.
Jiyong dormitaba en la cama del ojeroso y este había estado despierto desde muy temprano, esperando noticias del abogado.
SeungRi abrió la puerta, pero fue asfixiado por un gigantesco abrigo.
─Seung whasdasd hyun..asd hyung… espere…asd ─apenas pudo separarse de la persona que lo había aprisionado entre sus brazos y se le quedó viendo a un rostro conocido que ciertamente no esperaba.
Sus ojos se llenaron de lágrimas.
Su corazón saltó de alegría y sus brazos rodearon el cuerpo que al principio lo estrujó a él.
─Riri ─le dijo con la voz quebrada mientras cerraban la puerta y luchaban por quién podría abrazar al otro más fuerte.
─Por Dios, está aquí… está aquí… ─el pequeño derramaba lágrimas sobre el abrigo negro─ Youngbae, está aquí…
─Soy inocente, amor… ─susurró el rubio levantándolo y dándole vueltas por el aire, nunca antes lo había llamado así─ La corte me declaró inocente esta mañana…
─Pero hyung dijo que…
─ ¿Cómo es que llamas a Seunghyun “Hyung”? ¿Eh? ─el celoso rubio frunció el ceño- No me fui tanto tiempo…
─Hyung me cuidó junto con Jiyong-hyung…. No sabría si podría superar lo que pasó… ─el pequeño fue sincero y Youngbae se dedicó a limpiar las lágrimas que se escurrían por las sonrosadas mejillas del menor.
─Me contaron… que tuviste qué fingir que Jiyong y tú son pareja… ─el músico se quitó el abrigo y entró a su ordenada sala, como si el tiempo no hubiera pasado en ella.
El menor se puro más rojo que la camiseta que tenía puesta.
─Sólo… nos tomamos de las manos… y… ─miró nervioso a Youngbae quien cerraba las cortinas de la sala, ahí por donde les habían tomado fotos antes─ Nos… besamos… sí… con… constancia… pues es que… ¡ES QUE ESE ABOGADO!
─Es el trabajo de los abogados descartar toda sospecha…. ─susurró acomodándose el cabello a un lado y sentándose en su sillón seguido del pelinegro─ Que tú anduvieses exhibiéndote con Jiyong, no iba a cambiar nada…
SeungRi se sintió tan avergonzado en ese momento. Desvió la mirada con la cara cual foco incandescente buscando dónde esconder su rostro sin éxito ya que se había sentado al lado de Youngbae.
─Seunghyun estaba furioso… ─la risa del rubio inundó la estancia dejando perplejo a SeungRi─ De camino en el auto me lo contó todo… y piensa que la idea fue de Jiyong…
─Así fue… hyung dijo que podríamos aparentar por si acaso nos llamaban a juicio o algo así…
─Para ponerlo celoso…
─ ¿Qué? ─los ojos del pelinegro se abrieron tan grandes como platos─ ¿Celoso?
─ ¿No te has dado cuenta, cariño? Seunghyun está enamorado como un imbécil de tu mejor amigo… creí que lo habías notado…
─Yo… he estado ocupando la mente en otras cosas… ─agachó la mirada y Youngbae sólo sonrió. El pequeño seguro tuvo un rato horrible él solo.
─Y tú siguiéndole el juego ¿No? ─fingió indignación y cruzó los brazos. El otro no sabía dónde esconder su cabeza─ Ven aquí… ─dijo de modo autoritario y al no obtener respuesta lo haló del brazo para estamparlo en su pecho y voltear su mentón hacia su rostro.
Los ojos cristalinos del más pequeño estaban sorprendidos. Tanto que apenas reaccionó cuando tuvo los labios del profesor devorando los suyos.
Gimió agradado, vaya que el señor Dong besaba bien...
Enredó los brazos alrededor del cuello del otro para profundizar el beso. Así que seguramente por eso cerró las cortinas dejándolos en una sensual oscuridad.
─Creí que… ─dijo apenas recuperó el aliento─ no ibas a ceder…. ─un beso mariposa interrumpió su oración─ e ibas a respetarme…
─En este tiempo en la cárcel, deseé tantas veces haber cometido el crimen… al menos habría pasado por aquello con gusto… ─metió la mano bajo la camisa del muchacho para acariciar traviesamente los botones que decoraban su pecho.
─Ah~ señor Dong… ─se arqueó contra el cuerpo ajeno─ Yo prefiero… que haya sido inocente… Sino le habrían dado años de cárcel… ─se subió a horcajadas al cuerpo del rubio que mantenía sus manos acariciando la suave piel bajo la camiseta roja.
─Y yo seguro me habría casado con SeungRi en Las Vegas antes de que usted saliera… ─aquella voz hizo que la pareja saltara a los extremos del sillón en donde estaban sentados─ Buenas tardes señor Dong… ─la risa descarada de Jiyong se escuchó en todos los rincones de la sala─ Siento haberlos asustado, pero tenía que irme y si los iba a incomodar, quería hacerlo al máximo.
SeungRi lo miró feo y Ji rio mucho más, Youngbae no sabía dónde meter la cabeza.
─Nunca me casaría contigo Hyung, eres un jugador de lo peor ─el pequeño le sacó la lengua y Ji le guiñó un ojo.
─Ya lo sé… bueno, hasta aquí mis cuidados, Riri… ─se llevó la mochila con su ropa al hombro─ Ya tienes quién te cuide ─le guiñó un ojo a Youngbae y este se puso del color de la camiseta de SeungRi─ Traten de no meter al señor Dong a la cárcel de nuevo…
Y antes de que ambos protestaran, salió de la casa a paso veloz, carcajeándose.
─Danah… ─recordó de pronto el panda─ Su madre se llevó a Danah…
─Lo sé… fui con ella antes de venir aquí… ─la sonrisa del músico se borró─ Me prohibió ver a Danah hasta que me quite, según ella, el olor a cárcel. Pude escuchar el llanto de mi pequeña dentro de la casa… fue torturante.
─Lo lamento… ─se frotó los ojos intentando distraerlos de llorar─ Ella dijo que era demasiado para mí…
─Cálmate Riri, todo estará bien…
─Ella dijo que lo sabía, que tú estabas interesado en mí… ─tragó duro observando la mueca avergonzada de Youngbae.
─Oh no… ¿Qué más dijo? ─Youngbae se tapó la boca evitando que un chillido frustrado saliera de ella.
─Que si nos habíamos acostado… que vio la culpa en tus ojos…
─Siempre he odiado la intuición de mamá… es… tan… aghhh ─se llevó los dedos a los cabellos rubios y tironeó de ellos─ ¿No te trató mal?
─No…
─Eso es extraño… ─se quedó pensativo─ Mamá le hizo la vida imposible a mi esposa cuando éramos novios…
Se tensaron.
SeungRi sintió que su corazón se hizo un puño ante la mención de aquella mujer.
─Mi… mi ex esposa… ex… esposa… ─corrigió mirando a un lado. No volvieron a hablar del tema.
……………………………….
La carcajada de Jiyong se detuvo cuando al salir vio un automóvil muy conocido. Había discutido hacía poco con Seunghyun por aquel plan en el que había engatusado a SeungRi y poner con él celoso a Seunghyun.
Funcionó. El pelinegro se había cabreado y no había podido expresarlo abiertamente…
─Tiempo sin verlo, señor Choi… ─el cabello del menor ahora se veía color rosa. Había sido una sugerencia de Seunghyun una vez que salieron y comieron algodón de azúcar.
Ahora Ji parecía un bello y suculento algodón de azúcar.
─Cumplí con traer a Youngbae a casa…─susurró terminando su cigarrillo y apagándolo en el piso.
─Yo me voy a casa… hasta luego ─y fingió que no le interesaba su presencia. Sin embargo, el pelinegro tomó su brazo para detenerlo, con ello, le dejó una sonrisa en los labios.
Te tengo en la palma de mi mano…
─Te llevo a casa… en agradecimiento por cuidar al tesoro de mi mejor amigo… ─Jiyong dejó de sonreír por medio segundo y mantuvo su fachada.
Creyó que Seung le rogaría o le echaría la bronca por celos o algo.
─Está bien… ─y se subió al lujoso auto.
……………………..
Para ser su cumpleaños, SeungRi había tenido un día pesado.
Había tenido que ir a la escuela en la mañana a entregar un trabajo final y esperó al profesor durante horas hasta que llegó la hora de entrada al último día de clases del semestre.
Sus amigos celebraron en la escuela su mayoría de edad e incluso quisieron llevárselo de fiesta, pero él amablemente negó, tenía planes y no quiso desairarlos, mejor era salir al día siguiente, sábado por la noche.
Todos aceptaron alegres y lo dejaron en casa de Youngbae.
Entró a la casa que estaba en silencio. Seguro el señor Dong había dejado a Danah con su abuela, pero ¿Acaso no había regresado?
Encendió las luces de la sala y nada.
Subió a su habitación y todo el pasillo estaba oscuro. Se asomó a la habitación de Youngbae y también estaba a oscuras, menos el baño.
Del cuarto de baño salían unas luces tenues y el pequeño se aventuró a entrar a este.
Su mandíbula casi se va al sueño cuando vio todo iluminado por velas aromáticas y al dueño de la casa sin ropa descansando en la bañera, donde seguramente se daba un baño de hiervas aromáticas.
Lo observó un rato, el mayor parecía haberse quedado dormido, con una toalla hecha rollo a modo de almohada y sus labios carnosos se veían tentadores, ahí, entre abiertos, mostrando un rostro relajado.
La camisa blanca de Seungri desapareció seguida de sus pantalones y boxers. Sin pudor alguno se acercó a la bañera del dormitante Youngbae y se introdujo en el lado contrario, haciendo el agua agitarse un poco.
Youngbae abrió los ojos sobresaltado al sentir un par de piernas enredándose con las suyas bajo el agua…
─Seung… Ri… ─musitó frotándose un ojo y bostezando de modo tierno─ Estás en casa…
─Y exijo mi regalo de cumpleaños… ─el pelinegro le regaló una sonrisa ladina, cargada de todo, absolutamente todo lo que se había guardado desde hacía ya un tiempo.
Continuará...