Fire Meet Gasoline
Por Katsumi Kurosawa
Capítulo 9
Aún
Danah.
Danah lloraba desconsolada porque papá no estaba y SeungRi no sabía qué más hacer. La vecina le había ayudado el día que se llevaron a Youngbae, pero era una mujer demasiado mayor, no podía abusar de la anciana para que cuidara a la bebé.
Tendría que hablar con la madre del señor Dong…
─Yo… le pedí que nos reuniéramos ─suspiró Seunghyun mientras observaba al menor ir de acá a allá arrullando a la bebé─ Le explicaré la situación y le pediré que venga a verte… al menos cuando se calme.
─Ella me echará la culpa ¿Verdad? ─el pelinegro menor tembló.
─No lo creo… esto… va más allá… ─mintió. Era obvio que la señora Dong se le arrojaría a la yugular.
─Terminé la cena SeungRi… ¿Quieres que arrulle a Danah? ─Jiyong dio un brinquito asustado al percatarse de la presencia de Seunghyun en la sala. Había oído la puerta, pero no a la visita.
Los ojos del abogado brillaron al verlo en aquellos minishorts y un delantal. Se mordió el labio sintiéndose desnudo frente al abogado y esos penetrantes ojos suyos.
─Buenas tardes, abogado Choi… ─hizo una reverencia y fingió compostura frente a SeungRi, aunque él ya lo sabía todo.
Jiyong había estado quedándose con su dongsaeng para ayudarlo. No podía cargar con todo aquello solo. Además, adoraba a los bebés y Danah era demasiado adorable para no amarla.
─Está bien… ─SeungRi sin ganas le pasó a la bebé que lloriqueaba molesta por la falta de su padre. El aroma de Ji la tranquilizó un poco y se quedó dormitando, logrando que el pelirrojo se sentara en el sillón frente a Seunghyun.
─Tienes un par de piernas preciosas, Jiyong –susurró con voz ronca el abogado cuando se aseguró de que SeungRi hubiese desaparecido de la sala.
─Gracias, Señor Choi… eso creo… ─ni lo volteó a ver. Sólo se fijó en la pequeña Danah y su respiración pausada.
Seunghyun sonrió ante la visión. Jiyong estaba sentado de piernas cruzadas con la bebé entre sus brazos; se veía delicado, femenino y adorable…
¿Adorable? Seunghyun sacudió la cabeza para asustar aquel pensamiento. Más bien Follable… sí. Follable…
─Lamento que tuviéramos que cancelar el resto de nuestras salidas… ─sorbió del té que SeungRi le había traído en el momento en que llego a casa─ Pero creo que estamos de acuerdo en que nuestros amigos son primero.
─Esto estaba acelerándose como una motocicleta, Señor Choi. El descanso nos viene bien… ─acarició los cabellos de la pequeña y siguió ignorándolo.
─No entiendo por qué te pones en esa postura, Ji ─la voz de Seung estaba llena de confianza─ Tú sabes que lo deseas… sabes que te deseo… nuestras llamadas por teléfono son prueba, pero te vuelves una virgen consumada cuando nos vemos en persona ¿A qué estás jugando?
Los ojos de Jiyong se abrieron de par en par. Lo miró con sorpresa.
Siendo un jugador, jamás esperó tales palabras del abogado.
─Yo… estoy controlándome. ─confesó─ Estoy dándome mi lugar, además.
─Tienes un lugar ─pelinegro lo folló con la mirada haciéndole sentir entre excitado e incómodo─ ¿Y yo? ¿Tengo un lugar? ─el pelirrojo se quedó pasmado viendo aquellos labios jugosos del mayor. Deseaba besarlo… locamente besarlo y arrancarse la ropa─ ¿Al menos entre tus piernas…?
─Es tan vulgar cuando quiere, Señor Choi… ─le miró fingiéndose dolido─ Pero lo tiene. Tiene un lugar entre mis piernas y muy… muy profundo dentro de mí…
El abogado acarició la taza que sus manos sostenían, soportando el impulso de arrojarse sobre el chico; mayormente porque la pequeña Danah dormitaba entre sus brazos.
─Oh Jiyong… su pudiera tenerte una noche… sólo una… ─los ojos de ambos brillaron anhelando el momento descrito por Seung─ Yo te haría…
─Siento la tardanza… ¿Gusta un poco de Kimbap? ─ofreció SeungRi cuando sin tener idea de lo que conversaban, llevaba a la sala un platón lleno de comida.
─Gracias, pequeño… pero he comido antes de venir a verte… ─una sonrisa matadora. El pequeño Seung se quedó pasmado, aquello había sido impresionante, el rostro del señor Choi era demasiado bello y ciertamente su sonrisa lo era más.
Jiyong frunció el ceño. ¿A él también lo llamaba “pequeño”?
─Bien, van a llamarte a interrogatorio… necesito que estudies los hechos en este papel… sé que estudias artes dramáticas, SeungRi, así que esta es la prueba máxima, si bien no mentirás… del todo ─se aclaró la garganta. El papel contenía la historia detallada de cómo la pareja se conoció─ Ellos tratarán de hacerte flaquear… no los dejes. Por eso estudia bien estos hechos para que no te hagan dudarlos. Trata de no titubear… voy a meter una contrademanda…
─ ¿En serio? ─SeungRi abrió mucho los ojos.
─Acusaremos de estupro a tu tutora SeungRi… ─el pelinegro tuvo escalofríos masivos y se atragantó con un rollo de kimbab que había comenzado a comer.
─Pero…
─Sé lo que ella te hizo. Youngbae es mi mejor amigo y hace un tiempo él y yo buscamos el modo de protegerte de ella… ─los intensos ojos del mayor le taladraron el alma─ Hasta ahora no teníamos algo más que tu palabra para acusarla de ello… queríamos hundirla así que… no sería suficiente.
─Pero dice que contrademandará… ¿Encontró algo más?
─Está embarazada SeungRi. Hoy la confronté junto con su abogado y ella está embarazada.
Jiyong dejó a Danah en su portabebé y se giró de inmediato hacia el menor, con los ojos muy abiertos.
─ ¿Qué…? ─los ojos del panda se cristalizaron─ ¿Qué ha dicho…?
─ ¿Crees que ella es una depravada que quería sólo tu cuerpo, SeungRi? ─preguntó con cautela inclinándose hacia el frente─ Ella… estoy seguro que ella tiene un plan. Uno de mis contactos me dijo que piensa impugnar el testamento… con un hijo tuyo piensa quitarte todo. Pero no cuenta con que no has cumplido la mayoría de edad y nosotros ya sabemos ese dato por lo que el hecho de que esté embarazada es una prueba de que cometió estupro.
Un balde de agua fría.
Así había sentido aquellas palabras. Como si un balde de agua fría se hubiera volcado sobre él y el temblor masivo se hubiese apoderado de su cuerpo.
─Voy… a ser padre… ─su voz fría y temblorosa alertaron a Jiyong quien se arrojó a su lado para atraparlo en un abrazo─ Honey está embarazada…
─SeungRi… no… por favor tranquilo… no lo tomes así… ella no es Noriko… ─le dijo, pero SeungRi se había quedado ido─ SeungRi, escúchame… ella no es Noriko…
Seunghyun estuvo a punto de preguntar quién rayos era Noriko, pero al ver el estado del menor de los chicos se mordió la lengua. Jiyong estaba a una distancia demasiado íntima de SeungRi y él simplemente se aferraba a aquella cintura para por fin romper en llanto.
─Ya ya… ─lo besaba en la frente y las mejillas. Seunghyun los observaba en silencio, aunque sus nudillos comenzaban a palidecer por la fuerza con la que su mano estaba cerrada.
Qué diablos le pasaba.
Jiyong era nada para él… ¿Por qué de pronto sentía esas tremendas ganas de arrancarlo de SeungRi y exigirle que no volviera a tocar o besar a su mejor amigo de ese modo? Comenzaba a sentirse preocupado. Aquello no era normal.
Habían salido un par de semanas como si fueran cualquier pareja enamorada. Sin embargo, no lo eran, Seung sólo le llevaba la corriente al pequeño pelirrojo para llevárselo a la cama.
Se frotó la cara, específicamente los ojos, en un gesto cansado. Sus emociones no podían interferir en un caso suyo, él era profesional, ante todo.
…………………………..
La madre de Youngbae llegó al día siguiente.
Aparentemente no esperó a serenarse después de enterarse de la noticia.
─Así que tú eres Lee SeungHyun… ─la mujer le miró a través de la puerta y SeungRi sólo se le quedó viento pasmado mientras sostenía a la bebé entre sus brazos─ En todas las veces que he venido, siempre estás en la escuela.
─Así es… pase por favor ─le pidió a la mujer haciéndose a un lado─ ¿Puedo ofrecerle un té?
─No, muchas gracias ─la mujer se sentó. Sus ojos no habían ido a otro lado que no fuera el rostro del jovencito─ Seunghyun me contó lo que sucedió. He ido a ver a Youngbae… y ahora cuidaré de Danah… es demasiada responsabilidad para un jovencito como tú…
SeungRi agachó la mirada. Se mordió el labio.
Esa mujer era mordaz.
─Claro… después de todo usted es la abuela de Danah… ─a estrechó entre sus brazos y la besó mirándola con una sonrisa.
La mujer entornó los ojos.
─Mi hijo… está interesado en ti. ─aseguró.
Todos los vellos del cuerpo se le pusieron de punta al chico y se tensó de inmediato. Dejó a Danah en la andadera y trató de esquivar la mirada de la señora.
─ ¿Interesado? ¿Cómo, interesado? ─se rascó la cabeza y siguió con la vista a la bebé que rebotaba en su andadera con gracia.
─La culpabilidad en los ojos de Youngbae no me la pudo ocultar cuando le fui a ver ─soltó entornando los ojos─ Algo ha pasado entre ustedes. ¿Te acuestas con mi hijo?
Si SeungRi hubiese estado bebiendo algo seguro lo habría escupido en todas las direcciones posibles.
─No… no… esto es tan… incómodo. Él y yo… claro que no, señora Dong… ─quería que la tierra lo tragara. Su rostro estaba tan rojo que podría competir con el bolso de la mujer.
─No te creo ─escalofríos desagradables le recorrieron la espalda y sus manos frías sudaban mares.
─Voy… a ser muy sincero señora Dong. ─apretó los puños e intentó mirarla a los ojos─ Desde que llegué a esta casa… he estado prendado de su hijo… ─se mojó los labios sacudiendo la sensación de hormigueo─ Sí. Estoy loco por él… pero el señor Youngbae es un hombre de principios y dejó bien claro que jamás… iba a faltarme al respeto y menos siendo menor de edad…
Los labios color coral se curvaron.
El panda no sabía si aquella sonrisa era sarcástica o satisfecha.
─Me llevaré a Danah ─fue lo único que dijo─ Prepárame una maleta con sus cosas…
Su corazón se rompió.
Simplemente asintió y se dirigió al cuarto de la pequeña. Tomó una maleta de viaje de Youngbae y comenzó a llenarla de su ropa, juguetes e incluso accesorios de cabello con los cuales la peinaba.
Metió los zapatitos…
Se quedó viendo uno color rojo. Era un zapatito muy femenino, parecía bañado de brillantina roja, ese era el estilo.
Era tan pequeño que cabía en la palma de su mano.
Su niña…
Le iban a arrancar a su…
─No es tu hija… ─susurró empacando el zapatito y sintiendo su corazón agrietarse más─ Honey… Honey tendrá un hijo tuyo SeungRi… ─de nuevo al tema. Iba a darle un ataque… iba a hiperventilar.
Antes que el ataque de pánico llegara, decidió bajar.
La mujer tenía ya a la pequeña entre sus brazos. Le indicó que le ayudara a poner la maleta en la cajuela de su coche y así lo hizo.
─ ¿Me deja… abrazarla? ─susurró deprimido, la mujer asintió─ No te preocupes, amor. Papá estará contigo muy pronto ─besó su frente y la niña le devolvió el abrazo con sus regordetas manos. Amaba a SeungRi, de eso no había duda.
La devolvió a su abuela.
No quería llorar.
………………………
El detective miraba a SeungRi fijamente. Lo estaba haciendo sentir culpable de mil delitos, incluso asesinato, sólo con esa mirada penetrante.
─Estás acusando a tu tutora de estupro… ─concluyó el hombre mayor─ ¿No será que estás defendiendo tu relación homosexual con Dong Youngbae? Tienes que estar consciente de que es un delito…
Relación homosexual.
SeungRi cerró los ojos con impaciencia. Odiaba que hiciera hincapié en la palabra “homosexual”.
Al parecer el hecho de que la relación en cuestión fuese homosexual, era algo más escandaloso para aquel caso.
─Estoy en una relación romántica actualmente, detective. Aún no hemos dado el siguiente paso y… ─se puso serio─ El señor Dong simplemente me tendió la mano cuando mi madrastra… me obligó a eso…
─Y lo hizo desinteresadamente…
─Lo hizo desinteresadamente ─comenzaba a cabrearle el tono casi burlón que el hombre estaba usando─ Pueden hacerme pruebas… así que notarán que no hay rastros de que el señor Dong…
─ ¿Qué dices de las fotos…? ─le tendió un par de fotos en donde Youngbae abrazaba su cintura y escondía la cara en su cuello─ Hay un chico acusando al señor Dong del delito. Ustedes simplemente pueden no haber copulado… aún.
Su boca se secó.
Maldita sea. Aquello era cierto, ellos no se habían acostado no porque no quisieran, sino porque el señor Dong había decidido respetarlo.
Aún.
Miró al detective indeciso.
La sonrisa se extendió en los labios del mayor. Podía ver el brillo del triunfo en sus ojos.
¿La he… cagado?