Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Little Kookie por NezzyOrihara

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un "pequeño" Vkook/Taekook que terminé justo hoy. Como han de saber, este es uno de mis últimos shipps y me gustan mucho juntos, así que decidí dedicarles un one-shot.

Como dice ahí arriba, todo es fluffy xD (demasiada ternura entre los dos me afectó gravemente).

Notas del capitulo:

Se supone que esto es un intento de fluffy, lo cual me sale fatal. Así que por favor, si lo notan un poco raro es culpa de mi falta de experiencia en este tema.

¡Espero que les guste!

 

Cuando Jungkook sonreía, unas bonitas arruguitas se formaban a los costados de sus ojos, que de pronto se volvían pequeñitos y brillantes, como dos preciosos azabaches. Esto le daba al maknae una bonita expresión de inocencia que conseguiría derretir el corazón del más fuerte.

Kim Taehyung no era precisamente, de las personas más fuertes con las que te podías encontrar. Todo lo lindo le hacía sonreír y enternecerse, provocándole una sonrisa enorme en su delicado rostro. Y Jungkook era la cosa —o mejor dicho el sujeto—, más bonito y tierno que había visto en mucho tiempo. No era que Tae lo gritara a los cuatro vientos, pero siempre que el más pequeño estaba cerca deseaba abrazarle, acariciarle el pelo de la cabeza y cuidarlo. Así era el hyung: completamente cuidadoso con sus dongsaengs. Y sentía que Jungkook realmente debía ser aquel al cual más tendría que cuidar. Después de todo, todo lo que le rodeaba era un aura de inocencia quizás no muy justificada —puesto a que el muchacho no era ningún santo—, pero que aparentaba ser algo de lo cual cualquiera se podría dar cuenta.

V, como todo el mundo llamaba a Taehyung, se entretenía aquella mañana fría de invierno, viendo cómo su dongsaeng sonreía de felicidad ante la humeante taza de chocolate caliente que se le fue hecha especialmente para él. Era poco más que un gesto de amistad hacia el menor, pero realmente le había puesto de buenas debido al frío que su cuerpo experimentaba. Eran los dos primeros en estar levantados y en realidad no era de asombrarse, puesto a que apenas pisaban las siete. Sucedía que simplemente habían coincidido en haberse dormido temprano y por eso la hora de despertar también se había adelantado unas cuántas horas.

—Muchas gracias, V-hyung. —el chico tomó la taza con cuidado y la sujetó con ambas manos para poder calentarse las palmas. Sopló un poco el líquido para no quemarse y se sentó frente a su hyung, que tomaba su propia taza de chocolate caliente—. Hasta le has puesto bastante crema batida —sus ojos brillaban—, es así justo como me gusta.

—Lo sabía, por eso lo he hecho. La comida después de todo, es una de las cosas más importantes del mundo —dijo seriamente el mayor, con expresión solemne—. Así que contenta a tu hyung y come bien, por favor.

Jungkook asintió con la cabeza enérgicamente y dio un sorbito al chocolate, entrecerrando los ojos ante el sabor dulce que le encantó de inmediato. Apenas abrió los ojos otra vez, notó que su hyung le extendía un plato con galletitas de chispas de chocolate.

—¿Quieres?

—Sí, gracias —el menor tomó dos galletitas, luego tomó una cucharita y sacó algo de la crema batida de la taza y como si fuese un niño pequeño, la untó encima de la galletita. Le dio un mordisco y sonrió nuevamente.

—El cabello te queda muy bien, Jungkook —observó Taehyung, viendo la reciente coloración rojiza del cabello del menor. El chico asintió enérgicamente con la cabeza, le había gustado cómo le quedó.

—Gracias, hyung.

El desayuno de los menores del grupo fue entretenido. Parloteaban sobre cualquier cosa que se les pudiese venir a la mente empezando por la música y terminando por las series manga que tanto agradaban al más grande. Jungkook no era tan fan de ellas, pero no podía evitar escuchar con atención y sonreír al ver a su hyung tan emocionado con algo.

Pasaron a la sala de juegos apenas desayunar y se sentaron frente a un gran televisor a jugar un juego para Xbox. Se reían muy a menudo e incluso olvidaban la forma correcta de dirigirse el uno al otro puesto a que la diferencia de edades de todas formas era muy escasa y como eran realmente muy cercanos, ya casi les daba igual.

A las ocho treinta se asomó la cabeza de Hoseok por la puerta y les encontró en mitad de una guerra de risotadas.

—¡Eh, que los he encontrado! —chilló, llamando la atención de los otros dos.

Y casi automáticamente, Jungkook dejó de reír y se puso serio. Taehyung lo podía notar claramente. El maknae era de una manera con él, Jimin y Hoseok, mientras que con el resto actuaba diferente. Por ejemplo, si Jungkook estaba en la misma habitación con Jin, Namjoon o Suga, por separado —es decir con únicamente uno de ellos—, era divertido, simpático y hasta cierto punto abierto. Sin embargo, al tener a los tres juntos era más callado y reservado, tímido. Si se encontraba con Taehyung, Jimin o Hoseok era muy divertido y realmente mostraba su personalidad real, debido a que esos tres hyungs eran con los cuales se llevaba mejor. Con Taehyung incluso mostraba su lado indudablemente tierno, mientras que con el resto, procuraba verse masculino y maduro. Cuando todo el grupo estaba unido sonreía y jugaba, pero no tan libremente. En conclusión, el pequeño era muy tímido.

Y ahora, a la sala de juegos, habían entrado todo el resto de los chicos como un batallón y habían provocado que el menor se callara y concentrara sus ojos en el juego y nada más.

—Sabía que iban a estar aquí —aseguró Hoseok, sonriente—. Siempre que se despiertan temprano desayunan juntos y vienen a este lugar. Es egoísta para sus hyungs, tendrían que invitarnos a sus reuniones.

Taehyung rió y prometió invitarles para la próxima vez que él y Jungkook despertaran temprano.

—Ah, V-hyung. ¡Te gané! —mostró su alegría el menor, habiendo ganado el juego tras la distracción de Taehyung.

—¡Oye! Eso no es justo, Kookie, no estaba mirando.

—No me digas Kookie, hyung —las mejillas del menor ardieron—. No es el momento.

Taehyung estiró su mano y le pellizcó un cachete con delicadeza y de forma juguetona. Realmente Jungkook era muy lindo. El pelirrojo dio un respingo involuntario y se quejó con su hyung, dándole un suave golpe en el hombro, ante lo cual el otro reaccionó riendo.

Jimin carraspeó y el momento se rompió de golpe.

—¿Qué haremos hoy? Tenemos el día libre.

—Ah, hay una exposición de baile callejero aquí cerca —pareció recordar Namjoon—. ¿Quieren ir? Me apetece disfrazarme de hípster e ir a verlo.

—La última vez que escapamos nos hicieron trabajar el doble de duro de lo que ya lo hacemos —Jin hizo un adorable puchero—. A lo mejor si pedimos permiso nos dejan.

—Jin-hyung no tiene ni rastro de diversión en ese cuerpo suyo —manifestó el descontento que sentía Hoseok—; yo voy con Lides Mon.

—¡AH! —chilló Taehyung, poniéndose de pie de un salto—. Yo no puedo.

—¡Pero no grites de esa manera! —se quejó Yoongi, tapándose los oídos.

—Perdón hyung.

Luego de arreglar qué iban a hacer y luego del almuerzo y una práctica de baile que hicieron bajo su propia cuenta, el grupo se dividió para ir a hacer lo que quisieron. Los menores nuevamente quedaron solos. Taehyung no estaba de ánimos para salir debido a un dolor de cabeza algo fuerte que tenía y Jungkook no había decidido nada. Cuando ingresó a la sala buscando una chaqueta, vio a su hyung acostado en un sofá mirando televisión en un volumen sumamente bajo.

—¿Tae-hyung?

—Mhm… —esa fue la única respuesta que el mayor dio.

Jungkook se acercó e inocentemente se sentó en el suelo, cerca de la cabeza de Taehyung, quien la tenía sobre un cómodo cojín. Parecía estarse a punto de dormir cuando el maknae le interrumpió.

—¿Te duele mucho?

El dulce tono de preocupación que el chico tuvo hizo al otro abrir los ojos por completo y mirarle atentamente. Era tan adorable. Extendió su mano y acarició el cabello del menor con cariño; no podía resistirse a la idea de no tocarle. Era en serio que tocaba absolutamente todo lo que le parecía tierno o lindo. Como un pequeño cachorrito, Jungkook se dejó acariciar sumisamente, incluso sonrió.

—Solo duele un poco, seguro se me pasa en un par de horas.

—Oh, vale.

—¿Adónde irás tú?

La pregunta de su hyung le tomó por sorpresa. Había perdido cualquier gana que tenía de salir a alguna parte. Tenían la casa enteramente para ellos dos y eso le agradaba de alguna manera, había silencio y calma y la compañía de su hyung siempre le había gustado. No quería dejarle.

Se sonrojó ante la idea de tener deseos tan grandes de permanecer a su lado, pero intentó no prestar demasiada atención a eso mordiéndose el labio inferior.

—No iré a ninguna parte.

—¿Ah? ¿Por qué no? Parecías emocionado ante la idea de divertirte por primera vez en mucho tiempo.

Tae se sentó a un lado del menor y le miró atentamente para comprender sus intenciones.

—Es que hyung se ha quedado solo y además tiene dolor de cabeza. No quiero dejarlo.

V suspiró pesadamente ante sus deseos frustrados de continuar tocando a aquel ser tan maravillosamente lindo y adorable. ¿Qué era aquello? ¿Alguna clase de prueba para ver cuánto resistía que el maknae actuara de aquella forma? Iba a perderla definitivamente si ese era el caso debido a que su cuerpo estaba empujándole a acercarse más y más al menor, quien vio su cercanía con ojos curiosos, como si intentase adivinar qué iba a hacer con él.

—Kookie, no deberías decir tales cosas frente a mí.

—¿Por qué no?

—Porque me haces muy feliz.

—¿Y qué tiene eso de malo, Tae?

Uff, adoraba su apodo saliendo de los labios del menor. Le acarició con delicadeza la cara y las mejillas del chico se pusieron rojas automáticamente. Sí, todavía podía ponerle nervioso.

—Que cuando me haces tan feliz me dan muchas ganas de abrazarte.

Jungkook sonrió y las arruguitas de sus ojos aparecieron otra vez, así como también aquel brillo especial de sus ojos. Taehyung tragó duro. Quería besarle.

—Kookie, eres tan pequeño y adorable. Me encantas.

El corazón del maknae iba a todo lo que daba, indicándole que estaba nervioso. Y, a pesar de todo, Jungkook sintió la necesidad de provocar más reacciones de su hyung.

Hace ya un tiempo que el menor se daba cuenta de su actitud con respecto a Taehyung. Era perfecto, tenía un rostro varonil que al mismo tiempo era absolutamente hermoso. Sus pestañas eran bien negras y sus cejas algo espesas, pero con bonita forma. Lo que más le gustaba a Jungkook de su hyung eran sus ojos y su sonrisa. Sus ojos brillantes y llenos de vida y aquella sonrisa tan espontánea que brotaba desde el fondo de su corazón y que contagiaba a cualquiera. Él era el favorito de sus hyungs no solo por ser tan guapo, sino por lo particular que era como persona: podía ser serio y maduro cuando era requerido, pero siempre se aseguraba de rebosar vitalidad y energía; se divertía, bailaba, canturreaba desafinado a propósito y acosaba a todos los demás de la banda como un niño que requiere atención de sus padres.

—Hyung… —Jungkook definitivamente quería hacer algo de aegyo para él—. ¿Podrías abrazarme fuerte ahora? Tengo algo de frío.

No mentía del todo. Sí estaba frío y el suéter amplio —por lo menos dos tallas más grandes de la que debería ser— de Taehyung parecía ser muy calentito y más aún si a eso le sumas el abrazo de oso que él es capaz de darte de ser necesario.

V estuvo inmediatamente asombrado por la petición del pelirrojo, tragó otra vez duro y sintió un leve cosquilleo en la panza. Esquivó la mirada del más pequeño, que insistía sobre él mientras que sonreía.

—¿Hyung? —ahora Jungkook se aseguraba de colocar la voz más dulce que podía.

—Aish, de acuerdo.

Extendió ambos brazos hacia delante y juntó sus manos, pero en ningún momento llegó a abrazar al otro. Las mangas del suéter taparon sus manos y el puchero de protesta que puso le dieron una vista maravillosamente tierna a Jungkook, quien se sonrojó.

—Venga, acércate —dijo Taehyung.

Jungkook se movió con cuidado, analizando bien la situación. Se agachó para pasar por debajo de los brazos de Tae y luego se enderezó otra vez, quedando justo en el espacio entre el torso de su hyung y sus brazos. Este aferró al más pequeño de inmediato y lo refugió en su pecho. Jungkook se acomodó y se hizo el silencio entre ambos. Pronto se encontraron viendo la televisión y aceptando la situación con demasiada facilidad. Todo estaba increíblemente cómodo entre los dos, a tal punto que cuando inició una película de terror Jungkook se levantó para ir a la cocina y hacer palomitas para los dos. Volvió unos minutos después cargando con un bol repleto y unas sodas. Se encontró con que Taehyung había ido a buscar unas colchas a su habitación, las había traído y las dejó dobladas sobre el sofá mientras que acomodaba unos almohadones en el piso.

—Pensé que no íbamos a tener tanto frío si traía algunas cosas —explicó brevemente.

No se dio cuenta de la pequeña decepción que le causó al menor, quien de alguna manera, todavía quería abrazarle como antes. Sin embargo, Taehyung necesitaba mantenerse bajo control. Ya era lo suficientemente malo que se encontrara a sí mismo viendo con ojos poco amigables al maknae, como si este fuese un objeto que podía poseer. Guardar distancia era primordial si no quería terminar haciendo algo que hiciese que el otro lo odiara por completo.

Jungkook pensó en protestar o alguna cosa, pero definitivamente no quería quedar como un niño mimado frente a su hyung, así que se resignó, mordió su labio inferior y tras haber puesto las sodas y el bol de palomitas cerca, se dejó caer sobre una montaña de almohadones. Taehyung le rodeó con una colcha y lo abrigó bien. Agradeció con un suave asentimiento de la cabeza y vio por el rabillo del ojo cómo su hyung se acomodaba a su lado.

A mitad de la película, el pelirrojo se dio cuenta de algo evidente: estaba celoso. ¿Y por qué? Por la sencilla razón de que su hyung no dejaba de soltar risitas mientras leía su celular ocasionalmente. Parecía estar hablando con alguien; es más, Jungkook sabía exacto con quién hablaba: Hoseok. Estaba claro que eran buenos amigos, pero el menor a veces simplemente quería con todo su corazón que por un día completo al menos, todo lo que existiera para Taehyung, fuese él.

Se estremeció al tener tales pensamientos. ¿Qué era lo que pasaba con él? No podía soportar la lejanía de su hyung y tampoco podía soportar que dejase de prestarle atención a él para dársela a alguien más. Comenzaba a sentirse como un niño caprichoso que está celoso de su hermano menor que acaba de nacer. Reclamaba la atención de Taehyung, en verdad la deseaba.

Carraspeó sin darse cuenta, jamás volteando a ver a Taehyung, quien dio un pequeño brinquito y miró a su dongsaeng con pena. Se dio cuenta de que no le estaba dando ni la hora.

—¿Te gusta esta película? —preguntó de inmediato, improvisando.

—Hyung… —Jungkook sonrió de lado—. Si bien sabes tú que sí.

«Bien, Taehyung. Acabas de decir una de las cosas más estúpidas de las que se te pudieron ocurrir», pensó con pena el mayor, sintiendo cómo sus mejillas se tornaban un poco tibias.

—¿Qué tal le va a Hoseok? Dile que venga a unirse a nosotros si eso quieres, hyung —desafortunadamente para el maknae, su tono sonó más despectivo y celoso de lo que hubiese querido. Solo pretendía ser casual y aquello había resultado así.

Taehyung no pareció notar el tono y estuvo mucho más interesado en saber cómo Jungkook había adivinado que estaba hablando con Hoseok.

—¿Cómo sabes que estoy hablando con Hoseok?

«Deja de intentar provocar en mí cosas que no deseo mostrarte», gruñó Jungkook para sus adentros, pretendiendo guardar la calma. A veces Taehyung podía ser exasperante.

—Oh, venga, hyung. Te ríes, te distraes y además apenas consigues prestar atención a lo que pasa a tu alrededor. Eso solo te pasa cuando hablas con él.

Se acurrucó en su colcha y escondió su rostro con el borde de la misma para impedir que el mayor viese cuán molesto estaba por aquello. Solo quería que dejara el maldito teléfono celular, se acercara a él y le diese su atención únicamente a él. A él y a nadie más. Hacía un montón de cosas lindas por él, pero cuando Jungkook las comparaba con el tipo de cosas que hacía por el resto, ya no parecían tan especiales. Sobre todo si tenía que ver con Hoseok. ¿Acaso él no era tan importante para su hyung como el otro hyung? ¿Por qué estaba tan celoso?

—¿Eso hago? Lo siento, Kookie. No fue mi intención, es que Hoseok hyung me envió una foto de Jin hyung haciendo tonterías con los palillos chinos y a Jimin bailando como si se le fuese la vida en ello. Se la están pasando bien. Inclusive me preguntaron porqué no fuiste con ellos, que te estabas perdiendo la diversión permaneciendo aquí encerrado conmigo —bajó sus ojos con pena—. Le dije que no entendía, pero que igual te estaba muy agradecido.

—Nunca me iría si es que te sientes mal de alguna forma, hyung.

En ese momento otro mensaje de texto llegó al celular de Taehyung. Era de Hoseok.

«¿Y qué esperas? ¿A que él te lo pida? Deberías simplemente ir y besarle ahora, Tae».

Taehyung se mordió el labio inferior y miró a Jungkook. Esta vez sí notó cuán molesto le ponía el hecho de que su celular no dejase de sonar. Se metió un puñado de palomitas a la boca y se dejó caer hacia atrás, mientras que se resguardaba tras su colcha para poder usar su celular sin que el otro lo tuviese que ver.

Estaba manteniendo una charla muy importante allí. Estaba intentando guardar la calma y había pedido consejo, pero su hyung no era muy bueno excepto para decirle que simplemente debería hacer lo que su corazón le decía. Y su corazón decía que debía lanzarse encima de Jungkook de una buena vez.

—Kookie, respondo esto y ya te doy toda mi atención a ti.

—Haz lo que quieras, por favor —a pesar de su tono desinteresado, el hecho de que no le mirara mientras hablaba revelaba que estaba enfadado.

A Taehyung se le escapaban muchas cosas, pero los celos de Jungkook eran imposibles de ignorar.

«¿Y qué pasa si me rechaza? Estoy seguro de que no soy lo suficientemente bueno».

—Esta es mi parte favorita —Jungkook intentó llamar la atención de su hyung desesperadamente, ya casi al borde de la histeria—. Realmente me asombra cómo la niña comienza a arrastrarse fuera del pozo y luego sale de la televisión. Es tan realista, me hace pensar qué sucedería si eso en verdad pasara. ¿Tú que crees?

—Siempre pensé que esa parte me daba cierto grado de desesperación. Bajo, pero igualmente. Es como si en cualquier momento fuese a salir de ahí dentro —un escalofrío le recorrió la espalda—. Es que la vi desde pequeño y siempre la consideré una de las peores películas de terror solamente por el factor de la televisión.

Dio un sorbo a su soda y sintió su celular vibrar. Con cuidado de que Jungkook no se diese cuenta, bajó su vista y abrió el más reciente mensaje.

«Vive a base del miedo y jamás harás nada. Solo hazlo».

—Aish, hyung. ¡De verdad ya basta! —el maknae se había dado cuenta nuevamente y esta vez no pudo mantener bajo control su molestia y los celos que sentía cada vez peores—. ¿Podría dejar el celular a un costado? Me molesta que cuando esté conmigo hable con los demás hyungs. Yo no me pongo a hablar con Jimin cada que encuentro oportunidad y le dejo de lado como si no importase el hecho de que al fin encontramos un momento para estar solos.

Se percató de todo lo que iba diciendo y se dio cuenta de que no era bueno manteniendo la calma cuando se enojaba. Realmente podía llegar a decir cualquier cosa si se enfadaba lo suficiente. Y ahora, gracias a aquello, había dicho demasiado.

Seguramente su hyung le comenzaría a ver como a un bicho raro.

Se envolvió en la colcha, gruñó y evitó a toda costa mirar a Taehyung.

—Kookie…

No respondió. No quería.

—Kookie, quítate eso del rostro.

De ninguna forma.

Sintió el ruido de la colcha de su hyung y tembló. En parte por expectativa y en parte por miedo a lo que pudiese pasar a continuación.

—Jungkook, hazme caso cuando te pido algo.

Sacudió la cabeza como un niño caprichoso en mitad de un berrinche y apretó más la colcha. Intentó concentrarse en la imagen de la niña de la película arrastrándose por la sala de la casa de uno de los actores, lentamente, mientras que el sujeto se hacía hacia atrás lleno de miedo, mientras que su mente luchaba por saber si lo que veía era real o una completa jugarreta de su vivaz imaginación.

—Kookie.

El rostro de su hyung apareció frente a él de improviso y le hizo dar un brinquito de miedo. Sintió cómo Taehyung apartaba el bol de palomitas y la soda del menor y luego, prosiguió a sentir cómo se colocaba sobre su regazo a horcajadas.

Sus rostros estaban muy cerca el uno del otro. Quizás demasiado.

El mayor obligó al otro a dejar de aferrarse a la colcha y así pudo liberar su rostro. Los ojos del menor brillaban de miedo y quizás a causa de otra cosa mucho más profunda.

Ya era oficial. Si Kim Taehyung, alias Tae Tae, también conocido como el alien V o de la forma que fuese podía hacer que su corazón latiera así de rápido, se debía a una sola cosa: estaba enamorado.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. Apenas le dio el tiempo para darse cuenta de que se debía a que estaban creciendo muy rápido y de que cada vez les importaba más y más lo que la gente pensase de ellos por sus presentaciones en vivo en los shows de variedades y en los conciertos. Era por eso que se esforzaba en mantener la compostura y se alejaba de Taehyung, a quien lo que la gente pensara de él le importaba, pero a mucho menos escala que a Jungkook. Jungkook se notaba a sí mismo dentro de esa etapa donde negaba cualquier clase de posible relación homosexual entre él y cualquier otro chico de la banda por miedo a lo que la gente pensaría de él si se enteraban. Y sin embargo luego, cuando veía que a causa de sus actitudes su hyung favorito pasaba su tiempo buscando a Jimin o a Hoseok, se enfadaba, se ponía celoso y todo lo que quería era obligar a Taehyung a que le brindase la atención que antes le daba.

Insistía en tener a Taehyung para él, insistía en que no hablase demasiado con el resto cuando solo estaban ellos dos. No quería que nadie les interrumpiera, quería estar solo con él y que él solamente le mirara, besara, abrazara y consintiera, dejando al resto completamente hacia atrás.

¿Por qué no podía actuar como al inicio cuando no le importaba un carajo si la gente le veía demasiado cercano a su hyung?

—Hey… —el castaño apenas habló cuando notó que el otro estaba a un paso de llorar. Y eso le rompió el alma—. Jungkookie… —dijo con cariño—. No llores.

Ojalá fuese tan fácil hacer lo que le pedía en aquel momento. Solo tenía ganas de dejar salir su frustración y hace ya mucho tiempo que no soltaba ni una sola lágrima. Así que no se pudo retener a sí mismo y por ende, las lágrimas comenzaron a salir por sí solas de sus ojos, empapándole las mejillas y haciendo que su cuerpo temblara ligeramente.

A Taehyung le dolía el pecho de verle de aquella manera. ¿Qué podía hacer para calmarlo? ¿Qué podía hacer?

Sintió el presentimiento de tener que besarlo. Más allá de todas sus ganas, ahora era casi como si tuviera que hacerlo para conseguir que el otro se calmara de una vez.

Tragó el nudo que se le había formado en la garganta repentinamente, se relamió el labio inferior y fue a por ello. Tomando al menor de las mejillas con cuidado se inclinó sobre él y fundió su boca con la ajena.

Sus mejillas que se mojaron al inicio con las lágrimas de Jungkook de repente dejaron de sentir el agua salada corriendo por ellas. Se había detenido.

Y ahora, el miedo de que le apartara de sí con odio le asaltó el cuerpo.

Su corazón latió fuerte y experimentó un espasmo al notar que nadie le estaba alejando. Es más, le estaban acercando.

Entreabrió sus ojos con curiosidad y se dio cuenta de que Jungkook había cerrado los suyos para sentir el suave contacto y que de hecho ahora jugaba con su boca mientras que movía su rostro para que el contacto se sintiera mucho más; las manos del menor se sujetaban con fuerza de la cadera del mayor y aunque todavía gemía un poco ante la sorpresa, Jungkook en realidad parecía un dulce gatito. El corazón de Taehyung dio un vuelco.

Eterna felicidad comenzó a colmarle el alma mientras que volvía a cerrar sus ojos.

Jungkook se aferró a su hyung con fuerza, cada vez más fuerza. De ninguna manera iba a permitirle alejarse ahora que lo había besado. Hasta que no le faltase el aire por completo, no se apartaría de sus labios.

El beso se sentía añorado, como si se hubiese estado haciendo esperar por mucho tiempo. Una mano de Jungkook se apartó de la cadera para irse a su nuca, le tomó de allí con insistencia y lo acercó más a él. Necesitaba sentir que era real.

Hizo intromisión con su lengua en la boca del mayor tras haber pedido permiso levemente al lamerle el labio inferior. Taehyung no pudo resistirse a la idea y entreabrió los labios para permitírselo. En ese preciso momento, las manos del castaño se aferraron de los hombros del menor.

Jungkook se dio cuenta de que Taehyung temblaba de frío, así que con la mano que no sujetaba su nuca, abrió un poco de su colcha y lo envolvió sobreprotectoramente, para luego volver a abrazarle.

El aire comenzó a hacer falta, pero no fue sino hasta el último momento cuando permitió que ambos respiraran y así y todo se dio el lujo de morder el labio inferior del mayor cuando rompió el beso.

—Kookie… —la voz aterciopelada de Taehyung le encendió—. Kookie, yo no sabía que tú…

—Soy muy torpe enseñando lo que siento, hyung. Dios, si yo hubiese sabido que provocaba esto en ti hace tiempo que hubiese hecho algo al respecto. Sin embargo sufrí en silencio pensando que solo te interesaba Hoseok hyung.

Taehyung rió y meneó la cabeza, tomó su celular y le enseñó los mensajes que se había estado pasando con Hoseok esa tarde. Jungkook sintió cómo sus mejillas enrojecían al enterarse de que Taehyung solo estaba pensando en él.

—Y aun así lucías bastante celoso —el castaño soltó unas risitas.

—No es gracioso —se quejó el menor—. ¿Sabes cuánto odio que no me mires?

—Yo pensé que ya no me querías tan cerca.

Le robó un beso casi como si hubiese sido movido por una fuerza invisible, pero no se arrepintió de ello ya que el adorable sonrojo que su hyung mostró le puso inmediatamente feliz. Él podía provocar aquella clase de reacciones en su hyung, solamente él y nadie más que él.

—Yo nunca voy a querer que no estés cerca de mí. Aunque también eres muy torpe, hyung. He intentado de todas las formas posibles conseguir que me mires solo a mí. ¡Hasta he hecho aegyo para ti!

—Un aegyo envidiablemente adorable para la clase de cosas que hacías antes.

Jungkook se sintió ofendido y bufó un poco antes de sentir cómo Taehyung se sentaba entremedio de sus piernas esta vez, apoyando su espalda en el pecho de Jungkook. Le abrazó y ya a mismo precio consiguió taparle bien con la colcha.

—Nos perdimos tu escena favorita de la película —chasqueó la lengua el castaño.

—Siempre podemos volver a verla. Es extraño que este fuese el entorno de la primera vez que nos besamos. Me agrada porque no es nada cursi ni normal. Menos si de fondo tienes “The Ring”.

Taehyung estuvo de acuerdo.

—Tienes razón. La volveremos a ver, pero para la próxima solo habrá una pila de almohadones y una colcha.

—O ventilador si es en verano —rompió el momento el menor.

—Acabas de arruinar todo como un máster —se rió el castaño abiertamente. Miró hacia arriba y notó que Jungkook jamás había sonreído tanto—. Eres una pequeña galletita, Kookie.

—Lo sé —se rió.

—Mi pequeña galletita.

Pensó que Jungkook no le había oído, pero cuando el pelirrojo le besó la cabeza se dio cuenta de que había sido más evidente de lo que esperaba. Se sonrojó muchísimo y puso toda la atención a la película.

Su celular volvió a vibrar, pero ya no quiso saber quién era ni qué quería. Entrelazó sus dedos con los de Jungkook y suspiró tranquilamente.

—Hyung…

—¿Um?

—Te amo.

Sonrió abiertamente. Miró hacia arriba y le besó el mentón al otro, quien sintió un poco de cosquillas ante el acto y simplemente se removió un poco nervioso y soltó un par de risitas tontas.

—Yo también te amo.

Notas finales:

Aclaraciones:

*Notar que cuando dice que TaeTae es cuidadoso con sus dongsaengs, se refiere a cualquier persona menor que él. No dentro de la banda, ya sé que además de Jungkookie no hay nadie menor que él.

*Hoseok al final es el héroe de todo xD

*Espero les agrade n.n/

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).