TORI POV
–Jade, no eres un monstruo – Repetí con una voz calmada.
Necesitaba ayuda profesional, y rápido. Pero hasta que pudiera llegar a ese punto, necesitaba ser su fortaleza. Una carga que estaría contenta de compartir.
Como sospeché, Jade Imaginaria se quedó en silencio mientras la real continuaba llorando incontrolablemente en mis brazos. La sostuve mientras frotaba su espalda. Simplemente dejé que sacara todo, casi sin notar las lágrimas que salían de mis propios ojos.
Nunca vi a Jade tan rota y perdida. Mi mamá debió escuchar los sollozos y asomó su cabeza sobre la puerta con una mirada de preocupación.
"¿Está bien?" Me preguntó en silencio.
La simple respuesta sería "No, claro que no lo está". Siquiera cerca de estar bien. Pero agité mi mano negando y ella cerró la puerta en silencio. Con cada sollozo, con cada gemido de dolor y con cada pronunciación de "La maté", mi corazón se rompía con más fuerza. Hacía un tiempo le tenía un muy grande y profundo resentimiento a Krista por tomar mi lugar. Pero viendo a la mujer que amo sufrir tanto por la pérdida de Krista, borré todo resentimiento. De hecho, me hizo sentir mal por sentirme de ese modo. Fui yo la que jodió todo, no tenía derecho a esta resentida con la persona que tomó mi lugar.
Jade continuó llorando, sollozando y lamentándose por no sé qué tanto tiempo. Pero eventualmente sus gemidos y sus sollozos fueron perdiendo volumen mientras caía en un sueño exhausto en mis brazos. Supuse correctamente al saber que estuvo despierta casi toda la noche llorando y estaba completamente agotada.
Coloqué su cuerpo por debajo de las sábanas. Quería entrar junto con ella en la cama para consolarla y sentirla cerca de mí otra vez, pero eso estaría mal, sin mencionar que sería irrespetuoso para Krista. Quería a Jade, pero no así. Saqué sus botas de sus pies, jalé las sábanas sobre ella y la dejé dormir. Deposité un beso en su frente y silenciosamente abandoné el cuarto.
Estando afuera me recargué en la pared y traté de pensar. Pensar en la tragedia y el horror de toda la situación.
–¿Jade está bien? – Mi mamá habló con una voz tranquila mientras llegaba de las escaleras – Debió de llorar por al menos una hora.
Froté mi cara con mis manos – Dios mío... Está tan rota, carga con demasiada culpa.
–Vino y dijo que necesitaba hablar contigo. Normalmente le diría que no porque estabas dormida, pero ésta vez era diferente. Parecía que no había dormido.
–No lo hizo, lloró hasta quedarse dormida en mis brazos. Está durmiendo en mi cama.
–¿Algo pasó?
–Larga historia, tomó el camino largo y en un impulso por ver cómo se manejaba su nuevo carro en caminos con curvas y vueltas. Al igual que cómo se manejaba en la lluvia. Se siente totalmente responsable por la muerte de Krista. Pero aún así, fue un accidente – No mencioné la parte en la que Jade estuvo burlándose de Krista en sus últimos momentos, nadie necesitaba saber eso.
Mi mamá abrió la boca pero antes de que pudiera decir algo – ¿Puedes hacerme un favor? Necesito ducharme, ¿podrías cuidarla? No quiero dejarla sola.
Mamá asintió y yo entré en la regadera, siendo lo más rápida posible. Al salir del baño me dirigí a mi habitación para ver a mi mamá sentada enseguida de mi cama.
–Sigue dormida – Susurró – ¿Necesitas algo?
Pensé por un momento – Sí, un gran favor, ve a Jetbrew y pide un café grande: Oscuro colombiano con 1 de crema y 2 de azúcar. Y si tienen un panqué danés de frambuesa trae uno.
Mi mamá me miró algo extrañada.
–Mamá, ese es su café favorito y lo que ama comer en la mañana. Creo que la hará sentir un poco mejor. No necesitas apresurarte.
Asintió y rápidamente salió del cuarto. Estando sola, me puse ropa y me senté en la silla enseguida de la cama. Justo como en esa noche hace tanto tiempo, se veía en paz y silenciosa. De todas las cosas que quería hacer o decir, simplemente sostuve su mano. No es lo que yo necesito o lo que necesitamos, es lo que ella necesita.
Me quedé ahí, sentada, mirándola por casi 1 hora cuando mi mamá regresó con el café y panqué. Los puso en la mesa de noche y se fue. Pronto el cuarto se llenó con el olor a café. Jade comenzó a despertar y en unos minutos sus ojos revoloteaban por toda la habitación.
Dejé ir su mano y le sonreí – Puedes seguir durmiendo si quieres, pero te traje café y un panqué danés. Creo que no comiste algo o bebiste algo ésta mañana.
Aún mirándose completamente agotada y rota, lentamente alcanzó el vaso y lo jaló a sus labios. Después de olerlo, tomó un largo sorbo. Bajó el vaso y le dio una gran mordida al panqué.
–Recuerdas lo que me gusta – Dijo con una débil sonrisa que rápidamente desapareció.
–Sólo termínatelo, Jade. Te ayudará.
Jade le dio otro sorbo y suspiró. Antes de que pudiera hablar, hablé yo – Cuéntame de Krista. Sólo la conocí una vez y puedo decir que no conozco algo de ella. Usualmente cuando Cat o André la mencionaban, rápidamente cambiaba el tema.
Jade permaneció callada por unos momentos y luego comenzó a hablar – Ella... amaba la música, era como tú en ese aspecto. Pero ella era más de la música clásica. Practicaba por horas. Yo estaría en la computadora en la sala y escucharía la música que se cuela por el pasillo. A veces ella grabaría sus ensayos y los escucharía. Así volvería a practicar las partes en las que tuvo errores. Amaba escucharla tocar. Nunca pensé que me gustaría la música clásica pero ella me arrastró.
–Eso es lindo. Quizás pueda escuchar alguna de esas grabaciones. Me encantaría escucharla tocar – Sabía que era talentosa. Ahora que se ha ido, al menos puedo conocer su música.
–Sólo si los devuelves. Amaba su sonrisa, siempre me hacía sentir mejor. El hecho de que siempre me burlara de ella o la tratara mal nunca la molestó, ni una sola vez. Sólo ignoraba mis malos momentos y actuaba como si todo estuviera bien. No me malentiendas, a veces sí se enojaba. Como cuando iba a interrumpir sus prácticas. Ella odiaba eso.
Por un instante Jade sonrió otra vez – Amaba la Navidad. Pero no abría ninguno de los regalos hasta la mañana, Nuestra familia siempre los abría en la Nochebuena. Tuvimos una gran pelea en nuestra primera Navidad juntas sobre cuándo deberíamos abrir nuestros regalos.
–Lo lamento.
Jade dejó salir una pequeña risa – No lo lamentes, tuvimos un fantástico sexo de reconciliación de Navidad después.
Creo que la gótica pudo notar algo de incómodidad en mis ojos después de terminar esa frase así que se disculpó inmediatamente – Lo lamento.
Moví mi mano frente a mí – No, está bien. Continúa. Pero apuesto que ella ganó la batalla, ¿Verdad?
Jade asintió – Sí que lo hizo. Era muy terca. Así como dije que ignoraría mis malos momentos y sería animada, pero si la acorralaba en una esquina ella no daría marcha atrás. Su familia tenía dinero y ella estaba acostumbrada a lidiar con gente de mayor clase. Sus modales eran impecables, cuando la situación lo requería. Mi mamá la amaba, pero Krista supo que mi mamá era falsa desde que puso los ojos en ella. Se reía de los patéticos intentos de mi madre para impresionar a sus padres y a sus amigos ricos. Mi mamá seguía tratando de entrar en ese círculo.
Apesar de ser doloroso para mí escuchar la vida de Jade al lado de Krista, continué escuchando. Parecía ayudar a Jade aunque fuera un poco, especialmente cuando recordaba un buen y feliz momento. Pero seguí escuchando lo que me parecieron horas. Cualquier dolor o inconformidad me las quedaba para mis adentros. Eventualmente, conocí a Krista muy bien; una amable chica que amaba la comida Italiana, ver el amanecer, tocar música, y obviamente estaba perdidamente enamorada de Jade. No dudo, que si nada de ésto hubiera pasado, que hubieran vivido felices para siempre.
Después de contarme una historia graciosa sobre cómo Krista tenía un horrible hábito de acaparar las sábanas, Jade me miró con una lágrima corriendo por su mejilla – ¿Cómo vivo sin ella? ¿Cómo vivo con toda ésta culpa?
Escuchar eso me causó pensar por un momento, una vez me pregunté exactamente esas mismas preguntas después de terminar con Jade. Eventualmente dije – Es cliché pero lidias con ello día con día. Si es muy difícil, utilizas una hora, un minuto o un segundo a la vez. Lo que puedas manejar.
Jade debió reconocer la tristeza en mi voz así que rápidamente contestó.
–Oh... Tú... Has...
–Yo aquí no soy importante. Sólo maneja lo que puedas. Una cosa a la vez es para expiar tus pecados. Por ejemplo, ¿Krista tenía una caridad favorita?
Jade pensó por un momento – Sí, había una que ella ayudaba. Hacían una colecta para comprar instrumentos musicales en las escuelas. Mucho presupuesto es cortado y el programa de música es el primero en desaparecer.
–Ahí tienes. Suena como que tu carrera de actuación está empezando a despegar. Tienes algo de dinero por unas películas y unos comerciales de TV, según lo que me dijo Cat. Puedes ponerte en la posición de ganar dinero y darlo a la caridad. Si era la causa de Krista, entonces deberías de tomar las riendas. Donde quiera que esté, verá que estás tratando de recompensar lo que hiciste.
Jade asintió – Es una buena idea, Vega.
Hice una pausa para coleccionar mis pensamientos. No tenía idea de cómo reaccionaría pero necesitaba decirlo.
–Jade... Estoy tratando de ayudarte y puedes quedarte si quieres. Pero necesito que pienses en ayuda profesional. Estás extremadamente deprimida, cargada de culpa y angustiada emocionalmente. Creo que necesitarías ir con un... – Comencé a decir antes de que Jade cortara mi frase.
–¿Psiquiatra?
Me aproximé a ella y la miré a los ojos – Necesitas manejar ésto, Jade. Escuché que el Hospital Mercy tiene una extensiòn de Psiquiatría. Por favor. Mira, tú la conoces. ¿Qué querría Krista?
"Ahora estás tratando de meterme en un manicomio." Jade Imaginaria habló, rompiendo el silencio.
Jade se quedó callada, pensando por unos minutos. Una parte de mí esperaba que explotara y me gritara. En lugar de eso, sólo suspiró – No me querría así. Tienes razón – Dijo con una nota de resignación.
–Estás haciendo la decisión correcta, Jade. Estoy orgullosa de ti.
–Maté a mi novia, nadie debería de estar orgulloso de mí – Dijo amargamente.
–¡Detente! – Dije rápidamente.
Jade se quedó callada por al menos 10 minutos. Finalmente se levantó de la cama y me miró – ¿Me podrías llevar con Krista? Necesito verla.
Sabía que eventualmente querría ir a ver la tumba, pero estaba preocupada de que estuviera lista – ¿Estás segura de que puedas manejarlo?
–Necesito verla. Pero quédate cerca, ¿Está bien? – Dijo con una voz temblorosa.
–Está bien... Vámonos.