La semana había pasado lentísima cual caracol, para desdicha mía.
Desde el encuentro que tuve con Jongdae aquella noche, dejé de acercarme a él, y de las pocas veces que yo estaba con el grupo, lo esquivaba a toda costa.
Tal vez yo iba mal. Hablaba poco, no opinaba y vivía ensimismado sin querer. Y es que no podía con el recuerdo, y por ello, de a poco me alejaba del mundo real, no podía sentirme cuerdo.
Mis amigos no decían nada, lo sabían sí, pero se limitaban a callar.
Les texteaba con frecuencia, para que no se preocuparan demasiado, para que supieran que estaba bien; con sonrisas electrónicas.
Estaba escapando, y me sentía cobarde pero no podía cargar cuando me topaba con Jongdae a solas en los pasillos, y me miraba, con esa culpa, ese odio en sus ojos.
Era inquietante, y dolía, así que prefería mantenerme al margen, porque, no podía reclamar nada, ni algo que nunca fue mío, aunque las dudas y las preguntas enmarañaran el orden natural de mis pensamientos.
Al menos tenía la fachada de felicidad, había vuelto a mi cuento de hadas nuevamente, aunque ya sabía la verdad, pero últimamente mi filosofía era ver sólo lo que quería ver. Y así comenzó aquella misma noche cuando regresé a la habitación empapado en lágrimas tontas, me encontré con Kyungsoo. Él estaba dormido, estaba descubierto, su pijama resbalaba por su hombro izquierdo, y pude verlo: una oscura, grande y silenciosa succión en la clavícula.
Y entonces el mundo se me vino abajo, porque ver la succión no me enfurecia como se supone que debió hacerlo, no lo desperté a gritos, ni le restregé en e rostro que parecía una puta, porque para entonces no podía importarme menos, y ahí supe que ya no había vuelta atrás; ya no lo amaba, porque estaba enamorado, estaba irrevocable, terrible y perdidamente enamorado, hechizado por alguien que no estaba en esa habitación, por un alguien que en ese entonces debía estar en brazos de su correspondiente, alguien que me había dejado colarme en su cama, que había gritado mi nombre hasta quedar sin voz, y luego me había roto el corazón de un sólo golpe.
Pero incluso, en ese instante con los besos de alguien más, aún marcados en mi piel, y los de otro en la piel de mi novio, no me detuve. Me arropé a su lado y lo desperté con caricias, y lo engatusé a besos.
Besé su rostro, cuello, torso y muslos, me encargué de embriagarme completamente con su aroma a niño, y con su sabor a madurez, y esa misma noche me hundí en él; me enterré tan profundo en su cuerpo que a la mañana siguiente tenía sus costados amoratados por la presión de mis dedos, mientras yo tenía mis propios moretones en el corazón.
En todo los casos, mi dolor no amainó, se transformó en rabia, en desesperación, y en lujuria. Esa semana en cada noche desaté mi aluvión sobre las tierras de Kyungsoo, y fui estúpido, porque tuve la esperanza de que sí, pero no, nuestra relación no mejoraba, no podía olvidar, no podía mentirme.
Las ausencias ya no sobraban pero sí los silencios, la tensión, los secretos.
No habían más miradas profundas, ni sonrisas espontáneas, y era tal vez culpa mía, o tal vez me preocupaba muy poco, pero lo único que podía importarme hasta entonces era que me alejaba con cada gemido, beso y costumbre, de la verdad y de quien realmente yo quería.
Pero, no podía evitarlo, ¿Qué iba a hacer yo con este corazón hirviente? Era muy tarde tal vez, y cada mentira ya estaba dicha, se acumulaban cómo envases vacíos bajo nuestra, últimamente, plástica relación.
一Ya me voy, mi pequeño Junmyeon-ssy bebé.一
一¿No puedes llamarme sólo hijo, como las madres normales, mamá?一
Era temprano, domingo libre después de la terrible semana.
Era día de visitas familiares, mi madre había venido a traerme las maletas para que comenzará a empacar.
一Pastelito, como tu progenitora tengo todo el derecho de llamarte como se me pegue la gana.一
一¡Pero mamá! Ya estoy un poco mayor para esos apodos.一
一Aún así, aunque tengas 80 años,serás mi pequeña bolita de arroz.一
一Shh, mamá ¡Alguien te va a oír!一
一Te avergüenza que me oigan a mi, y no te avergüenza seguro cuando tú y Kyungsoo coj-. . .一
一¡¡MAMÁ!!一 Le corté mortificado, y con las mejillas ardiendo.
一Amorcito, no debes apenarte, es un proceso natural, bueno algo distinto, pues ambos son hombres y. . .一
一¡Por el amor de dios! ¿¡No tienes que irte ya!?一
Estaba asfixiado y algo desesperado, mientras la mujer que me había tocado como madre, demasiado jovial y abierta de mente como para ser real, reía felizmente.
一Pero antes quería ver a Kyungsoo.一
Dijo finalmente después de recuperar el aire que había perdido.
一¿A Soo? Pero mamá, ¿P-Porqué? No creo que sea necesario.一
一Ajá, ¿Las cosas están mal?一
Mierda, olvidaba que las madres tenían un sexto, y hasta un noveno sentido para todo ese tipo de cosas. Sonreí, negando lentamente, no quería preocuparla, además debía irse, debía volver a su trabajo, aparte de que las horas de visita estaban por terminar.
一Todo bien mamá.一
一¿Debo reiterar que saliste de mi cuerpo Kim Junmyeon?一
一¡Vale, vale! Nada de recuerdos raros, ni relatos de fluidos, te contaré.一 Suspiré derrotado mientras ella se sentaba en mi cama, apoyé mi nuca en sus piernas y comenzó a acariciar mi cabello, como sólo una madre lo sabe hacer.
一Creo que Kyungsoo me engaña. Es más, creo que nunca me ha querido.一
一¿Tienes pruebas?一
一Desaparece constantemente, y también. . Tenía un chupetón.一
一Ese maldito enano, gay infeliz, siempre supe que era un. . . Ay, digo. . Ya amorcito, va a pasar.一
一Tranquila mamá, no duele, ya no.一
一Mh. . ¿Hay alguien más? Dioses, no me digas que es Chanyeol. Bebé él es muy grande, te puede romper, quiero que puedas caminar y-. . .一
一¡MAMÁ! ¡Por favor, señora controlese!一 Me exasperé sintiendo como el rostro me ardía. Y es que en esas veces, me reprochaba de como que aquella mujer podía ser mi mejor amiga. 一Además no es Chanyeol. .一
一Gracias al cielo, entonces, ¿Quién?一
一Es, e-es. . Un chico nuevo, su nombre es Jongdae.一
一Ohw, mi pequeño pastelito está enamorado. . . Otra vez.一
一Esto es diferente mamá. . . Y aunque él ya tiene a alguien más. . Nosotros tuvimos algo.一
一OMG, ¿De verdad? Que chisme, quiero saberlo todo.一
Y así me pasé la tarde completa contándole todo desde que Jongdae apareció en mi vida, lágrimas, emociones, dudas, dolor, sonrisas, pasiones, claro sin detalles. Hasta que el reloj marcó las ocho, entonces mi amada y fujoshi madre tuvo que irse.
一Adiós corazón. No te gastes tanto. . Sólo deja que todo fluya, pero que nada influya, ¿Sí?一
一Tranquila estaré bien.一
一Bueno cielo, te veré en unas semanas. Te amo.一
一Y yo a ti mamá. Manda besos a papá, y a Sun.一
一¡Oh dios, olvide algo!一
一¿Uh?一
一Espera aquí.一
Salió corriendo como si la llevara el demonio. Me quedé parado ahí, confundidisimo hasta que volvió con una sonrisa enorme, casi terrorífica y las manos tras su espalda.
一Ella te echaba mucho de menos, así que pensé que como sólo queda unas semanas no sería problema dejártela. .一
Y levantó su brazo, y una correa rosa en su mano llevaba. Uno, dos, tres ladridos y supe que había traído a Sunhee mi cachorra, una pug blanca, mi bebita de apenas un año dos meses. Fue un regalo de mi madre, la idea del regalo era que no me sintiera sólo en el encierro de Blustbande, pero fue difícil cuidarla con todas las clases y cosas, así que decidí devolverla a casa.
一Adiós niños, portense bien. ¡Sobretodo tú, pastelito!一
Mi madre se despidió de ambos agitando la mano mientras la veíamos por la ventana, arrancó el auto y se fue.
a29;
Había sido un día de clases larguísimo, el cielo estaba azul, el sol radiante, un par de nubes dispersas, que tapaban las mentiras en los rostros tan conocidos.
Aquella mañana había sido extraña, como perdiendo la costumbre desayune sin Kyungsoo, quien al despertar pidió 5 minutos extra, últimamente parecía cansado. Comí cereal junto Chanyeol, Yifan y Sehun, pero cereal sin leche, ya que al último susodicho una vez se le ocurrió lanzarle una hojuela a Kris, y cayó en su amada cabellera rubia.
Cuenta la leyenda que Sehun estuvo soñando con cereales asesinos por una mes, que a veces aparecen cajas de leche vacías bajo su cama, y que a su ropa interior nunca se le quitó el aroma a leche (incluso después de que Kris la colgase en el mastil de la bandera).
Después de que nos sermonearán a los cuatro en la dirección sólo vistiendo calzoncillos empapados en leche, no se permite comer lácteos líquidos.
一Te odio, Kris.一
一Es la frase que oigo en todos lados cada mañana que sirven cereal en la cafetería.一 Bufó el rubio, sin mucho interés.
一En dos semanas podrás darte baños de leche, ChanChan.一
一Sí JunJun, al fin saldremos de esta cárcel.一 Aplaudió Chanyeol.
一Exageras no estuvo tan mal, al menos yo conseguí mucha información valiosa, sexo, prestigio y dinero contando secretos.一
一¿Hasta sexo? No puedo creerlo.一 Sehun río y lo secundamos, Kris era un idiota, pero era un idiota bastante astuto.
一Vieja chismosa y satisfecha.一 Dije con burla.
一Y también adinerada.一 Agregó Chanyeol.
一Deberíamos trabajar como viejas chismosas también.一 Finalizó Sehun, y los tres explotamos a carcajadas.
一Callados mejor, que ustedes, son una mina de chismes.一
Gruñó el burlado haciendo que nos callaramos al instante. Olvidabamos a veces que éramos sus víctimas favoritas.
Suspiré mientras miraba aquella mesa vacía cerca de la ventana. Entonces se me encendió el foco.
一Oye Kris. . Hablando de chismes. . . ¿Sabes alguno de Kyungsoo?一
一Enano, eres mi mejor amigo, pero eso. . Debes descubrirlo tú mismo.一
一¡Pero Yif-. . .一
一Yifan nada, sabes que no arruino relaciones amorosas.一
一Cuando te conviene, poste teñido.一 Dije enseñándole la lengua, y fue el peor error.
Porque si ya no servían leche, ahora ya nunca volverían a servir cereal.
a29;
07:53 PM, aún había un poco de luminosidad afuera, no había viento y parecía bastante cálido, buen momento para pasear a mi cachorra, parecía que ambos necesitábamos un poco de aire libre.
Me levanté, tomé la correa, su chaleca rosa, un polerón para mi y nos dimos rumbo al pasillo.
Sus patitas sonaban en la cerámica, mientras las suelas de mis deportivas rechinaban tras ella, hasta que dimos con el patio trasero.
一Bueno Sun, puedes jugar aquí.一
Le susurré acariciando un poco sus orejas para distraerla mientras le soltaba la correa. Pero en cuanto lo hice, mi distracción no funcionó demasiado pues salió disparada por el terreno empastado para correr con total desenfreno.
Dejé que se alejara, pues sabía que estaría bien, había mucha gente y a Sunhee le encantaba corretear por las piernas de las personas, quizás podría hacerse un amigo.
Pero el destino no dejaba de conspirar contra mi.
Noté que Sun volvía con alguien al lado, y para mi desgracia, era Jongdae.
Me saludó con incomodidad, y yo sólo sonreí con un nudo en la garganta.
一¿Es tu cachorra?一
一Si. . Su nombre es Sunhee.一
一Es muy hermosa.一 Sólo asentí.
一Debes tener cuidado, en la reja hay un agujero podría escapar.一
Dijo acariciando a Sun, besandole las orejas y rascando su panza.
No cabe decir que se enamoró del animal, incluso me contó que nunca le gustaron los perros pero que mi cachorra con esa cola enrrollada y esa nariz aplastada, era simplemente adorable. Incluso dijo que desde que la vio corretear entre sis piernas, la adoro, y que había sido amor perruno a primera vista.
Después de un rato, de que Jongdae acariara a Sun con amor, haciendo que, por unos momentos yo deseará ser un can, como no tenía nada que hacer, se fue a corretear con la cachorra tras él.
Me levanté, y me quedé observandolos, mientras una extraña mezcla de sentimientos luchaban en mi interior.
ㅡHola.ㅡ Kyungsoo llegó por detrás, sorprendiendome, y me abrazó por la espalda, restregando su pequeña nariz en mi columna.
一Hola Soo, ¿Qué haces aquí?一
Kyungsoo dejó escapar una risita demasiado dulce, y eran en esos momentos en dónde me preguntaba ¿Si amaba tanto a mi novio, porqué necesitaba de Jongdae? ¿Sí las cosas iban tan bien antes, por qué? ¿Por qué tenía que aparecer en mi vida? ¿Por qué? ¿Por qué?
一Necesitamos hablar de algo. .一 Asentí, mientras aún sentía el peso de las preguntas en la cabeza.
一¿A solas? Puedo dejar a Sunhee con Jongdae un rato.一 Kyungsoo entorno los ojos, pero sin dejar de sonreír, y era como si lo que sintiera no pudiera conectarse con sus expresiones faciales.
一Oh, tu mamá te ha traído a SunHee.一
一Sí. . . Dice que necesito ser más responsable mis últimas semanas.一
一¿Y por qué la has sacado fuera tan tarde? Hace frío ya.一
一Estábamos aburridos encerrados, además le he puesto un chaleco.一
一Ah.一
一Aunque no creo que sienta frío, esta jugando con Jongdae, y dioses, nunca la había visto correr tanto.一 Sonreí, al parecer Sunhee tenía buen gusto.
Ambos dirigimos la mirada hacia el chico y el animal, que compartían un momento de jugueteo; Jongdae corría mientras Sunhee trataba de atraparle, consiguiendo sólo rozar sus tobillos a mordiscos.
一Que adorable. . .一 El susurró salió de mis labios inconscientemente, mientras seguía con la mirada a Jongdae.
一Mmh, sí.一 Kyungsoo sonrió pero yo no podía mirarle, ni menos darme cuenta a quien le sonreía.
一Voy a encargarsela, espera aquí.一
Y corrí hasta el chico con el que mi cachorra, al parecer, se había encariñado.
一Jongdae.一
一¿Eh, sí?一
一¿Puedes cuidarme a Sun un rato?一
一Claro, ¿Vas a irte muy lejos?一
一Gracias, y no, estaré en las bancas. . Con Kyungsoo, no demoro.一
一Oh.一 Levanté la mirada, y el estaba observando a Kyungsoo con el ceño fruncido, pero no le dí importancia.
一Si sucede algo, avísame, ¿Sí?一
一Bueno.一 Susurró y la conversación monótona e incómoda, se dio por terminada. Al menos no la mía, pues me preocupaba de tenerla mayormente en Sunhee que al verme había corrido para saludarme, y así concentrado en acariciare las orejas, podía sentirme un poco más valiente.
Me levanté hasta las bancas, que no estaban tan lejos, y antes de acercarme me quedé observando al muchacho que supuestamente amaba con locura.
Dimensione su rostro de perfil, su expresión tan aniñada y su mirada tan madura pérdida en algún punto desconocido, sus labios tan abultados, tan rojizos, tan devorables.
Era increíble como alguien tan hermoso, podía ser tan desgraciado, tan mentiroso, tan cruel, tan manipulador.
Pero era más increíble que yo fuera tan estúpido, tan iluso tragándome cada una de las hermosas mentiras que armaba para mi.
一Junmyeon.一
Asentí ante su llamado y me acerqué sin caer en el engaño de esa sonrisa.
Me senté a su lado, el sol nos pegaba directo, el ambiente parecía árido por la calor de medio día, me sentía reseco, y sólo me podía quedar esperando que las verdades se me escaparán por las grietas.
一¿De qué querías hablar?一
一De nosotros.一
Dijo, mirando en mis ojos, aunque en el instante pareció perder su fuerza habitual, pareció temblar y al dejar caer la mirada hacia sus manos, que nerviosas se movían sobre su regazo, habló en un aliento tembloroso.
一Suho, sé que has oído rumores.一
一¿Qué?一
一Tú sabes que nunca podría, te amo pero-. . .一
一Pues te equivocas, Kyungsoo, yo no he oído nada.一 Lo he visto.
一¿N-No?一
一¿De qué quieres hablarme, Soo?一
一P-Pues, pues. . .一
一Ve al grano.一
一E-Esta bien, verás yo. . .一
一¡SUHO!一 Un grito bordeando la desesperación hizo que volteara, dejándome la vista de quien menos quería ver.
一¿Jongdae? ¿Qué sucede?一
一Junmyeon. . S-Sunhee. . Sunhee se escapó.一
一¿¡Qué!?一 Abri mis ojos con terror, mientras llevaba las manos a mi pecho, esperando lo peor, y es que últimamente mi estrellita de la suerte me había abandonado.
一A visto otro perro tras la reja, y ha salido corriendo tras él.一 Apuntó el camino por donde mi cachorra había huido, y yo no dude más, tenía que ir a rescatarla.
一Joder. . Debo ir por ella.一
一Te acompaño.一 Kyungsoo tomó mi brazo al ver que decidía irme, me solté tratando de no ser grosero, pero no resultó mucho.
一No, no es necesario. Nos vemos luego, ¿Sí?一 No le miré, me fui con Jongdae sin más, aunque no me gustase tenerlo tan cerca, era mejor que escuchar las mentiras de Kyungsoo. Ya acabaría con toda esa mierda luego.