Dolor…
Traición…
Decepción…
Tristeza…
Eran los sentimientos que compartían dos jóvenes que mientras buscaban consuelo abrazándose, lloraban en silencio. Ambos jóvenes no entendían porque los dioses se ensañaban con ellos.
El más alto y que parecía manos, abrazaba al pequeño cuerpo. Como queriendo protegerlo de tomo mal, a pesar que él se encontraba igual de destrozado. Sus ojos azul eléctrico derramaban lágrimas lentamente, que se deslizaban por sus mejillas para caer y perderse en los cabellos oscuros del menor.
El menor y más bajo se aferraba al mayor, como un náufrago a una tabla esperando que lo salvase. Su dientes mordían su labio inferior, con fuerza y tratando de callas los gimoteos que nacían de su garganta. Sus mejillas mojadas por el torrente de lágrimas que liberaba. Deseando que el sufrimiento de ambos parase.
El silencio solo era interrumpido por el viento, que mecía las hojas de los árboles y el pasto del suelo, y los ruidos ahogados de ambos adolescentes.
--¿Jasón…? –La voz del menor sonó estrangulada, al momento que se separaba del pecho del mayor --.
--¿Sí? --Jasón, el de ojos azul eléctrico, levanta una de sus manos y la posa en la mejilla del menor --.
--… --Se muerde, nuevamente, el labio inferior mientras su mirada rota se desvía de la mirada del mayor --. ¿Qué…haremos ahora…? –Susurro bajamente, pero fue audible para el mayor --.
--No lo sé… francamente, no lo sé, Nico… --Suelta un suspiro, apoyando su espalda en el tronco de un árbol (Ambos están sentados, Jason en el suelo y Nico a horcadas encima de él) --.Pero de algo estoy seguro… --Sonríe entre lágrimas, una sonrisa rota pero a la ves sanadora. Nico lo observa en silencio --.Estoy seguro que YO nunca te voy a traicionar, Nico
--Yo tampoco lo haría…
Nico vuelve a colocar su rostro en el pecho del mayor, mientras que este juega distraídamente con sus oscuros cabellos. Ambos se quedaron en silencio, no queriendo deprimirse más.
*** Campamento Mestizo ***
--¿Alguien vio a Jasón y a Nico? –Piper, hija de Afrodita, pregunta a sus amigos una vez en la fogata --.
--No, no le he visto a ninguno de los dos –La rubia de ojos grises frunce una de sus cejas, era Annabeth Chase --.
--¿Les habrá pasado algo? –Hazel cuestiona preocupada por su hermano --.
--No lo creo, Hazel… --El hijo de Marte, Frank, sonríe para calmarla --. Ambos son fuertes por separados pero juntos son poderosos…
--Y junto conmigo, somos imparables –Bromea el de ojos verdes mar, provocando risas --.
Lo que esos adolescentes no sabían… era que pasarían años hasta que ambos mestizos volvieran…
*** En algún lugar ***
--¿Estás seguro…? –Ojos azules con destellos dorados miraban con seriedad al hombre mayor, no muy seguro de su plan --.
--Sí…
--Muy bien… --Suspira el menor --. Explícame porque… ¡¿Por qué Hades no lo hiciste antes?!
--No podía interferir –El mayor dice calmadamente, sus ojos bicolores (de dos colores, el derecho de tono azul oscuro y el izquierdo de un negro profundo) no se despegaban del libro que leía --.
--¿Interferir? –Lo mira incrédulo --. ¡El hijo de Hades era y es un niño que sufrió, sufre y sufrirá! ¡Él no debería de sufrir por culpa de un par de estúpidos que no saben lo que tienen!
--Luke… --Susurro serio, despegando su mirada del libro y fijándola en el joven rubio --. Sé cómo te sientes, pero si hubiese traído a Nico aquí los semidioses ni los Dioses Olímpicos hubiesen ganado las batallas que se presentaron… Al igual que si yo te hubiese traído a ti, a penas Cronos empezaba a manipularte… En estos momentos, todo aquello que alguna vez existió… hubiese dejado de existir…
--¡Lo sé! ¿Okey? –Pasa una de sus manos entre sus cabellos rubios dorados --. Pero me molesta que alguien como Nico sufriera por culpa de un idiota –Gruñe entre dientes --.Ahora te entiendo Dionisio –Murmura --.
--Luke, no te preocupes… Ahora los iré a buscar, mejor ve a avisar a todos que pronto se nos unirán algunas personas --Sonríe, dejando el libro y levantándose --. No te olvides de avisarle a Rea, si no ella se enojara
--Como ordene, señor Caos –Murmura antes de salir del despacho y dar un portazo --.
--Ese niño algún día me volverá loco –Se dice así mismo, al momento que un aura deprimente lo rodeaba --. Mejor iré a buscar a los niños… Porque si no Rea, Ethan y Luke me torturan…
Sin decir nada más, una luz verde azulada lo envuelve y para cuando esta desaparece, Caos ya no se encontraba en el despacho.
*** Con Jasón y Nico ***
El hijo de Júpiter había dejado de llorar, porque entendía que aquellas personas que alguna vez considero amigos y novia no merecían sus lágrimas ni su sufrir. Nuca espero esa traición, pero se alegra que el niño que dormía entre sus brazos, no lo traicionara como los demás.
Miro a la luna, tan brillante y pálida, que en compañía de las estrellas y la oscuridad, velaban por ambos. Agradeció a los dioses, que los monstruos no los atacaran. Nico ni el podrían defenderse. Ambos se encontraban cansados.
Cansados de mentiras…
Cansados del dolor…
Cansados de sufrir…
Cansados de ser traicionados…
Cansados de toda la mierda de la vida…
Cansados de… No conocer la felicidad…
Soltó un suspiro, apretando más el agarre sobre Nico. Lo único que le quedaba, en esta vida. Una sarcástica y silenciosa carcajada nació de su garganta, no pudo contenerla.
--Duele… ¿No?
Abrió grandemente sus ojos, saltando un poco de su lugar. Su mirada se fijó en la persona que le hablo hace instantes. Era un hombre grande, entre los 32 o 37 años. Sus ojos de distintas tonalidades lo miraban, para luego fijarse en el dormido menor. Por acto reflejo, lo abrazo protectoramente. El hombre poseía una corta cabellera de tono plata con reflejo azul. Además de vestir como lo hacían los griegos hace muchos años atrás.
--No te preocupes, no voy a hacerles daño… Nunca lo haría –Su voz firme pero calmada, lo tranquilizo sin saber porque. Aunque sospechaba que era culpa de la mirada llena de cariño --. Lo puedes despertar, por favor… tengo que hablar con ambos…
El (Sexy) rubio frunce una de sus cejas pero asiente.
--Hey, Nico… Despierta, Nico… --Susurra al momento que mueve el cuerpo contrario --.
--¿Hum…? –Se queja aun con ojos cerrados --.
--Vamos, Nico… Hay alguien que nos quiere hablar
--¿Ah? –Abre sus ojos marrones, adormilados, fijándolos en el rostro del menor --.
--Buenas noches, Nico Di Ángelo
El pequeño nombrado gira un poco su cabeza, viendo al hombre de ojos bicolor.
--¿Quién es usted? –Todo el sueño dentro de su sistema se dispersó --.
--¿Quién soy, preguntas? –Sonríe de lado –. Soy Caos…
--¿El gran creador? ¿El padre de Gea y los demás primordiales? –Jasón no pudo guardar las preguntas que nacían dentro de su mente. Nico solo guardo silencio --.
--Lo soy, soy el padre de Gea –Un rastro de decepción se instala en su rostro – y demás primordiales…
--¿Qué desea de nosotros? –Nico cuestiona, la seriedad se encontraba presente en su rosto --.
Caos siente culpa. Un niño como Nico, que solo conoció el lado malo de la vida, ya no debe de sufrir. Se dio cuenta que se equivocó en no llevárselo hacía tiempo.
Los ojos son las ventanas del alma
Recordó las palabras de Rea, su nieta al ser hija de Gea, dos días después de que Luke y los demás habían sido revividos por él. Se las había dicho, porque ella sabía que los semidioses habían sufrido mucho a causa de sus padres, de Cronos, de Gea, de los monstruos… de ellos mismos.
Ellos sufrieron mucho a causa de malas decisiones, no esperes que de la noche a la mañana sonrían felices de la vida.
Suspiro. Al darse cuenta que la mirada del hijo de Hades era rota.
Tan rota como un vidrio que se rompe…
Tan rota como la ilusión que se desvanece…
Tan rota como su alma, que desde hace tiempo se hacía pedazos…
--¿Qué deseo? –Dice luego de varios minutos en silencio --. Lo que deseo de ustedes es que dejen de sufrir, en especian tú, Nico…Ambos ya sufrieron bastante y no merecen hacerlo más… Los dos son solo niños tratando de ser y hacer cosas de grandes… Vieron solo la maldad de la vida, aunque pensaron haber encontrado una luz que los ilumine… Porque ustedes creen que son la oscuridad, pero no son más que una luz pura que a pesar de haber matado a monstruos y haber luchado en una guerra, siguen manteniendo un rastro de inocencia dentro de ustedes…
*** En el palacio de Caos ***
Se encontraba sentada aquella hermosa mujer, con las manos sobre su cara y los codos en las rodillas. Su cabello negro caía en cascada sobre su lado derecho, suelto. A su lado, dos bellos leones se encontraban sentados, observándola atentamente.
--¿Fui mala madre…? –Fue el suave susurro que se escapó de sus rosados labios --.
Levanto su cabeza, sus apagados ojos verdes se encontraban perdidos en un punto de la pared. Ella nunca fue una buena madre al permitir que su esposo se comiera a sus hijos pero… ¿Era razón suficiente para que sus hijos no quieran a sus niños?
No, ella creía que no… Hades, Hestia, Poseidón, Hera, Zeus y Deméter, eran los nombres de sus hijos con los cuales nunca tuvo mucha relación.
Nunca conoció a sus nietos, pero supo de las infidelidades y atrocidades de sus hijos. Supone que solo Hestia era una diosa que nunca ha hecho algo malo…
Eso quiere creer.
--…Son solos niños que sufren a cause de sus padres –Dice acariciando la melena de uno de sus leones --.
Pensó en los niños que Caos traería, dos de sus nietos. Hijos Zeus y de Hades. Sonrió levemente, ambos niños sufrieron mucho.
--Solo espero que quieran que yo esté cerca de ellos.
Ese era su miedo, que sus nietos no deseen su compañía.
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Cuando los engaños y las mentiras aparecen
Hay lágrimas que se liberan
Y corazones que se rompen
Pero cuando la oscuridad se asoma
Una bella luz brilla
Para dar una segunda oportunidad
Más cuando el pasado vuelve
Decisiones y sentimientos son los que juegan
Un papel importante en nuestro destino.