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El chico de la flor equivocada [HaeHun] por Shiza-chan

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Notas del capitulo:

Flor del capítulo (más extras) <3

DongHae paseaba con relativa tranquilidad por los jardines traseros del Palacio.

Era la primera vez en meses que podía estar solo y dedicarse un momento de más de cinco minutos a él mismo. Con la llegada de su vigésimo quinto cumpleaños, más de uno había perdido la cabeza entre preparativos para la celebración y cosas que se necesitaban entre otros detalles. Como por ejemplo (y lo que más preocupaba a su padre): su carencia de una pareja.

Hablando sinceramente, DongHae no entendía por qué aquello era tan importante como para hacer que al emperador casi le salieran canas verdes de la angustia. Como Príncipe y futuro Emperador, conocía perfectamente sus responsabilidades. Desde niño lo habían instruido en ese ámbito, enseñándole que siempre, antes de pensar en él, tenía que pensar en el bienestar de su pueblo.

Eso lo entendía, y de hecho no le molestaba. En realidad se sentía bastante orgulloso de ser quien protegiera a sus súbditos y estuviera a su servicio. El pecho se le retorcía de felicidad cada que veía a algún pequeño correr por ahí con una sonrisa en su rostro; pleno, sin miedo, alejado del peligro.

La dinastía Lee era caracterizada principalmente porque todos sus gobernantes eran justos y sabios a la hora de reinar. Eso era algo por lo que el joven estaba agradecido.

Pero, lo que aún no llegaba a comprender, era el porqué necesitaba una pareja para cumplir con el trabajo que generaciones y generaciones enteras antes de él habían hecho. 
No era como si no quisiera casarse y tener hijos. Por el contrario, la idea de hacía muchísima ilusión. Pero lo que DongHae quería era casarse por amor; tener hijos por amor; no porque tuviera que hacerlo. No porque fuera un requisito para tomar el trono. 
No sabía si estaba siendo egoísta al respecto. Él pensaba que no. Pero así tal cual, prefería dejarle el trono a su hermano menor, KyuHyun, antes que hacer algo que pudiera costarle la felicidad a él y a su verdadero amor.

Pero claro que no podía hacer eso ni aunque quisiera. En primera porque KyuHyun era un doncel. Y en segunda, porque el pequeño ya estaba enamorado de alguien: SiWon, le parecía que se llamaba. Un buen hombre hasta donde sabía.

Ahora bien, si él se estaba rehusando a casarse sin amor alegando que todavía no había alguien "especial", no podría ni imaginar que KyuHyun pasara por lo mismo, más aun cuando su corazón ya tenía dueño. Sería cruel e injusto.

— ¿Por qué las cosas tienen que ser tan difíciles? — Preguntó para sí mismo al tiempo que se dejaba caer sobre el suelo, quedando sentado al estilo indio.

Frente a él se encontraba un estanque artificial de aguas tan cristalinas que podías ver el fondo sin necesidad de mucho esfuerzo, que además reflejaban el brillo del sol de la mañana y provocaban que una serie de destellos surgieran debido al movimiento constante del agua. En su interior nadaba un grupo de unos quince o veinte peces Koi. No podía decirlo con certeza, puesto que los animalitos se movían constantemente; adentrándose y resurgiendo del fondo del cuerpo de agua con regularidad, haciendo que le fuera imposible contarlos a todos. Cada uno era completamente diferente a otro, con tonalidades que iban del naranja más brillante hasta el blanco más puro; unos pintos, otros monocromáticos; pequeños y grandes... todos fluctuando armoniosamente por el medio, ajenos a cualquier perturbación.

De cierta manera, DongHae les tenía celos.

Sus ojos se cerraron momentáneamente cuando sus labios dejaron salir un suspiro de resignación y al volverlos a abrir, se centraron en algo -a su parecer- mil veces más bonito que el pez más colorido del estanque: Una flor de loto cuyo color transitaba entre un rosa oscuro y un guinda desteñido.

A DongHae le gustaba ese jardín en particular no sólo porque era el menos transitado por los que servían a la familia Real, sino también por la calma que se respiraba y, sobre todo, las flores de loto que crecían en el estanque; así como el resto de la vida vegetal del jardín en general. Cada vez que se escapaba al lugar se encontraba a sí mismo perdido en la belleza de los jazmines que bordeaban una imponente fuente de jade y el perfume de las rosas en el sendero de retorno al interior del Palacio.

No se lo explicaba, pero siempre, sin importar mucho el lugar, la presencia de la más pequeña florecilla lograba atrapar su atención.

«Lo heredaste de tu madre» solía decirle su padre. Aunque él no pudiera comprobarlo, puesto que la mujer había perecido luego de dar a luz a su hermano KyuHyun, cuando él apenas y contaba con unos tiernos dos años.
Pese a eso, el pelinegro no dudaba que fuera así.

Otro suspiro.

A lo lejos podía escuchar como varias personas gritaban su nombre. Buscándolo. Hasta ahí su momento de tranquilidad.

Con hastío se puso de pie, sacudiéndose los rastros casi inexistentes de pasto de la ropa. Se dio la media vuelta, dispuesto a regresar al interior del Palacio para enfrentar el sermón de su padre cuando...

— ¡DongHae bada! — Retrocedió para no perder el equilibrio cuando KyuHyun saltó a sus brazos de sorpresa. Aunque de igual manera terminó con el menor encima de él, sacándole el aire.

— Kyu, pesas — Reprochó. El chico resoplo haciendo un puchero y se quitó de encima, no sin antes clavarle el codo en las costillas intencionalmente. — ¿Y eso por qué? — Preguntó sobando la parte afectada de su pecho.

KyuHyun sonrió fingiendo inocencia y se encogió de hombros. Por un segundo DongHae lo miró de mala manera, pero al final le restó importancia y le ayudó a levantarse al mismo tiempo que él lo hacía.

— Padre te busca.

— Que novedad — Soltó con ironía. Comenzó a caminar con el menor detrás de sí. — Se lo he dicho muchas veces, no me casaré sin...

— "Sin estar enamorado de esa persona" — Citó — Lo sé, DongHae. Todos lo sabemos. Padre no es el único que repite las cosas. — El pelinegro bufó y comenzó a caminar más rápido con la intención de dejar atrás al otro. Éste al darse cuenta de lo que pretendía le dio alcance, plantándose enfrente de él para impedirle el paso. — Eh, tranquilo. Mira, yo mismo no podría estar más de acuerdo contigo, y lo sabes. Pero tienes que ponerte en su lugar. El hombre ya está viejo y tiene que asegurar antes que nada el bienestar de su pueblo, si fueras tú, ¿no querrías hacer lo mismo? — Al ver que el pelinegro no tenía intenciones de contestar, Kyu siguió hablando. — ¿Por qué no llegan a un trato? Según la ley, tienes seis meses para conseguir una esposa o esposo luego de haber cumplido los veinticinco años. Piensa en algo. O quién sabe, puede ser que incluso y encuentres a tu persona del otro lado del hilo* en ese plazo te tiempo. Lo único que tienes que hacer es convencer a Padre de que espere un poco más.

DongHae permaneció callado, pensando en lo que había dicho su hermano. Todo parecía tener tanto sentido que por un segundo, se sintió estúpido. Tenía razón en cada aspecto. La ley le daba ese plazo de tiempo para encontrar una pareja antes de que el mismo Emperador le asignara una. Si se le ocurría algo lo suficientemente bueno como para hacer acceder a su padre, todo estaría resuelto.

Centró su atención en KyuHyun y le sonrió de manera amplia antes de rodearlo con sus brazos en un abrazo que amenazaba con asfixiar al más joven.

— Hae, no respiro.

— Me la debes — Dijo entre risas.

No se dignó a soltarlo hasta que el chico comenzó a revolverse entre sus brazos de manera casi desesperada para librarse de su agarre. 
La solución ya estaba planteada, ahora sólo hacía falta hallar una manera de expresarla sin parecer un lunático ante el Emperador Lee. Ahí era donde se encontraba el meollo del asunto. 
Su mirada viajo de KyuHyun a sus alrededores, explorando el jardín entero en busca de cualquier cosa que pudiera brindarle alguna idea lo suficientemente buena. Entonces su mirada se detuvo y las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa sencilla.

— KyuHyun — El mencionado hizo un sonido de afirmación, curioso por lo que el otro tenía que decir — Creo que ya sé que trato hacer con Padre. — Su sonrisa se ensanchó hasta abarcar todo su rostro.

Seguía sin desviar la mirada y pese a que el menor de los dos quiso seguir la misma para ver qué había llamado la atención de su hermano mayor, no consiguió ver nada en particular y, por lo visto DongHae no planeaba decirle nada. Era mejor así. DongHae sentía que esa pequeña flor flotando en el estanque era tan hermosa que prefería ser el único al tanto de su belleza.

Sonrió.

Esa vez no le importó ser egoísta.

Notas finales: ¿Adivinen quién volvió? :3 Vale, no. Tampoco es como si alguien me hubiera extrañado :'v Pero bueh... ¡Y el WonKyu se suma a las parejas participantes, señores y señoras! *aplausos* No tenía planeado meter parejas de SuJu, pero la mente hizo lo que se le dio la bendita gana y puej enos aquí.
 
* KyuHyun está haciendo referencia al Hilo rojo del destino, para quienes no entendieron a qué se refería.
 
Gracias a las personitas que leen y comentan, sobre todo a Oklis y a Mamu (I Love U, Honey). Los amo un chingamadran y así <3
 
Les mando un montón de BSL :3

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