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Siete años de amor por ninoska89

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Notas del capitulo: INTRODUCCION



Hyun Joong, es un estudiante de instituto. Es burlado por sus compañeros al ser poco agraciado según por quienes lo rodean. Se viste con atuendos que no lo favorecen, y oculta su rostro entre su largo cabello y lentes enormes. Siempre lleva libros en las manos. Es el más inteligente del instituto. Se considera el FanBoy de Young Saeng, desde que ambos cursaron la escuela. Solo que nunca pudieron ser amigos.



Young Saeng es un cantante idol, que para impulsar su carrera y habilidad vocal, ha permanecido un año fuera de Corea, pero el hallarse lejos de la tutela de su padre empezó con actos de rebeldía, propios de su edad. Salía con chicas o chicos, y bebía sin control, descuidando los estudios al punto de perder el año escolar. Al ser menor de edad, sus padres reclaman por él. Lo que no sabe es que la música pasara en un segundo plano para la realidad de Saeng.



Kyuhyun, es el hermano menor de Hyun Joong. Esta entre los chicos populares, aunque es de una personalidad fría y sin emociones. Es aficionado al videogame. Pero cuando cree que nadie lo ve, se apasiona por la música tocando el piano o la armónica. No cree en el amor, pues considera que es algo imposible, teniendo como reflejo el amor inalcanzable que anhela su hermano mayor.



Sungmin, es el hermano menor de Young Saeng. Es tierno y amoroso con todos a su alrededor. Admira a su hermano mayor y desea ser un día tan grande como él. Aunque prefiere la actuación y los musicales. Es amante de las cosas rosas, conejos, animalitos, dulces, helados.... y Kyuhyun

 

Capitulo 1

[Hyun Joong]

 

Escuchaba atentamente las chillonas voces de las chicas que se hallaban a mi alrededor. Notaba su cara burlona ante mi presencia, pues ellas clavaban sus ojos maliciosos y eclipsados en estereotipos vánales, dándome miradas de manera lasciva solo por mi manera de vestir. Pero no me importaban sus cotilleos burlones, ni los inevitables empujones que me daban queriendo robar el espacio, que con horas de anticipación habían obtenido en este aeropuerto. Me mantendré firme en este corto espacio, total mi presencia en este lugar es por verlo de regreso a él.

 

Desvié mi atención de aquellas chiquillas, encapsulando mis sentidos para concentrarme en el pedazo de cartulina frente a mí, había pasado dos noches trazando y trazando más de una línea, hasta que lograra obtener aquella la imagen, la perfección de su rostro. Sostuve fuertemente su rostro dibujado contra mi pecho cerrando mis ojos, sintiendo en mí, que aquel trozo de papel podía trasmitir  hacia él los latidos de mi corazón. El amor que podía sentir por el…

Aunque solo era un fan mas…

Mire una vez más el dibujo en mis manos, embelesándome con su belleza, mientras su música sonaba de manera repetitiva en mis oídos. Con mis dedos recorría una vez más los trazos a carboncillo, recordando cada una de sus facciones, sus mejillas, sus ojos rasgados, sonrisa coqueta con hermosos hoyuelos a sus lados. Incluso podía sentir en mis dedos la suavidad del papel, imaginado que de esa misma textura seria su lechosa piel.

Un grito me saco de mi fantasía de adolecente que iba en conjunto con un empujón dejándome en el suelo…

-          Young Saeng Oppa…

Eran los gritos constantes, mas los clicks de las cámaras que dejaban a su paso los flashes cegadores para obtener la mejor fotografía de su regreso a nuestro país. Había pasado un año trabajando lejos de aquí, y solo sabíamos de el por sus progresos y reconocimientos fuera de Corea… Era tanto su talento que su música, trasmitía mas allá de lo que decían cada una de ellas. Su interpretación en cada tema era de aquellas que te erizaban la piel y podías notar los sentimientos de cada una de las notas que su peculiar voz afloraba; atrapándote en sentimientos que él podía trasmitir.

 

Me había enamorado con solo oír su voz en mis oídos.

 

Levante mi mirada, notando como vestido de negro en totalidad y unas gafas oscuras cubrían sus ojos negros. Su piel resplandecía al igual que su sonrisa, mientras saludaba amablemente hacia su público. Mi cuerpo era apretujado por las chiquillas que no sabían cómo lanzarse encima de él y apretar sus mejillas. Yo muchas veces lo había hecho… al menos en mis sueños.

 

-          Es bueno estar de regreso…

Su voz a pesar de ser como un susurro en medio de la noche, pude oírla claramente en mis oídos…

-          Gracias por estar aquí…

 

Su sonrisa es resplandeciente, se acerco a firmar lo que las fans colocaban frente a suyo. Ensimismado en la belleza de su rostro, al hallarme perdido e inmóvil, cuando note su presencia frente a mí y su perfume inundar mis sentidos, nublándolos por completo; donde ni los gritos a mi alrededor eran capaces de reventar mis tímpanos. Solo podía verlo a él. A Heo Young Saeng. 

 

El sonreía para mí…

 

Ladeando su cabeza y con notable asombro él observaba, desvió su mirada al trozo de papel en mis manos, mismo que se hallaba apretado fuertemente contra mi pecho, sintiendo los latidos fervientes de mi corazón emocionado. Sentí sus dedos rozando los míos, cuando tomo el papel, y ese solo tacto lo sentí calentar mis mejillas inmediatamente. Lo tomo dándole un vistazo, regalándome una sonrisa de medio lado…

 

Los flashes de las cámaras me cegaron por un momento, pero solo podía observar su espalda. Alejándose de mi… dejándome más cautivado con esa sonrisa que fue solo para mi…

 

…………..

 

[Young Saeng]

 

Subí el cierre de mi chaqueta, misma que mi manager me lanzo tan pronto como el avión arribo a Corea. Sentí el viento frio chocar en mis mejillas; hace casi un año que mi empresa me saco de mi país en busca de proyectarme mucho mas como artista. Había trabajado en EEUU, y ahora era un idol con un nombre internacional… Hallyu, como le dicen aquí. Pero ahora me traían de regreso a petición de mis padres… como castigo claro está. Pues aun soy menor de edad. Y según ellos había hecho actos pocos dignos de alguien de mi edad.

 

Mi manager me susurro algo de lo que en realidad solo pude asentir con mi cabeza. Me lanzo lentes oscuros para cubrir parte de la notable ebriedad que tenia, pues el champagne del avión estaba en su punto exacto, que me fue inevitable no resistirme a beber unas cinco o seis copitas.  Solo quería olvidar y el alcohol hace unos meses era la mejor manera de hacerlo, por lo menos cuando cerraba los ojos cuando este había logrado su efecto en mi cuerpo…

 

Los flashes no me cegaron al tener mis ojos cubiertos. Escuche “Compórtate” como parte del repertorio de mi manager que seguía a mis espaldas, a veces se tornaba un tanto molesto. La música es mi vida desde que era niño, estar en un escenario, ver como corean mis canciones y todo el entorno que envuelve la música, es maravilloso. Y él como el responsable de mi carrera había hecho un buen trabajo, y eso se notaba con la cantidad de gente que ahora estaba recibiéndome. Pero lo que detesto, e intento fingir de la mejor manera, es la prensa. Creen que mi vida es un circo y tan publica que no me dejan ni respirar. Soy un adolecente y ya me tenían casi fichado solo por dejarme llevar por actos de mi edad. Cierro mis ojos y es mejor olvidar.

 

Las puertas se abren frente a mí y sonrió casi por costumbre, mientras reverencio a todo aquel que está en mi camino. Escucho las voces de mis fans corear mi nombre y solo sonrió con altivez. Firmo cuanto papel pasen por frente mis ojos, mientras mis fans intentan tocarme un poco más de lo indebido, pero volteo mi rostro para firmar un papel más y mi rostro se refleja en un boceto a carboncillo, lo tomo en mis manos notando la calidad del dibujo, es perfecto. Pero retengo la risa burlona que tienta escaparse de mis labios al ver “la cosa” frente a mis ojos…

 

“¿Acaso no tienes un espejo en casa?”… fue lo que quise decirle en ese momento a aquel, muchacho.

 

Solo tomo el ‘obsequio’ del chico tonto y desafortunado, para escabullirme entre la multitud que sigue mis pasos.

 

-          Ah necesito un descanso… -susurro cuando estoy dentro de la camioneta, bajo mis lentes hasta el medio puente de mi nariz, observando a las fans que sonríen con solo verme aquí.- realmente necesito un descanso… -digo mientras le guiño el ojo a las chicas que sonríen para mi, ellas pegan un chillido. Y solo me hundo en el asiento con una sonrisa picara en mis labios…-

-          Oh, Young Saeng… créeme, te regresaron a Corea con el fin de que descanses… -dijo mi manager emprendiendo marcha hacia mi casa.-

-          Te aseguraste de comprar algo para mi hermano… -musite cerrando mis ojos, mi casa quedaba algo lejos de la ciudad, y un sueño reparador de la resaca no me vendría mal. No quiero un motivo más para los regaños de mis padres.-

-          ¿Es tu hermano o el mío?…

-          Vamos Hyung, debiste comprarle algo… -lo vi entornar los ojos por medio del espejo retrovisor, metió su mano en una de las bolsas que estaban en el asiento a su lado…- auchhh… -me queje cuando algo choco en mi cabeza…- que le compraste, piedras?... –pregunte sobando mi cabeza.- me saldrá un moretón, mis fans se darán cuenta… tendré que usar kilos de maquillaje

-          Jajaja… -escuche su risa burlona.- créeme, no necesitaras tampoco el maquillaje en mucho tiempo…

 

Puse mis ojos en blanco sin entender sus palabras que solo me creaban confusión. Solo estoy en corea para trabajar mi carrera desde aquí.  Rebusque el interior de la bolsa que había intentado decapitarme y descubrí…

 

-          ¿Un conejo?… -lo mire a mi manager.- ¿es enserio?... un conejo le daré a Sungmin… -mire atento el afelpado muñeco.- ¿además es rosa?... no es una niñita de 5 años… tiene 17 años… -eleve mi voz con reproche, mientras zarandeaba aquel detestable obsequio.-

 

Sentí el frenazo del coche en la luz roja…

 

-          Te diré las cosas en claro… -me dijo mi manager- mira a tu alrededor Young Saeng, estás perdiendo tu esencia… -se quedo en silencio un minuto observándome, por inercia con mi mirada seguí lo que había recorrido la suya, estaba bien vestido, estaba guapo a pesar del champagne.- suenas tan superficial, no como quien trasmite sentimientos en las melodías…

 

Lo quede observando después de esa última frase, mientras emprendía en marcha una vez más por la carretera hacia casa…

 

Mi esencia… pero si seguía siendo yo, el gran Young Saeng, admirado y querido por hombres y mujeres… dueño de una voz peculiar e inigualable. Un idol Hallyu…

 

Que pude haber perdido, los cachetes… ni con dieta esos desaparecen…

 

[Hyun Joong]

 

Entre casi arrastrando mis pasos, estaba embobado y encantado. Mi cantante favorito había tomado en sus manos el dibujo que había realizado, me había sonreído. A mi…

A Hyun Joong… ósea yo…

 

Me lance totalmente desparramado sobre el sofá, lejanamente escuchaba el sonido de la consola, misma que retumbaba en el salón...

 

-          Yah!, te estoy hablando Hyung… -escuche la voz de mi hermano menor. Sacudí mi cabeza intentando despejar aquella imagen impregnada en mi mente de su sonrisa…-

-          Es maravilloso!!… -le dirigí una mirada a mi hermano, y hable en susurros tocando mis dedos, los mismos que fueron rozados por los suyos-

-          Verdad que si –le sonreí a mi hermano, por apoyar mis sentimientos- es maravilloso que vaya en el nivel 21, Jajaja… -entorne mis ojos.-  

-          Estoy hablando de Saeng!!...

-          Si, acabo de llegar…. –lo escuche hablar con emoción…-

-          Si, hoy regreso a Corea…

-          ¿A Corea?... no, acabo de llegar al nivel 22 Hyung…

-          No estás escuchando lo que digo… -le grite- 

-          Eh?… no…

-          Evil!!…

-          Yo que hice… -dijo en tono inocente… solo ignore sus palabras, escuche que la música del videojuego se detuvo. Subí rumbo a mi habitación, lanzándome en mi cama, clavando mi mirada en la pared frente a la cabecera de mi cama, su rostro era dibujado en toda la extensión de la pared. Sus mejillas, como quisiera peñizcarlas mas allá de mis sueños.-

-          Saengie… -suspire su nombre.-

-          Es un amor imposible Hyung… -escuche la voz de Kyuhyun, mi hermano menor, quien se hallaba parado en el umbral de la puerta de mi habitación- no sigas aferrado, ese amor es un imposible.

-          Tú que sabes Evil, así como lo tuve hoy frente a mi… puede que un día también lo pueda apretar entre mis brazos, y llenar de besos sus mejillas…

-          Es un idol… -me recordó Kyuhyun…- sale con chicos o chicas de ese estilo…

-          Y qué?, yo soy un Kim… - sentí como mi hermano menor me observaba esbozando una media sonrisa con un toque melancólico o realista a lo mejor.-

-          No luces como los que seguro se envuelven en su entorno…

 

Capte claramente cada una de las palabras de Kyuhyun, desvié mi mirada, misma que se clavo  en el espejo que estaba frente a mí. Quizás mi donsaeng tenía razón, yo no era el tipo de chico que pudiera ser observado por mi belleza, al contrario era bastante rechazado por los demás. Era víctima de burlas y constantes apodos de parte de los populares del instituto, por ser considerado el nerd del lugar. Yo solo era un chico delgado, encorvado con ropas fuera de estilo moderno, enormes lentes que ocultaban gran parte de mi rosto y cabello algo desaliñado y largo. Kyuhyun tenía razón, quizás yo no está a la altura del Idol Young Saeng, aunque nuestro nivel económico sea excesivamente alto.

 

-          Hyung… -sentí los brazos de Kyuhyun rodear mis hombros apretándome fuertemente hacia su regazo.- lo siento, no quise decir algo que te haga sentir mal.

-          No te preocupes Kyuhyun… - esboce una sonrisa otorgándole confianza a mi hermano, era consciente de mi apariencia. Y para ser sincero no me sentía incomodo con ella. Prefería ser el desencantado nerd del lugar, a que solo me busquen por mi apariencia o dinero.-

-          Hyung… nosotros… -sabía donde llevaría ese nosotros. Kyuhyun era dos años menor que yo, tenia diecisiete y el estaba entre los chicos ‘con encanto’ por decirlo de esa manera. A muchos les costaba creer que fuésemos hermanos, incluso rumores corrían de que yo podía ser adoptado o a lo mejor él. Pero no, somos hermanos.

-          Para!! –le advertí antes de que empezara a darme toques de ‘belleza’, pues ya sentía sus dedos recorriendo cada mechón de mi cabello.- deja de tocarme como si fuesen las teclas de tu piano. –refute dándole un manotón a su mano, el solo sonrió, acto que también imite.-

-          Deberías tener más confianza en ti… -hablo mientras se encaminaba a la salida.-

 

¿Confianza?

 

Aquello me sobraba, yo tenía mucha confianza en mí, en mis conocimientos e incluso en mi escasa belleza. No me oculto, como lo dice mi hermano o mi mejor amigo. No. Yo me visto así… pues porque… es cómodo para mí.

 

Aunque el mundo se ría de mí…

 

-          Yo quiero que atesores mi amor en tu corazón… -dije mirando una vez más la imagen de Young Saeng que estaba frente a mi…- ámame a mi Young Saeng, mírame por solo una vez

-          Se asustara… -dijo Kyuhyun.- Auch!!... –se quejo, cuando le cayó la almohada en toda la cara-

-          Si yo lo tuviera frente a mí, me encargaría de que se enamorada de este feo nerd… no habría un día en que no haga todo lo que él quisiera…  

-          Ahh que cursi… -me grito Kyuhyun del pasillo.- Yo jamás me enamorare… jamás… pone idiota a la gente. Tu eres un ejemplo.

 

Ignore a mi hermano reproduciendo una vez más un tema de Young Saeng… amo su voz…

 

[Kyuhyun]

Salí de la habitación de mi hermano. Baje las escaleras para seguir en mi misión… lograr pasar el nivel 22 de mi juego. Me lance en el puff, frente a la gran pantalla plasma que mantenía un intermitente ‘PAUSE’ en ella. Con el mando en manos solo me detuve a pensar en lo último que había dicho mi Hyung, Hyun Joong.

“No habría un día en que no haga todo lo que él quisiera…”

Sentí una corriente recorrer mi cuerpo llegando a imaginarme en ese estado. Hice una mueca mientras consideraba que era el mejor momento para descansar de los videojuegos. Por lo menos un momento, quiero terminar ese nivel 22.

Camine hasta el salón/estudio, logre mirar lo que me apasionaba y estaba en el fondo de esa habitación, cerca del gran ventanal que dejaba a su paso una gran vista del jardín de nuestra enorme casa. Recuerdos llegaron a mí, Hyun Joong y yo habíamos tomado clases de piano desde pequeños, Omma sentía fascinación por la música clásica, pero al poco tiempo Hyun descubrió que para él, el mejor instrumento era la guitarra. Yo seguí fervientemente hacia mi aprendizaje de este instrumento. El piano. Levante la tapa mientras dejaba a mi vista la cantidad de teclas blancas y negras, digite notas sin sentidos que se trasformaban en una bonita melodía. Las palabras de mi hermano mayor seguían recorriendo mi cabeza, al igual que la imagen de su rostro embelesado ante algo inalcanzable.

 

-          Es un amor imposible. Y no sé cómo bajarlo de su nube… -susurre al darme cuenta de aquella realidad a la que mi hermano no era consciente.- 

 

Pues veo en su rostro la ferviente fascinación de Hyun por alguien a quien solo su rostro lo ve en una pantalla y  su voz solo la escucha solo por medio de sus canciones. No es real. Young Saeng no es real en su vida como él quisiera. Y eso solo me hace notar lo imposible que es encontrar el amor.

 

-          Yo nunca me enamorare… -dije mientras sostenía mis dedos en una aguda nota.- El amor es inalcanzable… no quiero no ser correspondido como Hyung. 

 

[Sungmin]

Corro rápidamente las escaleras, pues logre divisar por la ventana de mi habitación, que él ya estaba aquí. Me siento tan contento, ha sido más de un año sin verlo.

La puerta de entrada de  casa se abre casi al mismo momento en que llego a la primera planta, corro lanzándome en sus brazos, envolviendo mi cuerpo en el suyo.

 

-          Te extrañe tanto… -balbuceo, mientras me acerco mas a él para besar sus cachetes.-

-          Yah!... me estas ensuciando… -le escucho decir, sonrió por que he dejado un poco de helado de fresa en su mejilla, con mi pañuelo retiro los restos, mientras tomo su mano para jalarlo conmigo hacia el sofá-

-          Quiero saberlo todo… -le hablo emocionado, lo siento en el sofá mientras me coloco frente a el, me siento tan contento de verlo.-

Soy Sungmin, soy hermano menor de Young Saeng. Tengo diecisiete años, y naci en enero. Siempre he tenido afinidad con mi Hyung, y cuando se fue me sentí tan solo en esta casa, bueno también conocí un amigo en el instituto, es mi mejor amigo. Pero no se compara con las largas conversaciones que tenia con Saengie. Pero entiendo que el tiene un futuro muy grande como cantante, y lo admiro. Yo espero seguir sus pasos y ser actor de musical famoso.

 

Ah… amo el rosa…

 

-          Toma… -extendió una bolsa frente a mí, y con emoción rebusque entre el papel rosa que envolvía mi obsequio, sonreí enormemente cuando me encontré con un hermoso conejo de felpa y era rosa…-

-          Oh, Hyung… sabía que no te olvidarías de mis gustos… es hermoso, hermoso… -le dije picando sus mejillas. Saeng tomo mi mano, alejándola de su rostro, aun no se había quitado los oscuros lentes y en ese momento lo hizo. Sonreí, pues como dije sentía de mil maravillas mi corazón al tenerlo otra vez aquí.-

-          No toques mi rostro… -me hablo con un tono neutral, algo que me sorprendió. Pero aun así sonreí.-

-          Oh, lo siento…

-          ¿Y mis padres? –pregunto mientras caminaba hacia la chimenea.

-          Están en camino, estarán contentos de verte Saengie… -sonreí. Lo vi acercarse a la pequeña mesa donde reposaba algo de hielo y licor en ella, fruncí el ceño al ver como se serbia un trago.- ¿Bebes? –pregunte algo absorto al verlo dar un trago de aquel whisky que papa suele beber esporádicas veces.-

-          Muchas cosas han cambiado en mi Sungmin… -abrí mis ojos y labios enormes.-

-          ¿Sungmin?... –repetí inmediatamente, pues el no solía llamarme por mi nombre de pila…-

-          Ese es tu nombre, no hermanito… -un nudo se formo en mi corazón.-

-          Si, ese es mi nombre… Young Saeng Hyung… -lo vi sonreír de lado en conjunto con una mueca, mientras bebía el resto de lo quedaba en aquel vaso. Entrecerré mis ojos, mientras mire a mí alrededor. ¿No habrán cambiado a mi hermano en el aeropuerto?- ¿Qué sucede contigo?…- susurre.- no eres como antes…

-          Te he dicho que muchas cosas han cambiado… -miro algo alrededor de su muñeca, no sabría descifrar que era, y es cuando note que su mirada era fría y vacía.-

 

***

 

Me senté en una esquina alejado del salón, y desde mi lugar podía escuchar las voces de mis Appas y de Saeng, podía ver la rabia contenía en su rostro y como lanzaba los papeles que Appa le había dado unos segundos antes…

 

-          No puedes obligarme… -refuto Saeng, me asuste ante el grito de su voz, no había conocido su faceta rebelde.-

-          Eres menor de edad, claro que puedo hacerlo… y he firmado ya para ello….

Pude notar la mirada de Saeng, como sus ojos se llenaban de lágrimas que pedían a gritos salir de ellos…

 

-          No puedes quitarme lo que amo… la música… -susurro.-

-          No puedes seguir así… -escuche la voz de Omma, ella se acerco a él rodeando sus brazos, yo solo miraba mis dedos moverse nerviosos en mi regazo, me sentía muy  nerviosos.-  mírate, bebes sin control. Tu imagen ante tu público está cayendo cariño. No lo podemos permitir, es tu sueño. Sé que fue un momento duro porque son tus primeras veces, y eso te ha dejado un profundo vacio, pero debes olvidar, seguir adelante. No caer como lo estás haciendo… El alcohol no te ayudara

-          Sin mi música… no Omma… no…

 

Se soltó del agarre de Omma y lo vi correr hacia las escaleras. Camine atrás de mi hermano y toque suavemente de su puerta…

-          Saengie… -toque una vez más…- soy Minie…

-          Lárgate!!...

 

Me di media vuelta, entrando a mi habitación.

 

-          Sé que fue duro para ti, pero ya llegara quien te anime otra vez… 

 

[Young Saeng]

 

Sentía mis ojos pesados, era lógico había llorado hasta quedar dormido. Me levante con pesadez mientras arrastraba mis pies hacia el baño de mi habitación. Hoy comenzaría mi tortura. No supe dé ir a un instituto desde que mi carrera estuvo en ascenso. Y hoy me tocaba regresar a esa rutina y peor aun… internado.

Mire mi reflejo en el espejo. Que demacrado lucia.

 

-          Espero la ducha me reanime.

 

El agua logro liberar la tensión de mis músculos, mientras mi cabeza lograba despejarse, haciendo eco a cada palabra que mi Appa y mi Omma me había dicho la noche anterior. Me acomode el uniforme mientras miraba las maletas que estaba a un lado. No hubo necesidad de que las abriera, pues hoy mismo me enviaran al encierro.

No me dolía el hecho de que me enviaran nuevamente a ello y los estudios. Si no lo lejos de mi alcance que dejaron la música. Era mi vida, como lo fue él en su momento; y ahora no tengo ni lo uno, ni lo otro. Cierro mis ojos, es mejor no recordar, si quiero recuperar lo que realmente vale la pena… cantar.

 

Un desayuno a medio comer, pues el apetito últimamente no era una de mis prioridades y lo consideraba algo así como una dieta. Junto a ello la cantarina voz de mi donsaeng por momentos llegaba a tornarse molestosa. Acaso no podía dejar de sonreír…

 

-          Estoy tan feliz… -sentí su brazo rodear el mío mientras recostaba su cabeza en mi hombro.- te quiero Hyung… -mire de soslayo su rostro, el mantenía sus ojos cerrados con una ligera sonrisa en sus labios. El coche seguía su curso llevándonos al que sería nuestro nuevo ‘segundo hogar’.- espero hacer muchos amigos, Hae también estará en mi salón… estoy tan contento… -se apretujo mas en mi regazo, tome mi reproductor, como dije su ‘felicidad’ a veces me daba ganas de vomitar. No lo odio. Pero no tengo motivos para estar de feliz.-

 

El  coche se detuvo, el chofer se haría cargo de mis maletas y las de mi hermano, y a este lo vi saludar a alguien a la distancia.

 

-          Hae!! –grito.-

-          Ve con él, yo puedo encontrar mi habitación solo…

-          Pero Hyung, yo puedo…

-          Ve con el… -me dio una mirada de gato tierno. Entorne mis ojos con fastidio.- obedece a tu Hyung!… -le regañe, pero lo vi agachar su rostro, suspire resignado, a este niño nunca se le quitara esa personalidad tan ‘tierna’ que tiene. Puse mi mano en su hombro.- Ve con el… después te paso a buscar…

-          ¿De verdad?... –lo vi sonreír.-

-           Si… -sentí un beso suyo en mi mejilla, mientras corría a saludar amistosamente a su amigo…-

-          Espero que nunca se borre tu sonrisa como la mía… -susurre al verlo reír, alejándose de mi.-

 

Camine por los pasillos, mientras ojeaba los documentos de mi ingreso y las puertas de las diferentes habitaciones de este edificio. Espero y ruego que me toque una habitación para mi solo.

 

-          501… -susurre, al ver el numero en la puerta.- es aquí…

 

Un leve ruido me hizo pegar mi oreja en la puerta. Maldije en mis adentros, podía ser demasiado bueno si me tocaba solito, pero no. Nadie oye mis ruegos. Toque la puerta y un ruido de algo mas cayendo se escucho del otro lado…

 

-          Ahora hace falta que sea un torpe con quien conviva…

-          Momento… -gritaron desde el otro lado… no estoy para esperar a nadie, toque con mas efusividad la puerta. Esta a los segundos se abrió.-

 

Y lo vi… con su rostro sorprendido frente a mi…

 

-          Tu…

 

[Kyuhyun]

 

Había dejado a mi hermano en su habitación, a él le toco en el 5to piso y a mí en el 4to, hubiésemos querido compartir habitación, pero por lo visto al ser de salones diferentes, eso fue como algo casi imposible. En fin, resignación, me tocara compartir habitación con alguien desconocido. Solo espero que sea alguien a quien le guste los videogames, así este año escolar seria una maravilla.

Sentía mucha sed, por lo que me baje en busca de alguna bebida fría. Recorrí varios metros sintiéndome un poco perdido, es nuestro primer año en este internado, pues nuestros padres estarán fuera del país por varios meses y para ellos le resulto favorable meternos en este lugar donde pasaremos encerrados los 24/7 del año.

Lo único que me emociono del lugar es que tenía un salón con un piano en su interior. Eso sería bueno para una escapada nocturna y tocar un poco para despejarme después de una excelente y victoriosa batalla online. *sonrisa malvada*

 

Desde el pasillo logre ver una maquina y dos chiquillos que estaban cerca a ella peleando por algo no le di importancia, total no era mi asunto. Hice caso omiso a su plática e ingrese la moneda para que me diera a cambio una fría limonada.

 

-          Yah! Hae… es mía…

-          Dile a la maquina que me de la mía…

 

Voltee mi cabeza al escucharlos discutir. Mi bebida bajo, me agache a tomarla.

 

-          Es mía…

 

Me di la vuelta cuando un chorro de algo dulce bañaba mi rostro y mi ropa. Pude ver la cara de aquel chico asustado al darse cuenta que su gaseosa había sido derramada encima de mí.

 

-          Oh lo siento tanto… -hablo con un puchero.-

 

Me quede paralizado sin saber cómo reaccionar, solo podía observar como ese chiquillo limpiaba mi rostro con un pañuelo… ¿rosa?...


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