Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Acosador por accidente por ElleLover

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

perdooooneeeen EL LAAAAARGO TIEMPO, pero volví... ;D y también volveré con la 3a parte de Hell butterfly, estoy en ello.

 

Seguimos con este culebrón jajaja Recuerden, por si se olvidaron: Hiro es el albino. Está enamorado de Hiroshi: el que dice que es libre en el amor. Y luego está Takumi: el primo de Hiro, que es el típico seme de voz grave y varonil, el cual primero estaba enamorado de Hiro y ahora de Hiroshi.

 

Y ... seguimoooos....

Hiro le echó el batido en toda la cara. El tipo ni se inmutó. Hasta parecía contento de que le mostrara ese tipo de cercanía: aunque fuera para atacarle.

—¿Te enfadas porque sabes que tengo razón?

Se levantó, mientras un montón de personas se le quedaron mirando.  Él las ignoró, se puso la gorra y las gafas y salió. “No tengo miedo…”.

Se plantó en frente de la casa de Hiroshi. Cuando lo vio se extrañó. Fue directo al grano. Intentando ser considerado, a pesar de su rabia contenida.

—¿Está mi primo? ¿No, verdad? Sé que está trabajando. —se acercó a él y le empezó a besarle.

Hiroshi se quedó de piedra, sin poder devolverle el beso, aún con un montón de sentimientos encontrados.

—¿Qué pasa? Sabes que me gustas, de sobras. Y no estás saliendo “solo” con mi primo, ¿verdad? Entonces, ¿por qué nunca lo has hecho? Fardas mucho de amor libre y nunca te me has acercado… estoy harto de esperar alguna señal.

Hiroshi se quedó alucinando en colores.

—¿Oye, te ha pasado algo para que… vengas así de repente y…?

El peliblanco lo puso contra la pared. No lo recordaba tan fuerte y alto. De repente se ruborizó al sentir su mirada: la que nunca había cambiado. Esa mirada de enamorado… y no pudo evitarlo, así que la apartó. Sino, se volvería loco.

—¿Por qué me evitas…? Yo te quiero. Tú también, ¿verdad? Olvídate del mundo entero cuando estés conmigo… no pienses en lo que me va a hacer sufrir después: me da igual.

Hiroshi se movió, sabiendo que le dejaría salir. Ya que realmente su fuerza ya había parado y solo le había querido entrarle por sorpresa para ver su reacción y dejarse desatar. Pero él no podía hacer aquello…

—Tú y yo… somos demasiado sensibles. Y fríos, a la vez. Demasiado parecidos. No saldría nada bueno de esto.

—Ni siquiera lo quieres intentar… ¿o dejar que suceda?

—Entonces ya no sería yo. Mi instinto me dice lo que siempre he sabido que es: algo que no puede nacer. Sería peligroso… para mí y para ti.

Las chispas entre ambos estaban a punto de incendiar esa habitación. Hiro estaba completamente serio. Hiroshi nunca había visto esa expresión cuando trabajaban juntos. Realmente se había vuelto en un hombre grande y maduro.

—¿Te has… sentido solo? Por eso viajas de un sitio a otro, ¿y ahora, qué esperes que te pueda dar yo? Yo sigo siendo el mismo. Y solo puedo ofrecerte mi compañía, la cual no te beneficiaría en absoluto…

El peliblanco no entendía nada. Sonrió.

—     ¿Es que yo tampoco tengo derecho a elegir? Tú puedes ser un herbívoro, un gilipollas o lo que quieras… pero yo nunca me alejaré de ti. Si me permites estar a tu lado, claro. Ya no lo puedo evitar. Te quiero. Me da igual si no quieres follar conmigo o ni siquiera ser amigos. Solo quería que lo supieras…

Hiroshi se enfadó también.

—¿¡QUÉ MIERDAS SABES TÚ DE MÍ!?

—¡PUES CUÉNTAMELO!

El castaño recordó ese estúpido niño peli-blanco que le había trastornado la vida, besándolo, así como así… con esa sonrisa optimista. ¿Por qué se preocupaba por él…? ¡No necesitaba ayuda! No quería… a…

—Déjame de decir lo que tengo o no que hacer. Toda la vida me han mandado, utilizado, sermoneado… estoy harto de esto. Me revelo a la felicidad… me prometí no ser nunca un ser normal… y no te voy a arrastrar a este tipo de mierda. Solo quiero estar solo.

Hiro se le acercó, sonriéndole.

—Mientes.

Hiroshi empezó a temblar.  Rió.

—Habló el rey de las mentiras y el escape. ¿Qué quieres decir: que miento también y huyo? ¿De ti, de todos? ¿Qué tengo que estar contigo o con alguien…?

—No. Simplemente sé… que no quieres estar solo. Nadie quiere esto. Y creo que estás en peligro. Y yo quiero hacerte sentir mejor. Mi hermano no ve lo que yo. Cree que todo está bien. Y no lo está… no me puedes mentir a mí. Exacto: soy el rey.

Le sonrió y se fue de su piso.

—No sé qué le has hecho a mi supuesto novio, pero se ha vuelto un celoso psicópata. Ten cuidado si te lo encuentras. Le tengo aprecio, es mi amigo… y no del clase de amigo que tú crees que es. Pero sí, tuvimos sexo: error mío.

Hiroshi arrugó el entrecejo.

—¿Era necesario contar esta mierda, me da igua…?

­—Mientes… te importa. Sino no te enfadarías, ¿Verdad? —El peliblanco se fue, sonriendo, como un tonto enamorado— Celos. Muy bien. Gracias… me siento halagado.

—Es malestar… por tu prepotencia. ¡Te equivocas! ¡NO ME GUSTAS EN ABSOLUTO! Eres tú el maldito acosador que empezó a formarse lo que no era e incluso ahora me… m-me…

Le volvió a atrapar contra la pared. Hiroshi quería besarle… así que Hiro se precipitó al ver su expresión de deseo. Ambos disfrutaron con aquel beso, como nunca.

—Cuanto más mientes, más me pones…

Finalmente, Hiroshi le apartó, sabiendo que aquello podría acabar en algo demasiado extraño.

—No puedes venir aquí de repente y…

—¿Por qué no puedo, Hiroshi-san…? ¿Es que tenemos que seguir jugando y echarnos distancias? Guárdate estos formalismos. Te ha gustado… y quieres más.

—Pero no significa que yo te…

Cuando un golpe de la puerta se abrió, vieron a un tipo lleno de batido:

—Aléjate de él, demonio… déjale de llenarle con tus estúpidas mentiras de siempre. A ver si creces de una jodida vez…

Cuando un hombre de voz grave entró, poniéndose entre ellos dos, Hiroshi se bloqueó ya por segunda vez, sin saber cómo actuar. Tan solo pudo… enfadarse aún más.

—¿Y tú qué cojones haces…? Ya te he dicho que tú no eres nadie para decidir quién entra o no en mi casa. Y también tienes que llamar cuando quieras hacerlo. Ni siquiera te di la llave, ¿recuerdas? Es por algo. Así que dejad de… entrar aquí… como si esto fuera una jodida telenovela y yo tuviera que elegir a alguno. ¿¡VALE?!

Pronto los echó a ambos, casi a patadas. Y cerró la puerta.

—Tengo trabajo que hacer. ¡¡Adiós!! La próxima vez, llamáis y sed respetuosos conmigo. Actuad como PERSONAS NORMALES.

Takumi y Hiro se miraron, sin poderse creer que Hiroshi acabara de echarles a ambos.

—¿Por qué has tenido que venir y joderme, blanquito?

El peliblanco se volvió a poner las gafas e intentó ignorarle. Pero, se sentía tan enfadado, que tenía que hablar con alguien.

—¿¡Siempre actúa así!? Creía que conmigo sería diferente…

—¡EN SERIO! No te metas en medio… ¿crees que puedes desaparecer y echar por tierra todos mis esfuerzos para conquistarle? Ahora no solo te odiará a ti, sino que a mí también: ¿pero por qué cojones tengo a un familiar tan estúpido? ¿Cómo pude enamorarme de ti…? Ahora mismo te odio…

El peliblanco se quedó quieto. Le acorraló como había hecho con Hiroshi y empezó a lamer parte de helado que aún estaba en su cuello. El hombre se quedó en silencio, sintiendo como su corazón palpitaba.

—Tú también mientes…

Al acercarse a sus labios, la mirada felina de Hiro hizo que Takumi volviera a experimentar sentimiento extraños hacia él.

—¿Estás jugando conmigo…?

El peliblanco sonrió, excitándose también con aquello.

—Sí, siempre lo he hecho. ¿Ahora te das cuenta…? Pero aun así, sigues queriendo mis besos. Es hasta enternecedor. Porque también sé lo mucho que me odias… Y que Hiroshi te gusta.

El peliblanco se separó, pensando largamente.

—Es curioso… ¿acaso podemos enamorarnos tan facilmente… de todo el mundo? ¿Qué le pasa a Hiroshi…? Tiene miedo de este sentimiento. O… tal vez, lo quiere sentir, constantemente, ya que no recibió suficiente amor en su vida o… ¿qué mierdas le…?

Takumi lo agarró con la mano y le besó profundamente, haciendo que Hiroshi se volviera rojo, al sentir no poder escapar de ese cuerpo tan fuerte. Intentó hacer varias llaves, pero se sorprendió de la fuerza de su primo.

—Si no entiendes “el juego”, no te metas… Pero si quieres entrar, adelante… voy a jugar y bien duro. No deberías haber hecho esto…

El peliblanco volvió a sentirse intimidado, como si fuera de nuevo un niño.

—¿¡Te crees un yakuza, o qué!? ¡D-dejame en paz! ¿¡Era todo esto una estratagema para…?!

—Ya te he dicho que no deberías haber vuelto. Pero así lo has querido… ¿qué quieres que piensa? Pides a gritos que te amen. Yo solo doy lo que Hiroshi no se atreve a darte. Puedo ser su “intermediario”, si quieres… le conozco mucho mejor que tú. ¿Qué te parece…? Has pasado mucho tiempo fuera. Y le he puesto muchas más cosas a Hiroshi, que un simple traje de osito. Es normal que su impulso sea alejarse de ti… Está impregnado de todo mi amor. No te va a ser fácil hacerle llegar tus estúpidas escenas de melodrama, blanquito…

El peliblanco se puso rojo como un tomate. De la vergüenza y la rabia.

—Va a ser un placer restregártelo cuando te deje… imbécil. ¡ADIÓS!

Notas finales:

Cortito, pero dejadme un tiempecito para retomar esta historia y hacerla interesante. Mh... tengo que arreglar un poco la trama... a lo mejor le añado algunos otros personajes. Ya veréis, ya veréis...

 

Song para Hiro, el "blanquito" xD que miente...

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=OzQMOfe00A4


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).