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Mientras duermen por yiya

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Notas del capitulo:

Antes que nada gracias por todos los que leyeron el capítulo primero. Una aclaración importante: lo que se narra en este capítulo ocurre antes de los acontecimientos del capítulo anterior. Sin más, los dejo leer.

-Muchas felicidades Aikawa- El escritor con un elegante traje, perfecto para la ceremonia en la que se encontraba, felicitaba a su ahora ex-editora.
-¡Muchas gracias sensei! ¡Soy tan feliz! Aunque me siento algo insegura por dejarlo cuando está por comenzar un nuevo libro, mejor dicho preocupada por el nuevo editor que ahora deberá soportarlo- comentaba la pelirroja, quien conocía muy bien las mañas del escritor así como también sus fatídicas costumbres con los plazos de entrega, que tantos problemas le habían causado en el pasado.
-Pues no te preocupes, lo conozco desde hace mucho tiempo y él es muy diferente a ti, así que estoy seguro de que nos llevaremos muy bien. Hoy es el día de tu boda, además de la despedida antes de tu luna de miel, así que no hablemos de trabajo- le dijo con una sonrisa, luego de que la mujer hiciera un puchero por el comentario anterior.
Ella sólo sonrió viendo venir hacia ellos a su ahora esposo, quien la tomó del brazo para arrastrarla a la pista de baile, en medio de su dicha ambos olvidaron por completo al escritor. Pero él no se sintió ofendido por haberse quedado sólo, estaba contento por la feliz pareja, ellos estaban muy enamorados y Akihiko sabía que serían muy felices juntos.
Su celular comenzó a sonar, salió al hall del salón para responder. Miró la pantalla para saber de quién se trataba y contestó con una sonrisa.
-Ann-chan ¿cómo estás?
-Muy bien Akihiko, ¿llamo en un mal momento? – cuestionó la castaña, ya que a pesar de estar en el hall aún podía escucharse la música proveniente del salón.
-Para nada. Y bien, ¿me averiguaste el dato que te pedí?
-Claro que sí, ellos llegaron a Japón hace un mes, viven cerca de la editorial Shuu Dansha, por lo que sé ahora mismo no trabaja, pero no sé el porqué, no pude averiguarlo, lo siento- respondió su amiga algo apenada por no ser de más ayuda.
-No te preocupes, me conviene que no esté trabajando en nada más, aunque es raro que viva cerca de esa editorial si no trabaja ahí- reflexionó el peli plateado.
-No él no trabaja pero ese tipo sí, trabaja ahí- respondió la chica en un tono algo extraño al parecer de Akihiko.
-Ya veo, volviendo a la persona de nuestro interés- dijo recuperando su buen humor- ¿tienes su número de teléfono o alguna forma de contactarlo?
-Por supuesto, te enviaré un mail con los datos enseguida, bueno Akihiko debo colgar mi jefe me está llamando y no quiero lidiar con su mal humor, ya que me escapé del trabajo para llamarte. Ah! Se me olvidaba, yo también en dos meses vuelvo al país, espero podamos vernos y ponernos al día, además hay algo importante que debo hablar contigo personalmente- mencionó la mujer en tono serio.
-¿En serio? Qué buena noticia, nos veremos pronto entonces, y por mientras te tendré al tanto de cómo sale todo por aquí. Adiós y gracias por todo.
-No Akihiko gracias a ti, me hace muy feliz que quieras retomar tu amistad con Ritchan, sabes bien que ambos son mis grandes amigos de la infancia y los aprecio a ambos ¡Adiós!
Sin más la llamada terminó y Akihiko volvió a entrar al salón para despedirse de los novios y hablar con Isaka acerca de su nuevo editor.
-Isaka- el escritor llamó al presidente de Marukawa quien se encontraba bastante animado bebiendo y al parecer muy divertido de molestar a su secretario.
-Ahh Akihiko ¿Qué sucede? ¿No disfrutas la fiesta? Como siempre tú tan aburrido- le decía abrazándolo por los hombros con el rostro muy cerca del suyo, pudiendo comprobar el estado alcoholizado del presidente por la cercanía con la que éste le hablaba.
Reprimiendo un suspiro de fastidio se apartó de él- Quiero hablarte de mi nuevo editor.
-¿Ahora? Oye este no es el momento ni el lugar para hablar de trabajo- dijo con un infantil puchero por la manera en que el escritor se había alejado de él- además ya hablamos de esto, te dije que escogieras a cualquiera de nuestros editores, cada uno de ellos está más que capacitado, ya hice que te enviaran la lista, así que el lunes debes confirmar a quien eliges- sin más le dio la espalda para volver a lo suyo, molestar a Asahina.
-Ese es el problema- Akihiko siguió hablando, por lo que Isaka volteó hacia él sorprendido- no quiero a ninguno de ellos. El editor que yo quiero no trabaja en Marukawa- esto llamó la atención de Isaka quien lo interrogó con la mirada sin entender a donde quería llegar el caprichoso escritor.
-Quiero que contrates a un amigo mío para que sea mi nuevo editor, por eso debes citarlo el lunes para que todo quede arreglado esta semana. Ya adelanté mucho de mi nuevo trabajo así que lo necesito lo antes posible.
Isaka no podía creer la soberbia de ese escritor, es decir, sabía que el ego de Usami Akihiko era de temer, pero jamás creyó que saliera con tales exigencias. ¿Contratar a un amigo? ¿Qué clase de favoritismo era ese? Así que decidió ir hasta el fondo del asunto- ¿y se puede saber el nombre de tu tan necesario amigo?
-Por supuesto, además creo que tú lo conoces. Su nombre es Onodera Ritsu y es un editor perfectamente graduado y con vasta experiencia que llegó al país hace poco. Antiguamente trabajaba en la sucursal europea de Shuu Dansha, pero ahora está desempleado, por esa razón debes contratarlo en Marukawa como mi editor antes de que vuelva a esa empresa.
El presidente con dificultad asimiló lo que acababa de escuchar. Onodera Ritsu, el heredero de editoriales Onodera, quien hacía seis años se había ido del país sin decir nada y sin dejar rastros, ahora se encontraba en Japón y trabajaría en Marukawa como editor de Usami Akihiko. Formuló varios interrogantes en su mente, mas no exteriorizó ninguno.
El caso siempre había sido un misterio en su círculo social. El joven durante su segundo año de universidad había desaparecido completamente del país. A todo el misterio se le sumaba el hermetismo de su familia, quienes no dieron ninguna explicación del porqué el único heredero se fue de un día para el otro sin dejar rastros, sólo dijeron que él ya no era el heredero y se desligaron del tema.
Las hipótesis eran muchas: que había cometido un delito y se vio obligado a fugarse del país, que sus padres lo habían desheredado y desterrado por alguna desavenencia familiar, que había dejado embarazada a una noviecita y escapó de su responsabilidad, e incluso que se había enamorado de una muchacha inconveniente y había huido con ella al no tener la bendición de su familia para casarse.
Ante el largo silencio de Isaka, que claramente se encontraba hundido en sus divagaciones, Akihiko tomó nuevamente la palabra.
¿Te pasaré sus datos y lo citarás verdad? Además quiero estar presente en esa reunión. Nos vemos el lunes.-Luego de que Isaka aceptara en medio de su confusión Usami se dirigió hacia los anfitriones de la fiesta para despedirse. Los eventos sociales no le agradaban, además tenía cosas por hacer y no quería seguir perdiendo su tiempo en aquel lugar, sin más se retiró.

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El domingo por la tarde Haitani Ritsu respondió una llamada de su celular. Un tal Asahina, quien se presentó como el secretario del presidente de la editorial Marukawa, le informó que requerían de su presencia para una entrevista de trabajo a pedido del señor Usami Akihiko. La entrevista sería el lunes a las diez de la mañana en la oficina del presidente de la compañía, Isaka Ryuuchirou.
El castaño abrió los ojos con sorpresa, ¿entrevista de trabajo? ¿Usami Akihiko? ¿Isaka-san?
Llevado por la curiosidad más que por el sentido común decidió aceptar la entrevista. Ahora mismo no se encontraba trabajando, y realmente tenía ganas de volver a editar, sobre todo si eso le permitía volver a ver a su amigo. No estaba seguro de si lo vería, ya que el secretario no le dio demasiados detalles. Tampoco sabía si el trabajo era como editor, aunque no se imaginaba para qué más podría ser.
Con la cabeza dándole vueltas por todos esos interrogantes llegó la noche. Debía decírselo a su esposo cuando éste llegara del trabajo. No sabía cómo tomaría la noticia, de todas maneras aún no había aceptado nada y ¿por ir a una entrevista no perdería nada cierto?
Trataba de convencerse a sí mismo de que había hecho bien en aceptar, pero no podía evitar que un mal presentimiento rondara su mente.
Los niños dormían cuando escuchó la puerta abrirse. Su marido había llegado. Se armó de valor para lo que vendría.

Notas finales:

Hasta aquí llega este cap. Próximo capítulo: lemón :)


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