Naruto se quedó dormido en la cama unos segundos después de que sasuke se fuera, cuando se levantó salió del cuarto buscando a su prometido aunque el castillo era muy grande se topó con una sirvienta que lo llevo a la biblioteca, cuando llegaron ella se despidió y el iba a entrar cuando escucho a sasuke hablando con alguien.
-sasuke enserio es un honor que escogieras a mi hijo, pero solo te pido que si el no siente nada por ti lo dejes libre- “papa” Naruto pego su oreja a la puerta para oír con más claridad.
-señor minato, es una sorpresa la verdad no sabía que Naruto era tu hijo, hace tanto que no vienes al castillo desde que mi padre murió, aunque debo decir que es un honor que el más grande soldado de mi padre sea mi suegro- escucho risas del otro lado “como que soldado, mi padre era un simple campesino, eso me dijo mama”.
-el señor fugaku fue un gran rey y me alegro servirle por tanto tiempo, aunque él me dejo ir cuando me enamore de una humana, jamás me perdonare el no estar a su lado cuando murió- Naruto entro cuando escucho eso, sorprendiéndolos.
-Naruto creí que aun dormías- dijo sasuke caminado hacia él.
-como que eres un demonio papa- pregunto confundido y dolido por la mentira.
-fue hace mucho tiempo, tu madre me pidió que no te lo contáramos, ya que tú naciste humano- sasuke abrazo a naruto y le susurro a la oreja “los dejare solos, te esperare en la terraza para comer pastel” con un beso en los labios salió de la habitación.
-papa me puedes explicar esto- minato le pidió que se sentara a su lado y naruto lo hizo.
-veras hijo yo soy un demonio, desde que nací le serví al rey, pero no como soldado si no como un gran amigo, ambos al cumplir 18 años nos enamoramos el de una demonia hermosa y yo de tu madre ella sabía muy bien que yo era un demonio pero nos enamoramos, al cumplir los 20 años nos casamos pero yo ocultando todo rastro de mi descendencia, cuando fugaku cumplió los 25 años asumió el trono con su esposa y un pequeño sasuke, cuando cumplí 30 años vine con tigo y tu madre a este palacio tu solo tenías 10 años y creo que no lo recuerdas, pero ese día fugaku me libero de mis deberes y me dejo libre, hace 4 años el murió junto a su esposa por una enfermedad aún desconocida, como yo no era demonio ya al servicio del rey no pude estar ahí, aunque ya sabiendo que te casarías con sasuke vine por ti- naruto estaba aún confundido por lo que hablaba su padre- tu amas a sasuke.
-si me enamore del hace un año-minato se sorprendió por la respuesta.
-pero como lo conociste- naruto se ruborizo.
-bueno los muchachos estaban de necios en querer ir a ver al rey demonio y bueno fuimos al gran festival que se celebra en los límites, cuando llegamos al lago kiba me empujo y caí al lago, yo no sé nadar pero sentí unos brazos a mi alrededor y de pronto estaba fuera de ahí siendo abrazado por él, aunque él no lo recuerde me enamore del desde ese momento- minato sonrió y acaricio la cabeza de su hijo dulcemente.
-bien me iré y calmare a tu madre- minato salió de la habitación y naruto, se dirigió a la azotea donde vio a sasuke sentado con una taza de té en su mano.
-ven siéntate- naruto se sentó a su lado y sasuke le acerco una taza de té con un plato de pastel de chocolate-ya todo se arregló entre ustedes.
-si el me lo explico todo- respondió comiendo un trozo de pastel- tu no quieres pastel.
-no me gusta lo dulce, pero…-beso los labios de naruto metiendo su lengua dentro y saboreando lo dulce de su boca que quedo por el pastel- en tu boca lo puedo disfrutar.
-eres muy dulce no como dicen que eres un despiadado- sasuke rio al comentario de su amado- de que te ríes.
-ese rumor lo esparció karin para que las mujeres no se acercaran a mí-volvió a besarlo pero esta vez dulcemente- no se me da eso de despiadado, pero si soy egoísta.
-egoísta??- sasuke beso la mejilla de naruto y paso su lengua por el cuello de este sacándole un gemido.
-eres mío naruto, no dejes que nadie te toque ni aunque sea un cabello, nunca te dejare ir- volvió a lamer el cuello de este y besándolo ocasionando pequeños gemidos de naruto- que bella voz, lástima que no te tocare hasta nuestro matrimonio, pero recuerda que tu si puedes tocarme como desees.
-ahh…. No digas esas cosas- sasuke volvió a besar sus labios apasionadamente aunque fueron interrumpidos por juugo.
-señor la comida esta lista- dijo sonriendo, con una paz característica del aunque cuando alguien le quería hacer daño al rey de convertía en el ser más despiadado del mundo.
-bien vamos Naruto- sasuke se colocó de pie, ofreciendo su mano a Naruto.
-claro- susurro tomándole la mano a su prometido, caminaron de la mano hasta el comedor, donde se sentaron uno frente el otro.
-tu madre siempre fue así de sobreprotectora con Tigo- Naruto rio al recordarla.
-si siempre lo ha sido, le da miedo que tomen la pureza de su hijo- sasuke le dio un bocado a su comida y volvió a mirar a Naruto quien se sonrojo.
-que pasa Naruto?- este negó con la cabeza y siguió comiendo, ya una vez terminada la cena sasuke acompaño a Naruto hasta su habitación donde hablaron de muchas cosas tontas hasta el atardecer.
-sasuke tú ya te has acostado con alguien- este al ver lo avergonzado que estaba por esa pregunta su amado sonrió.
-nunca me e interesado en el sexo hasta este momento- beso a Naruto empujándolo a la cama- quiero hacerte el amor Naruto.
-pero dijiste que hasta que nos casáramos- sasuke se colocó sobre el y empezó a tocar su cuerpo sobre la ropa y besar su cuello, cuando sintió una presión demoniaca detrás de el.
-aléjate de mí bebe- dijo furiosa y con una mirada llena de odio, sasuke nunca le tenía miedo a nada pero apenas la vio le obedeció temblando.
-señora que hace usted aquí??- pregunto con temor.
-vine a ver a mi bebe y tu pequeño rey mimado- ella se acercó y tomo a Naruto en sus brazos- si tocas a mi bebe sin casarte con el te mato, entendiste- sasuke asintió- bien me quedare con mi bebe hasta el matrimonio para asegurarme de eso.
-como diga- suspiro y antes de salir beso a Naruto en la mejilla- buenas noches Naruto y querida suegra- salió de la habitación hasta la suya donde miro a minato instalado en el sillón para vigilarlo “porque esto me pasa a mí” pensó suspirando resignado.