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Donde la Muerte no me Alcance por Aurora Execution

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Notas del capitulo:

¡Hola! Mil disculpas por la demora. He estado estresada por el trabajo.

Espero disfruten de la lectura.

Había salido el sol. Y por eso había decidido salir a los jardines de su casa para disfrutar del bello día.

Hacía alrededor de una semana que las nubes se habían empecinado en mantenerse en la totalidad del cielo, cubriéndolo de ese horrible color gris…

 

A pesar de su condición, le gustaba disfrutar del aire libre por lo que le molestaba que la lluvia le arrebatara una de las pocas actividades de las que se le tenía permitido. Suspiró.

 

Era un bello día en verdad, tanto que sonrió, sí, eso que no se le daba muy seguido.

 

—Veo que disfrutas del día hermano—escuchó—.Hacía bastante que no te veía sonreír.

 

Vio a quien le hablaba, un joven esbelto y alto de unos arrebatadores ojos rojizos, tan bellos como enigmáticos. Era curioso que le llamara hermano, siendo que él, no se parecía en nada al muchacho. Si eran tan delgados y esbeltos como un cuerpo femenino, frágil. Pero a su hermano se le notaba la vitalidad aun en su pálida piel, la cual contrastaba maravillosamente con el rojo imposible de sus cabellos.

Él en cambio, era pálido, pero la palidez que te da una enfermedad, la palidez que te otorga nunca haber podido ser una persona normal… correr, jugar, ser un niño, nada de eso pudo, debido a lo delicada de su salud.

Ambos llevaban el cabello largo y lacio, pero el suyo era rubio, sus ojos eran claros, como el mar, o el cielo del mediodía… físicamente se parecían, pero no eran parecidos en realidad.

 

Siempre supo de su adopción.

 

—Buen día para ti también Camus. Quería ver el sol, hace bastante que no aparecía—le sonrió su, hermano le devolvió el gesto—.Pensé que te irías, eso escuché.

 

—Es lo planeado, hacer un viaje a Grecia, quiero estudiar historia antigua, y que mejor que comenzar por las tierras mitológicas—Camus se ubicó a su lado—además… quería llevarte conmigo.

 

Giró su rostro pensando que su hermano le tomaba a broma. Pero enseguida recordó que Camus nunca bromeaba, nunca reía mucho, y si decía algo, era porque en realidad lo había pensado.

El silencio se mantuvo tanto como la expectación en el rostro anguloso del pelirrojo. Volvió la vista al amplio jardín, mientras largaba un hondo suspiro.

 

—No creo que a nuestro padre le agrade la idea… sabes cómo es de sobreprotector, además, en mi condición, te sería más un estorbo que un compañero.

 

—Shaka… nuestros padres te han cuidado tanto, a veces me da la impresión de que quisieran meterte dentro de una burbuja para que no sufras ningún mal… pero creo que esa sobreprotección te ha hecho sufrir más de lo que ésta enfermedad lo hizo…

 

Camus calló al sentir el intenso suspiro de desaliento en su hermano. Eran muy unidos, a pesar de no llevar lazos de sangre, se habían criado juntos, y Camus jamás lo despreció por eso. Al contrario, ambos, inmersos en su propio mundo, se mantuvieron aislados de todos, crecieron en esa mansión y se educaron con profesores particulares, uno porque su salud no le permitía más y otro simplemente por acompañar a su hermano, que sepa que no estaba solo, que contaba con él. Camus relegó su niñez para criarse en igual de condiciones que Shaka, y eso el rubio lo agradecía demasiado.

Sabía que a su huraño hermano no le importaba mucho, ya que nunca se dio a las multitudes, en realidad era ermitaño y osco. Aún lo es.

Pero eso había cambiado al terminar la educación primaria, muy a su pesar, su padre había obligado a Camus comenzar sus estudios secundarios en un colegio, y así lo hizo, pero nunca dejó de ser solitario y enigmático para sus compañeros, se dedicaba a asistir a clases, después pasaba el resto del día junto a Shaka, nunca hizo un compañero, un amigo.

 

Siempre fueron ellos dos, y no necesitaban nada más. Aunque al pasar los años las diferencias se hacían notables, pues Camus a pesar de su personalidad había comenzado a salir con alguien, y Shaka se sentía feliz por ello, pero también internamente, lo envidiaba. Ambos contaban con dieciocho años. Shaka recién cumplidos.

 

—¿Por qué tomaste ésta decisión?—preguntó el rubio rompiendo con el silencio reinante—Te conozco, no fue a la ligera, algo te traes entre manos.

 

Camus le sonrió.

 

—Es verdad, además de mis estudios… ha salido una noticia que en Atenas hay un joven médico que está investigando exitosamente los problemas inmunológicos del organismo, y…

 

—¿Me llevas para que vea a un médico?

 

—Creo que es hora de escuchar nuevas sugerencias, hemos vivido muchos años con lo que los médicos te han dicho que es irreversible, y nuestros padres se apegaron a ello para salvarte, pero nunca consultaron otros especialistas, y ha pasado demasiado tiempo Shaka, más del que tenían estimado para ti—calló un tanto nervioso—.Papá piensa que el haberte mantenido así de aislado todo estos años, fue la razón por la que vivieras todavía, y no lo dudo, pero creo que hay algo más… que tal vez no es irreversible, que tal vez puedas curarte y vivir una vida normal, de una vez por todas.

 

Se produjo otro silencio, uno algo incómodo por la conversación mantenida. Pero Camus estaba dispuesto a escuchar hasta el último especialista del mundo antes de rendirse y resignarse a que su hermano pasaría el resto de los días que le quedaran enclaustrado en su casa, impedido de cualquier actividad normal… incluso la de amar.

Eran una familia adinerada, demasiado. Contaban con extensas hectáreas alrededor de toda Francia, con viñedos. Podía hacerlo.

 

—Desde que mamá murió, nuestro padre ha estado muy deprimido, es por eso que se ha aferrado más a nosotros, y por ello, a casi prohibirme salir al aire libre, ¿cómo harás para convencerlo de dejarme salir del país?—Camus se encogió de hombros.

 

—Tendrá que aceptar… legalmente, ya eres mayor.

 

Era cierto, Dégel Lefebvre, era un hombre que había sobreprotegido a sus hijos, demasiado, sobre todo a Shaka, después de padecer a  tan temprana edad la temida enfermedad de la “sangre blanca”. Aquello, casi acabó con su vida, pero a pesar de todo pronóstico, Shaka sobrevivió, sin embargo, el tratamiento y las intervenciones le dejaron una insuficiencia inmunológica, que los médicos catalogaron como irreversible. La mínima enfermedad, un simple resfrío, podía llevarse su vida, por lo que Dégel y Seraphina, su esposa, mantuvieron al niño, en una burbuja.

 

—Hilda…

 

La voz del rubio lo volvió a la realidad, con la mención de su… novia.

 

—¿Qué con ella?—dijo alzando una de sus particulares cejas, característica de su familia. Claro que Shaka, no poseía.

 

—Digo… ¿no se molestará por que sea yo tu compañero de viajes? ¿O acaso irá con nosotros?—Camus suspiró.

 

—No se molestará, tampoco irá con nosotros… ella y yo… terminamos.

 

Shaka se sorprendió al escuchar eso, las veces que la bella joven había visitado la casa, le pareció una persona bondadosa e inteligente, demasiado bella, ideal para Camus.

 

—Siento eso… ¿y por qué  sucedió?

 

—Digamos que… tenemos los mismos gustos.

 

Shaka no entendió, pero de igual manera asintió y prefirió cambiar de tema. Después de todo, los asuntos amatorios no eran algo de lo que tuviera conocimiento.

 

—¿Cuándo partiremos? Creo que me siento entusiasmado por el viaje, mis paseos hasta ahora consistían de la casa a la clínica, será agradable conocer algo más que este espacio.

 

—En un mes, es tiempo suficiente para preparar a papá—luego Camus sonrió de una forma que a su hermano le ponía los pelos de punta—, y quien sabe, tal vez encuentres más que bellos paisajes.

 

—¡Camus!

 

—Piénsalo, otra enferma terminal ¡que romántico! Los dos compartiendo inhaladores, contemplando el jardín de casa, entrelazando sus manos enguantadas… una verdadera novela—dijo riendo. Risa que contagió a su hermano.

 

—Eres una persona retorcida hermano, hasta para bromear.

 

Cuando se hubieron calmado, Camus cruzó su brazo por los frágiles hombros de Shaka y se acercó a él.

 

—Quiero que empieces a vivir.

 

Vivir…

 

Sería lindo comenzar a sentir…

Notas finales:

Por fin apareció Shaka y se embarca a Grecia donde ¡Oh casualidad! Anda Mu XD

Espero hayan disfrutado de la lectura. Será hasta el próximo capítulo.

Gracias por leer.


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