Gritos. Sollozos. Súplicas. Y corazones rotos.
Y todo gracias a èl. Y a sus padres.
Si tan sólo no los hubiese separado.
Si tan sòlo se hubiese quedado con ellos.
Nada de eso habría pasado.
Pero no había vuelta atrás, lo hecho, hecho está.
Y nada podía remediarlo.
Aquel recuerdo de sus hermanos llorando al ser separados lo atormentaba cada noche desde entonces, por mucho que trataba despejarse no lo lograba. Y odiaba eso.
ㅡ Hyung, hyung. Por favor, no me separen de Hannie, lo amo. Por favor. ㅡ Gritaba el mayor de los gemelos poco expresivo, mientras que el menor trataba de aferrarse más a este con lágrimas en los ojos. Y el verlo así le dolía.
ㅡ Lo siento, SeHun. Es por su bien. ㅡ Murmuró tratando de sonar lo más frío posible, pero le fué imposible, ya que siempre era el más cariñoso y protector con ellos. Eso, dejó impactado a SeHun, Kris nunca había sido así con él, mucho menos con LuHan.ㅡ El caso está cerrado. LuHan y yo viviremos con mamá, mientras que tú con papá.
ㅡ ¿Por qué?
ㅡ Porque asì lo decidieron ellos, y nada se puede hacer.
¿Por qué tenía que ser así? Él y su madre no tenían nada en contra de aquel tipo de relaciones amorosas, sin embargo, eso era una cosa, otra muy diferente que fuera entre hermanos, y eso bastaba para hacer asquear a su padre, arrepintiéndose de tener hijos así.
Creìa que no estaba mal aquel comportamiento tan cariñoso entre ellos, pues sabía que en esa etapa los niños tendían a ser más cariñosos, y más aún si se trataba de sus hermanos, pero después de mucho tiempo era raro. Su primer beso lo pasó, creyendo que simplemente era curiosidad o accidente, pero el verlo más de dos veces ya no lo era. A pesar de ello, trató de entenderlo, e inclusive pasarlo por alto, sin embargo, con el paso del tiempo la sociedad se volvía cada vez más una mierda. Y esa circunstancia no pasó desapercibida. Haciéndole cansar con aquel tipo de comentarios homofóbicos y enfermos, terminando por volverse encontra de ellos hasta tomar esa decisión.
Su madre no estaba de acuerdo, pero sabía que era por el bien de esa familia, y sin más terminó por acceder a aquella petición de aquel hombre al pedir el divorcio.
ㅡ Kris no, ¡No, por favor! ㅡFinalmente el castaño menor se atrevió a hablar, más bien, a gritar al sentir como era separado de su hermano mayor por su madre.
ㅡ Hannie, no hagas las cosas más difíciles de lo que ya lo son. Ven con mamá y Kris, y terminemos con esto, es por su bien. ㅡ Susurró su madre con ojos llorosos al ver a sus hijos así, por supuesto que le dolía, más que cualquier cosa. ㅡ
ㅡ SeHun, por favor, suelta a LuHan. ㅡ Decía su padre con la voz lo más calmada y firme que podía hacer, pero la paciencia era algo que se le agotaba rápidamente en aquel momento.
Y entonces pasó. Simplemente pasó.
Sus manos fueron separadas con un intenso dolor por parte de ambos.
Las lágrimas de aquel par de gemelos caían sin parar por sus mejillas, y su llanto era más audible que nunca. Su madre comenzó a llorar al igual que el pequeño castaño, abrazando a este mientras SeHun era llevado «literalmente arrastrado» al auto de su padre, quedando en la parte trasera del auto sin dejar de gritarle a su hermano lo mucho que lo quería y amaba hasta perderlo de vista una vez que el auto avanzaba cada vez más lejos de él. Mientras que LuHan no dejaba de llorar junto con su madre, aún después de haber llegado a casa él seguía así.
Esa fué la primera vez en que LuHan se quedó dormido con lágrimas en los ojos, al igual aue SeHun. Y la primera noche de muchas para Kris en la que los recuerdos no pararían de atormentarle.
Los días siguientes LuHan miraba con tristeza la ventana y la puerta, teniendo la esperanza de ver a SeHun aparecer ahí con una sonrisa en sus labios diciéndole que estaría ahí para él y no se separarían por nada, pero no fué así y nunca lo sería, cada noche, tras apagar las luces los sollozos de LuHan apenas eran audibles hasta dejarlo dormido, y eso a Kris le dolía.
Con el paso del tiempo ambas miradas se habían vuelto vacías y tristes, sin embargo, pasaron los meses y los recuerdos que compartían se fueron quedando en el pasado, haciéndoles olvidar el dolor que tenían, o al menos era lo que querían creer.