Desde que mi madre murió en ese terrible accidente automovilístico hace ya casi una semana, mi padre quería regresar al lugar donde el creció, ya que si seguía en aquella ciudad se deprimiría aun más. Desafortunadamente soy hijo único, y siempre he apoyado en todo a mi padre que lleva mi mismo nombre. Entre ambos hay confianza, pero como siempre hay secretos que desconozco de el.
"Yo me encargare de la casa, no te preocupes." Me despedía de mi padre en la entrada de la casa, que este ya se iba a su nuevo empleo en una oficina. Se sentía preocupado por algo, podía verlo en sus ojos.
"No creo poder adaptarme a esta nueva forma de vida. Siento que de alguna forma te estoy dando todo el peso a ti.." Dijo viendo hacia el cielo con un rostro llena de tristeza.
"¡Hey!.. Mi madre sabes perfectamente que se burlaría de ti si te escuchara oír algo como eso. Te sacaría a patadas de aquí para que te fueras a trabajar, así que. ¡Largate de aquí, viejo perezoso y ve a hacer algo productivo para la humanidad!." Contesté imitando las poses que mi madre solía poner enfrente de papá. El reacciono de alguna forma alegre, que hasta lo vi sonreír mientras se alejaba de mi para dirigirse hacia su automóvil, sin ninguna palabra dicha.
Solo encendió el auto y se fue. En el fondo me sentí feliz de haber alegrado por un momento a mi padre con esa imitación de mamá. Me fui a la cocina a hacerme algo de desayuno, después de todo eran las 6 AM, no solía levantarme tan temprano pero eso cambiaría a partir de ahora. Faltaban exactamente dos horas para entrar a mi nuevo colegio, papá me inscribió exactamente al que el fue en su adolescencia. Después del desayuno, acomode un par de cosas que aun seguían en empacadas en las cajas, y limpie mi habitación al igual que la de mi padre. Me fui a dar una ducha, no tarde demasiado, prepare el uniforme que era algo anticuado para mi, pero que mas da.
Me aliste, y prepare la mochila. Faltaba exactamente una hora y el colegio me quedaba mas o menos unos diez minutos desde mi casa. Por lo tanto, me quede veinte minutos sacando todavía mis cosas, entre ellos un oso de felpa que tenía en mi infancia que mi madre me había regalado en mi cumpleaños, le había puesto de nombre 'Veggie'. Y aunque yo ya tuviera diecisiete años, no podría deshacerme de el y menos ahora. Entre mas sacaba cosas que no tenia idea de que aun seguían existiendo, me encontré un collar en la caja de mi padre que era algo que sabia que no debía de sacar de sus pertenencias. Pero que me llamo tanto la atención, que llegue al punto de considerarlo 'lindo'. Era una letra precisamente la 'V' debí imaginarme que era por su nombre. Por la parte trasera de la letra no se distinguía algunas palabras que fueron puestas, pero que decían algo. Tal ves, mi padre se lo había regalado a mi madre o incluso viceversa. Pero era un asunto que no tenía nada que ver conmigo, de todas formas me lo puse solo por capricho y lo escondí sin que se viera.
Me quedaban veinte minutos para que entrara al colegio, por lo cual decidí ir me de una vez. Asegure por completo la casa, por si las dudas. Por suerte, sabia el camino del colegio ya que mi padre me lo había repetido unas mil veces antes, al igual que la dirección de la casa. Camine por unas calles tan tranquilas que solo podías oír el sonido del aire soplando y los pájaros cantar. A lo que seguí avanzando no me encontré a ningún chico de mi mismo colegio, el uniforme era completamente distinto al mio. Hasta que al llegar a un pequeño jardín publico del parque, había un chico parado contando las flores que habían en ellas. Ese chico llevaba el mismo uniforme que yo, por lo que decidí acercarme a el.
"¡Oye! ¿Que estas haciendo aquí?, llegaras tarde al colegio." Dije viendo el reloj de mano que llevaba, quedaban exactamente diez minutos para que el timbre sonara y empezara las clases. Y unos cincos minutos para llegar al colegio.
"Nueve, diez, once.." Hablo en voz baja, apenas logre escuchar lo que dijo. Pareciera que estuviera muy concentrado en esas flores,que estaban muy bien cuidadas. "No puede ser.. Falta una." Dijo acercándose a verificar, lo mire bastante extraño, sin percatarse de que estaba a su lado. Por lo cual, mejor decidí avanzar mi camino al colegio y dejar a aquel chico.
Llegue faltando unos seis minutos, entre a la sala del director y este me indico en el grupo que pertenecería y el aula al que debía de entrar. Aula 18-B. El colegio era bastante grande, por fortuna encontré el aula. Al entrar me encontré que ya había chicos sentados conversando pero el profesor aun no llegaba.
"Al parecer tenemos a un nuevo." Dijo un chico sentando con una cabellera un tanto larga. Me señalaba, y sus amigos me voltearon a mirar, yo simplemente me quede viéndolos. "No te preocupes, no te haremos nada malo. Soy Yamcha." Saludo mientras agitaba su mano. Me acerque a ellos.
"Vegeta." Conteste un tanto indiferente, no era de esas personas que tenia amigos de a montón y que era simpático con todos. "Perdón, me llamo Vegeta." Dije esta vez un poco mas alegré, tratando de formar una sonrisa.
"Bueno, ellos son Krilin y Gohan." Hablo señalándolos respectivamente, estos saludaron. Se miraban a leguas que era de los tipos que estudiaban demasiado y sacaban calificaciones altas o eso creía pensar. "Tu no pareces venir de aquí." Habló acomodándose en la silla.
"No, yo soy de la ciudad del Oeste. Me mude aquí por un asunto familiar." Conteste mientras escondía mis manos entre mis bolsillos. Los chicos solo sonrieron, hasta que escuchamos el sonido de la campana y con ella el profesor entrar al aula, a lo cual me acerque a su escritorio.
El profesor me señalo ante toda la clase para que me presentara, todos reaccionaron de buena forma, el me señalo en un asiento vacío. Por lo visto, eran mesas para dos personas pero en esa no había nadie. No me importo en lo absoluto, accedí a sentarme sin acompañante. Al instante, al rededor de unos cinco minutos desde que la clase había comenzado, un chico entro al aula.
"¿De nuevo?.. Espero que eso no se te este haciendo una mala costumbre. Solo sientate y asegurate de llegar mas temprano la próxima vez." Habló el profesor un tanto cansado, el chico se inclino en forma de disculpa. Los demás se burlaron de el, excepto yo que no veía el caso de reír.
El chico se acercaba hacia donde yo estaba sentando. Al parecer si había acompañante en esta mesa. El se quedo sorprendido al verme.
"Oye, es una pena que tengas de compañero a 'el'." Dijo un chico de adelante, señalándolo. Para después voltearse y reírse con el que lo acompañaba.
Mejor no quise preguntar el porque dijo eso, no quería problemas. El chico seguía parado un tanto asustado de sentarse a mi lado, por lo cual decidió jalar la silla a una determinada distancia. Eso fue bastante extraño, me quede viéndolo hasta que recordé de donde había visto ese rostro.
"Tu eres ese chico que estaba en aquel parque contando unas flores, ¿No es así?." Me acerque lentamente a el, hablándole en voz baja lo suficiente para que me escuchara. El me volteo a ver con unos grandes ojos de asombro y asintiendo hacia la pregunta. No podía haber olvidado sus rosadas mejillas y el cabello alborotado que tiene. "Que por cierto me ignoraste." Dije poniendo mis manos sobre la mesa, bajo su mirada viendo el suelo sin parar. "Igual no importa. Me llamó Vegeta." Le salude con una sonrisa.
"Lo siento.. Soy Goku.." Contesto levantando su mirada hacia mi, con unos ojos brillosos.