“Unum consilium”
“Una decisión”
“Desearon que pudiera ser, pero no era posible
Desearon seguir adelante, pero no podían escapar
Desearon luchar, y perdieron una y otra vez
Y el presente los cubrió, y hubo lágrimas
Y la sangre inundó el pasado, presente y futuro
.
.
.
Miré mi cuaderno tratando de darle algún sentido a lo que acababa de escribir
¿El presente los cubrió y hubo lágrimas?
¿De dónde estaba sacando estas frases?
No sonaba a nada que hubiese leído jamás y tampoco a algo que pudiese haber escuchado en una película o en la televisión
Además, había estado soñando con frases de ese tipo desde antes de volver a casa
¿Tenían algún sentido real?
-Hola-
Alcé mi rostro recordando que no estaba en mi habitación sino trabajando en la librería
“Genial”
Un muchacho que parecía ser universitario me sonrió tranquilamente y por un instante olvidé dónde me encontraba
-¿Estás bien?-
Parpadeé confundido, su mirada verde parecía cálida
-Sí, lo siento, estaba pensando en algo más. ¿Necesitas algo?- procuré usar mi tono más amable
Años de entrenamiento vendiendo libros me habían pulido en el arte de complacer al cliente… o eso quería creer
-Estoy buscando un libro de medicina, ¿Tienes de ese tipo…?-
-Cian, soy Cian y sí tenemos algunos- completé por instinto
Su sonrisa se ensanchó e inevitablemente imité su gesto
-¿De casualidad tienes el manual de especialidades de Oxford?-
Alcé una ceja, sonaba bastante específico, por fortuna desde mi llegaba la dueña me había permitido hacer una base de datos más organizada
-Dame un momento por favor- pedí comenzando a teclear en el buscador
-Por supuesto- respondió con voz amable
Miré de reojo al chico, ¿Cuántos años debía tener? ¿Veinte?
¿Y por qué me miraba fijamente?
“Siempre está la posibilidad de haber cedido a la locura”
Traté de concentrarme en la búsqueda, después de tan solo unos segundos descubrí que sí teníamos ese libro
“Interesante”
-Sí, lo tengo, está a 90$ con descuento- le informé girándome para mirarlo
El muchacho me observó fijamente antes de sonreír de nuevo
¿Por qué había tanta tranquilidad en él?
Nunca había conocido a nadie así, aunque en el instituto estaba seguro que jamás llegué a conocer a nadie
-Lo llevaré-
Fui en su búsqueda y cuando regresé él parecía observar el lugar detenidamente
-¿No conocías esta librería?- consulté mientras preparaba la boleta
-No, pero un amigo me comentó que tenían muy buenos precios, aunque no me dijo que la atención era excelente-
De no ser porque estaba sosteniendo el libro con ambas manos, este habría caído al suelo
Claramente no podía calificarme como un experto, pero su mirada y su expresión solo me hacían pensar que estaba… ¿Interesado en mí?
“Tiene que ser una broma”
-Ehh… aquí tienes- le tendí la bolsa con el cambio luchando contra el temblor en mis manos
-Morgan-
-¿Qué?-
-Mi nombre es Morgan, encantado de conocerte Cian-
Y volvió a sonreír y por un breve segundo se sintió bien
Muy bien
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Escuché la puerta de la librería abrirse y ni siquiera alcé la cabeza debido a lo concentrado que necesitaba estar mientras ingresaba nuevos códigos
-Lo siento, ya cerramos- avisé alzando la voz
-Entonces es bueno que no haya venido a comprar-
Me giré lentamente hacia la entrada
¿Qué hacía Morgan de pie allí?
-¿Cómo has estado?- interrogó mientras se acercaba al mesón
Tomó lo mejor de mí poder ordenar el caos en mi mente y responderle
-¿Bien?... pensé… bueno, no pensé que…-
-Sí, también noté que pasó una semana-
¿Se estaba disculpando?
¿Por no regresar?
¿Qué tan extraño era eso?
-No creí que volvería a verte- reconocí
Él sonrió cálidamente y me observó con seguridad
-Volví para invitarte a salir-
Inconscientemente comencé a buscar las cámaras a mí alrededor
Porque tenía que tratarse de algún programa o algo. Simplemente no podía procesar lo que acababa de escuchar
¿Por qué él querría invitarme a salir?
¡Era casi dolorosamente guapo!
¿Qué hacía realmente aquí?
-Y veo que la respuesta es no- concluyó bajando la mirada con decepción
-Espera… ¿Hablas en serio?- cuestioné totalmente incrédulo
El mayor asintió lentamente
-¿Por qué estaría bromeando?-
¿De verdad él no lo captaba?
-Bueno… honestamente no entiendo por qué quieres salir conmigo-
Mi respuesta pareció tomarlo desprevenido porque su expresión se volvió confundida
-¿No te gustan los chicos?-
¿Cómo responder eso sin sonar como un demente?
Porque decir que solamente me había gustado una persona y técnicamente era un demonio sonaba un tanto… desquiciado
-No es eso-
-¿Entonces tienes novio?-
El rostro de Juvart apareció en mi mente como un recuerdo particularmente doloroso
Sabía que la respuesta era “No”, pero una parte de mí seguía extrañando a diario al de mirada azul
Como si jamás pudiese resignarme a estar lejos de él
“Eso si suena desquiciado”
-Tampoco, solo me parece extraño-
La sonrisa regresó a su rostro y me alegré por ello
-Eso puedo solucionarlo, ¿Tienes algo que hacer después?-
-No realmente, solo debo cerrar la tienda-
-Entonces vamos a tomar café ¿Qué te parece?-
Analicé cuidadosamente al castaño, su mirada verde parecía sincera y no podía negar que me atraía
¿Cómo podría no atraerme con esa hermosa sonrisa y ese aspecto?
-Me gustaría- acepté sonriendo
-Perfecto, te ayudaré a cerrar-
.
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-¿Estás diciéndome que nunca has visto el mar?-
Morgan sonaba realmente extrañado y supuse que para la mayoría de las personas esa era la reacción correcta
Caminábamos después de haber ido a ver una película que él mismo había sugerido y que yo había aceptado encantado. Todo acerca del chico de mirada verde era cálido y aunque llevábamos dos semanas saliendo, él jamás parecía aburrirse de lo que yo decía
-Nunca, supongo que no he tenido la oportunidad-
-Cian, me encantaría llevarte- declaró con seriedad
Sonreí divertido, cada vez que hacía eso parecía estar haciendo una promesa
-¿Quieres que reserve ese viaje para compartirlo contigo?-
El mayor asintió lentamente antes de entrelazar nuestras manos. Luché contra el sonrojo que sabía estaba creciendo en mi rostro
-Cuando termine con los primeros exámenes te llevaré-
-Necesitas concentrarte en eso- advertí
Él sacudió la cabeza levemente, consiguiendo que el cabello se le despeinara
-Medicina no es tan difícil, solo necesitas una muy buena memoria y resulta que soy excelente con eso-
-Oh, veo mucha humildad en ti- me burlé
Su sonrisa se extendió y me detuvo junto a un semáforo solo para rodearme por la cintura y abrazarme
Noté como los latidos de mi corazón aumentaban, jamás nos habíamos besado y hace unos días había comenzado a preguntarme cómo sería
Solo tenía una experiencia previa y prefería no pensar en ello y evitar desencadenar todos los dolorosos recuerdos
Sí, lo mejor era olvidar
“Como si pudieras hacerlo”
-Cian…-
Le devolví la mirada a Morgan, captando sus hermosos ojos verdes brillando de anticipación
Él realmente quería besarme y no encontré ningún motivo para impedirlo, es más, yo también lo deseaba
-¿Puedo besarte?- cuestionó inclinándose sobre mi rostro
Reprimí una sonrisa ante su pregunta
-No deberías consultarme primero- susurré tan cerca de su rostro que podía sentir su respiración sobre mi piel
-Tienes razón-
Cerré los ojos al sentir sus labios sobre los míos, era cálido, muy cálido, como todo en él. Incluso si en la calle la temperatura era de un par de grados bajo cero, tenerlo rodeándome conseguía confortarme
Nos besamos suavemente hasta que la respiración nos faltó a ambos, me alejé solo lo suficiente para observar su nariz levemente sonrojada
-¿Quieres ser mi novio?-
La pregunta me tomó por sorpresa, una parte de mí se alegró al escucharla, la otra…
La otra se encargó de hacerme mirar detrás de Morgan
No fue una buena idea
-Juvart- susurré impresionado
¿Qué hacía Juvart de pie a metros de mí?
-¿Cómo dices?-
Volví a mirar a Morgan pero para cuando regresé mi atención al lugar donde juraría, había visto al emperador, no encontré nada
Porque claramente era imposible
-Lo siento, creí ver algo- me disculpé rápidamente
-¿Entonces qué dices?-
¿Cómo negarme a esa sonrisa?
Separé mis labios para responder afirmativamente, pero en ese pequeño instante un hombre desconocido apareció detrás de Morgan, tomó su brazo y desapareció con él
-¿Qué?-
Retrocedí impactado
¿Qué acababa de suceder?
¿Morgan había desaparecido?
Sentí una mano rodeando mi brazo y lo siguiente que vi fue a Juvart observándome con seriedad
-Tenemos que hablar-
Y entonces comprendí que nada estaba bien
.
.
.
-¿Dónde está Morgan?- pregunté por enésima vez
Juvart permaneció sentado en aquel salón en absoluto silencio
Miré nuevamente hacia la puerta, jurando que nos encontrábamos en un departamento, solo que no reconocía la vista que me entregaban los ventanales
¿Siquiera seguíamos en la misma ciudad?
Uno de los guardias que “custodiaba” la puerta me observó con curiosidad
Suspiré
-¿Vas a decirme dónde está?- insistí cruzándome de brazos
¿Cuánto tiempo había pasado?
¿Una hora?
¿Por qué era necesario tanto silencio?
-¿Por qué te preocupa ese humano?-
Su pregunta me tomó desprevenido y por un instante dudé en responder. Sin embargo, solo verlo frente a mí con esa irritante indiferencia me crispaba los nervios
Yo había estado llorando noche tras noche por semanas
No hacía otra cosa que pensar en él
Incluso después de decidirme a seguir adelante, no había día en que su imagen no pasara por mi cabeza
¿Y él aparecía de la nada luciendo así?
¿Por qué era tan injusto?
-Por lo que sé, podrían haberlo matado-
-No está muerto, lo llevaron de regreso a su casa, mañana no recordará nada- espetó sin mirarme
Respiré un poco más aliviado, bien, al menos Morgan estaba sano y salvo
-¿Y bien?-
-¿Y bien qué?- replicó luciendo desinteresado
De no ser porque sabía que no tenía ninguna oportunidad, le habría golpeado
¡Era malditamente desesperante!
-¿Qué hago aquí? Porque dudo que me hayas traído para hablar del clima-
Finalmente se dignó a mirarme y la ira contenida en su mirada me sorprendió
¿Por qué estaba tan enfadado?
¿Había sucedido algo en su mundo?
-Dijiste que teníamos que hablar- le recordé bajando un poco la voz
-Retírense- ordenó sin dejar de observarme
Los desconocidos en la puerta se marcharon en silencio y cuando comprendí que estaba a solas con el de mirada azul mi pecho se apretó
No quería esto
Me había costado demasiado tratar de salir adelante
-¿Vas a decir algo?-
Noté como él alzó una ceja, aparentemente sorprendido por mi tono
-Cualquiera tendría más cuidado al hablarme-
-Sí bueno, yo no soy cualquiera ¿No?-
O tal vez sí, pero estaba tan enfadado que me daba igual
Además, ya no era un esclavo
“No, solamente eres un humano patéticamente débil en comparación a él”
-¿Siempre tuviste esta personalidad?-
-No, solo soy así con quién lo merece-
Nos quedamos viendo fijamente, por mi parte trataba de ignorar a esa mitad de mi ser que temblaba de miedo ante la posibilidad de ser fulminado bajo los poderes de Juvart
Morir era una posibilidad real en su presencia
Aunque no estaba tratando de protegerme de eso
-Tienes razón, alguien cualquiera estaría muerto en este instante por hablarme de esa forma-
Tragué duro y luché por no perder la compostura
-Quiero que regreses-
Parpadeé desconcertado
¿Había escuchado bien?
“Probablemente estás soñando”
Esperé que comenzara a reír y se burlara de mí, pero eso no sucedió. Simplemente permaneció mirándome esperando una respuesta
¿Pero qué podía decirle?
“Oh, sí, soy infinitamente feliz, volveré y seguiremos viviendo como antes”
Enviarlo al infierno jamás me pareció tan tentador…
-¿Por qué?- repliqué sin poder contenerme
Su expresión se relajó casi imperceptiblemente
-¿Por qué, qué?-
¿De verdad no entendía o solo trataba de desviar la conversación?
¿Tal vez simplemente hacía algo de tiempo?
-Sé que entendiste perfectamente Juvart-
El mayor entrelazó sus manos y se tardó bastante en responder
-Supongo que me di cuenta que cometí un error. Lo cierto es que tú lugar está a mi lado y no en este mundo-
¿Eso era una disculpa?
Porque si estaba en lo cierto era la peor disculpa que jamás había escuchado
-Soy un humano, tú mismo dijiste que mi lugar está aquí- le recordé odiándome al no poder esconder mejor mi resentimiento
-Sé lo que dije, en su momento me pareció lo más adecuado-
Fruncí el ceño
-¿Así que es solo eso? No planeo volver solo porque te arrepentiste y ni siquiera eres capaz de disculparte conmigo-
-No estás entendiendo, mi decisión no fue errada, el error fue la forma en que lo hice-
Retrocedí al notar que el dolor en mi pecho crecía
¿Cómo podía venir a decirme que no se arrepentía de haberme echado?
¿Qué no era consciente del dolor que me generaba?
¿Tan ciego era el gran emperador de los demonios?
-Estás enfadado- señaló como algo obvio
Apreté los puños con fuerza
-¿Y cómo debería estar? ¿Feliz?-
-La última vez que nos vimos dijiste que no querías irte-
Mis ojos se humedecieron al recordar aquello pero me negué a quebrarme frente a él
-Sí y tú te diste media vuelta y me echaste- espeté luchando por sostener mi propia voz
Juvart se puso de pie lentamente
-Tú lugar es conmigo Cian, sé que en el fondo lo comprendes-
Sacudí mi cabeza
-No, no comprendo nada porque nunca me explicas nada-
-Cian…-
Alcé mi mano para evitar que siguiera acercándose a mí
-¿Esto es un juego para ti?- cuestioné dolido
El de mirada azul me observó con cierta tristeza
-¿Un juego?-
-Sí, debe ser muy divertido para un demonio burlarse de un humano ¿No?... ¿Crees que era muy feliz en tu mundo?, vivía encerrado, solo podía obedecer y ni siquiera se me permitía alzar la mirada… pero aun así lo intenté, traté una y otra vez de adaptarme porque me había resignado a que esa sería mi vida-
-Eras consciente del contrato-
-¡Sí, lo era!- exclamé volviendo a retroceder
Su expresión se tornó apagada
-Por eso mismo me esforcé tanto e ignoré a todos los que me detestaban. ¿Por qué crees que te pedí quedarme cuando tú decidiste echarme de allí? ¿Crees que lo hice porque soy masoquista?... No, lo hice por ti, incluso si eso significaba seguir lejos de mi familia yo quería permanecer cerca de ti-
Observé asustado como él rodeaba mi muñeca y me obligaba a bajar el brazo
-No me toques- traté de ordenar, pero sonó a una súplica
Y me odié por segunda vez por ello
¿No había decidido seguir adelante?
¿Entonces por qué me traicionaba a mí mismo revelándole esto?
¿No me había enfadado con Karau por sugerirme renunciar a mi orgullo?
¿Qué estaba haciendo ahora precisamente?
-¡No me toques! ¡No soy alguien desechable! ¡No puedes simplemente echarme y pretender que nada ocurrió! ¡No soy un esclavo, pero me arrodillé por ti! ¡Decidí abandonar a mi familia por ti! ¡Y me diste la espalda!- grité luchando desesperadamente contra su agarre
Pero su mano no aflojó, sino que me apretó con más fuerza
No debía llorar
No iba a llorar
Moriría antes de llorar frente a él
-¡Cian!-
Abrí los ojos al máximo al escucharle gritar
Juvart me observaba con lo más parecido a la exasperación y frustración que le había visto jamás
Diablos, de no ser porque creía conocerle, habría jurado por escrito que estaba totalmente molesto
Pero su furia no parecía dirigida hacia mí
-No eres alguien desechable, no te alejé porque no me interesas, lo hice porque quería protegerte. Sé lo que hiciste por mí, sé que no naciste para ser un esclavo, no me importa si me odias, nada me importa tanto como mantenerte a salvo- sentenció sin siquiera pestañear
Mi mandíbula cayó y me importó una mierda tener la expresión más ridícula de toda la existencia
El dolor en mi pecho me dejó sin aire
“Aunque también pudo haber sido la felicidad”
¿Era cierto lo que me decía?
¿Estaba realmente despierto?
¿No me encontraba alucinando en mi cama?
¿No se trataba de otra pesadilla?
-¿Qué dijiste?- susurré con una voz que no parecía pertenecerme
Su mano derecha acarició mi mejilla y por un momento olvidé todo lo que ocurría
Fue como si su toque hubiese conseguido borrar la tristeza y el dolor
Pero no podría hacerlo para siempre
No es tan fácil, jamás es tan fácil
-Cuando digo que tu lugar no es en este mundo es porque mi compañero debe estar a mi lado. Así se supone que debe ser-
-¿Tu compañero?- repetí con la repentina sensación de encontrarme lejos de allí
Distante, como la lluvia y el viento que soplaba en el exterior
Porque era imposible que hubiese escuchado bien, era imposible que él estuviese mirándome de esa forma después de haber dicho que yo era su compañero
Ridículo
Estúpido
Imposible
Utópico
Debían existir miles de palabras capaces de calificar lo que acababa de oír
Miles de palabras en un centenar de idiomas diferentes
Cuando me soltó comprendí por qué se había aferrado con tanta fuerza a mí. No quería que me alejara, pero de cualquier forma lo hice
Retrocedí un paso y luego otro
No era verdad
Estaba mintiendo
Y me alejé una vez más porque Karau me había hablado de los compañeros y creer que yo era la pareja destinada del hombre frente a mí era como convencerme de ser capaz de atrapar el sol con una mano
Juvart se me acercó un paso y por instinto retrocedí dos
No podía dimensionar lo que había en su mirada y en sus palabras, no quería hacerlo. Tenía tanto miedo de comprender como de volver a tener que vivir con la idea de no verlo nunca más.
Era angustiante y tal vez risible la forma en que mi mente se fracturaba al verle
¿Qué debía hacer si una parte de mi gritaba desesperaba por acercarme a él?
¿Qué se suponía que hiciera si había otra parte dispuesta a obligarme a esconderme en el lugar más apartado del universo?
-Mientes- espeté con una certeza conformada de mentiras
-No lo hago y lo sabes-
¿Y qué?
¿Qué esperaba de mí?
¿Qué sonriera y me arrojara a sus brazos?
¿Qué lo besara de la misma forma que mi corazón me exigía?
¿Qué en lugar de seguir alejándome finalmente me acercara?
-No es…-
Entonces cada parte luchando en mi interior se bloqueó y no supe que hacer. No podía controlar mi cuerpo ni el impulso de correr
¿Por qué trataba de escapar?
¿De qué pretendía huir?
¿De la verdad?
¿Del destino?
-Hey, mírame-
Me negué con todas mis fuerzas a obedecerle, no quería caer, no quería descubrir lo que había en su mirada, no quería escucharle ni sentirle
Me había roto en cientos de pequeños pedazos cuando se giró y me ordenó que me largara
¿Y si volvía a suceder?
¿Cómo podría unir los trozos de mi alma esta vez?
¿No le había bastado con lo que me había hecho?
-¡NO!-
Pero él no me hizo caso y me rodeó entre sus brazos con fuerza
Cerré los ojos por un instante, inhalando el aroma que había extrañado
Por eso mi pecho dolía
No porque sus palabras seguían resonando en mis oídos permanentemente
No porque los pocos buenos recuerdos que tenía de él se habían plagado de sombras angustiantes y profundas
Dolía porque lo extrañaba
Dolía porque la distancia me estaba matando
-No estoy mintiendo, eres mi compañero, por eso vine por ti, por eso te alejé en primer lugar… mírame Cian, mírame y dime si te estoy engañando- susurró contra mi oído
“Hazlo”
Inspiré profundamente antes de obedecerle, el calor de su cuerpo era casi una droga que calmaba la tormenta en mi interior, no entendía lo que sucedía conmigo, no sabía por qué estaba a un paso de ahogarme… pero le obedecí
Y en el instante en que capté su mirada azul observándome con amor, perdí la batalla contra mis emociones y noté como una traicionera lágrima se deslizaba por mi mejilla
Su mano volvió a acariciarme y borró aquella lágrima con delicadeza
Y Juvart me sonrió
Y quise caer de rodillas nuevamente, pero él no me lo permitió
Su sonrisa era lo más hermoso que jamás había visto
Pero su mirada era incluso superior
-Lo siento- se disculpó con honestidad
Tragué duro antes de esconder mi rostro contra su pecho
Y simplemente dejé que me sostuviera
Necesitaba eso, necesitaba mucho más
Pero por ahora podía respirar
.
.
.
-Bien, necesito respuestas- declaré horas después de la gran revelación
Juvart me había permitido dormir abrazado a él en el gran sofá, pero cuando desperté incluso yo era consciente que lo anterior no era suficiente
Aunque permanecer rodeado por sus brazos era increíblemente tentador
-Trataré de responder todas-
Alcé una ceja ante esa oración pero supuse que era mejor que nada
-¿Estás cien por ciento seguro que soy tu compañero?-
El mayor sostuvo mi barbilla y me obligó a mirarle
-Lo supe desde la primera vez que nos acostamos, aunque no podía convencerme a mí mismo de que no estaba loco-
-¿Loco?-
¿Debería sentirme ofendido por eso?
-Eres un humano-
Rodé los ojos
¿No habíamos superado eso?
¿Cómo es que siempre volvíamos a lo mismo?
-Sé que todos te lo repiten, pero los demonios somos criados para detestar a cualquier ser inferior-
-No estás arreglándolo- me quejé
-Es la verdad, hay muchos demonios que solo ven a los ángeles como iguales-
Suspiré
-Bien, entonces básicamente estabas en negación- resumí
-Podría decirse que sí. Cuando comprendí que no podía negarlo para siempre opté por ocultarlo de los demás hasta decidir qué hacer-
-¿Ocultarlo?-
El emperador tomó mi mano izquierda y estiró mi brazo al mismo tiempo que murmuraba unas palabras incomprensibles
Un extraño hormigueo recorrió mi piel y extrañas marcas en forma de líneas comenzaron a aparecer. Observé anonadado como los trazos de un azul idéntico al color de ojos del mayor, parecían surgir desde la punta de mis dedos y subían por todo mi brazo hasta formar un extraño patrón rodeando mi cuello
-¿Qué es…?-
-Cuando alguien encuentra a su pareja destinada, aparece el patrón de su casa en la pareja menos poderosa-
Giré mi brazo maravillado ante la complejidad de las líneas y decidido a no sentirme ofendido por ser el menos “poderoso”
¿Tenía sentido tratar de quejarme si yo mismo era consciente de su poder?
-¿Desde cuándo tengo esto?-
-Apareció tras la primera noche que pasamos juntos, usé mi poder para ocultarlo-
-Ajá-
Noté como alzaba una ceja, casi exigiéndome un comentario más extenso, pero no encontraba qué decir
¿Había tenido esto en el brazo durante todo este tiempo?
¿Cómo no me había dado cuenta?
“Bueno, técnicamente la primera vez que lo hicieron quedaste bastante desorientado y él se enfadó mucho contigo”
Había dicho que estaba enfadado porque era mi primera vez y no se lo dije antes
¿Entonces él había mentido?
¿Existía la posibilidad de que su enfado fuese por la marca?
-¿Y lo ocultaste porque…?-
-Creo que tras vivir en palacio eres consciente de la actitud de muchos hacia ti. Solo por estar en el harem trataron de matarte en más de una ocasión. Si hubiesen sabido que eras mi pareja todo se habría descontrolado demasiado rápido y aunque al principio no lo aceptaba tampoco estaba dispuesto a dejarte morir-
¿Eso debería reconfortarme no?
Además, jamás le había escuchado hablar tanto
“Probablemente sea que el aire de este mundo lo afecta”
-¿Por qué sonríes?-
Inevitablemente mi sonrisa se amplió
-No me estoy burlando, solo pensaba que nunca te había escuchar hablar tanto-
Juvart frunció el ceño y traté de reparar mi error de inmediato
-¡No me estoy quejando!-
-¿Entonces qué vas a hacer?-
Me alejé un poco, sin saber qué responder
Obviamente quería permanecer a su lado, incluso si tenía miedo a ser desechado en un futuro, pero mi familia…
Además, ¿Tendría que regresar al harem?
-Si aceptas regresar, tendrás que ser presentado como mi compañero y eso significa que recibirás el título de consorte real- informó con un tono calmado
¿Yo?
¿Yo como consorte real?
¿Estaba hablando en serio?
Supuse que notó el inicio de otro ataque de pánico en mi mente, porque entrelazó nuestras manos y besó mi mejilla
-No voy a hacer nada que no desees, pero es necesario entregarte un título-
Tragué duro, Mara y Leto me habían hecho estudiar la organización en palacio
Obviamente primero estaba el emperador, luego sus padres, la esposa real y el príncipe heredero. Estos dos últimos puestos no estaban ocupados y yo no era un idiota, el lugar de la reina estaba destinado a la mujer que diera a luz al heredero del hombre que me sostenía entre sus brazos
Yo era un hombre, jamás podría darle un hijo
Lo más alto que podía aspirar, y que sonaba ridículo porque después de todo seguía siendo un humano, era a consorte real
Y el consorte real solo estaba por debajo del príncipe heredero, lo que me dejaría a mí por sobre Karau y Jahi
Era absurdo
Con suerte había podido interpretar mi papel de esclavo, ¿Y Juvart pretendía entregarme ese título?
-No puedo- reconocí sin atreverme a ver la decepción en sus ojos
-Cian-
Sacudí la cabeza ¿Es que no era consciente de lo que implicaba ese título?
“Probablemente él es mucho más consciente que tú”
-¡Es demasiado! La mayoría de ellos ya me detesta solo por lo que soy, ¿Qué sucederá si me entregas un título que me pone en un lugar tan elevado?-
¿Qué no se daba cuenta de la enorme responsabilidad que involucraba?
-Si te convierto en consorte real nadie podrá decir nada, porque eres mi compañero y eso es algo que se respeta en mi mundo. Si no les agrada tendrán que quejarse en silencio, no permitiré que traten de faltarme el respeto a mí y a las tradiciones-
-Van a querer matarme- aseguré resignado
Él sonrió levemente
-Sí, por eso mismo necesito darte más poder e independencia-
¿Independencia?
-¿Podré salir del harem?-
-Cuando tú lo desees-
Maldición, eso sonaba realmente bien
¡Podría dejar de vivir encerrado permanentemente!
-Sé que no puedo convencerte con joyas y dinero, pero necesito que lo pienses, no puedo vivir en este mundo y dejarte aquí te pondría en mayor riesgo que llevarte conmigo-
Permanecí absorto en su mirada, realmente parecía ansiar una respuesta afirmativa
¿Tanto así quería que regresara?
Era complejo asimilar lo que “compañero destinado” significaba
Karau había dicho que solo tenías una pareja destinada, y que los demonios nunca encontraban a la suya, por eso se consideraba casi un milagro hallarla
Pero Juvart había tratado de negarlo al principio y de hecho seguía acostándose con otros integrantes del harem
¿Entonces no era sinónimo de exclusividad?
Él mismo había ocultado la marca en mi brazo…
Incluso me echó de palacio…
Tal vez realmente se arrepentía, es decir, por algo había venido a disculparse
Pero ser mi compañero no lo había detenido
-¿Podré volver a visitar a mi familia?- cuestioné optando por cambiar un poco la línea de mis pensamientos
Mi pregunta pareció desconcertarlo
-Sí, pero no podrás regresar solo-
Asentí lentamente, incluso rodeado por su aroma comenzaba a ansiar un poco de distancia
Tenía que pensar, no era una decisión fácil
-Bien-
-¿Bien? ¿Eso es un sí?-
Me aparté lentamente del mayor, esperando que no malinterpretara mis gestos
-No, es un “necesito tiempo”-
El silencio que siguió a mi declaración fue alarmantemente tenso. Para cuando Juvart reaccionó percibí cierta incredulidad
¿A lo mejor esperaba que aceptara de inmediato?
-El mundo humano es peligroso- declaró recuperando su tono impasible
-Tú mundo también lo es, de hecho he estado a punto de morir más veces allí que en mi propio mundo- le recordé
-Cian…-
Suspiré profundamente, no quería pelear con él, acabábamos de reconciliarnos, si es que eso había sido una reconciliación
-Mira, entiendo lo que dices, realmente lo hago. Pero no puedo tomar una decisión tan importante en un segundo, si regreso contigo estoy aceptando enlazarme ¿No?-
-Somos compañeros-
-Sí, pero acabo de cumplir dieciocho años, la gente en mi mundo no suele casarse a esa edad-
-Tampoco se relacionan con demonios-
-¿No crees que merezco tiempo para pensar?- repliqué ignorando su argumento
Esperé pacientemente que mis palabras le resultaran lógicas. Cuando frunció el ceño y se puso de pie, concluí que tal vez me había equivocado
-¿Cuánto tiempo necesitas?-
¿Eh?
¿Realmente había aceptado?
Su expresión seria era demasiado intensa como para ser producto de una broma, aun así ¿Cómo respondería a eso?
-No lo sé- reconocí sinceramente
Pero mi respuesta no le agradó en lo más mínimo
-No me sirve eso, tengo un mundo que dirigir, ¿Cuánto tiempo necesitas para pensar?-
Me mordí el labio con nerviosismo
-Es más complejo de lo que crees…-
-Dos semanas- espetó haciendo un gesto con la mano
Los dos guardias que habían estado de pie junto a la puerta aparecieron detrás de él, tomándome por sorpresa
-Juvart…-
-En dos semanas regresaré por tu respuesta, sea cual sea-
Observé sorprendido como desaparecía junto con los guardias, sin dejarme decir una sola palabra más
Genial
Absolutamente perfecto
¿Cómo iba a tomar una decisión tan importante en dos semanas?
¿Y qué pasaría si me niego?
.
.
.
Siete días
Había pasado una semana y no tenía la menor idea sobre qué hacer
¡Incluso había hecho una lista de pros y contras!
Lamentablemente no había servido de mucho, considerando la situación eran muchos más los contras… y en el fondo sabía cuál ansiaba que fuera mi respuesta
Pero no tenía el valor para hacerlo
No podía dar ese paso, no podía convencerme que era una buena idea
No lo era
Y mi experiencia pasada en ese palacio no servía de referencia. Sabía que de aceptar la propuesta de Juvart todo sería mucho más difícil
Suspiré, al menos había conseguido alejarme de Morgan. Era un gran chico, pero necesitaba espacio y con él cerca no podía pensar bien
Bueno, técnicamente con él lejos tampoco podía
Di vuelta la página del libro que supuestamente leía, deseando poder concentrarme en algo diferente al recuerdo del demonio de ojos azules
“Diablos”
-¿Supongo que no estás bien?-
Ahogué un grito cuando la voz de Karau me tomó por sorpresa
-¡No hagas eso!- reclamé asustado
Mi amigo me sonrió desde el otro lado del mostrador
-Deberías alegrarte más por mi visita- comentó como si nada
Alcé una ceja
-Probablemente lo haría si no estuviese a punto de tener un infarto cada vez que apareces-
-No es para tanto, eres joven, no morirás de esa forma-
¿Eso era tranquilizador?
¿De verdad?
-No pensé que vendrías- reconocí
Por cómo había desaparecido la última vez solo podía suponer que no estaba precisamente en mi mundo con la aprobación correspondiente
-Mi hermano dijo que vino a visitarte- comentó con aparente desinterés
Se me quedó viendo fijamente y por un momento me recordó a Juvart
-¿Te dijo por qué?-
-Por supuesto, y después nos trenzamos el cabello-
Sonreí divertido
Mensaje recibido, obviamente no sabía
-¿Me dirás tú?- cuestionó con cautela
Suspiré profundamente, era algo que podía comentar ¿Verdad?
Karau era mi amigo y necesitaba que alguien me ayudara con algún consejo, el que fuera
-Dijo que soy su compañero- resumí esperando por su reacción
Pensé que se sorprendería pero en lugar de eso sonrió satisfecho
-¿Ya lo sabías?- interrogué desconcertado
El mayor sacudió la cabeza
-Tenía mis sospechas pero sin pruebas no hay delito-
¿Delito?
-Habrás notado que él puede ser muy discreto y es un tema delicado-
Sí, muy delicado
Aparté el libro lejos de mí y me dejé caer en la silla que habitualmente usaba
-¿Qué le dijiste?-
Le miré sorprendido
-¿Qué se supone que dijera?-
Su expresión se llenó de asombro
-¿Qué lo amas tal vez?-
Noté como un incómodo nudo me apretaba el estómago
-Ya lo sabía-
Probablemente muchos lo sabían, tal vez no
-¿Y él te lo dijo?-
-Me quedó claro-
Había despertado durante siete días recordando esa mirada, definitivamente tenía que tratarse de un nuevo record
“Algunos lo llamarían obsesión”
-¿Entonces qué haces aquí?- replicó anonadado
Volví a suspirar
“Si Cian, ¿Qué haces en la librería?”
-Pienso-
Karau se acercó lo suficiente como para apoyarse sobre el mostrador y me observó con precaución
-Son compañeros- repitió como si eso fuese todo
Aparentemente para él eso era más que suficiente
¿Pero no era él quien rechazaba a Dominic?
Incluso Jahi se había quejado conmigo sobre el comportamiento de su hermano para con el príncipe vampiro
-Y él es un emperador demonio y yo un humano- le recordé
-Siguen siendo compañeros- sacudió su mano como si eso fuera todo
-¿No eras tú quién huía de Dominic?-
Al menos tuvo la decencia de incomodarse ante mi comentario
-Sabes que solo podemos identificar a nuestros compañeros al acostarnos con él o ella, no tenía como saberlo y él es el hermano de mi prometida- se justificó
Una alarma se encendió en mi cabeza al escucharle
-Hablas en pasado- señalé
El de mirada gris se mordió el labio, repentinamente sonriente pero también… ¿Enfadado?
-Ese desgraciado me mordió sin mi consentimiento- se quejó
Sonreí divertido
-¿Eso quiere decir…?-
-Es mi compañero, o lo que sea- admitió sonando molesto
-¿Y eso es malo porque…?-
Karau golpeó el vidrio bajo sus manos y me observó indignado aunque no parecía molesto conmigo
-Porque lo hizo sin mi consentimiento, así que no pienso dejárselo fácil ahora- espetó desviando su mirada hacia un punto en el infinito
Traté de evitar extender mi sonrisa, a lo mejor para él sí era ofensivo que lo hubiese mordido sin autorización, compañeros o no
-Volviendo al tema, sigo sin entender qué haces aquí. ¿Acaso el idiota de mi hermano no te pidió regresar?-
-Estoy bastante convencido que solo lo llamas idiota porque estás seguro que no puede escucharte- le piqué
Su rostro enrojeció y se giró para mirar a su alrededor como si el emperador pudiese aparecer en cualquier instante para castigarlo
-Como sea ¿No lo hizo?-
Llevé mi mano a mi cabello y jalé algunos mechones, sinceramente estaba a un paso de comenzar a golpearme contra las paredes
Necesitaba una respuesta, necesitaba una señal lo que fuera
¡Alguien por favor!
-Si lo hizo, dijo que si regresaba tendría que darme un título importante-
La mandíbula de Karau cayó levemente antes de volver a sonreír triunfal
-Consorte real ¿No?-
Ignoré la mirada de expectación en sus ojos
-No me interesa ser consorte real- reconocí ansiando detener el nudo en mi estómago
-¿Estás bromeando?- saltó indignado
Retrocedí contra la silla algo impresionado por su reacción
-¿Por qué querría serlo?-
-¡Todos los demonios de mi mundo se desviven por Juvart! ¡Maldición, hay quienes matarían por conseguir llegar a consorte real!-
Ladeé levemente la cabeza
-¿Y?-
El príncipe se frotó el rostro con ambas manos y comenzó a caminar de un lado a otro, hablando rápidamente en un idioma que me pareció similar al que había aprendido gracias a Leto
-¡Estás demente!- exclamó señalándome con un dedo acusador
-No me interesan los títulos que hay en palacio, sabes que lo quiero a él- murmuré desviando la mirada
-¿Y entonces qué? ¿Quieres regresar a ser un esclavo? Porque déjame decirte que ser consorte real es lo más arriba que cualquiera podría llegar con excepción de la reina. No se trata solo del poder y de las riquezas, podrías pasar mucho más tiempo con él, y salir a donde quisieras y cuando quisieras-
Reina
Mastiqué ese término y me negué a expresarlo en voz alta
Yo quería a Juvart, cada centímetro de mi cuerpo lo quería… pero tampoco quería compartirlo, era egoísta, lo sabía, pero también sabía que era patético y a una parte de mi mente no le importaba ningún calificativo
Había tenido que verlo con otros mientras era esclavo, pero ahora era diferente
Antes ni siquiera entendía que él me gustaba, ahora sabía que lo amaba
Antes me daba igual que le prestara atención a otros, ahora me dolía el pecho al imaginarlo en los brazos de Kylen o de la elegida para ser reina
Sí, consorte real era un título muy importante, increíblemente importante tratándose de ese mundo… pero también significaba que habría alguien más
Si yo no podía darle un hijo, alguien tendría que hacerlo
-Es una decisión importante- sentencié después de varios minutos
-Es tu compañero- insistió
Alcé el rostro y enfrenté la mirada ofendida de Karau, probablemente él pensaba que estaba negando deliberadamente a mi compañero, el que resultaba ser su hermano mayor y presentí que una parte de él estaba muy enfadado conmigo por eso
-No lo hago a propósito- aclaré tomándole por sorpresa
-Cian…-
-¿Crees que es divertido para mí? No, no lo es. Llevo toda una semana sin saber qué hacer. He vivido toda mi vida aquí, con mi padre, con mi hermano. Solo me convertí en esclavo para salvarle la vida a mi padre, no lo habría hecho por ninguna otra razón. No puedo negar que amo a tu hermano y sé que él también me quiere, pero ya me rechazó una vez, más de una de hecho y ahora tengo que darle la espalda a todo lo que conozco para volver a ese palacio y fingir que soy alguien que merece el título de consorte real… es difícil, muy difícil-
-Pero están destinados-
Fruncí el ceño
-¿Qué significa exactamente eso? Porque en mi mundo no existe tal cosa-
Mi amigo se me acercó con una expresión mucho más serena y tomó mi mano
-Significa que tú eres su anima, la llave a la felicidad. Significa que desde antes de nacer el destino te eligió para hacerlo feliz y a él para ser tu compañero, a nadie más. Los demonios no solemos viajar a otros mundos, casi nadie conoce a su compañero destinado y se enlazan por compromiso o porque se dicen enamorados… pero el único y verdadero amor es diferente, tú lo eres para él, independiente de las decisiones que tome, independiente del tiempo y de la distancia. Y si mueres jamás podrá encontrar a nadie a quien quiera tanto como a ti-
Parpadeé luchando contra la humedad en mis ojos
¿De verdad era tan importante?
-No va a ser sencillo, pero nunca se supone que lo sea. Tienes que luchar, y vas a caer de nuevo pero te pondrás de pie una y otra vez porque lo más importante para él eres tú-
Entonces recordé lo que había dicho Juvart sobre mi seguridad
¿Tanto le preocupaba mi seguridad que estaba dispuesto a devolverme a mi mundo si así me mantenía a salvo?
-Eso fue…-
¿Cómo podría definirlo?
Ni siquiera parecían existir palabras para calificarlo
-Es la verdad, y sé que cuando llegue el momento tomarás la decisión correcta. Probablemente en el fondo la conoces y solo tienes miedo-
Sí, tenía miedo
Mucho miedo
Pero también había visto el amor en la mirada de Juvart y no podía esconderme de eso
No podía fingir que no era lo más hermoso que había visto en toda mi vida
No podía negar mis propias emociones
-Lamentablemente, debo marcharme pero creo que nos veremos pronto… con permiso-
Observé pasmado como se inclinaba levemente ante mí antes de desaparecer
Maldito Karau
Claramente en mi mundo sería un excelente abogado
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