Ijuiin x Ishi
Al recibir los resultados de laboratorio pudo constatar que una vez más los de diagnósticos llevaban la razón, su paciente presentaba una insuficiencia renal. Esta enfermedad era caracterizada por presentarse en personas mayores o con diabetes, por lo que no pudo evitar lamentar la mala suerte que corría Takafumi, la inferencia lógica era que si no presentaba diabetes, colesterol o incluso era demasiado menor para presentar la enfermedad se trataba de herencia genética ya sea por el padre o por la madre.
Takafumi era una madre concienzuda, lo que le hacía estar seguro de que si alguno de sus familiares cercanos tuviera una enfermedad que fuera hereditaria, realizaría exámenes a los niños con el fin de evitar precisamente esas recaídas. Su corazón se encogió, culpable, tenía tantos celos de esos niños y ahora uno de ellos estaba bajo su cargo con una enfermedad aguda, el jamás deseo esto y aun así no podía parar de sentirse culpable.
Takafumi tenía algo que él jamás tendría, algo que deseo con todas las fuerzas de sus ser y algo que fue finalmente lo que termino por acabar su matrimonio; Takafumi tenía hijos. Él estaba condenado por un accidente del pasado a ser solo un velador, un guardián si se quiere, de los pequeños ángeles que día a día atendía en la unidad pediátrica del hospital. Sin embargo el jamás sabría lo que es ser madre.
Tal vez no debió callar ese secreto, pero en el fondo de su alma esperaba que Ijuiin comprendiera sus miedos y sus motivos para ocultar el secreto, en el fondo lo único que realmente esperaba era que el amor que Ijuiin profesaba tenerle fuera más grande que ese obstáculo. En cambio cuando miraba hacia atrás lo único que podía ver era el llanto de su alma al firmar los papeles de divorcio.
*****Flash back*****
-es que sencillamente no puedo creer que me lo ocultaras ¡Se trata de mi deseo de formar una familia!, por amor a Dios-vociferaba el mayor de ellos-¿Cuándo pensabas decírmelo? Ha pasado un año desde nuestro maldito matrimonio.
-q-que no tengamos hijos no quiere decir que no seamos una familia. Tú y yo nos amamos, es todo lo que realmente importa en nuestro matrimonio-dijo el menor mientras trababa de alcanzar las manos de su esposo en busca de afecto, pero este en un movimiento rápido las levanto fuera de su alcance-podríamos adoptar o tal vez…
-¡tal vez nada!- interrumpió como un trueno a su esposo que inútilmente trataba de dar explicaciones-¿de verdad no entiendes la gravedad de la situación? Me mentiste durante cinco años, Ishi, cada vez que te decía lo mucho que te amaba, lo mucho que deseaba formar una familia contigo te burlabas de mí-con la voz a punto de quebrarse pronuncio sus últimas palabras- es obvio que tú en verdad no me amas, no ahora, y no en el pasado- dijo frio.
-¿Cómo puedes siquiera pensar en eso? Yo te amo con todas mis fuerzas, siempre lo he hecho-sentencio dolido-¿de verdad crees que si pudiera no te daría un hijo? ¿Crees que no deseo que nuestra familia crezca? Por favor entiéndelo, no es que no quiera hacerlo es que sencillamente no puedo-dijo secando las lágrimas que se escapaban de sus hermosos ojos.
-y no obstante lo sabias ¿no? Sabías que jamás seria capaz de cumplir las ilusiones que cree en mi mente y en mi corazón, ¡pero no dijiste nada!-grito destrozado-me dejaste seguir soñando con un familia que jamás tendría. Eso es lo que no puedo perdonarte.
-¿Qué quieres decir?-pregunto confundido, pero sobre todo aterrado de las próximas palabras de su esposo.
-quiero el divorcio-termino por decir.
******Fin flashback******
Después de eso sencillamente no hay mucho que recordar. Ijuiin termino por irse de casa y el decidió recobrar su orgullo y su dignidad, si Ijuiin quería separarse de él podía hacerlo sin problemas, no iba a rogarle a nadie. Su relación se tornó enteramente profesional, aunque a veces creía ver en los ojos del ahora su ex una mirada de amor.
Entro a la habitación con los resultados en mano, listo para dar una noticia que cambiaría la vida de madre e hijo para siempre.
Hatori x Chiaki
Sonrió tenuemente mientras observaba la delgada y des buda figura de sus esposo a su lado, aun le resultaba difícil de creer que Chiaki correspondía a sus sentimientos amorosos, y aun más que hace poco había contraído nupcias. Las cosas definitivamente habían ido bien para ellos dos, primero como amigos, luego como novios y ahora como esposos.
*****Flash back******
-¡Tori!- llamo su gran amor secreto yendo directamente hacia la mesa de la cafetería donde leía tranquilamente una de sus obras favoritas-¿Por qué no me esperaste?-pregunto con un ligero puchero al llegar a la mesa.
¿Qué podía responder? No podía simplemente decirle que estaba celoso, celoso de aquel chico nuevo que se había hecho amigo de su Chiaki. Prefirió mentir
-lo siento, tenía examen de química temprano y sabes cómo es el profesor de estricto-en realidad había tenido ciencias sociales a la primera hora, pero mentir de este modo era mucho más sencillo.
Chiaki pareció sopesar la respuesta de su amigo y finalmente termino por sonreír ampliamente, con esa sonrisa que ponía a Hatori de cabeza. Al final termino por sonreír ingenuamente.
-genial, entonces pasa mañana por mí como siempre.
-claro que lo hare- dijo automáticamente como si las palabras de Chiaki fueran órdenes para él, pero se arrepintió al instante-¿Yuu también ira?
-claro que ira, Tori, se acaba de mudar a Japón debemos ser amables con él para que sea capaz de integrarse, ¿viste que no tiene muchos amigos?-pregunto ingenuamente.
Hatori se limitó a fruncir el ceño en desacuerdo con las palabras de su amigo doncel, pero como siempre haría lo que el deseara.
Yuu es un chico japonés que vivió en Inglaterra durante toda su vida a pesar de ser el hijo de una familia japonés muy importante, tiene 17 años e ingreso a la misma clase que Chiaki, suerte con la que él no conto. Sin embargo más importante que todo eso lo que mas resaltaba en su persona era el hecho de ser un doncel, no porque fuera un doncel, sino porque en opinión de Hatori tenía interés en Chiaki quien también era un doncel.
El tiempo le demostraría que él tenía la razón, Yuu estaba interesado de manera romántica en Chiaki y no se la pondría nada fácil, pero al menos jugo limpio toda la batalla y al final supo admitir su derrota.
*****fin flas back****
Nunca se cansaría de observarlo, era simple y llanamente perfecto desde la punta de su cabecita a la punta de los pies, lo amaba con locura y jamás haría algo que pudiera lastimarlo. Era eso lo que le angustiaba de contarle acerca del viaje a Francia, Chiaki había estado muy emocionado con viajar a Italia y le daba miedo lastimarlo cambiando su decisión.
-Tori, te he dicho que no me mires así al despertarte, es un poco espeluznante- dijo el pequeño mientras restregaba sus grandes ojos azules.
-solo recuerdo lo mucho que te amo-dijo para inclinarse y plantarle un beso.
Tal vez lo lastimaría un poco al cambiar los planes de la luna de miel, pero eso sería mañana.
Onodera x Takano
Pasaron por muchas cosas juntas, cosas que a otras personas les habría espantado, pero a él n, el seguía aquí y continuaría el tiempo que fuera necesario porque su amor por Takano seguía tan vivo como el primer día. Vio a su novio saliendo de lugar y correr directo a él, no supo en aquel momento término apresado entre sus brazos.
Hoy era el día en que al fin Takano recobraba su libertad, después de pasar dos años en una cárcel de mediana seguridad por el delito de estafa. Lo cierto es que Takano era inocente del delito que le fue atribuido, sin embargo no hubo forma humana de demostrarlo a pesar de todos los esfuerzos de la familia de Onodera.
-te extraño tanto-susurro con nostalgia en medio del abrazo.
-lo sé, es todo culpa de ese maldito infeliz- respondió mientras se aferraba a un más a su novio- nos arruino la vida y ni siquiera está pagando por ello, como debería.
-Iokowa pagara por todo el daño que ha hecho, eso te lo puedo asegurar. Sin embargo yo también he hecho daño y debo resarcir mis errores. Buscare a Takafumi y le contare toda la verdad sobre todo, de ser necesario me arrodillare para que me perdone.
-no lo hará refuto el otro-acabas de salir de prisión, ¿no podemos disfrutar un poco nosotros dos solos?-sabía que en el fondo su petición estaba mal, pero tenía miedo de seguir envuelto en esa trama del pasado.
-Onodera, sabes bien que debo hacerlo-beso su frente mientras lo acunaba en sus brazos-todo estará bien es cuestión de volver a empezar.
-lo se mi amor-dijo al sostenerse aún más fuerte de las caderas de su novio-espero que sea capaz de perdonarnos a ambos.
Iokowa había destruido la armonía de su vida y quizás su misma vida para siempre. Por librarse de un delito que fue el quien cometió había hecho un preacuerdo con el fiscal del distrito de Tokio, aportando pruebas falsas logro librarse de una condena en la cárcel por estafa, obteniendo a cambio solo una medida de libertad preventiva que le obligaba a recurrir ante un juez.
Le había privado dos años de la compañía de su gran amor, y encima de todo estaba por la vida disfrutando de envenenar la mente de los demás. No obstante él estaba seguro de que Iokowa pagaría sus pecados al finalizar esta historia, porque nadie es capaz de salvarse de pagar por sus errores, ¿o sí?.