Se incorporó lentamente, era temprano aunque Law ya se había ido. Precioso domingo. Normalmente se habría levantado a la par que el médico, se habría duchado, hubiera preparado el desayuno y hubiese tapado la parte de Luffy para cuando se levantara, aunque en realidad nunca llegaba a hacerlo ya que el olor de la comida hacia despertar al pequeño moreno y aunque era bien temprano, aún en pijama, acompañaba en el desayuno a sus dos compañeros, total, cuando se marchasen dormiría un par de horas mas. Después se arreglaría elegantemente, se despediría de Luffy y luego de Law, cuando este lo dejara en el restaurante. Pero hoy no, hoy era domingo.
Precioso domingo.
"Vamos Luffy! Despierta dormilón!" sonreía el cocinero mientras abría las cortinas de la habitación "que sea domingo no quiere decir que puedas quedarte todo el día en la ca...¿Luffy....?!!Luffy¡¡"
...
Un éxito. La operación había sido un éxito.
Ser un cirujano distinguido y un gran y respetado médico quería decir que traía tras de si grandes logros quirúrgicos pero la sensación que le recorría cuando mandaba a la enfermera a dar la buena noticia a la familia siempre seria indescriptible. Prefería no hacerlo personalmente, como antes, ya que la efusividad de algunos familiares sobrepasaba sus limites, ya tenia un koala en casa, y cuando aquel rubio estaba de buen humor era imposible escaparse, no es como si Law se negara a aquellos dos, pero aquello era otra cosa diferente.
Tampoco daba las malas noticias, esto para él no era un problema, en realidad había sido su antiguo profesor de especialidad, amigo y colega, Akagami Shanks, el que le había comentado que ciertas personas notaban su frialdad, como decirlo, y válgase la redundancia, escalofriante.
Nada mejor que una operación de extrema urgencia para despertar nada mas llegar al trabajo.
Así entro en su despacho, el cual le habían asignado hacia unas semanas y al cual se había acostumbrado pronto, mas no le dio tiempo ni de servirse una taza del café que Sanji le preparaba por las mañanas, con una receta especial que solo el rubio conocía, cuando Shachi entro en su despacho muy agitado.
Shachi junto con su inseparable Penguin eran dos enfermeros con quienes había simpatizado, al estilo de Law, durante la crisis de falta de personal que sufrió el hospital el día de aquel fatídico accidente de Manhattan unos meses atrás.
Eran los únicos, junto con Shanks y algún que otro Jefe de planta, que no le parecían ser unos inútiles y con los que comía de vez en cuando, y eso que no pertenecían a la misma sección del hospital. Y ahí el punto que mas le preocupaba, puesto que su colega estaba asignado en urgencias y no creía que faltase de nuevo personal.
Sus dudas se fueron disipando una vez llego a la consulta de su amigo, “Joder...” no podía ser que Shanks le pidiese ayuda con algún paciente, no, allí estaba, el cocinero, o alguien que parecía el cocinero, con sus manos entrelazadas delante de su rostro, sentado en una de las sillas delante de la mesa de Akagami, si no vomitaba seria un milagro.
Antes de que se incorporara para ver quien había entrado en la consulta, el ojigris, lo rodeó en un abrazo.
Sanji estaba tan nervioso que no se esperaba a Law por lo que hizo ademán se separarse, mas el médico que estaba mas despierto que él, lo sujetó con fuerza, no mucho, en realidad, ya que el rubio se dio cuenta al instante de quien se trataba. Se sentó justo enfrente, en la otra silla, sin separarse de él.
“La-Law..” casi sollozada su cocinero.
“Shh tranquilo, Sanji tienes que tranquilizarte y contarme que ha ocurrido” la voz del moreno se mantuvo firme pero mucho menos serena de lo que le habría gustado.
“Es-esta mañana cuando fui a levantar a Luffy... no, no despertaba, estaba ardiendo de fiebre...Law, Law, Luffy no me contestaba” el rubio enterró el rostro en el pecho del cirujano y este entrelazó una mano en sus cabellos apretándolo contra si, dándole fuerza. Pudo ver así al otro lado de la sala y a unos metros de ellos a su monito.
Luffy permanecía dormido, aunque mas bien inconsciente, conectado a un monitor que señalaba sus signos vitales, estaba parcialmente tapado por las sabanas de la camilla y en uno de sus brazos tenia conectada una vía por la cual entraba en ese instante la medicación. Aun llevaba el pijama puesto, podía ver parte de los pantalones de cuadros y la camiseta con la que Luffy siempre se acostaba los sábados puesto que “los domingos me quedo todo el día en casa y no tengo porque vestirme”.
El sombrero de paja apareció después, cuando el doctor Akagami entro con él puesto y buenas noticias.
...
“Aquí tienes el mando de la televisión, ahora te traeremos algo para comer, ¿estas bien?” le pregunto Law mientras revisaba el pequeño vendaje que había dejado la herida de la vía horas atrás, a Luffy le molestaba.
“Si shishishishi veis como fue buena idea poner el televisor en el dormitorio shishishsi” Sanji rodó los ojos desde el la puerta del cuarto desde donde miraba.
“Muy bien... toma el mando, pon lo que quieras” le sonrió el medico mientras se sentaba en la cama y tocaba la frente del otro moreno “la fiebre ha bajado tan rápido como ha subido” y rió por primera vez en todo el día.
“Siento haberos preocupado”
Sanji se retiro silenciosamente de la puerta, los morenos supusieron que hacia la cocina. Luffy todavía miraba el lugar donde había estado apoyado cuando volvió a hablar.
“Aun no tengo mucha hambre Torao” y volvió a hablar antes de que el medico le replicase con su ceño ya fruncido “ve con Sanji”.
A esto no hizo mas que levantar una ceja, el cocinero había estado fuera de peligro de colapsar cuando el monito había despertado, pero él también lo había notado.
Pasó la mano por el cabello de Luffy, revolviéndolo un poco y besó su frente antes de transmitirle tranquilad con una sonrisa y salir por la puerta.
…
Se detuvo en la salida del pasillo y avanzó unos pequeños pasos para quedar en medio de la sala. Podía observar al cocinero y todos sus movimientos, aunque este permanencia de espaldas y aun no se había percatado de su presencia. Ahora que Law pensaba en ello, hacia mucho rato que no veía a Sanji fumando.
“Se va a caer” apareció el medico sobresaltado al cocinero y cogiendo un bol que había estado a punto de impactar contra el suelo.
El rubio no dijo nada, ni siquiera le estaba mirando.
“Sanji...”
“Tengo que prepararle algo a Luffy de comer” empezó con voz temblorosa y rápida “necesitara un plato que le de energías y sales mi...”
“Sanji...” le cortó el ojigris sujetando el brazo que se había puesto otra vez a cocinar, impidiéndoselo. Como reacción el rubio se soltó del agarre y giró sobre si para apoyar su peso con ambos brazos en la isla de su increíble cocina. Parecía ido, con la vista en algún punto perdido en el mármol de la encimera.
Sintió como Law se apoyaba con la cadera a su lado, de espaldas al mármol. De forma suave y muy tranquila metió la mano en el bolsillo del pantalón del cocinero y sacó el paquete de cigarros y el mechero, cogió uno y dejó el paquete en la encimera. Con suma paciencia llevó el cigarro a sus labios y lo encendió dando una profunda calada.
Entonces Sanji pudo ver por el rabillo del ojo como le tendía el cigarro. Maldito Trafalgar y su forma de tratar con él.
Así cogió el cigarro, se apoyó igual que su compañero y se lo fumó tranquilamente. El moreno solo se había movido un poco, estirando el brazo para alcanzar el cenicero y dejarlo a poca distancia del rubio.
Cuando este lo dejó apagado y consumido allí, se acercó y apoyó la frente en el hombro de Law, quien automáticamente rodeó su cintura apretándolo contra si.
Maldito Trafalgar y su forma de reconfortarlo.
Cuando estaba de esa forma con él, cuando estaba de esa forma con Luffy...
“Anoche cuando te acostaste y nos quedamos él y yo en el sofá me dijo que no se sentía del todo bien” comenzó a relatar el ojiazul con un hilo de voz, suspiró” y esta mañana...”
“Pensaba que el médico era yo”
Sanji levanto la mirada para ver sus ojos que estaban fijos en él.
“Pero me dijo..”
“Ni si quiera yo lo habría supuesto, si cada persona que no se encontrara del todo bien fuera al hospital seria insostenible” le hablaba con voz firme pero tranquila y esta vez si, serena.
Sus palabras se quedaron en el cocinero pero no consiguieron aplacar del todo la culpa.
“Prepara algo de comida para ti” suspiro “ ni siquiera habrás desayunado”
Sanji no le contestaba.
“Luffy esta muy preocupado por ti” eso pareció hacerle reaccionar ya que volvió a alzar la mirada “no podemos evitar que alguien enferme, pero si ayudar en todo lo posible a que se recupere, vamos, por favor Sanji, ¿cuantas veces has visto a Luffy enfermo?” le mostró una pequeña sonrisa que parecía haber contagiado al cocinero.
“No muchas” sonrió, y tras meditar un poco volvió a hablar “seguro que tu tampoco has comido, prepararé algo para los tres y nos lo comeremos en la habitación, con Luffy.
“Si, mucho mejor”
Ambos se sonrieron. “Gracias Law”
Este solo negó con la cabeza a la vez que deslizada sus palmas por el rostro de Sanji. Sin demorarse mas junto sus labios en un beso que duro unos instantes. El rubio deslizo sus brazos por los hombros del moreno y los dejo allí apoyados mientras esta vez comenzaba un beso algo mas largo.
Cuando se separaron juntaron un momento las frentes y se sonrieron.
“Ejem...” giraron la cabeza y allí en la entrada del pasillo su monito ,abrigado con la manta de la cama, les hacia un puchero muy mono “yo también quiero mimitos, que estoy malo” y tosió de una manera muy falsa.
“Ve con el enfermo, yo enseguida voy con la comida”
“YOSHH!” y se marcho hacia la habitación aceleradamente.
“Ves como no es tan grave” y ambos se carcajearon por el monito que vivía con ellos, quien los llamaba desde la habitación.
…
“Así se que por eso Sanji me ha preparado a mi también la comida” ambos médicos, Akagami y Trafalgar estaban en la cafetería del hospital comiendo el delicioso almuerzo que el cocinero les había preparado.
“Sabe que dentro de la sección de urgencias no pueden entrar familiares, te agradece que curaras a Luffy y lo dejases pasar”
“Lo hice por su propio bien, solo yo lo vi a punto de desmayarse o que?” se carcajeo el pelirrojo. Le tenia gran aprecio a Sanji, por una parte por que lo conocía desde pequeño igual que a Luffy pero también porque en cierto modo era su sobrino.
“Posiblemente os invite a cenar uno de estos días” continuó el pelinegro “un consejo, Akagami-ya?”
“Claro, dispara”
“Si juegas bien tus cartas, Sanji os pagara a ti y a Mihawk la luna de miel.” Ambos se carcajearon con fuerza.
Dracule Mihawk no solo era el prometido de Shanks, sino también el tío de Sanji y la poca familia que le quedaba. Casi podía ser un padre para él del mismo modo que Shanks era como un padre para Luffy. El rubio sentía un gran agradecimiento por su tío y su prometido, quienes le habían pagado la escuela de cocina cuando pasó de primaria al instituto.
“Dile que estaba todo delicioso y que no se preocupe, para eso esta la familia” le comentó a Law antes de levantarse y marcharse cuando le sonó el busca.
Trafalgar suspiró, agradecía el gesto a Sanji, él también se sentía en deuda con Akagami, aunque él entendía mejor al pelirrojo, ellos eran médicos, poder ayudar a un enfermo los hacia felices, sobretodo cuando le tocaba cuidar de sus dos amigos.
Ahora hacia una semana que Luffy se había recuperado del todo.
Todo estaba bien, y con esa sensación volvió al trabajo.