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Sonrisas por kobatohanatodesu

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Makoto

Faltaba poco para que amaneciera sin embargo un dulce aroma conocido llego a mi nariz así que decidí levantarme antes e ir hasta la entrada. Comencé a correr para bajar las escaleras al notar que estaba a punto de entrar y cuando la vi, no pude evitar abrazarla – ¡Okaa-san!– pero comenzó a gritar, tal vez estaba igual de emocionada de verme así que yo también comencé a gritar fuerte como ella.

 

 

Haru

El grito de una mujer me despertó de golpe y el segundo que era de Makoto hizo que bajara rápidamente al primer piso. Era un estúpido, había olvidado completamente que mi madre llegaba hoy – ¡Makoto!– grite al ver como mi mamá movía en el aire su bolso amenazando a Makoto quien intentaba acercarse a ella

– ¡Haruka llama a la policía, un pervertido se metió a la casa!– ¿Pervertido? Makoto no era un pervertido, el solo era un idiota en ropa interior

– ¿Qué ocurre?– era mi abuela quien bajaba somnolienta por las escaleras

– ¡No bajes mamá, es peligroso!– Grito pero mi abuela siguió caminado hacia Makoto – ¡Mamá no te acerques! ¡Haruka detenla!– pero no detendría a mi abuela, intentaría detener a Makoto

–Basta Makoto, ven aquí– pero de la misma forma de siempre mis llamados hacia el eran ignorados

–Ven Mako-chan– mi abuela al darse cuenta de que no me haría caso lo tomo de la mano guiándolo hacia mí para alejarlo de mamá

– ¡¿Quién es él?!– pregunto aun alterada

–Es Mako-chan.

– ¡¿Mako-chan?!– a ella definitivamente no sabría cómo explicarle las cosas

–Sí, Mako-chan vive desde hace dos años con Haru-chan en la cuidad– pero dejaría que mi abuela le explicara

– ¿Dos años?– Mi madre dirigió su vista hacia mí – ¿Vive contigo? ¿Por qué?– pero nuevamente no respondí y deje que mi abuela se hiciera cargo, ella se acercó a mi madre para susurrarle al oído – ¡¿Qué?!– Pero por su reacción no supe si fue buena idea dejarle explicar – ¡Estas bromeando ¿Cierto?!– pregunto

–No, no es broma– mi abuela inmediatamente negó

– ¡¿Qué?!– Comenzó a gritar – ¡Definitivamente no! ¡No, no, no!– Y cada vez sus gritos eran aún más fuertes – ¡No voy a permitirlo Haruka!

–Hija no grites– mi abuela intento calmarla

– ¡¿Cómo quieres que no grite mamá?! ¡Me acabo de enterar que mi hijo está viviendo con un tipo! ¡Además me entere de que mi hijo es...– y de la nada su respiración se hizo cada vez más profunda –Mi hijo... Mi hijo es...– parecía que se iba a desmayar

–Mamá– rápidamente me acerque a ella para evitar que cayera pues sus piernas fallaron provocando que terminara arrodillada en el piso – ¿Estás bien?– me preocupo su repentina reacción, se veía pálida

– ¡No! ¡No estoy bien!– Sin embargo su rostro retomo su color y comenzó a llorar – ¡No es justo!– Parecía una pequeña niña haciendo berrinche – ¡Nunca voy a poder ser abuela!– ¿Qué tonterías balbuceaba? – ¡No voy a poder presumirles a mis amigas mis hermosos nietos!– definitivamente mi familia y yo no teníamos nada en común

–Deja de llorar– mi abuela se acercó nuevamente para ayudarme a ponerla de pie e inmediatamente la abrazo –Ya deja de comportarte así– sobaba lentamente su espalda -Vas a hacer sentir mal a Haru-chan y a Mako-chan-

–Pero...

–Pero nada, no digas nada más. Haru-chan puede hacer lo que quiera con su vida y tú no debes meterte en sus asuntos además si lo juzgas vas a hacer que se vaya y que no vuelva a visitarnos nunca más ¿Acaso quieres eso?– Aun en sus brazos movió su cabeza en negación –Bueno entonces deja de llorar– acaricio su cabello y giro su vista hacia mi –Haru-chan, lleva a Mako-chan a tu cuarto para que se ponga algo de ropa.

– ¡No!– pero antes de iniciar mi andar el grito de mi madre nos detuvo. Limpiándose las lágrimas se nos quedó mirando a Makoto y a mí y lentamente se acercó hacia nosotros – ¿Por qué no nos habías dicho nada?– Pregunto pero no respondí –Makoto...– murmuro sorbiendo su nariz mirando de arriba hacia abajo la figura de Makoto, parecía que lo estaba examinando

– ¿Qué haces Okaa-san?– pregunto Makoto después de permanecer bastante tiempo en silencio al no entender lo que sucedía

–No te muevas– hablo con firmeza como cuando me regaña haciendo que Makoto obedeciera y sin apartar la vista de ella se quedó quieto. Mi madre lo tomo de la barbilla revisando su rostro –Necesita afeitarse– eso era cierto pues en su barbilla ya podía observarse como un poco de vello facial había crecido pero de eso me encargaría luego -¿Y este collar?- me pregunto tomándolo – ¿Y esta marca?

–Ah... Yo...– realmente no sabía cómo explicarlo –Eso...– mire a mi abuela para que me ayudara pero ella solo sonreía –Bueno...

–No necesitas explicarlo, ya entendí– ¿Era posible que ya había descubierto quien era Makoto?

– ¿En serio?– si era cierto tal vez todo sería más fácil

–Si– sonrió aun con los ojos rojos –Cuando tu padre y yo tenemos intimidad también usamos ciertas cosas...– ¡¿Qué?! ¡¿Por qué repentinamente hablaba de eso?! ¡Yo no quería escuchar eso! ¡No necesitaba saberlo! –Tenemos ciertos fetiches– ¡Ya no quería escuchar más! –Pero no me gusta mucho la idea de que lo hagas en casa, deberían esperar hasta que lleguen a su hogar– ¡Yo no tenía por qué saber sobre su vida sexual! –Es por respeto a tu abuela– pero aunque quisiera e intentará protestar terminaría por ignorarme así que preferí no decir nada ya que finalmente no tenía ni idea de que comentar en esta situación.

–Sí, tengan un poco de consideración hacia mí– repentinamente comento mi abuela –Ayer hicieron mucho ruido– ¡Pero no habíamos hecho nada! ¡El idiota de Makoto solo había imitado los estúpidos gemidos de esa estúpida actriz porno!

–Bueno solo ténganlo en cuenta– volvió a sonreír mi madre.

Makoto todo este tiempo había permanecido quieto como mi mamá le ordeno y aun teniéndolo así ella comenzó a caminar a su alrededor, al parecer seguiría con su inspección. Cuando regreso al lugar donde inicio se detuvo suspirando profundamente, había terminado –Haruka, en realidad esto no me sorprende. Desde que eras pequeño me di cuenta que no tenías ningún interés en las niñas aunque a decir verdad no mostrabas interés en nadie así que comencé a pensar que serias un solterón toda tu vida, pero después de que conseguiste trabajo creí que empezarías a salir con el pelirrojo que trabaja contigo e incluso llegue a pensar que saldrías con tu jefe pero me equivoque– ¡¿Qué?! ¡¿Salir con Rin?! ¡¿Salir con Yamazaki?! ¡¿Qué estupidez era esa?! Definitivamente estaba errada –Sin embargo viendo detenidamente a este chico debo decirte que no esta tan mal– sonrió poniéndome nervioso pues no estaba seguro si ya había terminado –Pero aún me siento un poco decepcionada, no tuviste la confianza de decírmelo a mí o a tu padre y de alguna forma siento que te fallamos– intento volver a sonreír pero no lo consiguió, se veía decaída al decir eso pero antes de que Makoto volviera yo no estaba seguro de nada. Sí, me gusta Makoto pero fue hace muy poco que me di cuenta de eso así que antes no había nada que contar –En fin Haruka ¿Puedes subir mi bolso y maleta a la habitación? Prepare el desayuno.

–Sí– ya quería huir de ahí antes de que agregara algo más o antes de que Makoto dijera alguna tontería

–Y por favor haz que este chico se ponga algo más de ropa.

–Sí– tome el bolso y la maleta empujando a Makoto obligándolo a subir conmigo.

Dejando la maleta y el bolso sobre la cama de mi madre salí rápidamente para ir a mi cuarto

–Haru-chan ¿Qué...

–Makoto escúchame bien– ni siquiera lo deje terminar su pregunta, tenía que dejarle las cosas en claro –Mi madre no debe enterarse de que antes eras un perro, que antes eras mi mascota– aunque sería difícil era preferible que se quedara con la conclusión a la que ella misma había llegado

–Pero si fallo Haru-chan ¿Qué...

–Makoto– una vez más lo interrumpí tomando su rostro entre mis manos –Si durante el desayuno te pregunta algo que no sepas como contestar solo llénate la boca de comida y no hables– a mi madre no le agradaban las personas con malos modales en la mesa –Yo responderé por ti– y sonreí para que quitara esa cara de angustia que tenía –No te preocupes por nada. Todo estará bien– no estaba completamente seguro de que todo saldría bien pero no podía ocurrir algo peor de lo que ya había pasado

–Bien, Haru-chan– susurro regresándome una sonrisa

–Tienes que vestirte, Makoto– y el asintió

Cuando Makoto estuvo listo bajamos a la cocina donde mi madre y abuela preparaban el desayuno – ¿Quieren ayuda?

–No, no se preocupen y esperen en la mesa.

–Está bien– tome a Makoto del brazo llevándolo conmigo al comedor donde esperamos hasta que ellas aparecieran y una vez servido comenzamos a comer

–Es verdad Haruka, tu padre está molesto porque no has ido a visitarlo a pesar de que solo estas a treinta minutos de el– amaba a mi padre pero no estaba de humor para salir, en realidad no quería que nadie me viera en el estado que me encontraba

–Lo siento– así que solo podía disculparme

–Está bien pero ya que no vas a visitarlo el ira a visitarte– sentí como se me atoro la comida en la garganta lo que provoco que comenzara a toser – ¡Rápido Haruka bebe un poco de agua!

Bebí como me indico pero la tos por la sorpresa aun me superaba – ¿Haru-chan estas bien?– me pregunto Makoto pero no estaba bien, si creía que mi madre era entrometida mi padre era incluso peor, el si me preguntaría todo con respecto a Makoto y no aceptaba ninguna bobería pues así como a mi abuela a él tampoco podía mentirle

– ¿Irá a visitarme?– pregunte, esperaba haber escuchado mal

–Sí, ira un par de días.

– ¿Cuándo?– esperaba que no fueran muchos pues no podría con la presión

–Él te llamara, pero no te preocupes– ¿Qué no me preocupara? –Yo le llamare para contarle sobre el tema de Makoto– pero el simple hecho de saber que iría ya me tenía así

–Está bien.

–Por cierto Makoto ¿A qué te dedicas?– Makoto abrió los ojos con sorpresa y luego me miro a mí para después engullirse un gran bocado de comida, había hecho como le indique

–Él no tiene trabajo– rápidamente respondí en su lugar

– ¡¿Qué?!– Grito mi madre – ¡¿Entonces es un vividor?! ¡¿Se está aprovechando de ti?!– ¡Por supuesto que no era de esa manera! – ¡No voy a aceptar eso Haruka!

–No, no es así. El solo está pasando por una mal momento– esperaba que eso la tranquilizara

–Ya deja de preguntar tantas cosas– intervino mi abuela –Estas incomodando a Haru-chan y a Mako-chan.

–Pero mamá necesito saber quién es la persona que vive con mi hijo.

–Lo sé pero te garantizo que Mako-chan es una buena persona y no tienes por qué preocuparte por nada– agradecía su intervención pues después de lo que dijo seguimos desayunando y aunque mi madre seguía haciendo preguntas ya no eran tan incomodas como antes

Para el almuerzo mi madre pidió que fuera a comprar algunos ingredientes pues la comida casi se terminaba, Makoto era el culpable

–Oye hija– mientras me preparaba para salir escuche a mi abuela conversar con mi madre en la cocina –Cuando Haru-chan y Mako-chan regresen a la cuidad quiero que le hables a mi hijo para que venga, necesito hablar con ustedes dos sobre algo– su plática me preocupo un poco pues era un tanto extraño la forma tan seria en que mi abuela hablaba

– ¿Qué venga? ¿De qué quieres hablar?– así como yo, mi madre tampoco tenía idea sobre lo que mi abuela quería contarle

–Es algo muy importante y necesito que ustedes dos me escuchen.

– ¡Haru-chan, ya vámonos!– deseaba seguir escuchando pero Makoto ya me estaba llamando y si me entretenía más ellas se darían cuenta de mi presencia así que decidí irme

– ¿Por qué tardaste tanto?– Makoto me tendió su mano para que la tomara y comenzamos a andar

–Lo siento, tenía que ir por mi cartera– mentí

– ¿Qué ocurre Haru-chan?– aún estaba preocupado pero tenía que dejar de pensar en eso

–No es nada– si no me tranquilizaba era seguro que Makoto terminaría preocupándose también –Apurémonos.

Tomados de la mano bajamos por las escaleras pero al pasar por la florería de la señora Touko, Makoto soltó mi mano corriendo al ver a Shigeru subir algunas flores a su pequeña camioneta –Makoto, Haruka hola ¿Cómo están?

– ¡Hola!– grito Makoto feliz de verlo nuevamente dirigiendo su atención inmediatamente a los arreglos florares que ahí había

–Hola, estamos bien ¿Y usted?– respondí a su saludo y pregunté por cortesía como él lo había hecho

–Muy bien– sonrió –Tengo este pedido de flores que debo llevar a una funeraria– y sigo cargando su auto

– ¿Necesita ayuda?– ya que había sido tan amable con Makoto sería amable con el

–Por supuesto, me vendría muy bien su ayuda– y así fue como comenzamos a subir flores. Eran bastantes arreglos y seguramente si Makoto no se hubiera acercado a saludar, este habría tardado demasiado en subir todo al automóvil – ¿Y a dónde iban?– preguntó al finalizar

–Vamos al supermercado.

– ¿Al supermercado?– Pareció sorprenderle –Que suerte. Paso por ahí, suban

– ¡Si!– grito Makoto emocionado subiéndose en la parte trasera y así como hizo yo también me subí

– ¿No quieren ir enfrente conmigo?

–No, aquí estamos bien– por ningún motivo iba a dejar a Makoto viajar el solo en la parte de atrás, era tan idiota que podría caerse o incluso se le podía ocurrir aventarse desde el auto y no me iba a arriesgar

–Bueno tenga cuidado de no caer.  

El automóvil arranco y aunque la velocidad a la que iba no era tan alta aún podía sentir perfectamente la brisa en mi rostro, la sensación era bastante agradable que fue decepcionante el haber llegado tan pronto al supermercado.

Despidiéndonos de Shigeru nos adentramos en la edificación para conseguir lo que mi madre había anotado en la lista que me dio. Recorriendo los pequeños pasillos encontramos todo llenado la canasta que había pedido que Makoto cargara – ¿Qué es eso Haru-chan?

–Son dulces– ya que Makoto se había comportado correctamente toda la mañana se merecía una recompensa

– ¿Son para mí?– por supuesto que lo eran pero jugaría un poco con el

–No, son para mí. 

–Pero… Pero…– los gestos que hacia me daban mucha gracia

–Estoy mintiendo, claro que son para ti– y volvió a sonreír

– ¡Si! ¡Gracias Haru-chan!– grito llamando la atención de las demás personas que compraban

–Makoto, no grites.

Una vez pagado todo salimos de la tienda para volver a casa, como de costumbre tome la mano de Makoto y aunque las miradas inmediatamente se dirigían a nosotros pues era extraño que dos hombres adultos fueran de la mano caminando por la calle, ya no me importaba, después de todo la opinión de los demás no era relevante.

Sentí como repentinamente la presión con la que tomaba mi mano aumento – ¿Qué ocurre?– Pero no contesto, solo comenzó a tirar con fuerza de mi brazo para que lo siguiera – ¿Makoto? ¿Qué pasa? ¿A dónde vamos?– Pero no respondía y al no obtener respuestas solo me deje llevar pues la forma tan segura con la que avanzaba así como la sonrisa sincera en su rostro me hizo tranquilizar  

– ¡Sí, aquí es!– Grito deteniéndose en un lote abandonado –Ven Haru-chan.

Pero no estaba seguro de seguirlo, en el lugar había maleza bastante alta además podría haber algunos insectos u otro tipo de animales – ¿Makoto qué hacemos aquí? 

–Ven Haru-chan– y repentinamente camino hacia el árbol que ahí había sentándose bajo la sombra

Sin saber que más hacer me acerque a él esperando una explicación –Makoto…

–Siéntate junto a mí, Haru-chan– menciono tomando mi mano, la forma en que sonreía una vez más me convenció de hacerle caso

–Fue aquí Haru-chan– ¿Aquí? –Oba-chan nos encontró en este lugar– no supe la razón pero sus palabras hicieron un nudo en mi garganta – ¿Puedes olerlo Haru-chan?– pero mi nariz no era tan buena como la de el –Aún tiene el mismo aroma– observe como cerrando los ojos inhalaba profundamente –A hiervas, a árbol, a tierra, a fango y a agua combinada con sal. Igual a cuando estaba con Ren y Ran esperando a que mamá volviera por nosotros– trague saliva al sentir las repentinas ganas de llorar pero fue en vano, imaginarme el sufrimiento de Makoto hizo que comenzara a llorar –Fue aquí donde por última vez escuche el latido de sus corazones…

Intente menguar mi llanto para que no lo notara –Makoto…– pero no pude evitarlo, mi voz salió entre cortada

Al instante de escucharme se giró sorprendido hacia mí – ¡¿Haru-chan?!

–Makoto…– Pero necesitaba saberlo – ¿Puedes contarme cómo fue que Oba-chan te encontró?– limpie mis ojos e intente sonreír para que se convenciera de que me encontraba bien

Makoto acerco sus manos a mis mejillas y con sus pulgares limpio mis lágrimas –Esta bien Haru-chan, te contare lo que recuerdo– suspirando profundamente se acomodó en la tierra cerrando nuevamente los ojos mientras yo le ponía toda mi atención –Recuerdo que estaba comiendo junto a Ren y a Ran algo de leche– una ligera sonrisa se formó en su labios pero así como apareció, desapareció –Pero repentinamente note como el amo de mamá tomo a Ren y luego a Ran y luego a mi metiéndonos en una bolsa– note como trago saliva y volvió a suspirar –Yo estaba encima de ellos dos e intente moverme para no aplastarlos pero la forma en como el amo de mamá nos cargaba me lo impedía

–Mako…– tome su mano al notar como presionaba fuertemente sus ojos intentando no llorar al recordar todo eso  

–Llegamos y nos dejó aquí, justo en este lugar– por más que intentaba no llorar era imposible para él y para mí –Seguía sin poder moverme y poco a poco sentí como el corazón de Ren latía cada vez más lento– la presión en mi mano aumento así como nuestras lágrimas –Ran y yo comenzamos a gritar, llamábamos a mamá pidiéndole ayuda pero por más que gritábamos ella no llegaba. Después de un rato Ran ya no gritaba pues al igual que Ren comenzaba a quedarse dormida y lentamente su corazón dejaba de latir al mismo ritmo– ya no quería seguir escuchando, era demasiado para mí –Yo seguí gritando a pesar de que tenía hambre y frio, necesitábamos ayuda y antes de caer dormido sentí el aroma dulce de Oba-chan– y una vez más esa linda sonrisa apareció –Rápidamente me saco de la bolsa colocándome en su regazo, después creo que saco a Ren y a Ran y recuerdo muy bien que abrazándonos a los tres dijo: mis pequeños niños, todo estará bien– Eso fue fatal para mí. No pude soportarlo más y colocándome a horcajadas sobre sus piernas lo abrace fuertemente –Haru-chan…– lo escuche llamarme en un susurro sintiendo más estrecho nuestro abrazo.

Realmente agradecía el que estuviera conmigo pero aun así estaba triste por lo que ocurrió y prefería que nunca hubiera pasado por eso, prefería que estuviera junto a sus hermanos que conmigo pues yo verdaderamente no merecía a alguien como él –Makoto…– Hundiendo aún más mi rostro en su pecho me solté a llorar como un niño pequeño al sentirme tan afortunado por tenerlo junto a mí.

Nos quedamos abrazados ahí hasta que ambos estuvimos mejor, odiaba llorar pero al hacerlo cada vez me sentía mejor –volvamos a casa, Makoto– era momento de volver, mi madre y abuela debían estar preocupadas pues ya llevábamos bastante tiempo fuera.

Durante el camino de regreso pasamos por una pequeña pastelería y al sentir el aroma Makoto corrió llevándome consigo hacia el interior de esta. La mirada suplicante que hizo causo que aceptara comprarle un muffin de chocolate que intento devorar al instante pero antes de que lo consiguiera se lo arrebate diciéndole que lo comiera en casa y aunque no le gustó la idea de esperar no se quejó y emprendimos nuestro andar a casa

– ¡Ya llegamos Oba-chan, Okaa-san!– grito Makoto al entrar en casa

– ¡¿Dónde estaban?! ¡Ya me tenían preocupada!– era mi madre quien nos recibía a regaños  

–Perdón, nos desviamos un poco del camino– me disculpe entregándole la bolsa con víveres para después seguir a Makoto hacia la salida del jardín para huir de sus regaños

– ¡¿Vedad que esta delicioso Oba-chan?!– Makoto le había dado un poco de su muffin y expectante miraba como comía esperando su respuesta

–Sí, esta delicioso Mako-chan– respondió haciéndolo feliz –Bienvenido a casa Haru-chan– me saludo al verme y yo enseguida respondí –El muffin que compraste fue de la pastelería Tanuma ¿Cierto Haru-chan?

–Si.

– ¿Ya lo probaste?– no lo había hecho pues como solo me alcanzo para uno quería que al menos les diera un pedazo de este a mamá y a mi abuela para que lo probaran

–No.

–deberías probarlo para intentar hacerlo alguna vez ¿Mako-chan puedes darle un pequeño trozo a Haru-chan?– Pero eso ya no era posible, Makoto había introducido todo el panecillo a su boca e intentaba tragarlo –Que lastima, ya no podrás probarlo– rio  

–Si… Puede– Makoto murmuro con algo de dificultad y de la nada se acercó peligrosamente a mi

– ¿Qué haces?– intente empujarlo pues al parecer se le ocurrió la grandiosa idea de darme del muffin que tenía en la boca

–Te daré…

–No quiero nada, aléjate de mí– interpuse mis manos sobre su pecho pero no lograba alejarlo, en su lugar comenzamos a forcejear hasta que consiguió derribarme – ¡Idiota, me dolió!– el suelo de madera estaba demasiado duro y me lastimo la espalda – ¡Quítate!– pero este tonto no entendía – ¡¿Qué demonios haces?! – no pude evitar gritar aún más fuerte al sentir como me inmovilizaba e intentaba besarme. Me sentía tan avergonzado por lo que mi abuela estaba presenciando – ¡Déjame! ¡Ya basta Makoto! – pero no se detenía y mi abuela solo reía a carcajadas avergonzándome aún mas  

 

 

Okaa-san

Mientras preparaba la comida repentinamente escuche algo bastante extraño, era algo que no escuchaba desde hace mucho tiempo, era Haruka, eran los gritos de Haruka y la risa de mi madre para ser exacta. Eso era un acontecimiento bastante inusual así que deje todo para correr hacia el lugar de donde provenían los gritos y me quede pasmada al ver la escena, Haruka estaba en el suelo y encima de él estaba Makoto. Ambos estaban forcejeando pues al parecer Makoto quería besarlo pero realmente eso no era lo que me sorprendía, en realidad lo que me sorprendía era ver las expresiones en el rostro de Haruka ya que desde niño él siempre había sido una persona inexpresiva y reservada. Todo indicaba que el que estuviera con este chico había sido para bien y aunque aún me parecía extraño su forma de actuar así como el collar que llevaba puesto pues estaba segura de a quien pertenecía antes aun así no era tan malo que fuera la pareja de mi hijo.           

 

       


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