Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sonrisas por kobatohanatodesu

[Reviews - 79]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yo tenía muchas preguntas pero Makoto no tenia respuestas para ninguna así que decidí dejar de hacerlas y disfrutar la nueva oportunidad que tenia.

Makoto seguía abrazándome sintiendo aun más el fuerte olor que empezó a molestar mi nariz –hueles horrible-

-¡¿he?!- grito y rápidamente se aparto un poco de mi -¡claro que no!- negó y me volvió a abrazar –es mi olor natural- aseguro, era una gran mentira olía a sudor y a…-Makoto ¿tuviste algún accidente?- me miro ladeando la cabeza confundido -¿accidente?- no había entendido a lo que me refería -¿tuviste algún problema para ir al baño?- pregunte directamente provocando que se encogiera de hombros –si, ¡tuve problemas con eso!- señalo mi cinturón -¡y con estas!- me mostro sus manos –la primera vez que tuve ganas no sabía qué hacer como ya no era un perro no podía simplemente hacer y ya así que comencé a pensar y recordé las veces en que me colaba contigo al baño. Tú te quitabas esto junto a tus pantalones y hacías pero no sabía cómo quitármelo y al final no pude resistir y me hice- finalizo agachando la cabeza avergonzado

–ya veo, debiste pasarla mal- acaricie su cabeza como siempre lo hacía para que se sintiera mejor, el volvió a sonreírme

–tienes que bañarte- al escucharme decir eso su semblante cambio, sus ojos se abrieron como platos asustando, a Makoto nunca le había gustado bañarse -¡no!- grito y salió corriendo rápidamente, ya sabía a dónde iba, realmente no había cambiado nada. Me dirigí a mi habitación y ahí estaba él o lo que se veía de él, cada vez que intentaba bañar a Makoto siempre salía corriendo hacia mi habitación para esconderse debajo de la cama y ahí estaba otra vez intentando ocultarse de mi  –sal de ahí- camine hacia el -¡no quiero!- grito desobedeciéndome. Hasta cierto punto era divertido –vamos sal- continúe pidiéndole agachándome para verlo, el estaba hecho bolita en un rincón siguiéndose negando

–si lo haces te daré tu comida favorita- trate de chantajearlo aunque no sabía si le seguían gustando las croquetas, aun conservaba las latas de comida que había comprado para él desde hace tiempo, no había tenido el valor de desecharlas -¡no!- parecía que iba a ser más difícil de lo que creí, la comida no funciono y Makoto necesitaba ese baño urgentemente, así que decidido comencé a entrar debajo de la cama para tomar uno de sus pies y halarlo -¡no quiero!- grito Makoto al sentir como lo jalaba hacia afuera -¡no Haru-chan, por favor no!- suplicaba tan fuerte que creí que se quedaría afónico. Al final como sospechaba Makoto era más fuerte que yo y no pude sacarlo de su escondite, frustrado y cansado me senté en el piso frente a la cama –si no te bañas dormirás en el patio- tal vez una amenaza funcionaria. Espere por unos segundos y Makoto asomo su cabeza debajo de la cama –no quiero dormir en el patio-

-báñate- pareció pensarlo por un momento

-está bien- contesto resignado y salió debajo de la cama

Ambos nos dirigimos hacia el baño y fue hasta que llegamos que me di cuenta de lo que iba a pasar, Makoto no se iba a abañar solo, yo tendría que bañarlo como siempre lo hacía. Eso no importaba cuando era un perro pero en la forma que estaba ahora iba a ser demasiado vergonzoso, el solo pensar que tendría que pasar la esponja de baño por todo su cuerpo desnudo me empezó a incomodar, el decidir bañarlo no había sido una buena idea después de todo.

-¿Qué pasa Haru-chan?- me miro expectante pues desde que me había dado cuenta de lo que iba a pasar me quede paralizado y sin habla.

-no ocurre nada- trate de actuar calmado por la situación

–quítate la ropa- ordene a Makoto mientras comenzaba a buscar las cosas que necesitaría para bañarlo. Makoto siguió mi orden al pie de la letra o eso intentaba hacer, como sospechaba tenía problemas para quitarse la ropa que vestía –no puedo Haru-chan- suspire al ver como tenia atrapadas ambas manos en las mangas de su playera. Sin más tuve que ayudarle a quitársela, una vez libre insistió en quitarse el pantalón el solo así que lo deje hacerlo pero una vez más tuvo problemas, Makoto estaba intentando quitarse el pantalón con los zapatos aun puestos, Makoto era un perro tonto –primero quítate los zapatos- me agache para tomar uno de sus pies y ayudarlo

–gracias Haru-chan, estas cosas nunca me han gustado- le quite uno de los zapatos y vi que tenía su pie un poco maltratado -¿te duele?- toque una de las ampollas de su pie –un poco- contesto con un ligero gesto de dolor –he caminado mucho- me volvió a sonreír, no me imagino por cuantas cosas tuvo que pasar para encontrarme pero lo más seguro es que la mayoría fueron malas sin embargo aun así me seguía sonriendo -no me gusta usar zapatos, el tenerlos puestos se siente un poco incomodo pero los necesito. Una vez me los quite y al pisar la calle me quemo y me dolió muchísimo- gesticulo, tal vez recordando lo doloroso que fue esa quemadura que sufrió –trate de ponérmelos otra vez pero no pude hacerlo- rio burlándose de su propia torpeza –me desespere pero una señora muy amable me ayudo. Era una buena persona- tendría que encontrar a esa señora para agradecerle el haber sido amable con Makoto.

-ya esta- dije al fin deshaciendo el terrible nudo con el que estaban atadas las agujetas de su zapato derecho, enseguida note que le faltaba el calcetín –lo perdí- dijo inocentemente.

Makoto se quito los pantalones quedando únicamente en bóxer, quería que se los dejara puestos pero tenía que lavarlos también, era imposible que uno de los míos le quedara así que sin ningún aviso previo se los quito frente a mí sin ningún remordimiento.

El mundo no era nada justo, aparte de que Makoto era mucho más alto, mucho más fuerte y mucho mas músculos que yo también era más grande. Era frustrante el saber que mi propio perro estaba mejor dotado que yo, molesto por mi inferioridad le avente la toalla a la cabeza –cúbrete y siéntate- ordene

-¿Por qué estas molesto Haru-chan?-

-no estoy molesto. Y ya deja de agregar chan a mi nombre- mentí, realmente me había molestado

-¿pero porque? Siempre te he llamado así- respondió sentándose en el pequeño banco que estaba en el baño

-¿siempre?- sumergí la esponja en el balde que había llenado con agua, Makoto nunca disfruto el que lo bañara con la regadera, cuando lo hacia se ponía demasiado nervioso volviendo la situación peligrosa y con el tamaño que ahora tenia no me iba a arriesgar 

-si- afirmo retorciéndose un poco cuando puse la esponja en su espalda

-¿Cuándo me ladrabas agregabas chan a mi nombre?-

-si, Haru-chan siempre será Haru-chan- sonrió, que humillante forma de llamarme y lo peor es que nunca me había dado cuenta hasta ahora

-ya no lo hagas-

-¿Por qué no?- cuestiono con un pequeño puchero

-porque no me gusta- seguí moviendo la pequeña esponja enjabonando su enorme espalda

-¡pero Haru-chan!- me grito desafiando mi autoridad

-¡que no me llames así!- grite vaciándole una gran cantidad de agua en la cabeza e inmediatamente comenzó a sacudirse provocándome una ligera sonrisa. Enjabone su cabeza hasta dejarlo cubierto de espuma, era divertido hace mucho que no tenia esta sensación y al parecer no era el único que disfrutaba esto, Makoto comenzó a bostezar el masaje que recibía en su cuero cabelludo lo estaba relajando –no te duermas- le dije volviéndole a vaciar agua en la cabeza para quitarle el jabón -¡Haru-chan!- grito, al parecer lo tome desprevenido pero aun así no me arrepentía.

A continuación y con mucho cuidado tome uno de sus pies para evitar lastimar las ampollas que aun no sanaban, se veían dolorosas aunque él no se quejaba en absoluto solo miraba atentamente cada movimiento que yo hacía con esa tonta y linda sonrisa que al parecer me estaba empezando a gustar. Pobre de Makoto después curaría estas heridas para que esa sonrisa no desapareciera.   

Casi terminaba de bañarlo, solo faltaba lavar una parte que hasta ahora había permanecido cubierta por la toalla que le di antes de comenzar, yo no quería y no iba a lavarlo por el así que decidí enseñarle cómo hacerlo para que lo hiciera el mismo

-Makoto- lo llame e inmediatamente giro su vista hacia mi –quítate la toalla- sin pensarlo obedeció –muéstrame tus manos- Makoto acerco sus manos mostrándome sus palmas –toma- deposite algo del jabón que utilizaba para lavar esa parte en especifico, el lo miro esperando mi siguiente orden –frota tus manos- y comenzó a enjabonarse las manos con un poco de incertidumbre

–Ahora quiero que te enjabones ahí- señale su entrepierna y enseguida el giro su vista hacia ahí –¡claro!- sonrió entendiendo a lo que me refería o eso creí

-¡¿Qué estás haciendo?!- grite al ver los movimiento tan específicos que estaba haciendo –enjabonándome- respondió entrecerrando los ojos, parecía disfrutarlo

-¿Dónde aprendiste eso?- trate de entender la situación

-¿Dónde?.....de ti- me respondió enseguida sin detener su acto

-¡¿de mi?! ¡¿Cuándo?!- pregunte asustado, ¿en qué momento yo le había enseñado eso?

-lo hacías a veces cuando te bañabas……vaciabas algo de este jabón con olor tan dulce en tus manos……y movías tus manos de arriba hacia abajo…….de esta forma sobre tu pe……ne- habla entre cortado, yo no sabía cómo responder estaba en shock  

-¡tú! ¡Pervertido! ¡¿Me espiabas mientras me bañaba?!-

-no lo hacía a propósito…..te tardabas mucho y…...me sentía solo…..además…..me preocupaba por ti…..pensaba que te había pasado…..algo….- que cosas tan vergonzosas me confesaba  Makoto, estaba tan avergonzado de que me haya visto así, sentí mis mejillas arder de la humillación que me cubrí el rostro con mis manos

-Haru-chan…..esto….se siente mejor….que cuando me….rascas la panza o detrás de las orejas…..- escuche la entrecortada voz de Makoto –creo que….algo va a salir…..- me descubrí el rostro para ver a Makoto quien en todo momento no había parado de mover sus manos sobre su miembro                          

-¡deja de hacer eso!- grite acercándome a él para reprenderlo pero fue un error, en el momento en que me acerque Makoto termino y su primera eyaculación cayó sobre mi rostro.

-¿Haru…..-chan?....- removí algo del semen que me había caído en la mejilla y lo mire, ahora sí que me había hecho enojar –eres un perro malo- Makoto se encogió de hombros de forma sumisa. Tome la regadera y la abrí en su totalidad –¡no Haru-chan! ¡Con la regadera no!- comenzó a gritar pero por lo que me había hecho se merecía eso y más.

El baño de Makoto termino y lo reprendí para que me prometiera no volver a hacerlo pero no creo realmente que lo cumpla.  

-¿ya?- me pregunto cuando termine de ponerle mi bata de baño

–No cierra- forceje para intentar cerrársela pero era imposible –ya- no iba a seguir intentándolo podía romperla y me conformaba con que cubriera su cintura y no su pecho. Makoto me sonrió y salió corriendo -¡no corras!- le grite pero no me obedeció a veces Makoto era un malcriado. Levante la ropa sucia que había dejado tirada en el piso para lavarla, aunque quisiera mi ropa no le iba a quedar después tendríamos que ir a comprar algo para él.

Después de poner la ropa en la lavadora me dirigí a mi habitación en busca de Makoto y efectivamente ahí estaba, recostado boca arriba sobre mi cama, me hizo recordar el pasado y la forma en que dormía en su sillón, siempre de la forma más vulgar en que podía, piernas traseras y delanteras extendidas lo mas que podía mostrando su miembro al mundo y una vez más dormía de la misma forma, el intento de mi bata de baño por cubrirlo había fallado. Tome una de las sabanas de mi cama para cubrir ese espectáculo que estaba montando, Makoto estaba profundamente dormido que no se despertó cuando lo cubrí, debió haber pasado por mucho y merecía descansar después comeríamos e iríamos a comprar algo de ropa. El solo tenerlo ahí me hacia tan feliz, me quede mirando su rostro dormido aun sin creer que estaba otra vez con migo y de pronto escuche el timbre de la casa, alguien molesto interrumpía el momento agradable que estaba viviendo.

Resignado me dirigí a la planta baja para ver quién era

–hola Haru- me saludo Rin -¿Cómo estás?- y antes de pudiera contestarle escuche unas fuertes pisadas que se dirigían hacia nosotros, ninguno de los dos se esperaba eso, Makoto venia corriendo hacia nosotros sin rastro de mi bata de baño, definitivamente Makoto era un desvergonzado -¡Rin!- grito derribándolo sin que pudiéramos hacer nada.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).