“Luces”
Obito se removió incomodo en su asiento, su madre se encontraba su lado derecho y su padre a su lado izquierdo, ambos flanqueándolo para evitar cualquier intento de escape; además la secretaria de su tío estaba frente a la puerta de la oficina. ¿No podía tener una vida normal? Solo quería trabajar para ir a la convención de anime que iba a haber la próxima semana. Suspiró derrotado y se encogió un poco en su asiento.
-¿Y por qué estamos aquí, Fugaku?-preguntó su madre con curiosidad. Haruka era más parecida a él en su forma de ser.
Ella era la hermana mayor de Mikoto, la esposa de Fugaku, mientras Mikoto era toda una señorita recatada y dulce, Haruka era un torbellino en persona, siempre vivaz y ruidosa. Eso había sido algo que había atraído al público y sus fans, una estrella diferente, con un aura alegre y sin miedos a reírse con fuerza por miedo a parecer poco femenina. Haruka Uchiha había sido una de las mejores estrellas que había sido representada por Sharingan, ya que hace unos años se había retirado para poder pasar más tiempo con su familia.
Fugaku estaba sentado al frente de ellos, paso las manos sobre su escritorio-. ¿Recuerdan la publicidad acerca del nuevo integrante de Akatsuki?-preguntó con voz seria.
El padre de Obito asintió-. Yo aprobé las propuestas para las campañas publicitarias, ¿ocurre algo malo con ello?-cuestionó con voz seria.
El menor de los Uchiha se hundió en su asiento sabiendo lo que venía, giró disimuladamente su cabeza en dirección de la puerta para tantear terreno; sin embargo, la “dulce” secretaría que lo había tacleado al suelo seguía ahí.
-El nuevo integrante rompió contrato porque “no lo tratamos como a una estrella”-explicó con sarcasmo el hombre-. Sharingan ha gastado bastante dinero en las campañas publicitarias que anunciaban al nuevo integrante, aunque como Kurosuke sabe no se ha dado ningún dato en específico a excepción de que será un hombre, eso con la idea de generar expectativa que ha decir verdad se ha logrado. Las ventas para la presentación que debería tener el domingo se vendieron el mismo día que salieron a venta; además las redes sociales y los mismas noticieros no dejan de recordarlo-Fugaku soltó un suspiro.
Haruka asintió y sus cortos cabellos se movieron un poco-. ¿Y Obito tiene que ver con esto por qué…?-la mujer ya sabía que rumbo estaba tomando toda esa discusión, la cara de ansiedad de su hijo se lo confirmaba.
El hombre asintió-. A decir verdad, quiero que Obito tome el lugar para ser el nuevo integrante de Akatsuki-Obito parecía a punto de reclamar, pero Fugaku se adelantó-. Lo he escuchado cantar cuando está aquí trabajando y tiene buena voz; además, Haruka le ha enseñado bastante acerca de ello, no es como si nunca hubiera recibido canciones de canto, no es un novato en ese aspecto.
Ahora fue el turno de Kurosuke de asentir-. Sé de lo que hablas, Obito tiene talento-cierto calorcito agradable se posó en el estómago del menor-. Pero no lo podemos forzar a hacer algo que no quiere, sabes que es diferente cantar algo en un set de estudio a cantarlo sobre un escenario y con miles de personas que te vean.
-Es ahí donde se sabe si una persona puede soportar este mundo sí o no-continuó Haruka el discurso de su esposo-. No quiero que mi hijo lleve una carga que él ni siquiera pedía.
Los ojos de Obito se pusieron brillosos, aun a pesar del pánico que había sentido al escuchar las palabras de su tío sabía que sus padres no lo iban a obligar.
Fugaku cerró los ojos cansado-. Lo sé y respeto su opinión, pero si no encontramos un remplazo urgente vamos a perder mucho dinero, además del respeto como compañía-el pelinegro abrió los ojos de nuevo-. Puedo poner un anuncio discreto, incluso buscar entre solicitantes o estrellas en progreso, pero quiero apostar por Obito, sé que él puede hacerlo; después de todo es un Uchiha-terminó por decir viendo fijamente a Obito.
Tanto Haruka como Kurosuke suspiraron-. Siempre apelas al lado Uchiha, ¿no?-preguntó con cierta gracia la mujer.
-Lo haré-tanto madre como padre se giraron inmediatamente para ver a su hijo. Fugaku sonrió complacido-. Siento como si en verdad pudiera hacerlo-anunció con la mirada decidida. Obito sentía como si eso fuera algo que necesitaba; además, no era tonto, sabía que Fugaku nunca hubiera optado por él si en verdad no creyera que fuera capaz.
-Bueno, no quería decirlo, pero en verdad quería que lo intentarás, hijo-Haruka sonrió divertida y su esposo asintió. Obito soltó un suspiro resignado.
Cuando los tres miembros de la familia giraron a ver a Fugaku este ya estaba con el teléfono haciendo llamadas-. Ellos te ayudarán-anunció mientras señalaba a un gran número de personas que entraban por la puerta, Obito tragó grueso mientras se lo llevaban arrastrado.
-¡Te iremos a acompañar dentro de un rato, Obiobi!- se despidió alegremente la pelinegra ondeando su mano.
Lo único que escucharon antes de que se cerrara la puerta fue un-. ¡No me llames así, mamá!
-En verdad creo que lo hará bien-Fugaku habló con voz calmada.
-Nosotros también lo sabemos, Obito tiene talento puro, no quiero decir que sea perfecto porque tiene muchos aspectos que pulir, pero es como un diamante en bruto-Haruka sonrió confiada-. Después de todo somos sus padres, ¿quién mejor que nosotros para saberlo?
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Los dos días se le habían ido volando, se sabía la letra de la canción al derecho y al revés; además no lo habían dejado descansar ni un poco por lo que la coreografía también ya se la sabía de memoria. Cada paso y cada silaba estaba aprendida, se removió incomodo en su asiento, rozó lentamente la máscara naranja que llevaba puesta, la capa negra con nubes rojas se movió un poco.
-¿Nervioso?-buscó a su madre a su lado derecho. Ella vestía hermosamente un vestido azul oscuro que combinaba perfectamente con su piel pálida.
El muchacho asintió apretando los lados de la silla en la que se encontraba sentado-. Ni siquiera sé cómo no me he dormido, casi no descanse nada. Las del maquillaje me tuvieron que ocultar las ojeras.
Haruka sonrió levemente mientras se acercaba a su hijo y le despeinaba cariñosamente el cabello-. Eso es normal, yo casi me muero en un ataque de pánico la primera vez que salí al escenario, tu padre tuvo que calmarme-aceptó resignada la mujer-. Pero cuando el show empezó, todo fue genial, era… era como si simplemente pudiera hacerlo. Salió natural, no te preocupes-ella sonrió enormemente.
Obito asintió levemente-. Llevo máscara la mayor parte del tiempo.
Haruka sonrió-. Apóyate en eso-y le guiñó un ojo antes que el padre de Obito pasará por la puerta.
-Es hora de que Obito vaya subiendo-y el menor se puso de pie ajustando su máscara y arreglando la capa que llevaba.
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La presentación se iba a realizar en uno de los set de programas de Sharingan por lo que había bastantes personas, pero no una multitud, aunque las cámaras lo hicieron tragar grueso cuando las vio. El ruido y las miradas atentas lo perturbaban un poco.
Las luces se apagaron en el set y esa fue su señal para salir al escenario que no le era nuevo, había practicado ahí. Cerró los ojos y se mentalizó para hacerlo, escuchó los murmullos de las personas, incluso podía sentir las miradas de todas esas personas sobre él. La pantalla detrás de él brilló mostrando en unas letras grandes y blancas la palabra Tobi.
-¿Tobi? Suena como a un perro no a nombre de idol-escuchó básicamente el grito y apretó los labios sintiendo el repiqueteó de su corazón contra su pecho.
-Tienes que elegir un nombre-le había dicho su tío en la mañana del sábado cuando se encontraba moribundo sobre el piso de madera donde había estado practicando el baile.
Obito apenas y abrió los ojos-. Mmm, ¿qué tal?... Tobi-se decidió después de un rato.
Fugaku suspiró derrotado-. Eso suena a nombre de perro.
El menor se levantó insultado-. ¡Suena genial!
Fugaku le dio una mirada larga igual que todo el personal que le había estado ayudando-. No suena genial, aunque me ha dado una idea.
La música con un extraño ritmo empezó a sonar y Obito empezó con la coreografía que había estado practicando hasta caer rendido, agradecía el tiempo invertido en el Just Dance. Los ruidos y comentarios incrédulos al verlo vestido de esa forma extraña empezaron a escucharse, pero se concentró, tomó una bocanada de aire cuando venía su parte y empezó a cantar con fuerza- ¿Desde cuándo no recuerdo eso que tengo en mi memoria?
Fugaku asintió complacido cuando Obito empezó a bailar y cantar sin vacilación alguna. Parecía casi mentira después de los primeros intentos que había realizado. Ojeó el Ipad que llevaba en su mano leyendo los comentarios que estaban poniendo los fans en internet. Sonrió confiado al ver el flujo que estaba llevando todo, la mayoría opinaba que tenía una voz buena, pero que simplemente resultaba ridículo el nombre, como iba vestido y la coreografía. Solo quedaba esperar.
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Kakashi estaba en la cocina junto a su padre, ambos viendo la televisión de manera distraída mientras comían-. ¿No deberías estar en ese lanzamiento?-preguntó con suavidad el más joven observando el programa en vivo que se estaba transmitiendo.
Sakumo negó-. Por el momento no, seré el representante del nuevo integrante, pero hoy será acompañado por el propio dueño de la compañía y sus padres-explicó rápidamente al ver como se apagaban las luces en el estudio.
-Ya veo-Kakashi alzó una ceja al ver la extraña vestimenta y el baile medio extraño, pero cuando este empezó a cantar se sintió extrañamente familiarizado con la voz del tipo, incluso le parecía un tono bonito.
El Hatake mayor sonrió levemente al ver la cara de su hijo-. Y… ¿Te gusta alguien?-preguntó casualmente el hombre observando el desenvolvimiento de su nuevo protegido. El chico tenía talento. Kakashi se giró a ver a su padre extrañado-. Hace mucho que no hablamos de ese tipo de cosas-se explicó el mayor con una sonrisa divertida.
El menor suspiró derrotado-. A decir verdad no me…-Kakashi se giró de nuevo a ver como el tal Tobi bailaba y cantaba, iba a terminar su oración; sin embargo se detuvo al ver como el de la máscara empezaba a hacer un movimiento con sus brazos como si fueran las manecillas de un reloj, la palabra Tobi empezó a parpadear fuertemente iluminando por fracciones de segundos el escenario, que había quedado completamente a oscuras hace unos segundos, mostrando la figura que seguía moviendo sus brazos como si fuera un reloj hasta que el nombre de Tobi se movió como si estuviera temblando y se reacomodó hasta formar un Obito al lado de este apareció la palabra Uchiha. Las luces se prendieron de nuevo y apareció una figura de perfil, pero fue suficiente para que Kakashi lo reconociera, abrió los ojos sorprendido-. Obito…-susurró shockeado.
Sakumo sonrió levemente viendo el semblante de su hijo-. Ya veo.
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Obito sentía su pecho subir y bajar, la adrenalina estaba inundando cada centímetro de su cuerpo, se sentía bien, aun a pesar de las miradas extrañadas que le daban. Se puso en el centro del escenario y las luces se apagaron mientras él empezaba a mover los brazos como si fuera un reloj, el nombre de Tobi parpadeaba fuertemente detrás de él, se quitó la capa y la máscara que fueron haladas hacia arriba por los de efectos y empezó a cantar de nuevo cuando las luces se prendieron-. El agujero vació que tiene este corazón probablemente sea la única prueba de ti. Aun así estoy vacío, me ha destrozado el alma y no puedo hacer nada-pasó una mano por su cabello como le habían dicho que lo hiciera y soltó una risa profunda mientras sonreía de medio lado.
Los gritos de todos se escucharon por todo el establecimiento al verlo, Obito no se distrajo y siguió cantando y bailando; sin embargo, sus pasos habían cambiado y ya no tenían el tinte infantil de antes. Las botas altas que llevaba le ayudaban a no resbalar, el pantalón negro se ajustaba bastante bien, la camiseta blanca y la chaqueta azul se movían con cada paso que daba. Uchiha ajustó un poco los audífonos grande de color naranja que llevaba colgados en el cuello, en ambos lados tenía el símbolo del Mangekyō Sharingan, agradecía llevar los guantes negros sin dedos porque sabía que las palmas de las manos le estaban sudando y seguramente se le hubieran resbalado.
Dejó salir un suspiro cuando la música se detuvo por completo. Su presentación había terminado, las manos le temblaban y seguía sin creer que su madre hubiera dejado que le pusieran un piercing en la ceja izquierda. El corazón bombeaba con fuerza y sonrió emocionado, sus ojos se cerraron y alzo el puño hacia arriba. No supo explicar la sensación que le provocó ver a todas esas personas imitando su gesto.
-¡Y este es Obito Uchiha, el nuevo integrante de Akatsuki, interpretando “Donut Hole” que dentro de poco saldrá a la venta!
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Obito iba medio muerto en el asiento trasero del auto de sus padres, gracias a Dios habían corrido las entrevistas y todo eso para poder descansar y prepararse mentalmente. En esos momentos se dirigía a su instituto, era una de esas raras ocasiones en las que iba a llegar temprano y todo porque su nuevo asesor de imagen había llegado temprano para ayudarle a vestirse con los nuevos uniformes que le había comprado. Todo estaba hecho a la medida, no como la ropa de antes; además que le había hecho colocarse la camisa afuera del pantalón que ahora le tallaba bastante, incluso llevaba sus cascos naranja con los símbolos del Mangekyō Sharingan colgando en su cuello.
-No creo que sea buena idea que vayas al instituto hoy-le dijo Haruka a su hijo cuando llegaron al frente del colegio.
Obito les sonrió a sus padres con algo de sueño-. Es solo la secundaria, no es la gran cosa-tomó su mochila y bostezó mientras se bajaba del vehículo-. ¡Nos vemos más tarde!-se despidió cuando sus padres se fueron no muy seguros.
El pelinegro se adentró despreocupadamente en el lugar. Se sintió algo incómodo al sentir como todo el mundo lo estaba viendo, pero no lo demostró y siguió caminando como si nada. Los murmullos cada vez se hacía más fuertes y todo empeoró cuando alguien gritó-¡Sí es Obito Uchiha!-el infierno se desató.