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CANELA por UsagiYumiko-sensei

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Notas del capitulo:

¡Hola! Ammm si es que entraron a este fic entonces les intereso y lamento que no sea un Oneshot como tenía previsto pero es que me encanto el concepto que seguí escribiendo hasta que se convirtio en historias cortas juntas en una misma historia... 

No las subí aquí... están en mi cuenta de wattpad y si les gustaría checarla les dejare el link hasta abajo. Por el momento solo pondre otra historia que fue mi favorita

¡Espero que la disfruten al igual que yo!

RÍDICULO

 

Yo estaba a su merced, a su voluntad y él no lo sabía.

Podía hacer cualquier cosa por él, y ni así se enteraría de eso. Pues el único enamorado era yo.

Mi dulce condena empezó solo con verlo, involuntariamente y parece ser que por obras del destino nuestras miradas se cruzaron por unos magníficos 3 segundos. Estábamos en la escuela y yo acompañe a mi mejor amiga en una clase, eran los primeros días  y los profesores no ponían peros en tener a alumnos oyentes.

Recuerdo muy bien su mirada, entre café y verde. Esos bellos ojos me atraparon, me condenaron a una eterna vida siendo su fiel sirviente.

Ese día intente revivir el momento, sentir ese incesante palpitar de mi corazón, el calor de mis mejillas ruborizadas y ese fuerte vacío de mi estómago señal de que me puse nervioso. Y con solo una mirada.

Quise recrearlo en el lienzo. Cerrar mis ojos y mover el pincel con los colores para poder formar sus ojos pero nada. Fue esa incesante necesidad de obtener más que me llevo a mi perdición, hice la peor decisión que pude haber cometido jamás. Le seguí.

Fui tras él como un perro, haciendo encuentros casuales sin hablar, solo miradas rápidas. Eso basto al principio pero mi codicioso corazón me pedía más y más, al punto de que con tan solo ver que él saludaba a alguien me enfurecía, me ponía fuera de sí. ¿Por qué no me saludaba a mí?

Un día le hable, un intercambio de unas 2 palabras y ya pero solo eso fue capaz de elevarme a la quinta nube del paraíso. Escuchar su voz y la manera de que esta salía de sus carnosos labios era como una hipnosis para mí.

Pronto se dio cuenta de mi presencia, de mala manera pues me veía y me evitaba. Apartaba la mirada, se iba, me ignoraba, eso sí me dolió pero si él quería eso yo no podía negarlo ni obligarlo a lo contrario, así que me aleje lo más que pude. Me sentía deprimido pero trate de ignorarlo, pues nunca llegamos a ser algo ni como amigos ni mucho menos amantes.

Bueno eso fue hasta una tarde donde yo salía de mis clases de pintura, donde me quedaba hasta tarde pues mi técnica era mucho más avanzada que el de todos. Saliendo del salón sentí una fría y húmeda brisa, pronto llovería. Camine rápido para poder tomar el autobús pronto y no estar presente cuando el diluvio cayera pero justo al pasar por el edificio de la biblioteca alguien me saltó encima, apresándome en un abrazo.

La persona en cuestión estaba con un gorro, no pude ver su rostro pero si escuche su voz, en un susurro que decía: “acompáñame por favor”. Esa voz era de él. Diré que, igual a un mendigo que le ofrecen una hogaza de pan, fui tras él sin obtener explicación alguna. Ya estaba lloviendo pero él no me soltaba la mano, ojala estuviéramos en una situación diferente para haber disfrutado de ese momento.

Caminos por poco tiempo, nos metimos en un fraccionamiento de casas cerca de la escuela, entramos en una casa muy linda y grande. No había nadie más dentro y tan solo cruzar la puerta él me soltó la mano, se fue hacia otra habitación y yo con un tanto de inseguridad seguí su paso. Acabamos en la cocina donde él servía dos tazas con agua caliente y bolsas de té.

Me acerque titubeante pero el paro mi andar azotando la tetera en la isla de la cocina.

--Tú…-- dijo con la cabeza gacha, como estuvo en todo el trayecto. No había mencionado que él tenía el cabello rubio cenizo, pero por causa de la lluvia este se veía más oscuro, sin vida--. ¿Tú me quieres, verdad?—levanto el rostro y contemple la peor de mis pesadillas. Sus ojos estaban rojos y con ojeras, una expresión de dolor--. ¡¿Te gustó, cierto?!—imploro con la voz algo ahogada. Eso rompió mi corazón y debido a esto mi mente se nublo, no pensé en otra cosa al responderle con un firme sí.

Él suspiro y cerró los ojos. Se recargo en la superficie de la isla y se froto la frente con desesperación. Como dije mi mente estaba nublada, no pensé al momento en que le abrace y le susurre al oído:

--Permíteme demostrar cuanto te quiero.

Qué momento… tan especial como lo que le siguió. Él asintió y dejó que hiciera lo que quisiera. Estábamos en el sofá de la sala, donde al fin probé esos dulces y delicados labios, acaricie su sedoso cabello y toqué su piel.

Cronológicamente iniciamos con besos, suaves y apasionados,  él dio la pauta para ir más allá cuando me desabrocho los botones de la camisa. Ante eso yo le mire suplicante, recibí su consentimiento y pude besar su cuello, pecho y hombros a lo cual recibí el glorioso coro de gemidos de su voz.

Para cuando le penetre, al momento en que nos volvimos uno pude afirmar que ya no me faltaban más nubes para ir al paraíso. Estaba en él. Todo se ilumino y pude ver una visión perfecta de nosotros dos, juntos por siempre donde el amor era lo que flotaba a nuestro alrededor.

Que ingenuo fui.

Después de eso yo me regrese a mi casa, con una sensación increíble que llenaba todo mi ser. Dormí con una sonrisa y soñé de nuevo con nuestro encuentro, recreando sus gritos y gemidos, su respiración en mi oído y el picor de sus rasguños en mi espalda.

Al día siguiente, en la escuela le busqué pero él no estaba. O solo no pude hallarle pues no quise preguntar y divulgar nuestra “nueva relación” supuestamente ya sellada pero le necesitaba a él. En el fin de semana trate de contactarle pero no conseguí nada hasta el Domingo en la madrugada. Mientras actualizaba la página de Facebook apareció la fatídica noticia de que él, mi amor, estaba en una relación y no conmigo.

Todos los comentarios indicaban que eran pretendientes desde antes (debo aclarar que yo nunca había visto a ese tipo cerca de él). Intente hablarle por mensajes pero me ignoraba. Llegó incluso a bloquearme.

Ninguna palabra podrá describir como me sentía, como mi corazón se rompió y el dolor que sentí.

Pasé el resto de los días en mi cuarto destrozando todo a mi alrededor. Tenía en un cuaderno de dibujo frases escritas por mí y dedicadas a él. Quemé ese cuaderno. Pero lo más difícil fue despedirme de su rostro. ¡Por dios, tuve su cuerpo! Le poseí y no podía alejarme de ese recuerdo que me causaba placer y dolor.

Trate de desahogarme de la mejor manera que podía. Puse un lienzo en blanco y empecé a llenarlo de pintura. En este pinté mi odio puro, el rostro de ese idiota pretendiente transformado en una pobre alma torturada en el inframundo. Cada trazo que hice fue con furia y total desprecio por su alma. Pero el hueso duro de roer fue descargar mis sentimientos por él, mi ángel de ojos preciosos.

El lienzo quedo exactamente en blanco cuando trate de pintarlo a él justo igual que a su noviecito, pero no pude. El pincel tembló y al final cayó pues era incapaz de hacerle algo así.

Consciente de que mi corazón se calmó reflexione sobre mis sentimientos; no le odiaba, si no que me había decepcionado, prácticamente me uso y me dejó a un lado y aun así no podía verle con ojos de desprecio. Mis ojos seguían siendo de amor puro.

Siguiendo a mí corazón tome un pincel nuevo, use pinturas y colores más suaves y pinté, dando a luz el retrato más hermoso de todos. Represente a mi ángel de la forma más pura posible, con trazos llenos de cariño y afecto. Su cabello resplandecía, su piel era tan blanca como para morderla y sus labios tan rosados que parecían estar hechos de cerezas.

Terminé el retrato pintando parte de su torso, donde decidí usar una camisa medieval, con parte del cuello abierta para mostrar su pecho.

Es curioso, pues esa pintura la iba aguardar en mi bodega pero de pronto me pareció la idea más espantosa de todas el dejar su imagen en un cuarto oscuro a que se pudriera. Me inscribí a un concurso y gane el primer lugar por mi pintura “El príncipe”, pero el saber que mi pintura era conocida y admirada por muchos no me dio satisfacción.

Quería que él la conociera y supiera que es él mismo. Que aún lo amaba.

Por esos deseos le volvía seguir. Como el perro ridículo que era. Por eso termine en esta habitación de hotel en Paris, donde tenían su luna de miel, donde yo entre por la ventana y maté a sangre fría al idiota del novio, ni me digne a probar su sangre pues me repugnaba a tal nivel de destrozar todo su cuerpo sin que hiciera ningún ruido. Pero mi ángel fue diferente. Le tome por sorpresa en sus sueños, besando juguetonamente su cuello y bebiendo por completo su sangre hasta que dejó de respirar y escuche como su corazón se calló para siempre.

Esta noche llorare como nunca al pensar en mi ángel, quien me hizo la criatura más ridícula de todas al enamorarme como nunca lo hice en tantos siglos.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer :D

Aquí está el link: 

https://www.wattpad.com/story/50182557-opfer-v%C3%ADctimas-yaoi-vampiros

(o se puede buscar como OPFER)

No es por hacerme autopublicidad, es solo que quería compartirles lo que recien escribir y este sitio me resulta más comodo para escribir. Ademas como y atiene aplicación en el celular y leo más fanfics... no sé, me volví adicta.

NOTA: Si la escribí yo, solo que mi nombre de usuario es otro porque creí que solo leería en anonimato y al final no fue así jajaja.


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