Solo amarte, eso era todo lo que hacía, lo que siempre hice hasta este momento, mártir en silencio.
Me he convertido en un vestigio de lo que existió, en la demostración del que muere de amor, la sombra del ayer.
Y tú, un hombre de ya edad, que a mi lado no supo valorar estar, taciturno, escéptico y arrogante, tal vez las victorias ya te consumieron la moral, la empatía.
Me pregunto tantos “porqués” que sé no responderán, ni yo, ni los demás.
La edad nos hace sabios, eso es lo que muchos decían, pero yo nunca pedí saber la cruda realidad, y aun así me la dijeron, ¿Por qué no pude ser ignorante, un tonto feliz?
Desilusionado camino lejos de mi hogar…
Aquel que tantas alegrías me dio.
Dejando de lado a el amor de mi vida…
Como le extrañaría.
Sus caricias vacías, sus besos agridulces.
Hacer el amor.
Suspiró y camino, como momentos atrás escucho de los suaves labios de su pareja, la puerta es ancha.
La maleta le pesaba, y sus ojos picaban tanto que le costaba mirar, su pecho se sentía pesado y dolía.
Podría jurar que su roto corazón le estaba rompiendo su ser con las astillas.
Camino, paso a paso, alejándose del único lugar que había llamado 'hogar'.
Su muñeca limpio sus lágrimas, y miro el cielo.
El sol cego sus ojos, y paro...
Recuerda las constantes peleas, los silencios, las hirientes palabras de su pareja, también la indiferencia... La soledad.
El carácter agrio de su pareja le quito la alegría, eso le decían siempre, que ya no era el alegre, energético y risueño joven de antes.
Piensa acaso es verdad... ¿dejo atrás su esencia?
Mira su pálida piel, algo reseca, al salir miro su reflejo, con ojeras, su pelo deslucido.
Se había dejado.
Suspiro, una sonrisa que transmitía pesar, dolor, tristeza... Lástima.
Un sollozo ahogado escapa de sus labios resecos, siente sangre cuando se cierra, se habían roto.
'Yo... Solo te amé, Shin-chan, solo te amé... ¿que tiene de malo?'
Quiere gritar, pero ya ni eso puede hacer.
Esos momentos, ¿todos se perderían?
Niega, en silencio.
Esta tan cansado que sus piernas flaquean, esta por abrir la puerta del jardín para avanzar hasta la reja.
-¿solo te soy un estorbo, no Shin?, pues... De-dejare de ser-lo, sé feliz... Yo... Saldré de tu vida-solloza, y avanza un paso más.
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Suelta un suspiro, irritado y preocupado pasa su mano por sus cabellos verdes, mentiría si dijera que comprende lo que su pareja le quiso decir, solo sabe que exhausto, preocupado y con tres días sin dormir termino su retahíla de pensamientos confusos e irritados con un 'la puerta es ancha'.
Tal vez esos meses había dejado de lado al pequeño pelinegro, pero entre los hospitales, las cirugías y su latente aniversario, tenia suerte si dormía tres horas.
Se sentía colapsar, pero tomo nuevamente el café que le dejo el moreno antes de salir en inusitado silencio.
Una punzada de preocupación se instalo en su cabeza, generalmente Kazunari le hubiese gritado por insensible y descuidado, alegandole que lo tenia 'botado' y que se iría por ahí a buscar lo que él le negaba, claramente instándolo a hacerse un hueco en su agenda y ponerle 'atención'.
Mira las cámaras de seguridad y casi siente su corazón parar.
Ve a una figura, claramente su moreno avanzar despacio, lento y casi moribundo diría él, cargando con una gran maleta.
'¿que carajos pasa aquí?'
Ve que abre la boca, y pone el audio de las cámaras.
-¿solo te soy un estorbo, no Shin?, pues... De-dejare de ser-lo, sé feliz... Yo... Saldré de tu vida-solloza, y lo ve dar un paso más.
'¿que qué?'
Casi se cae al levantarse para ir a buscarle.
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Su mano se posa en el frío metal de la manilla, casi con sus últimas fuerzas le gira, le parece un gran esfuerzo.
-a-adios.
Avanza hasta la calle, pero pronto siente unos cálidos y fuertes brazos conocidos envolverle en un abrazo desesperado.
-¿Sh-shin?
-Kazu...-suspira el alto contra su pelo, le oye inhalar fuerte, siente en el abrazo su latir rápido, descontrolado-¿a donde demonios ibas?
-pe-pero... Tú...-siente que su garganta se seca, su mente se nubla, sus ojos le fallan, al igual que las piernas, y finalmente se desvanece.
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Despertó de repente, abriendo sus orbes y mirando al techo, estaba alucinado, y tal vez igual un poco cegado, ya que la habitación era blanca.
-me asustaste-resuena el murmullo en la habitación, él se sobresalta y mira al hombre de verde cabellera-estabas mal, ¿Por qué dejaste de alimentarte?, ¿Por qué me querías dejar? ¿Por qué…?
-Shin-chan-murmura, y solo estira sus brazos en una muda petición por un abrazo.
-te amo, disculpa por todos los malos ratos que te hice pasar, pero de verdad yo te amo… Quédate conmigo-pidió, abrazándole fuerte.
-yo igual, Shin, no sabes cuánto…