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Entrevista con el Emperador por MiNyan

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Notas del fanfic:

 

 

Notas del capitulo:

Hola!!!

Este es mi primer fic y debo aclarar que es un mundo semi-alterno, en Teiko nunca se volvieron mounstros ni se odiaban entre sí, pero el resto todo igual XD 

También aprovecho de aclarar la tipología de las letras :p

"Texto" = Pensamientos

Texto = Flashback (aunque igual está indicado dentro del texto)

Texto = Conversación telefónica 

Los personajes no pertenecen son propiedad de Tadatoshi Fujimaki, a excepción de par de Oc's.

Disfruten de la lectura!

En un rincón de una poca frecuentada cafetería en el centro de Tokio, se encontraba Akashi Seijuro, joven heredero de una de las empresas más importantes de Japón y el soltero más codiciado del país, sentado en la mesa más alejada disfrutando de un agradable capuccino.

-No puedo creer que mi padre hubiera accedido a que me realicen una entrevista de esta índole.-  Suspira cansado esperando a la chica de la revista juvenil que lo había citado en ese local. Él tenía planeado rechazar la oferta como todas las anteriores, sin embargo, su padre intercedió por el aceptando la entrevista acotando que es bueno mostrar otra parte del joven de 22 años más reconocido en el país.

“¿Y yo soy quien deba esperar? No tengo tiempo para desperdiciarlo en esto” ya llevaba más de 20 minutos esperando por la dichosa periodista, miró por última vez su reloj y ya dispuesto a retirarse del lugar nota a una joven entrar a toda prisa a la cafetería. Ella era un tanto llamativa, era alta de unos 185 cm, largo cabello castaño y ondulado, venía bien vestida y cargaba una gran carpeta rosa con el logo de la revista y un bolso morado junto a una caja de pasteles. El pelirrojo levantó su mano para llamar la atención de la señorita, ésta al notarlo se apresuró hasta él y al llegar rápidamente hizo una reverencia.

-Lo lamento mucho.- La chica se levantó lentamente y Akashi se perdió en los ojos de ella “Morado”.- Tuve que reportear la inauguración de la pastelería de un pariente y se me hizo tarde.- Ella tomó asiento frente a él.- Me disculpo nuevamente, mi nombre es Ito Sumire, puede llamarme como desee Akashi-sama.

-Solo Akashi, Sumire-san.- Seijuro le sonrió a la joven y ella suspiró aliviada.- Bien, puedes preguntarme lo que sea.- “Hay algo en sus ojos que me impiden dejar de mirarla”.

-Oh Claro, comencemos inmediatamente con la entrevista.- Los ojos de la periodista brillaban con intensidad. “Siento que algo le falta a esos ojos”.- En primer lugar, quiero agradecerle en nombre de la empresa por aceptar esta entrevista, realmente queremos conocer sobre su vida amorosa; pasado, presente y futuro.- Finalizó con una sonrisa mientras el heterocromo se tensaba levemente.

-De hecho, fue mi padre quien aceptó la entrevista por mí.

-Bueno, de todas maneras gracias por hacer un espacio en su apretada agenda.- La castaña sacó una libreta, su bolígrafo y una pequeña grabadora.- Bien comencemos.

-Mmm.- Akashi se acomodó en su lugar mientras seguía con su mirada cada movimiento de la joven.

-Iniciemos por el presente, es sabido que usted es uno de los solteros más codiciados de todo Japón, por ello nos gustaría saber, ¿tiene a alguien en su corazón en este instante?- Sumire miraba al pelirrojo con la ansiedad marcada en sus facciones, después de todo, la respuesta guiaría el resto de la entrevista.

Akashi se sentía entre la espada y la pared sabía que esta era una especie de prueba por parte de su padre, realmente no esperaba que le entrevista se tratara directamente sobre su vida amorosa. “¿Cuántos años han pasado? No he sabido nada de esa persona desde hace 2…o ya son 3 años”. Akashi Masaomi, sabía perfectamente que este era un tema sensible para su hijo, al fin al cabo él fue quien obligó a Seijuro a finalizar su relación.

-Si soy sincero, más que tener a alguien en mi corazón en este instante.- Comenzó lentamente, escogiendo cuidadosamente cada palabra.- Debería decir que hay alguien a quien no puedo olvidar.- Su corazón latía rápidamente, nunca antes se había sentido tan nervioso. “O talvez si, como en aquella ocasión”.

----------------------------------FLASHBACK---------------------------------------------------------

Era un día conmemorativo, era el día en el cual los alumnos de tercer año de la Secundaria Teiko se graduarían. Existía un ambiente alegre y a la vez nostálgico, el emperador podía notarlo, sus compañeros de clases estaban tristes de dejar su vida secundaria, pero al mismo tiempo estaban emocionados por su nueva vida en preparatoria; él mismo lo sabía bien, sus amigos y compañeros de basketball, técnicamente ex compañeros, habían decidido ir a distintas preparatorias para explotar sus habilidades en dicho deporte. Aún recuerda el dolor que sintió cuando esa persona le dijo que iría a otra preparatoria, que ya no estaría a su lado.

-Debe ser hoy.-Murmuraba para sí mismo, dándose ánimos.- No tendré otra oportunidad.

Sabía perfectamente, que los sentimientos que albergaba por su compañero de equipo no eran simplemente de amistad, de un momento a otro ya no podía de dejar de pensar en él, en la manera en la cual era observado por el más alto, con esa nota de dulzura y admiración hacia su persona cada vez que cumplía con su rol de capitán, ese nerviosismo que lo atacaba cada vez que el mayor lo llamaba, le dieron los indicios de su mal. Era algo más allá de su comprensión, algo de lo cual solo había leído en libros, así que aprendió lo básico sobre ello. “Amor”.

Por otra parte también sabía que debía comportarse, al fin y al cabo, era un Akashi. Esto sería un gran escándalo y su padre pondría el grito en cielo si se entera. Pero al estudiante aquello no le importaba, durante toda su estadía en Teiko él fue perfecto, las mejores calificaciones, la capitanía de su equipo por dos años, no dejó de lado sus labores como heredero y fue reclutado en una de las mejores preparatorias de Japón, Rakuzan. Por ello, quería ser solo Seijuro por un día.

Después de la ceremonia el pelirrojo llamo al más grande y lo llevó a la azotea para estar a solas. Cuando cerró la puerta, el menor sentía desfallecer, sus latidos resonaban en sus oídos y juraba que su rostro, a pesar, de parecer imperturbable, debía estar decorado por un tenue sonrojo. “En el libro, todo esto parecía más fácil”.

-Nee Aka-chin, para que me necesitabas.- y ahí estaba esa mirada que no abandonaba sus pensamientos.- Kuro-chin y los demás nos están esperando, ¿recuerdas que íbamos a salir todos a celebrar juntos una última vez?

-…- El joven emperador aún no podía articular palabra, esta sensación era nueva para él, quien había sido educado para nunca fracasar. “Pero qué es esto, la palabra miedo no está en mi vocabulario…pero, ¿y si dice no? “.

-¿Aka-chin te sientes bien?

-…-

-Si no tienes nada que decirme, me iré adelantando.- El menor se puso en alerta, el gigante que hace un minuto estaba a unos metros de él ahora lo estaba dejando atrás cada vez más próximo a la puerta.

-Atsushi.- El mayor se detuvo.- Me gustas.

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-Oh.- Exclamó ella comprensivamente.- De ser así, entonces hablemos del pasado Akashi-san.

-No hay problema.

-Ok, antes de llegar a la historia de esa persona que no puede olvidar, me gustaría que me contara sobre su primer amor.- De repente los ojos de la chica se iluminaron.- A menos que sea la misma persona.- Su sonrisa cada vez se hacía más grande.- ¿Qué edad tenían? ¿Logró estar con esa persona? ¿Cómo fue su primer su primer beso? ¿Su primera cita? ¿Fue una larga relación? ¿Su padre aceptó esa relación?

Akashi parecía impasible, pero al ver esos ojos grandes ojos morados “Tan parecidos a los de él” nuevamente se volvió a perder en sus pensamientos.

-------------------------------FLASHBACK-----------------------------------------------------------

Para Akashi el tiempo se detuvo, por fin lo había dicho, pero al estar de espaldas a Murasakibara no pudo ver su expresión, realmente estaba esperando que lo rechazara, que lo repudiara por tener ese tipo de sentimientos, que le recriminara o que solo saliera por la puerta y lo dejara solo.

Mas nada de eso ocurrió, sintió como una gran mano tomaba la suya y lo daba vuelta rápidamente, mientras otra mano se ajustaba en su espalda baja para acercarlo hacia el otro. Todo fue tan rápido, torpemente se labios estaban siendo acariciados por los labios contrarios, fue solo un roce, pero para ambos había sido perfecto.

-Te demoraste mucho tiempo Aka-chin.- Se miraban directamente a los ojos.- Llevo más de un año queriendo hacer esto contigo.- Volvieron a fundirse en un inexperto beso, después de todo eran los primeros de muchos que vendrían.

Ambos jóvenes se encontraban rebosantes de alegría, uno porque había logrado su objetivo y el otro porque sus sueños se volvieron realidad.

-Nee Aka-chin, ¿te gustaría ser mi novio?- El pelimorado abrazo al menor y este escondió su rostro en el amplio pecho del mayor.

-Claro que si Atsushi.- De repente la burbuja de tranquilidad explotó y Akashi volvió a la realidad despegándose del mayor.- Pero es nuestro último día juntos.- Lo miró fijamente.-Tú te iras Akita y yo me iré a Kioto.

-Bueno aún nos quedan los días de vacaciones.- El más alto se veía pensativo.- Y si la distancia es un problema, siempre podemos hablar por teléfono o Skype, y también podemos viajar a la ciudad del otro.

-¿No será problemático para ambos?

-Mira Aka-chin.- Murasakibara tomo las manos del menor.- Por fin me ves como yo te veo a ti, no te dejaré ir tan fácil.-Finalizó con una seria expresión que Akashi solo había visto en medio de los partidos.

-Bien entonces seamos novios.- le regaló una sonrisa.- y haremos que nuestra relación funcione incluso a distancia.

-Claro, ya no tengo de que preocuparme, porque tus palabras son absolutas.

Ambos rieron y aún tomados de la mano abandonaron la azotea para dirigirse con sus amigos. Ahora ellos sí que tenían un motivo para celebrar.

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-Para aclarar, mi primer amor es la misma persona que no puedo olvidar.- comentó con una pequeña sonrisa.- Y si estuve en una relación con esa persona, todo comenzó el último día de secundaria, me confesé y me pidió comenzar nuestra relación.

-Eso quiere decir que, ¿usted no formalizó la relación?- La chica se mostraba claramente impresionada.

-No, quiere decir que se adelantaron.- Soltó una discreta risa. “Y eso que él decía que no se me confesaba primero porque le daba curiosidad mi expresión cuando me confesara…pero al final tampoco la vio”.

-Aww que romántico, su pareja debió haber sido una persona decidida.

-Lo era, aunque no lo aparentara.- “Normalmente era muy infantil”.

-Bien volviendo a las preguntas, he de suponer que en ese momento se besaron por primera vez.

-Está en lo correcto Sumire-san.- El pelirrojo desvió la mirada, rememorando esos momentos antes de volver a mirarla fijamente y responder con una sonrisa.- Fue en ese momento, en la azotea de la Secundaria Teiko, donde nos besamos por primera vez.

La chica comenzó a sonrojarse lentamente por la mirada que le dirigía su acompañante, cada vez se sentía más pequeña frente a él, a pesar de sacarle unos cuantos centímetros de diferencia. Se sentía cohibida, cuando recibió la noticia de que debía entrevistar a aquel hombre se puso feliz y fue la envidia de todas sus compañeras, después de todo, él era hombre realmente guapo, parecía una real obra de arte, como si hubiera sido cincelado por los mismos dioses. Pero al ver su mirada se dio cuenta de que era un hombre inaccesible.   

-Ejem.- Se aclaró la garganta.- y… ¿cómo fue su primera cita?- Soltó cada vez más despacio.

Mientras el Akashi decidía que responder, la joven sacó una botella de agua y comenzó a beberla rápidamente, para después reacomodar sus cosas dejando su carpeta y la caja de pasteles sobre la mesa.

Por otra parte, el heterocromo seguía divagando en esa primera cita.

---------------------------FLASHBACK--------------------------------------------------------------

Ya llevaban poco más de tres meses de relación y aún no habían tenido una cita oficial, después de la ceremonia salieron con sus amigos en reiteradas ocasiones, sin dar tiempo para salir los dos solos. Además, las vacaciones fueron cortas y sin darse cuenta ambos estaban empacando sus bienes preciados para partir a distintas ciudades a sus nuevas preparatorias.

Las clases ya habían comenzado y Akashi se estaba adaptando rápidamente al ritmo de Rakuzan, tanto en los estudios como en los entrenamientos, además de cumplir como capitán del equipo tal como había exigido al momento en el cual fue reclutado.

Un agradable día de primavera, el pelirrojo se encontraba en su mansión; después de la última práctica de la semana, esperando la hora concordada con su novio para tener sus típicas citas por Skype, hoy verían una película juntos como cada viernes, sin embargo llegaron las 8 de la noche y su grandulón aún no se conectaba.

“Ya lleva una hora de retraso, quizás le habrá ocurrido algo o talvez hoy no quiere hablar conmigo”. Sus pensamientos eran confusos, estaba comenzando a preocuparse. “Normalmente me llamaría o me avisaría de cualquier forma”.

El sonido de su celular lo sacó prontamente de sus cavilaciones y se precipitó sobre el aparato.

-Atsushi, te retrasaste.- En ese momento deseaba golpearse por la obviedad de su saludo.

-Hola Aka-chin, lo siento quería hablar antes contigo pero se me hizo tarde.- El menor notó como la voz de su pareja denotaba cansancio, como si hubiera estado corriendo.

-¿Estas bien? Suenas cansado.- Lo escuchó respirar profundamente.

-Estoy bien, de hecho mejor que nunca.

-Me alegro, y qué haremos, deduzco que ya no veremos una película.

-Lo siento Aka-chin, pero no estoy en casa.- Escuchó reír suavemente al mayor.- Sabes me gustaría preguntarte algo… ¿Cuántas estrellas se ven desde tu ventana?

-¿Estrellas?- El heterocromo se extrañó por aquella pregunta y aun así se acercó a la ventana de su habitación, la abrió y miró directo al cielo estrellado.- No lo sé, son infinitas estrellas.- Respondió suavemente.

-Mmm, bueno yo veo una más que tú.

-Y cómo puedes estar tan seguro de ello.- Le refutó al mayor.

-Eso es simple Aka-chin, si miro hacia arriba está lleno estrellas pero existe una que brilla más que el resto y tiene unos hermosos ojos desiguales.

El corazón de Akashi dio un salto al escuchar eso, era demasiado enigmático y él quería resolver el misterio.

-Atsushi, ¿Dónde estás?- Todo su cuerpo vibraba esperando la respuesta.

-Solo mira hacia abajo Aka-chin.- Y ahí estaba, su novio con el uniforme de Yosen, con una mano alzada y la otra sosteniendo su celular contra su oreja, además de esa amble sonrisa junto con esa mirada de la cual el menor se había enamorado.

El pelirrojo terminó la llamada y cerró y la ventana para correr hacia la entrada de su hogar, procurando hacer el menor ruido posible para no llamar la atención de las empleadas, ni mucho menos de su padre. Cuando salió por la puerta, se dirigió al patio trasero donde debería estar su gigante esperándolo.

Cuando entró en su campo visual, corrió aún más rápido, sentía que hubiera corrido una maratón pero no importaba. Al estar cerca notó que el otro abría sus brazos para luego cogerlo entre ellos, sintió como su cuerpo era despegado del suelo y con desesperación buscó esos labios que había anhelado besar durante semanas, así fue como empezaron una danza entre sus lenguas buscando reconocer al otro, recordar cada parte de sus bocas hasta que el oxígeno faltara.

Cuando se separaron, Murasakibara abrazando al menor se recostó en suelo dejando a Akashi encima de él.

-Sorpresa~

-Esto es como un sueño, ¿cómo lo hiciste?

-Eh, solo viaje después de mi entrenamiento, quería verte.- Akashi se apoyó en el pecho del otro para levantarse un poco y mirarlo fijamente.- Quería una cita de verdad con Aka-chin.- Admitió con un pequeño sonrojo desviando la mirada.

-Yo también quiero una cita real contigo, sentirte cerca y no a través de una pantalla, poder besarte y no por cámara.- Se sonrojó completamente, hasta que recordó algo importante.- Hey Atsushi, no podemos quedarnos aquí nos pueden descubrir, entremos y vamos a mi habitación.

-No, quiero quedarme así con Aka-chin afuera podemos ver el cielo.

-Bien, entonces sígueme.

El menor se levantó y tomó la gran mano de su pareja, para luego dirigirse al bosque que se encontraba cerca, caminaron un par de minutos en silencio hasta llegar a un pequeño claro.

-Este es mi lugar favorito.- Se encaminó directo al centro del lugar y se recostó sobre la hierba.

El mayor siguió el ejemplo de Akashi y se recostó junto a él después de dejar el bolso que traía su equipo deportivo y demás pertenencias.

-Aka-chin.

-Mmm.

-Llevo días pensando, por qué sentía esa necesidad de verte.- Comentó mirando al cielo, para luego conectar su mirada con la contraria.- y llegué a la conclusión de que me volví adicto a Aka-chin.-El menor lo iba a interrumpir pero Murasakibara siguió.- Los días son aburridos, hasta que llega el momento en el que puedo oír tu voz, algo dentro de mí se agita e incluso los dulces saben mejor en ese momento.-Akashi escuchaba atentamente con una sonrisa.- Y estoy seguro que eso es porque realmente amo a Aka-chin.

El corazón del menor se detuvo por un momento, sus ojos se ampliaron notablemente y su sonrisa se agrandó aún más.

-Yo también te amo Atsushi.- Susurró dulcemente.- Contigo puedo ser quien realmente soy.

Se acercaron lentamente y volvieron a degustar los labios contrarios, para luego abrazarse y admirar el cielo estrellado hasta el alba, en medio del claro que en un futuro sería testigo de cómo aquellos jóvenes se fundían en una sola persona.

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-Podría decir que aprendí, que no es necesario salir de tu casa para tener una cita.- La chica lo miró confundida.- Quiero decir que mi primera cita fue dentro de mi vivienda en Kioto.

-¿En Kioto?

-Por supuesto, en esa época yo estudiaba en Kioto y mi pareja en Akita.- El pelirrojo se fijó en los movimientos de su acompañante, mientras ella realizaba diversas anotaciones en su libreta, incluso creyó haber visto un dibujo en medio de las palabras.- Llevábamos unos cuantos meses juntos, pero nunca habíamos salido como pareja, así que un día llegó de improviso Kioto y estuvimos juntos toda la noche viendo las estrellas.

La castaña terminó abruptamente de escribir al escuchar tal declaración y los colores empezaron a subírsele al rostro.

-O sea, que le hicieron una visita… ¿n-n-nocturna?- Akashi se sorprendió por lo dicho y se dio cuenta de cómo habían sido interpretadas sus palabras… y una discreta sonrisa maliciosa apareció en su rostro.

-Exacto.- Comenzó profundizando su voz.- Obligué a mi pareja a ir al jardín y en medio de la noche vimos juntos las estrellas hasta el amanecer.- Finalizó apoyando su cabeza contra sus manos que estaban entrelazadas sobre la mesa, mientras veía directamente a la joven.

-¿J-j-j-jardín?- Ella levantó rápido de su asiento.- ¡Lo siento debo al tocador!

Akashi la vio perderse entre los pasillos, para luego verla entrar tras la puerta del baño de mujeres. Solo en ese instante se permitió soltar una ligera risa a costa de la chica.

De repente la caja de pasteles llamó su atención, era en tono morado, rojo y blanco. “No es una mezcla muy estética”. Tenía un logo grande y en letras doradas decía: Dolci per l'imperatore.

“¿Dulces para el emperador?...Qué clase de nombre es ese… Ni siquiera tiene atractivo comercial”

Mientras Akashi cuestionaba a la dichosa tienda, un extraño sentimiento comenzó a crecer dentro de él, tenía un toque de nostalgia pero no podía dar fe de ello.

Algún día abriré una gran pastelería para ti, Aka-chin”

La entrevista le estaba costando un sinfín de recuerdos que él mantenía en el olvido para seguir trabajando día a día como su padre le había exigido; lejos de la persona que ama.

--------------------------------------FLASHBACK---------------------------------------------------

Ya llevaban 3 años de relación donde cada día era un gran recuerdo para ambos, aunque no todo fue miel sobre hojuelas; su primer año vivían en luna de miel, pero el segundo fue complicado cuando decidieron contarles a sus familias sobre su relación. Aquello les costó un par de discusiones que luego se solucionaron cuando hablaron con la familia Murasakibara.

La numerosa familia de Atsushi recibió con los brazos abiertos al pelirrojo, sus suegros lo trataron como a un hijo más de la familia y todos los hermanos de su novio se encargaron de incluirlo al clan Murasakibara. A todos ellos, les contó sobre su padre y el miedo que sentía de contarle, después de todo en su familia solo eran ellos dos.

Ese día la señora Murasakibara tomó las mejillas del heterocromo, las estiró y le dijo que si su padre lo amaba tarde o temprano lo entendería y si no quería saber de su hijo, perfectamente el menor podía ir a vivir con ellos.

Al mes siguiente, entró de la mano con su pareja al estudio de su padre. Contra todo pronóstico su padre había tomado bien la noticia, argumentando que era una relación infantil y que en el futuro esa relación puede prevalecer o perecer.

Ahora ya con 18 años se encontraban a portas de ingresar a la Universidad, ambos concordaron estudiar en Tokio para estar junto al otro. Después de todo toda su relación ha sido a distancia y ahora quieren estar más juntos que nunca, por ello arrendaron un departamento juntos cerca de la Universidad.

-Aka-chin, ¿Dónde dejo tus cosas?- Preguntó Murasakibara el día de la mudanza.

-En la habitación principal.- El menor notó cómo fruncía el ceño su amante.- Junto con las tuyas Atsushi.

-¿Dormiremos juntos Aka-chin?- El mayor bajo la caja para abrazar a su pareja y susurrarle sugestivamente.- Yo sé que quieres pasar cada noche conmigo.

Akashi, se estremeció al contacto y más aún cuando esas grandes manos comenzaron a recorrer su cuerpo con descaro. Comenzó a cerrar sus ojos, para dejarse llevar por el placer y comenzó a gemir suavemente cuando sintió los labios de mayor posarse en la parte trasera de su cuello.

-Mnh…Atsushi.- Comenzó a apegarse más al cuerpo contrario.

-Aka-chin.- El cálido aliento rozaba en su nuca, enviando corrientes eléctricas a lo largo de su cuerpo.- Están tocando la puerta.- Se separó abruptamente del menor para volver a tomar más cajas y guardarlas mientras reía  por lo bajo.

 -¿Eh?- Akashi sintió como la frustración inundaba su cuerpo y escuchó como efectivamente alguien tocaba la puerta.- Eres un niño cuando te conviene.- Le reclamó al mayor desde el pasillo y solo lo escuchó reír en respuesta.

Al abrir la puerta, se encontró frente a frente con un cartero que al mirarlo se puso a temblar visiblemente, el joven castaño se le hacía extrañamente familiar pero no podía recordar de dónde.

-A-aa-am.- El joven llamó su atención.- Traigo un paquete para usted.- Hizo una reverencia y salió rápidamente dejando a un Akashi completamente confundido.

-Gracias, supongo.- Terminó diciendo al aire.

-¿Quién era Aka-chin?

-Solo era el cartero.

-¿Qué es?- El menor examinó el paquete para notar que era para él y que tenía el logo Akashi’s Corp. la empresa de su padre.

-Creo que es una carta de mi padre.- Contestó dubitativo.

-Bien, creo que iré a comprar comida para la cena.- Le comentó con una sonrisa.- y traeré un montón de dulces para el postre.- Tomó su abrigo, las llaves y salió por la puerta.

En la soledad de su apartamento Akashi se dirigió al único sofá de dos cuerpos en la sala y se dispuso a leer la carta de su padre.

 

Estimado hijo:

Te preguntarás por qué te envió una carta existiendo tantos medios tecnológicos, pero esta es la mejor manera de tener una constancia de la siguiente advertencia que te haré.

Si bien acepté que tuvieras una relación con ese tipo, simplemente creí que era un capricho tuyo, pero al notar que usaste parte de la herencia de tu madre me di cuenta que estas planeando un futuro junto a él.

Con eso en mente, te pondré un par de condiciones:

En primer lugar, no puedes rechazar a ser el sucesor de mi corporación, los documentos vienen adjuntos con la carta, solo debes firmar y sellarás tu sentencia.

En segundo lugar, te daré un año para que ese hombre se haga digno de un Akashi, no puedo permitir que estés con un don nadie, mínimo que se haga conocido en todo Japón, en el rubro que él quiera, pero que sea el mejor.

  En tercer lugar, si no logras cumplir con el requisito anterior deberás separarte de él hasta que logre el objetivo por él mismo, claro eso solo si le importas.

Por último, si me desobedeces me encargaré de que él y su familia no tengan un buen futuro en este país.

Es tu decisión Seijuro y recuerda que todo lo hago por tu bien.

Atentamente, tu Padre

Akashi Masaomi

 

Cuando terminó de leer la carta empezó a entrar en pánico. “Mi padre no puede estar hablando en serio”. Se apresuró a buscar su celular y marcó aquel número al que rara vez llamaba.

Solo necesitaron dos pitidos antes de que le contestaran. Los saludos no fueron necesarios él solo quería respuestas.

-Padre, es una locura, dentro de un año seguiremos siendo estudiantes.- hablaba desesperado.- Dime que es una broma.

-Seijuro, yo no bromeo jamás.- la voz severa de su padre resonaba fuertemente contra el teléfono.- Ahora ponte trabajar y demuéstrame que tu relación vale la pena.

Sin más colgó, dejando a Seijuro solo con sus pensamientos.

-Aka-chin volví.

Cuando Atsushi entró encontró a su novio en la sala sollozando suavemente, él solo atino a dejar las bolsas y consolar al menor.

Y así pasó un año y el plazo se cumplió.

La pareja no cumplió los requisitos de Masaomi, y Akashi decidió alejar por su cuenta a Murasakibara, después de todo no podría perdonarse si algo le llegara a suceder a él.

Solo espérame, Aka-chin, verás que lo lograré”.  

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-Lamento la tardanza.- Apareció Sumire para cortar el hilo de sus pensamientos.- Bien podemos continuar.- Ella se notaba más calmada, cosa que logró distraer un poco a Akashi.- ¿En qué quedamos?... Ah sí, ¿fue larga su relación?

-Mmm, si consideras que 4 años son largos entonces lo fue.- Respondió escuetamente

-4 años también es bastante tiempo, en especial para formar una sólida relación.

-Para mí no fue suficiente tiempo.- El ambiente ya se notaba tenso y la joven comenzó a ponerse nerviosa.

-Eeh, pasemos a la otra pregunta… ¿su padre tomó bien su relación?- Akashi se puso aún más teso, sacar del baúl de los recuerdos aquellas memorias le estaban haciendo perder el temple.

-Solo diré que aceptó nuestra relación.

-Ok.- La castaña solo quería terminar rápido, cada vez el ambiente era más incómodo.- Pasemos a la siguiente sección, ¿qué espera usted para el amor en el futuro?

Futuro”. Akashi se dedicó a mirar a través de la ventana buscando una respuesta y divisó a muchas personas caminando con las mismas cajas que su acompañante; afuera todo se veía decorado con esa mezcla de morado y rojo.

- Dolci per l'imperatore.- Susurró suavemente.

-¿Disculpe?

-Lo siento me distraje con esas cajas.- le apuntó la de ella misma.- Nunca había escuchado ese nombre.

-Oh, es nueva.- La chica  sonrió ampliamente.- Recién abrió hoy y mi primo es el dueño.- A leguas se notaba que estaba orgullosa.- Y no es por nada pero son los mejores dulces de Tokio o tal vez de todo Japón.- Finalizó con una pequeña risa.

-Vaya que interesante.- Correspondió con una suave sonrisa.

Cuando volvió a mirar afuera del local notó que ya estaba atardeciendo y ya hostigado por sus recuerdos decidió poner fin a la entrevista, argumentando que ya era tarde y tenía otro compromiso.

La joven no se quejó y se despidió amablemente de él, para luego salir de la tienda con todas sus cosas; cuando emprendió rumbo a la estación de trenes para ir a su hogar se dio cuenta de algo sumamente importante. “Nunca respondió la última pregunta”. Ella comenzó a desesperarse cuestionándose que diría en la editorial para no salir siendo regañada. “Pero bueno, al final ese hombre sigue esperando a esa persona”.

Volviendo con el emperador, se encontraba caminando por las calles de Tokio mientras la noche comenzaba a caer lentamente viendo el paisaje tan conocido por él; y como no si se dirige a ese departamento donde ha vivido desde que volvió a Tokio, ese que terminó comprando con el resto de la herencia de su madre para sentir un poco la presencia de él.

Durante todo el recorrido iba sumido en sus pensamientos con respecto a la última pregunta que evadió audazmente, que no se percató que al llegar a su edificio el conserje lo miraba con una sonrisa misteriosa.

Un hombre de unos 60 años que llevaba trabajando ahí desde que el edificio fue construido hace unos 20 años, por ende él conocía a todas las personas que allí vivían incluso en una ocasión le preguntó por Murasakibara, sin saber que ya no vivían juntos.

-Buenas noches.- Akashi le saludó como cada día.

-Realmente será una buena noche.- El joven lo miró enarcando una ceja, para luego encaminarse a su departamento, a lo lejos se escuchaba la risa del anciano

¿Por qué siento que él sabe algo que yo no?”. Sacudió la cabeza para despejarse y abrió la puerta de su hogar.

Y el tiempo se detuvo para Akashi, las luces estaban prendidas y frente a él se encontraba un hombre alto de largo cabello morado, con uniforme de chef blanco y rojo,  donde se mostraba el logo de  “Dolci per l'imperatore”.

En el fondo se escuchaba la televisión hablando sobre la gran inauguración de la pastelería en Tokio, pero aquello no le importaba al pelirrojo que se encontraba estático en la entrada.

Cuando vio la gran figura moverse en su dirección, logró reaccionar y se precipitó contra el mayor, siendo recibido por unos fuertes brazos que lo alzaron con facilidad para luego besarse con suavidad como tratando de creer que todo era real, que cuando abriera los ojos él seguiría allí y no fuera un truco de su mente. Se separaron lentamente el menor volvió a pisar suelo y se quedaron viendo fijamente, mientras el mayor acunaba el rostro del menor.

-Lo logré, Aka-chin.

¿Qué espero para el amor futuro?”

“Espero estar cada día a tu lado sin importar nuestro pasado, quiero escribir mi historia junto a la tuya por el resto de mi vida. Porque tú eres al único que he amado, que amo y que amaré sin importar qué”.

 

 

Notas finales:

Gracias por leer, espero lo hayan disfrutado.

Estoy abierta a críticas, pero por favor no sean tan duros :3


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