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Un Corazón Debil por Nozomi17

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Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien.

Aquí vuelvo con la continuación de este Fic.

Sin más, espero que les guste y… ¡A leer se ha dicho!

Desde ese momento, Kuroko sintió que un fuerte lazo se formaba con Aomine, era algo lo suficientemente fuerte para juntarlos más.

                La tormenta era demasiado fuerte; solamente con unos minutos que estuvieron fuera se empaparon completamente. Sin importarles mojarse más, se fueron con calma a sus casas… O por lo menos, eso pensaban. Cuando estuvieron a mitad de camino, Kuroko recibió una llamada por parte de sus padres: debido a la lluvia, el coche falló y se vieron obligados a quedarse en un hotel. Las condiciones no se ofrecían para regresar, además de que se encontraban bastante lejos de su casa.

                Eso era lo que menos quería, quedarse solo.

Solo por preguntar, casi inconscientemente: tapo el celular y se dirigió a Aomine.

                — ¿Crees que me pueda quedar en tu casa esta noche, Aomine-kun? —Su mirada era completamente inexpresiva nuevamente—. Mis padres no van a regresar a casa por la lluvia y no quiero estar solo en estos momentos

                —…—Aomine lo pensó unos segundos—. Claro, por mi no hay problema. Mis padres tampoco se molestarían.

                Haciendo un leve movimiento con la cabeza, Kuroko destapo su celular y pidió permiso para pasar la noche en casa de un amigo, sus padres aceptaron, tampoco querían que su hijo se la pasase solo. Una vez dicho todo eso, se desearon buenas noches y colgaron.

                Ahora los dos se dirigían a la casa de Aomine.

Ninguno hablaba, pero tampoco estaban incómodos. Debido a la cercanía que mantenían debido a las calles estrechas, unas cuantas veces rosaban las manos: algunas veces por accidente, otras a propósito.

                La lluvia no cedía, fueron largos 15 minutos de camino para ambos.

En cuanto llegaron a casa de Aomine, su madre los recibió a ambos totalmente preocupada. La casa era bastante grande, era de dos pisos: en cada uno de ellos se encontraba un baño con ducha. Para evitar que se resfriasen, los mando a ambos a ducharse mientras ella preparaba algo caliente para que comieran, un poco de ropa seca y algunas medicinas por si las dudas.

                Kuroko se quedo en el baño de abajo, Aomine fue al de arriba.

Pasaron unos minutos y Kuroko salió de la ducha con la temperatura corporal normalizada. Pensó que la madre de Aomine había olvidado llevarle un cambio, después de todo, no la había escuchado entrar al baño. Fue grata su sorpresa al darse cuenta de que no lo había olvidado; Encontró ropa interior, una camisa holgada y unos pantalones cortos. Se vistió rápidamente y salió a donde estaban todos: la cocina.

                En la cocina se encontraba una mesa, en ella estaban sentados Aomine y sus padres, busco una silla cerca de Aomine y la arrastro para sentarse.

—Muchas gracias—Dijo apenas se sentó—, lamento importunar de esta manera—Se quedo callado unos segundos, se sentía apenado: olvido presentarse—. Lo siento, no me presente formalmente; me llamo Kuroko Tetsuya, mucho gusto

—No te preocupes Kuroko-kun—Dijo la madre de Aomine—, de hecho nos alegra que estés aquí—Comenzó a servir algo de la cena—. Ahora sabemos que Daiki tiene más amigos aparte de Satsuki-chan

“¿Quién es Satsuki?” Pensó Kuroko

—Oi—Dijo Aomine mientras empezaba a comer—, no digas cosas innecesarias

—Daiki, no hables con la boca abierta—Se dirigió a él su padre

—Y bien Kuroko-kun, ¿Vas a pasar la noche, cierto? —Pregunto repentinamente la madre

—Si

EL plato de Aomine rápidamente se quedo sin comida: Kuroko casi aseguraba que no veía los movimientos de la mano por lo rápido que estos eran. A su propio ritmo, la comida en el plato de Kuroko comenzaba a desaparecer.

                Una vez que los dos jóvenes terminaron, se despidieron de los padres y subieron a la habitación.

                Aomine vestía un conjunto de pijama: un pantalón y una camisa de manga larga, ambos de color azul marino. No importaba si afuera estaba helando, él tenía calor. Mientras subían las escaleras logro ver como Kuroko empezaba a temblar de frio. Esto lo sorprendió un poco.

                En el segundo piso, la segunda puerta del lado izquierdo: ambos entraron en la habitación cerrando la puerta tras de sí. Aomine busco el interruptor en la pared y encendió la luz.

                El cuarto era algo grande: todo el suelo estaba cubierto por una alfombra oscura, apegada a la pared se encontraba la cama, una gran ventana estaba a su lado con las persianas recogidas, a un lado de la cama se encontraba una mesita de noche; encima de ella estaba una alarma, una lámpara para lectura, un celular con su respectivo cargador. A sus pies había muchos pares de tenis y zapatos. A un metro y medio de la puerta, del lado izquierdo, se encontraba el armario… Que, al igual que el piso, tenía bastante ropa regada, desdoblada y con un acomodado en forma de “bola”.

                —Siento el desorden—Dijo mientras llevaba sus manos a la camisa—. Toma

                — ¿Eh?

                Sin previo aviso, Aomine se quito la camisa del Pijama, y se la puso a Kuroko encima. Tal vez la razón por la cual tenía calor era porque debajo de esa camisa tenía otra, igualmente de manga larga, de color gris y con una tela más ligera.

                — ¿Qué…?

                — ¿Te estaba dando frio, no? —Camino a la cama—. Yo tengo bastante calor con dos camisas—Suspiro—, pero mi madre me obliga a usar ambas

                —Pero…

                —No importa, úsala. Tú la necesitas más que yo

Apenado, Kuroko se puso correctamente la camisa, solo para darse cuenta que le quedaba bastante grande.

                —Tu cuerpo es muy pequeño

El tono de Aomine sonaba totalmente normal, eso lo dijo tal cual lo pensó. Kuroko se molesto un poco por el comentario. Soltando un suspiro, se acerco a la cama.

                “¿Dónde voy a dormir…?”

                —Vamos—Aomine levanto las sabanas de la cama—. Acuéstate aquí. Tú vasa dormir en mi cama

                —Pero, ¿Y Aomine-kun…?

                —Déjalo así, tú duérmete

Camino hacía Kuroko y lo empujo para que se acostase en su cama; dentro de ella, lo tapo un poco más arriba de la cintura. Se encamino al interruptor y apago la luz. El cuarto quedo iluminado por la poca luz que los truenos brindaban al caer, el silencio fue sustituido por el sonido de las gotas al caer en el pavimento, vidrios, etc.

                Aomine camino en dirección a la cama nuevamente; aun vez cerca, se sentó en la orilla de la misma. Kuroko se acostó de lado.

                —Me voy a quedar aquí hasta que te duermas, Tetsu

                —Lo siento…

                — ¿Huh? ¿Por qué?

                —Primero te empapas por mi culpa, vengo e invado tu casa, me das tu camisa para dormir y ahora estoy durmiendo en tu cama…

                —Ya te dije que no es problema—Aomine puso su mano en la cabeza de Kuroko y comenzó a sacudir su cabello—. Apresúrate y duérmete

Las manos de Aomine estaban frías, muy frías… Aun así, su tacto era muy gentil. El pesar en el corazón de Kuroko se fue poco a poco, sus ojos comenzaban a pesarle, en menos de dos minutos ya estaba dormido.

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Los rayos de sol se colaron por la ventana, eran realmente brillantes ese día: Kuroko fue abriendo los ojos despacio, acostumbrándose a la luz. Una vez bien despierto, se sentó en la cama volteando a todos lados buscando a Aomine.

                “Seguramente fue a la sala a dormir…” Pensaba “Voy a verlo para agradecerle…”

Con algo de pesadez, Kuroko se quito de encima las sabanas, puso ambos pies en el suelo. Antes de levantarse bostezo, cerrando así sus ojos: para aclararse un poco la vista, con ambas manos se sobo los ojos. Aun con los ojos cubiertos, se levanto y empezó a caminar.

                Su pie choco con algo, logrando así que mirara el suelo.

La sorpresa que obtuvo fue grande al darse cuenta que lo que había pateado no era nada menos que Aomine. Gracias al alfombrado no paso frio, las camisas que se encontraban tiradas en el suelo le sirvieron de sabanas.

Aunque le dio pena verlo en esta situación, la posición que tenía Aomine era bastante graciosa; sus piernas se encontraban separadas y flexionadas del lado izquierdo, sus brazos abiertos alrededor de su cabeza, su boca se encontraba abierta con un fino hilo de saliva salía de ella.

—Aomine-kun—Kuroko se agacho y comenzó a zarandear a Aomine—, Aomine-kun… Aomine-kun…—Se comenzaba a molestar—, ¡Aomine-kun!

Nada. Aomine seguía dormido.

Molesto, Kuroko se levanto y salió de la habitación en busca del baño. Cuando abrió la puerta se encontró con la madre de Aomine; le pregunto cómo podría despertarlo, ella felizmente le dijo que fuese a la cocina, tomase un vaso grande, lo llenara con agua y se lo echase en la cara.

Tal cual le dijo, Kuroko fue por el vaso con agua y volvió al cuarto de Aomine.

                Sin estar muy convencido por esa idea, Kuroko volvió a llamar y sacudir a Aomine: nuevamente no obtuvo respuesta. Sin pensarlo más, se acerco un poco y comenzó a derramar el líquido en su cara.

                — ¡Aomine-kun, despierta!

Como si fuese un resorte, Aomine se levanto rápidamente.

                — ¿Qué? ¿¡Que paso!? —Miro el vaso, ahora vacio—, ¿¡Tetsu!? ¿¡Esta vez fuiste tú!? ¿¡Que no fue mi mamá!?

                — ¿Tú… mamá?              

                —Normalmente…—Comenzó a secarse con la ropa del piso—, cuando no me quiero levantar: mi mamá me hecha agua en la cara, por eso pensé que fue ella.

                —No, de hecho ella me dio que lo hiciera

Una vena se marco en la frente de Aomine. La situación en la cual se encontraban era bastante graciosa; logrando así, que Kuroko sonriera levemente. Aomine no alcanzo a ver esa sonrisa.

                —Aomine-kun—La voz de Kuroko sonaba muy bajo—, ¿Por qué te quedaste en el suelo?

                — ¿Hah? —Termino de secarse la cara—, ¿No te dije que me quedaría hasta que te durmieras?... Además, por tu estado, obviamente lo que menos necesitas es estar solo

                —…

Lo dijo sin rodeos. Kuroko sintió algo que empezaba a oprimir su pecho: se sentía feliz de saber que alguien lo apoyaba… Eso era lo que más necesitaba.

                Aomine tomo algo de ropa y se dirigió al baño. Mientras él se cambiaba, Kuroko aprovecho para llamar a sus padres, quienes ya estaban en casa, y les pidió de favor traerle algo de ropa seca. Como vivía a unas cuantas casas, no tardaron en llegar ni cinco minutos. Rápidamente tomo la ropa y se fue a cambiar.

                Los padres de Kuroko agradecieron por cuidar de su hijo. Cuando estaban a punto de irse, la madre de Aomine los invito a desayunar con ellos, solamente Kuroko acepto quedarse.

Mientras desayunaban el timbre de la casa comenzó a sonar desesperadamente: la madre, totalmente tranquila se dirigió a abrir la puerta.

                —Buenos días Satsuki-chan—Escucho Kuroko a lo lejos—, No, no es ningún problema. Adelante, pasa.

                —Tsk—Suspiro Aomine—, ¿Ya llego? Pensé que no vendría

                —Bueno, así es ella—Contesto su padre

Kuroko no entendía a lo que se referían: se mantuvo en silencio mientras comía. Pasaron unos segundos y por la puerta cruzo la madre de Aomine acompañada de una chica de cabellos y ojos rosas, muy sonriente y con una figura muy bien desarrollada.

                —Buenos días, Señor—Saludo gentilmente—. ¡Buenos días, Dai-chan!

                La chica grito muy emocionada cuando vio a Aomine. Se acerco a él y estaba dispuesta a sentarse en la silla que estaba a un lado suyo, pero…

                —Ehm—Dijo Kuroko—, yo ya estoy sentado aquí

                — ¿Eh? —Volteo a verlo—, ¡Kyaaaa! ¿Desde cuándo has estado ahí sentado?

                —He estado aquí todo el tiempo

                Pasaron unos minutos mientras Aomine y su familia convencían a Momoi que Kuroko no era ningún pervertido, y, que él ya estaba antes de que llegase ella. Cuando todo estuvo claro, ambos chicos se presentaron.

                —Kuroko Tetsuya, encantado

                —Momoi Satsuki, el gusto es mío

Esta vez, todos pudieron disfrutar del desayuno completamente en paz.

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Era fin de semana y el sol estaba realmente brillante, ninguna nube estaba cerca: parecía mentira que el día de ayer por la noche estaba una tormenta.

                No queriendo pasársela encerrado en su casa con Momoi y Kuroko, Aomine propuso ir a las canchas de Básquetbol y jugar juntos; los dos aceptaron gustosamente.

Primero jugaron dos contra uno, luego uno contra uno, Momoi no tenía mucha resistencia en los deportes. Los tres chicos se divirtieron bastante jugando; incluso Aomine, quien se reía cada vez que Kuroko fallaba una canasta. Los otros dos se reían de Aomine cuando este, por tratar de hacer uno de sus tiros sin forma, el balón choco con el aro y se le regreso en dirección al rostro.

                El fuerte sonido de las carcajadas atrajo la atención de Kise.

                Con cierta duda se acerco solamente para encontrar a Kuroko riendo junto a Momoi por la desgracia de Aomine. Se alegro mucho de ver así a Kuroko, después de todo, él no sonreía mucho. Aunque esto también le trajo algo de envidia, él también quería ser partícipe de la causa por la cual su mejor amigo se divertía.

                — ¡Kurokocchi!

                — ¿Kise-kun?

                —Hola—Se acerco aun más a los tres chicos—, Me llamo Kise Ryouta, soy el mejor amigo de Kurokocchi

                —Mucho gusto Kise-kun, me llamo Momoi Satsuki

                —Aomine Daiki—El tono era indiferente—, voy a seguir jugando

Molesto por la actitud de Aomine, Kise decidió “humillarlo” en Básquet; le pidió jugar un uno contra uno. Sin prestarle demasiada atención, Aomine acepto.

                Jugaron una vez, y Kise perdió. Jugaron otra vez, y fue el mismo resultado. Esto se repitió durante lo que lentamente se convirtieron en horas; las cuales Kuroko y Momoi aprovecharon para platicar.

                —Hace mucho que no veía a Dai-chan así

                — ¿Cómo?

                —Está entusiasmado jugando, sabe que no perderá… Pero estar con sus personas cercanas y tener un oponente que no se rinda fácilmente lo anima bastante.

                — ¿Personas cercanas…?

                —Ya sabes—Dijo mientras alzaba su dedo índice a la altura de su rostro—, nos llama por nuestro nombre de pila.

                —¿…?

                —Ahh—Soltó un suspiro—, sabes que alguien es cercano a Dai-chan cuando él te llama por tu nombre de pila; en mi caso Satsuki, en el tuyo te dice Tetsu. Si te fijas solamente a nosotros nos llama así: ni a Kise-kun o Kagami-kun les llama por sus respectivos nombres

                “…Kagami-kun…” Escuchar ese nombre le cayó como un puñal en el corazón; durante todo el día no había pasado por su mente gracias a sus amigos, pero no todo siempre salía bien.

                — ¿Tetsu-kun?

                El rostro de Kuroko se volvió algo sombrío. Desde anoche que no le pasaba, pero, su corazón volvía a doler; ya no sabía si era culpa de su enfermedad o por Kagami.

                — ¡Ey, Tetsu! —La voz de Aomine llamándolo hizo que su corazón se relajara un poco—, ¡Ven a jugar con nosotros!

                — ¿Eh? Pero, ¿Y Momoi-san…?

                —Yo estoy bien—Sonrió—, anda ve a jugar.

Kuroko se dirigió hacía Kise y Aomine; cuando estuvieron los tres se dividieron para jugar: Kise y Kuroko contra Aomine. Jugaron durante unos quince minutos y ya estaban exhaustos. El último enceste ganaba, el balón se encontraba al otro lado de la cancha. Kuroko corrió en su dirección y lazo un pase al otro lado donde se encontraban  los otros dos. Tanto Aomine como Kise brincaron al mismo tiempo, solamente para chocar. Nadie encesto.

                — ¿Qué demonios te pasa, Kise? —Grito Aomine—, ¡Ese pase era para mí!

                — ¿Qué dices tú, Aominecchi? —Kise también gritaba—, ¡Yo estoy en el mismo equipo con Kurokocchi, obviamente el pase era para mí!

                — ¡Pero yo podía encestar!

                — ¡Pero era mío!

                — ¡Igualmente te ganaría!

                — ¿Qué dices?

Kuroko estaba realmente cansado, la alteración cardiaca por culpa de alguien era una cosa, pero por ejercitarse era otra completamente distinta. Su respiración comenzaba a hacerse irregular, le dolía el pecho, estaba muy agitado y, aunque fuese algo mínimo, su memoria se estaba borrando.

                En medio de la pelea, solamente por voltear, Kise vio que Kuroko se encontraba de rodillas en el suelo y con ambas manos sujetando fuertemente su pecho.

                “¡Mierda! ¡Su enfermedad!” Pensó preocupado

                — ¡Kurokocchi!

Eso fue lo último que escucho Kuroko antes de que sus ojos se cerraran, sus oídos se taparon, todo empezó a darle vueltas, su mente se volvió blanca, solamente sintió el frio concreto chocar contra su rostro: después de eso todo se volvió negro.

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Cuando abrió los ojos logro reconocer el techo, estaba en su casa. Parpadeo varias veces antes de incorporarse completamente. Después de estirarse un poco: Kuroko se asomo a la ventana, Ya era de noche. Quería ver qué hora era, pero en cuanto volteo la vista se encontró con Kise; tenía los brazos cruzados en la orilla de la cama, su cabeza reposaba sobre ellos mientras dormía, se encontraba sentado en una silla.

                —Kise-kun—Lo sacudió un poco—, ¡Kise-kun!

                — ¿Mmh…?—Kise sobo sus ojos y miro a Kuroko incorporado en la cama—, ¡Kurokocchi, por fin despiertas! —Se colgó de él mientras le abrazaba—. ¡No sabes cuan preocupado estaba!

                —Lo siento…—Se dejo llevar por el abrazo

                —No importa—Se separo lentamente. Cuando quedo cara a cara acerco su frente hasta chocarla levemente—, lo que importa es que estas bien.

                —Si

                — ¡Bien…!—Se levanto—, ¡Voy a avisarles a los otros que estas bien!

                — ¿Otros…?

                — ¡Me refiero a Aominecchi y Momocchi, por supuesto!

Se quedo sin palabras, ¿Ellos dos seguían ahí? ¿Por qué? Las pisadas de los tres se hicieron mucho más sonoras; la puerta se abrió de un golpe. En menos de tres segundos ya tenía a Momoi encima preguntando cómo se encontraba y a Aomine tratando de quitarla de encima.

                Él seguía en un estado de Shock, nadie, aparte de Kise, se había preocupado tanto por su salud. Y, aunque le doliese admitirlo, Kagami nunca se había preocupado de tal forma como lo estaban haciendo Momoi y Aomine.

Miro su reloj; eran las once de la noche, bastante tarde para que Momoi siguiera ahí. Cuando comento ese detalle, los otros tres sonrieron levemente: antes de que despertara, sus padres habían llamado a la familia de cada uno para avisar que pasarían la noche con ellos, puesto que ninguno quería separarse de Kuroko hasta que estuviera completamente bien.

                Obviamente, se organizaron a la manera de dormir; Momoi se quedaría en el cuarto extra que tenían en la casa, Aomine y Kise dormirían en el cuarto de Kuroko, al final de cuentas, era lo bastante grande para que cupiesen los tres.

                — ¿Qué paso, Tetsu? —Pregunto Aomine—, Te desplomaste repentinamente.

                —Nada—Meneo la cabeza—, solamente me agite de más…

Kise volteo extrañado, ¿Sera posible que han no les dice nada sobre su enfermedad? Mantuvo silencio, eso era lo más posible.

                —Pero, Tetsu—Comento nuevamente—, ¿Te alimentas bien? Me refiero, tú no pesas nada

                — ¿Cómo sabes que no peso mucho?

                — ¡Ah! —Grito Kise recobrando su actitud—, de hecho, el que te cargo hasta la casa fue Aominecchi

                — ¿Eh? —Volteo a verlo—, ¿Enserio?

                —Si

                —…

Como le estaba ocurriendo desde ayer, su pecho sentía algo cálido crecer en su interior. Aquello lo reconfortaba, le brindaba mucha paz: mas no estaba consciente de eso. O más bien, no quería reconocer eso.

                —Gr-Gracias…

Las mejillas de Kuroko se sonrojaron levemente, al sentir un poco roja su cara, bajo la mirada. Aomine no sabía como reaccionar, era la primera vez que le mostraba una expresión que solamente ponía cuando pasaba algo con Kagami.

                —No importa—Dijo tratando de controlarse. Puso una mano en su nuca—, Además, ¡Kise! —Cambio el tema—, ¿Qué mierda es eso de “cchi”?

                —Kise-kun le agrega el “cchi” a las personas que reconoce—Explico Kuroko

                —Exactamente—Continúo hablando Kise—. Es la primera vez que me encuentro con alguien como Aominecchi, ¡No puedo copear su estilo de juego! Y… ¿Eh?

                Cuando volteo su mirada a Aomine, ese lo ignoraba totalmente; su dedo estaba en su oído buscando cerilla en ella.

                — ¿Eh? —Lo miro cuando sintió su mirada fija en él—. ¿Dijiste algo?

                —…—Estaba completamente sin palabras—, ¿¡No me estas escuchando!?

                — ¿Hah? —El tono sonaba totalmente indiferente—, Y yo que se…

                — ¿¡Qué dices!?

La habitación se lleno de risas por parte de Momoi y Kuroko; casi nunca traía amigos a su casa, casi siempre estaba solo… Todo eso cambio cuando conoció a Aomine. Le empezaba a querer mucho; sentía que era como amigo, pero algo en el fondo le decía que no era así. No sabía explicarlo, pero era algo similar a lo que estaba sintiendo por Kagami.

                La noche transcurrió tranquila: para su suerte, Momoi, Kise y Aomine estaban lo suficiente cansados mentalmente como para dormir prácticamente en un estado de coma. Estando él igual de cansado, inmediatamente que toco la almohada cayó en un profundo mar de sueños.

                Justo a las tres de la mañana lo despertaron las ganas de ir al baño, se levanto de su cama y con cuidado de no pisar a cualquiera de los dos chicos salió, ignorando totalmente que Aomine no estaba acostado.

                El baño no estaba muy lejos de su cuarto; rápidamente fue e hizo sus necesidades, lavo sus manos y salió. Cuando puso un pie fuera cambio su dirección a la cocina: le empezaba a dar algo de sed. Mientras caminaba a oscuras a la cocina sobaba sus ojos tratando de aclarar un poco la vista.

                Justo en el pasillo logro ver a alguien de pie de frente a él, no podrían ser sus padres, ellos tenían la puerta cerrada. No era Momoi, ella también tenía la puerta cerrada, además de que era la figura de un hombre… ¿Kise? No. Él estaba dormido, logro escuchar los susurros que decía mientras dormía… ¿Aomine…?

                — ¿Aomine-kun…?

Pregunto levemente, más el sonido se fue ahogando en su garganta cuando lo vio sonreír. Se quedo en blanco al verlo así: desde que lo conoció no había visto esa expresión en su rostro. Tenía a Nigou en sus manos, el perrito también movía la cola feliz, al parecer ambos se llevaron bien.

                La primera vez que su corazón se aceleraba con una sola sonrisa fue con Kagami, esta vez era con Aomine. ¿Qué le pasaba? ¿Sería posible que también lo estuviese enamorando? ¿Cómo? ¿Cuándo?

                Sin ser notado en ningún momento, Kuroko regreso en sus mismos pasos hasta la habitación: no le mencionaría a nadie la expresión que vio en Aomine, eso era algo que quería guardarse para sí mismo. Se metió en la cama y trato de dormirse: aun aquellas preguntas merodeaban su cabeza.

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Ya habían pasado semanas, si no es que meses, desde la llegada de Alex a su casa. No era como si le molestase, pero si intervenía mucho en su vida tanto deportiva como escolar. Pero no protestaría, vivir con ella le había traído mucha diversión, además de que le permitió enseñar aun más cosas para su juego.

                —Muy bien—Dijo el profesor—, Voy a revisar su tarea de japonés tradicional

                “¡Mierda!” Pensó Kagami preocupado “La olvide por completo por estar practicando con Alex”

                —Ey Kuroko—Susurro sin mirar atrás—, Pásame la tarea… —Sin respuesta—, ¡Kuroko! —Silencio, esta vez volteo a ver atrás suyo—, ¿Kuroko?

                El asiento estaba vacío.

                “¿Kuroko falto a la escuela? ¿Eso es posible? ¡Él siempre está aquí! Estoy seguro de eso…” Comenzó a recordar los últimos días “Bueno, ya no estoy cien por ciento seguro. Por irme con Alex no he hablado con él por varios días…”

En un intento de recordar que había hecho los últimos días, Kagami recargo su cabeza en su mano derecha mientras miraba a la ventana. Lo que alcanzo a ver entre algunos arbustos lo sorprendió mucho.

                — ¿Kuroko y Aomine?

Al parecer ambos se habían saltado todo un día de clases; algo comúnmente conocido como pinta.

                Pero aquello no fue lo más raro para él… Lo más raro fue...

                — ¿Kuroko esta sonriendo…?

Notas finales:

¿Y bien? ¿Qué tal? ¿Dudas/Comentarios/Sugerencias? Ya saben, dejen RW

Lamento la demora, he andado un poco ocupada estos días D: Bien, para las que se pregunten “¿Dónde demonios quedo Kagami en esto? ÓnÓ” No se preocupen xD el capítulo que sigue es solamente para él (Y obviamente Kuroko) xD Digamos que me tuve que enfocar bastante en Aomine para el desarrollo de esto.

Tengo una pregunta para todas/os ustedes; ¿Quieren que aparezcan algunas otras parejas? ¿AoKise, KasaKi o KiKasa, KiKuro? –Refiriéndome a poco Fan service, digamos que no saldrían mucho o casi nada, porque la historia se va más enfocada a los otros tres- Me lo piden y pues no se que hacer :S Espero y me ayuden a aclarar esto :S :D De ante mano gracias.

 

Espero actualizar pronto. ¡Muchas gracias por leer y Adiosito!


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