Cada chico se encontraba en su respectiva vivienda, cada uno acostado en sus camas mirando fijamente el techo. Los tres eran conscientes de lo que empezaban a sentir; Aomine y Kagami por Kuroko, y este por ellos. Mientras los otros dos tomaban la iniciativa de conquistarlo, el peli-azul no sabía a cual elegir. De principio, no entendía ni siquiera a quien quería como amigo, de quien se había enamorado…
Había duda en su corazón; si desde un principio le hubieran dado a elegir entre Aomine y Kagami, sin dudarlo escogería al segundo… Pero en esos momentos no se podía dar ese lujo, no después de haber convivido tanto con el primero.
La impotencia se apoderaba de su ser, sin poder evitarlo las lagrimas se derramaron por sus mejillas, dejando un rastro que se marcaba hasta perderse en su cuello. Su respiración se volvió pesada. Buscando una posición más cómoda para dormir, Kuroko se giro; su mano derecha quedo debajo de la almohada. Las lágrimas seguían cayendo. De pronto todo se volvió oscuro; se había quedado dormido.
Tanto Aomine como Kagami seguían despiertos pensando la manera de conquistar a Kuroko, su mirada se encontraba pérdida en el techo, ambos brazos cruzados debajo de sus cuellos. Una pequeña lágrima escurrió de sus ojos, tomándolos por sorpresa, sacándolos de sus pensamientos.
“Existen personas que dicen, que cuando lloras sin razón aparente, es porque el amor de tu vida está llorando”
Ninguno de los dos tenía idea de la existencia de ese “mito”, mucho menos sabían que, en ese preciso momento, Kuroko lloraba hasta quedarse dormido.
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Cuando Kuroko salió de su casa para dirigirse a la escuela se topo con Kise, le dio los buenos días y emprendieron su camino a sus respectivas preparatorias. Normalmente, el peli-azul no era de los que hablaban mucho, se limitaba a dar alguno que otro comentario cuando era necesario, fuera de ahí, siempre estaba callado. Pero esta vez fue distinto. Por más que Kise trataba de sacarle alguna palabra o comentario, lo único que recibía a cambio era un silencio profundo.
— ¿Kurokocchi?
Silencio.
—Kurokocchi, ¿Qué sucede? —Kise se detuvo en seco, logrando que Kuroko se detuviese, más en ningún momento lo volteo a ver—, andas muy raro. ¡Sabes que, en cualquier cosa, estoy ahí para apoyarte o escucharte!
—…
— ¡Por favor Kurokocchi!... ¡Somos amigos!
—…No sé qué hacer, Kise-kun
— ¿Sobre qué?
La caminata se puso en marcha nuevamente, mientras avanzaban Kuroko hablaba.
—No entiendo que siento por Aomine-kun y Kagami-kun
— ¿…A qué te refieres…?
Justo cuando pensaba contestar, era tarde, ya era momento de que cada uno se fuera por su camino para llegar a su institución. Prometiendo hablar después, Kuroko dejo a Kise con duda. Era su amigo y quería ayudarle de alguna manera. Antes había dicho que tenía que ver con Aomine y Kagami, siendo el primero una persona con la cual estaba más acostumbrado a hablar, en cuanto saliera de clases iría en su búsqueda, necesitaba ayudar a su amigo de alguna manera.
Para su suerte, ese día el entrenamiento se había suspendido por un compromiso de su entrenador. En cuanto salió de clases fue a Touou, espero pacientemente en la entrada hasta que vio a Aomine.
—Yo, Aominecchi—Kise miro a un lado—, Momocchi
— ¡Ki-chan!
— ¿Podrías evitar decirme así?
—Pero Ki-chan, es Ki-chan…
—…
— ¿Qué haces aquí, Kise?
Kise miro rápidamente a Momoi e inmediatamente sonrió; Aomine comprendió que quería hablar sobre algo de lo cual la peli-rosa no debía enterarse, no, más bien, no era necesario que ella supiese.
Con la falsa excusa de estar aburrido, los tres fueron a comprar algo de comer en una tienda cercana. De manera “inconsciente” tomaron rumbo a la casa de Momoi, una vez estando frente a ella, la dejaron ahí y ambos se apresuraron a irse para no ser interrumpidos en su plática.
—Esta más que claro que no viniste solo porque estabas “aburrido” Kise.
—…
— ¿Qué es tan importante como para que Satsuki no se entere?
—Tiene que ver con Kurokocchi
— ¿Tetsu? ¿Qué sucede con él?
Estaba empezando a oscurecer, el crepúsculo estaba presente. Ambos se detuvieron en un parque de recreación cercano a la casa de la chica. Rara vez ese lugar se encontraba solo, pero en ese momento era la excepción. El viento comenzó a soplar fuertemente, lo suficiente como para desacomodar sus ropas.
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Estaba mucho más cansado de lo habitual, pero no físicamente, estaba exhausto mentalmente. Todo el día se la paso meditando cuidadosamente sus sentimientos, para su mala suerte no llego a una conclusión. Seguía en las mismas, ¿Qué sentía exactamente por cada uno?
Por una parte estaba el hecho de que se había enamorado a primera vista de Kagami, y, con cada cosa que él hacía, no importaba lo mínima que fuera, ese sentimiento crecía y crecía sin control alguno. Pero, por el otro estaba lo que Aomine estaba haciendo por él; durante todos esos días que Kagami se distancio, él se mantuvo a su lado: lo cuido cuando se desmayo en medio de un juego e inclusive, le había mostrado una faceta completamente nueva.
El chico se encontraba en su casa, estaba completamente solo, aprovecharía ese silencio para relajarse un poco.
Queriendo despejar un poco la mente, Kuroko se puso a jugar con Nigou un rato. De inmediato vinieron los recuerdos de la sonrisa de Aomine; soltó al perrito y fue a la cocina. Abrió el refrigerador y encontró una malteada de vainilla, estuvo a punto de tomarla cuando, rápidamente llegaron los recuerdos con Kagami.
Aquello ya sobrepasaba los límites.
Él solamente quería descansar un poco de todo; años antes nunca se había tenido que preocupar por los sentimientos hacia el exterior, ¿Por qué tenía que pasarle ahora? Poco a poco los pensamientos se alejaban remplazándose con un fuerte dolor en el pecho, el cansancio que sentía ya no era tanto Mental, más bien se convertía en físico.
Todo se volvió oscuro en cuestión de segundos.
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Cuando despertó se encontraba tirando en el suelo de la cocina, parte de su cuerpo estaba manchado con malteada que dejo caer a un lado. ¿Qué había pasado? Ah, claro. Algo similar a lo de la otra vez, sin embargo, esta vez nadie estuvo con él. Eso le hizo sentirse algo solo; lo hizo sentirse mal.
Mientras se levantaba y buscaba algo para limpiar, se puso a pensar en la sensación que había sentido. En efecto, era la misma que había tenido desde que recordaba hasta los diez años; siempre solo, como si a nadie en el mundo le importase realmente. Cuando conoció a Kise ese sentimiento de soledad se desvaneció un poco, más no completamente.
Era extraño, pero desde conoció a aquel par, ese vació se había ido. Un pensamiento extraño cruzo su mente, “Si elijó a uno… Pierdo al otro” Era algo que no quería que sucediese, si faltaba uno de ellos, ese vacío volvería y no se iría. Necesitaba de ambos. No quería escoger; pero no tenia opción, tarde o temprano algo lo obligaría a decidir, y eso era lo que menos deseaba.
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Kise caminaba a casa con cierto alivio. Después de hablar con Aomine algo le había traído paz: ya estaba más seguro de cómo hablar con Kuroko después.
~~~~Veinte minutos antes~~~~
— ¿Y bien, Kise?
—Lo siento Aominecchi—La voz de Kise se torno seria, para luego terminar en lamento—, Ya olvide que quería decir
— ¡Muérete!
—…—Nuevamente su mirada se torno seria—, Bueno, por lo menos eso diría si fuese algo estúpido. Pero en este caso no es así.
—Oe, Oe. Me estas asustando con tanta seriedad
— ¿Eh? ¿Por qué?
—Normalmente eres un idiota que se la pasa en bromas, que hables así es raro
— ¡Que imagen tan cruel tienes de mí, Aominecchi!
— ¡Muérete! —Aomine se estaba molestando—, Si solo pensabas decir estupideces ya mejor me largo
—Yo no vine a hablar de estupideces, vine a hablarte de Kurokocchi—Su sonrisa y tono de voz se volvieron sarcásticos—, pero si no te importa por mí no existe problema; Kurokocchi puede quedarse con Kagamicchi así de fácil
Kise podía ser una persona muy divertida; pero estaba más que claro que él tenía muchas facetas, era capaz de provocar a cualquier persona con unas cuantas palabras, era manipulador y, con las personas que no le agradaba, era de corazón extremadamente frio y duro: casi semejante a una roca.
—Oe, ¿Ahora de que hablas? ¿Kagami con Tetsu? ¿Estás loco? Ese imbécil no se da cuenta de lo que siente Tetsu ni aunque él mismo se lo diga de frente.
—A mí parecer, si le presta atención lo captaría en un dos por tres.
—…
Kise se dio la vuelta, se acerco a unos columpios y se sentó en uno de ellos. Aomine le siguió, más no se sentó, solamente se detuvo enfrente del otro.
—Lo que es peor para ti—Comenzó a balancearse levemente—, Kurokocchi le sigue queriendo, si Kagamicchi le llegase a corresponder aunque sea en lo más mínimo, es mejor que te vayas despidiendo de él
—Tú… ¿Cómo sabes que le sigue queriendo?
— ¿Qué no es obvio?
—…
—Bien, mi punto no era ese; solo es como una advertencia para ti—Kise se levanto nuevamente. Aomine se asusto un poco por el repentino movimiento; el chico se acerco y con su dedo índice le dio un leve golpe en el pecho—. ¿Tú que sientes por Kurokocchi? Y lo que es más importante, ¿Realmente vas en serio con él o solo juegas? Porque si es de esa manera, no permitiré que te le acerques más.
—Heh—Aomine sonrió burlonamente, con su mano derecha le dio un golpe a la mano de Kise—, Para empezar, ¿Tú que sabes sobre lo que siento?
—Reconozco que eres una persona muy fría y que es sumamente difícil leer tus sentimientos; pero no es algo imposible.
—…
—Con la simple mirada llena de calor que le brindas a Kurokocchi me basta—Esta vez sonrió levemente—, tu manera de comportarte, como le hablas, entre otras cosas me hacen darme cuenta.
—…Ahora veo que eres listo, y además observador
— ¡Que cruel!
—Solamente hay un detalle que no me gusta—La misma mirada que Aomine ponía al jugar, la puso en este momento—, me preguntas que si voy en broma con Tetsu o no, que si le quiero o no; con toda esta mierda que me acabas de decir, ¿Tú qué crees? ¿Eres idiota?
—¡…!
El viento comenzó a soplar nuevamente, el sol se había ocultado por completo; esta vez era remplazado por la luna. La mirada que Aomine tenía era realmente sincera, llena de vida, Kise supo que no tenía nada e que preocuparse; ese chico no sería capaz de jugar con nadie. Podía parecer muy rudo, pero en el fondo era una persona muy buena.
—Si solo venias a hablar de eso, mejor me voy yendo—Se dio la vuelta y camino a su casa—, Adiós
—… ¡Aominecchi! —Grito, sin darse la vuelta, Aomine solo se detuvo—, No bajes la guardia. Tal parece que Kagamicchi también comenzó a sentir algo por Kurokocchi, me di cuenta el día que lo conocí…
Como si no lo hubiera escuchado, Aomine se puso en marcha de nuevo. Kise sonrió para sus adentros. No había razón para preocuparse. Estaba más que claro que no lo dejaría así como así.
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Llego a su casa, lanzo su bolso de la escuela al sillón y se dirigió a su cuarto. Se encerró, cambio su ropa por algo más cómodo y finalmente; se puso unos audífonos, lo conecto a su Mp3 y puso su pista Favorita “Perfect Copy” comenzó a tararear levemente.
Al finalizar esta canción, escucho su celular: lo estaban llamando, y no era cualquiera, se trataba de Kuroko. De inmediato se quito los audífonos y contesto
~~~~~~Comienza llamada~~~~~~
— ¿Hola, Kise-kun?
— ¡Kurokocchi! ¡Hola, ¿Qué sucede!?
— ¿Recuerdas lo que hablamos esta mañana?
—Sí. ¿Por?
— ¿Quieres pasar la noche en mi casa? Así podremos terminar de hablar
— ¿¡En serio!? Llego en unos minutos
—Te espero, adiós.
—Adiós.
~~~~~~Finaliza llamada~~~~~~
En menos de dos minutos ya tenía guardada su ropa en una mochila, bajo a pedir permiso con sus padres: en cuanto lo obtuvo salió prácticamente volando de su casa.
En cuanto llego a aquella casa, como siempre sucedía, era bien recibido. Como salió de su propia casa sin haber cenado antes, no dudo en aceptar lo que le ofrecían. Como ya era costumbre desde hace seis años, él traía muchas sonrisas a esa casa.
Una vez que terminaron la cena, él y Kuroko entraron a bañarse juntos, se pusieron algo para dormir, y se encerraron en el cuarto. Finalmente era momento de poner las cartas sobre la mesa.
Los Futones se encontraban juntos, ambos chicos sentados frente a frente.
— ¿Y bien? ¿Qué sucedía con ese par?
—… Ya no lo sé Kise-kun
—…
—Tuvo que pasar un tiempo para que asimilara lo sentía por Kagami-kun, y cuando lo hice algo paso y me quise alejar de él—Pausa. Kise permanecía en silencio—. Es en ese momento cuando llega Aomine-kun; he pasado varias cosas con él que me hicieron sentir un tanto extraño… No entiendo que sucede, no sé de quién me enamore o a quien quiero de amigo.
—…
—Lo único de lo que si estoy seguro; es que no quiero perder a ninguno
—…Já. Ya entiendo que pasa; Kurokocchi se enamoro de ambos.
— ¿Eh?
—Te enamoraste de los dos; con Kagamicchi fue a primera vista, de Aominecchi fue por su persona en sí, no puedes decidir porque ambos te conquistaron de alguna forma.
—…
Kuroko permaneció en silencio; ¿Eso era posible? Los siguientes minutos se mantuvo algo distante pensando en lo que había dicho su amigo. La hora de dormir llego, ambos se acostaron en los Futones, en menos de diez minutos ya estaban dormidos.
Entre sueños, el peli-azul sintió como Kise se acercaba a él y le abrazaba; ya se le hacía extraño que se estuviera tardando, todas las veces que se quedaban a dormir juntos Kise se aferraba a él y no lo soltaba, no importaba lo que pasase a su alrededor.
Cuando dejo de sentir movimiento a su alrededor logro dormir profundamente.
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Para su suerte, ese día se suspendían todas las clases; aprovecharía para invitar a Kuroko a salir. Por supuesto que Kagami no desaprovecharía esa oportunidad.
Previamente le había preguntado a Kise donde vivía Kuroko con la excusa de que cuando faltase iría a preguntar las tareas. Eran alrededor de las nueve de la mañana, seguramente el peli-azul ya estaba despierto.
Nada podía arruinar su ánimo en esos momentos.
Justo cuando estaba a tres casas del chico, logro ver a la misma distancia de cercanía a la casa, a nada más y nada menos que Aomine; quien seguramente iba con la misma intención de invitar a Kuroko a salir.
El humor de ambos se había desvanecido.
Llegaron a la entrada de la casa al mismo tiempo.
— ¿Qué haces aquí, Bakagami?
— ¿Hah? Eso debería preguntártelo yo
—Yo vine por Tetsu
—Estamos en las mismas
Empezaron a pelear; debido a los ruidos que provocaban, la madre de Kuroko salió a ver, cuando los chicos escucharon que la puerta se abría, dejaron de pelear y fingieron llevarse bien. Encantada con ambos chicos, los cuales le dijeron que solo era una vista ocasional, la mujer los dejo pasar e indico donde se encontraba la habitación de su hijo.
Los padres salieron con prisa de la casa, al parecer un familiar se encontraba en el hospital. Ambos chicos se quedaron solos con Kuroko…O por lo menos eso pensaban.
Se brindaron unas miradas llenas de odio, y, como si se tratase de una carrera, empezaron a buscar la habitación de Kuroko. Aomine llego primero puesto que él ya había estado ahí anteriormente. Kagami se encontraba detrás de él. Ambos abrieron la puerta de un golpe.
Lo que encontraron los hizo sentir deseos de matar a una persona por primera vez en su vida.
Tanto Kise como Kuroko se encontraban dormidos: Kuroko dormido bocarriba, completamente recto, inclusive sus manos estaban cruzadas frente a su estomago, Kise lo abrazaba apegándolo a su pecho, sus piernas se aferraban fuertemente a la cadera del pequeño, como si temiese que alguien se lo robase.
—Kiseee—Gruño Kagami
—Estas muerto—Termino Aomine
El nombrado despertó al sentir peligro. Lo que vio al abrir los ojos era al par de chicos de los cuales su mejor amigo se había enamorado con las manos hechas puño dirigiéndose a él. Sintió mucho miedo por lo que venía.