El oficial general a cargo del caso Pink Edition, Park Chanyeol sabia que estaba jugando en territorio peligroso si se metía en el asunto de buscar la red de ediciones ilegales. No quería morir, pero tampoco quería que esos mugrosos le hicieran algo a varias personas que buscan la perfección barata.
Sentado en la esquina de su mesa de hierro con su café tibio a medio tomar con la mirada fija en su tablero de pared viejo marca samgung, fue la primera edición que recibió hace años y tiene malas gráficas de baja resolución pero le ha servido desde que tiene memoria. Respiró profundo cerrando sus ojos y apretándose el puente de la nariz con sus dedos, eran las dos y media de la madrugada en Seúl, con la vista somnolienta buscando pistas por el mapa completo de los callejones esperando a que mágicamente pueda aparecer una respuesta para esto.
Chanyeol solo quería en estos momentos tirar los papeles de su delgada mesa de hierro y acostarse hasta que sea de mañana (Una muy mala idea porque su espalda le dolería).
«Prefiero dejar esto para después» -Pensó.
Paso la mano al aire y apago el tablero. Abrió su maletín y metió los papeles y carpetas de otros casos mas este, lo cerro y agarro su taza de café y antes de tomarla vio la luz reflejada en ella como si fuera la única luz en el lugar, olió el café y boto el liquido en la basura, dejo su taza y apago la luz con un chasquido. Las puertas tenían una tecnología que sabía cuando salias y cuando entrabas, no necesitó hacerlo como antes. Estamos en el siglo XXII, por favor.
El oficial Chanyeol no tenia auto para ir de su trabajo a su departamento de soltero, solo tenía el auto de la policía cuando se declaraba una emergencia al 911. Vivía en un callejón no tan seguro para un oficial como él. Uno pensaría -Wow, eres policía y no tienes nada de seguridad en tu hogar ¡Comparte una casa! - Chanyeol prefería un lugar barato para vivir y morir solo desde su incidente que con solo recordar un poco ya empezaría a llorar.
Caminando vía a su pequeño hogar se quedo esperando en la parada del autobús en plena calle, solo con la luz de la luna y el faro parpadiante de la esquina como su único apoyo a ver las frías y húmedas calles del barrio. Respiró pronfundo y exhaló el aire ocupado en sus pulmones haciendo que el vapor saliera de sus rosados labios.
Una pequeña figura parecida a la de una mujer sin caderas se dirigía cerca del oficial, su gran abrigo negro junto a un tapabocas negro no dejaba ver bien su cara más su cabeza baja, la cabellera rubia con reflejos rosados claro era lo único a la vista, alzo un poco la cabeza y pudo notar el oficial que la figuja que creía que creía que era mujer, pues... resulto ser un hombre. Sus ojos delineados a la perfeción era lo mas hermoso que podía ver Chanyeol en este momento.
«Rosado...»
Chanyeol odia el rosado.
Chanyeol odia el cabello del chico.
Desvió la mirada a otro lado para no pensar en ese molestoso color...
El bus llegó y el chico que se acercaba a él se adentro al bus rápido sin importarle la precencia de Chanyeol. Chanyeol entro después de él y vio que estaba lleno al tope, sujetó en los agarres colgantes del techo. Las puertas se cerraron y la gente empezó a empujar haciendo que el gran cuerpo de Chanyeol fuera el resaltante entre toda la gente. Enserio, un hombre de casi 2 metros resaltaría entre el mar de gente pequeña que llegaba hasta su cuello y mas abajo.
Una pequeña mano se coloco en en antebrazo musculoso del oficial, vio la mano y parecía de una mujer con un perfecto manicure sin esmalte de uñas en ellas, un lunar en el pulgar fue lo que considero Chanyeol algo muy lindo haciendo que sonriera; bajo la mirada y su sonrisa desaparece al ver que era el chico de la cabellera rosada.
Chanyeol odia el rosado.
Estaba tocándolo y Chanyeol con asco solo dejo que se quedara allí, no por cortesía sino porque la mano se sienta caliente al tacto de su chaqueta negra.
En todo el trayecto desde la parada del autobús hasta la panadería que quedaba a una cuadra del departamento de Chanyeol estaba el chico bajo agarrado de su extremidad. El bus paro y Chanyeol salio de primero sin importarle nada y nadie, no quería ver mas al cabello rosado.
«Ugh... Rosado»
El único sonido que había en la caminata eran los pies de Chanyeol; se hizo la idea de que esa el único...
Atrás estaba alguien acompañandolo.
Miro detrás de su hombro y estaba el mismo chico de la parada persiguiendolo.
El oficial apresuró sus pasos y paso su mano derecha teniendo su aerosol de pimienta listo por si llegaba a pasar algo malo.
Estaba ya cerca de la entrada de su departamento, suspiro aliviado y saco el chip de su pantalón accediendola a la cerradura. Vio detrás de él que el chico de cabellera rosada no lo estaba persiguiendolo al él, paso de largo entrando a un callejón oscuro desapareciendo entre las sombras.
Entro a su hogas dejando el portafolios en el mueble cuero color marrón. Sin hacer tanto ruido y prender las luces de la sala para no despertar a Kyungsoo, su compañero de soltería y mejor amigo.
Entro a su habitación y se tiro a la cama de espalda, sentía como si ángeles masajeran su espalda haciendo que cerrara los ojos lentamente. No le importo bañarse o quitarse la ropa, solo quería descansar en la cama que compartía con su gato Yoyo.
Chanyeol al cerrar los ojos y caer en los brazos de Morfeo lo único que pudo ver era rosado.
Paredes rosadas.
El chico pequeño de la cabellera rosada.