Capitulo 1.
-Louis, deja de bobear con tu teléfono móvil y termina de una vez de comer.- exigió Jay, expresada y de mal humor, pues Louis no dejaba de mensajear con quién sabe quién sobre quién sabe qué, todos terminaban la comida en ese momento y Louis era el único que no había tocado apenas nada.
-Sí, ya voy.- respondió, mientras escribía a gran velocidad sobre el teclado de su móvil.
-Mamá, iré a casa de Ruth.- anunció Fizzy, y sin esperar respuesta, se levantó de la mesa y salió por la puerta. Jay suspiró mirando a su familia. Lottie era su hija mayor, aparte de Louis, claro. Y ella era la única que trabajaba, Louis era un vago.
-Mamá! Doris se hizo del baño!- anunció una gemela, más especifico, Daisy. Quien había notado el mal olor.
-Mamá! Ernest se hizo del baño!- repitió la otra niña adolescente, Phoebe.
-Entendí a la primera. Ahora vayan a jugar al patio si quieren.- respondió la mujer, ellas asintieron al unismo y se marcharon del lugar. Dejando sólo a Louis y su aparato, a los gemelos y a Jay molesta.
Ernest empezó a llorar, seguido de inmediato por Doris.
-Mamá, iré al muelle!- anunció Louis, y sin esperar respuesta, salió corriendo de la casa.
-Louis! Aun no terminas de...!- ella mejor guardó silencio, esta casa era de locos y tenía que calmar a los bebés. Suspiró, decidiendo empezar por Doris, quien parecía estarse muriendo por atención inmediata. Ernest siguió llorando y Jay se maldijo a si misma por su capacidad de proquear demasiado rápido.
La vida de una madre, no es fácil. No lo es.
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Louis suspiró apenas llegó al muelle de la casa de su tío Rupert, el aire estaba cálido en ese momento y la brisa fresca, daba una sensación única. Como siempre. Su tío estaba en un bote de madera atado ahí en la orilla, sacando su equipo de pesca, mientras silbaba animado una canción. Louis le ayudó a sacar la caña de pescar.
-Encontraste algo, tío?- preguntó, mientras le tendía la mano para que saliera. Rupert le cogió la mano y salió.
-No sé qué pasa últimamente, habrá marea roja? Lo dudo. Pero todo lo que he logrado pescar vivo no es más que pescados moribundos. No entiendo por qué salen muertos.- Rupert se escuchaba preocupado, y Louis ya de por sí estaba asustado. Eso no era normal.
-Crees que sea el agua?-
Rupert negó y empezó a recoger sus cosas. -Lo dudo, sabes que mi hijo se baña en la playa todos los días, incluso hay veces en que Rose deja su estado de adolescente hormonal y también se pone a bañar con Hugo.- para cuando terminó de hablar, ya había recogido todo lo suyo.
-Bueno, algo les estará haciendo mal.- opinó, no sabiendo qué decir.
Rupert asintió, mientras empezaba a alejarse. -Por cierto.- se detuvo a unos tres metros y volteó. -Emma me dijo que tenía que hablar contigo. No sé, parece de algo que tiene que ver con la biología marina.- se encogió de hombros.
Louis sonrió, alcanzado a su tío. -Mi tía está en casa?-
-Ella está en casa.- confirmó, mientras empezaba a caminar de nuevo.
Louis lo siguió, sonriendo mientras miraba al frente la gran casa grande de sus tíos. Ellos eran personas geniales, Emma, la esposa de su tío, era una mujer hermosa de cabello castaño y ojos miel, ella no había perdido su figura a pesar de ya tener dos hijos. Y Rupert, su tío, era hermano de su madre Jay, aunque su madre se parecía a su abuela y Rupert a su abuelo, pues era delgado, de estatura baja, incluso Emma era más alta, se burló. Y su cabello era castaño, casi naranja, más pelirrojo natural que otra cosa. Louis suspiró, lo único que destacaba en los Tomlinson eran los ojos azules, pues todos y cada uno de ellos tenían esos mismos ojos. Incluso él.
Al llegar, se encontró a Hugo, súper parecido a Rupert, jugando en una vídeo consola en la televisión de la sala. Su primo tenía unos diez años.
-Emma!-gritó Rupert, caminando hacia su habitación especial al fondo de la casa, pues ahí guardaba todo su equipo de pesca. Louis caminó a la sala y se sentó, mirando a Hugo jugar como todo un experto.
-Hola Louis.- saludó, mientras sacaba su lenga levemente y fruncía las cejas, concentrado.
Louis rió por lo bajo. -Hola Hugo.-
Lo ignoró.
Louis rodó los ojos y decidió que tenía sed, así que se levantó del sillón donde se acababa de sentar y fue a la cocina, buscado un vaso de agua. Abrió el estante donde estaban los vasos y agarró uno,para después servirse del botellón que ahí había. Llevaba la mitad del vaso cuando su tía Emma entró a la cocina, vestida en traje y bien peinada, un labial rojo profundo pintaba sus delgados labios y una capa de leve maquillaje le adornaba la cara, en definitiva, su tío Rupert era afortunado. Ella sonrió apenas lo notó.
-Louis, hola. Cómo estás, hijo?- preguntó, sentándose en la barra que daba vista a la cocina.
Louis sonrió y se sentó también en la barra, pero del lado contrario, del lado que daba a la sala, quedando así enfrente de su tía.
-Hola tía, bien. Y usted?-
-Oh, muy bien. Rose es la única que da problemas de vez en cunando.-
Louis rió. -Entiendo, Fizzy está igual, no quiero estar ahí para cuando las gemelas empiezen también.-
Ella rió al igual que Louis.
-Mi tío Rupert me dijo que usted..- empezó, dando la larga.
Ella asintió. -Tienes razón, Louis, es verdad que estas buscando trabajo?-
Louis asintió, poniendo atención a lo que su tía Emma le iba a decir.
-Lo que ocurre es que últimamente los pescadores de la zona empiezan a quejarse por no pescar decentemente. Pescados, camarones he incluso pulpos muertos. He estado investigando el agua, ya sabes, pero no es eso. Y bueno, tu trabajo aquí es sencillo. Te gustaría ayudarme a conseguir más pruebas?- ella sabia que Louis desde chiquillo siempre estuvo en el agua, era una ventaja que vivieran cerca del mar, incluso sabia que ahora el chico pasaba todos los días por su muelle. -Quiero decir, no es trabajo para la universidad, no. Es para mí, yo te estoy dando el trabajo.-
Louis estaba encantado, en serio que sí. Miró a su tía. -Qué tengo que hacer?-
Ella sonrió. -Bueno, para empezar. Necesito muestras de cualquier cosa, de algún animal muerto que encuentres, del mar.-
-No han sacado muestras ya de eso?-
-Sí, en la universidad los chicos me han sacado demasiadas muestras, pero yo necesito a alguien que sí este familiarizado con eso. Quiero decir, tu sabes cuándo el mar esta normal y cuándo no. Tu miras cosas que los demás no ven. Me entiendes?-
Oh, era eso. Louis asintió.
-Me alegro.- ella parecía feliz. -Sé que contigo voy a sacar otras cosas.-
-Qué tengo que hacer? O... Dónde puedo empezar?-
Ella sonrió. -Ahora sólo explora la playa, como siempre.- miró la hora. -Ven aquí a las once de la noche, que es cuando llego. De acuerdo? Hablaremos de tus pagos y del tiempo. Me tengo que ir.-
-Aquí nos veremos.- sonrió. -Nos vemos tía!-
Ella se despidió de todos y se fue. Louis se quedó ahí sentado, pensando en su nuevo trabajo. Ya era hora, se decía, pues en casa su mamá ya le había dicho que, o trabaja y dejaba de andar de vago, o entraba a la universidad. Louis no le dio respuesta, pero ahora la tenía. Sonrió.
Rupert salió desde atrás de la casa, y lo miró.
-Emma te ha dado el trabajo.- adivinó.
Louis asintió.
-Me da gusto, puedes usar el bote un rato.- le animó.
Louis agradeció y salió de la casa, caminando decidido hacia el bote de sus tíos. Se montó en el de un salto y con ayuda de unas remas de madera, se alejó lo suficiente de la orilla para prender el motor.
Unos cinco minutos a toda velocidad y Louis ya no miraba la casa de sus tíos. El día estaba cálido pero el sol no molestaba tanto como otras veces, así que Louis estaba disfrutando de la brisa fresca. Miró a su alrededor, el mar azul, el brillo del agua a causa del sol en lo alto del cielo. Realmente no tenía ni idea de lo que estaba pasando, pero bueno. Trabajo era trabajo. Suspiró y tiró la pequeña ancla que su tío tenía en el bote, para mantenerse en el mismo lugar y luego apagó el motor. Una vez hecho, se tiró sobre el bote y se puso unos lentes de sol que Rupert debió haber olvidado.
Un golpe en la parte de abajo del bote lo hizo tambalearse y despertar, oh, no sabia en qué momento se había dormido, pero lo hizo. Se quitó los lentes de sol y se frotó la cadera, Jesús, le dolía por la mala posición, una brisa caliente de su alrededor lo hizo levantarse y mirar a sus lados, todo parecía normal. Parecía.
Un extraño movimiento a unos metros de él lo hizo entrecerrar los ojos, notando como un chico parecía desesperado por tratar de liberarse de algo.
Y Louis notó algo, y eso era que estaba debajo del agua, apenas se notaba su cabeza y parte de sus hombros. Louis se asustó y miró al rededor, no había ningún bote cerca ni a lo lejos. Iba a tirarse al agua a ayudar cuando el chico se liberó y nadó deprisa a otro lado, aun debajo del agua, se miraba muerto del miedo.
Entonces lo miró. Lo miró con una penetrante mirada oscura debajo del agua, el chico retrocedió poco a poco, sumergiéndose un poco más a cada paso.
-Hey! Cuidado! Yo te ayudo!- se aventó al agua, pensando que el chico no sabía nadar y se estaba hundiendo.
No estaba para nada preparado para lo que miró a continuación.
Ojos verdes esmeralda, pecho y abdomen bien formado, retrocediendo a gran velocidad. Louis vio como se dio la vuelta y lo notó. Joder, lo vio, lo notó.
Una gran cola de pescado gigante, no diferenció el color, pero era clara, alejándose cada vez más rápido, a toda velocidad.
Salió a la superficie y nadó al bote de regreso, se metió y miró el mar, por donde segundos antes había visto al chico luchar contra algo invisible, no había nada.
Pero....
No.
Joder no. Era su imaginiacio, era mentira. Era imposible. Era...
Era real.
Lo había visto.
Lo había visto!
Había visto lo que por tantas generaciones de muchas personas que él creía estúpidas habían afirmado ver.
Una sierena, en este caso, un tritón.
Un tritón.
Louis miró sus manos y notó que temblaban. Necesitaba ir a beber algo, lo necesitaba. Prendiendo el motor, subiendo la pequeña ancla y dando un ultimo vistazo a su alrededor, Louis se marchó a toda velocidad hacia el muelle, muchos pensarían que no sabia hubicarse en el mar, pero no, él había vivido casi toda su vida ahí, así que sabía hubicarse por instinto.
Al llegar, amarró el bote al muelle y salió de ahí, sin avisar ni despedirse, se fue de ahí en busca de su mejor amigo Calum, el chico que vivía a tres casas de la suya.
No sabia qué le pasaba, quizás era el shock o quizás era el shock, o igual y era el shock. Se rió de sí mismo y notó que su teléfono estaba en su volcillo trasero.
Mierda.
Alarmado lo sacó y se dio cuenta de que no servía, así que le quitó la tarjeta de memoria y el chip y lo tiró por ahí.
Se detuvo, mirando que estaba en la entrada de su casa, y por la posición del sol, debían ser como las siete.
-Louis, calma.- se dijo, aún ignorando lo que sentía con respecto a lo que vio. Olvidando que iba a obligar a Calum a invitarle unos tragos, entró a su casa.
Jay estaba sentada de la sala pegada al teléfono, de seguro hablándole a una de sus amigas. Ni le prestó atención, miró al rededor, desde atrás, en el patio de la casa, escuchaba a sus hermanas jugar, supuso que Fizzy seguiría con Ruth y que Lottie aun no llegaba del trabajo.
Se quedó ahí parado, con la mente en blanco.
-Louis? Estas mojando el piso, vete a dar un baño, apestas.- su madre le obligo a moverse, asiéndolo reaccionar, parpadeó. -Estas bien?- ella lo miraba con ojo crítico.
-Err... Qué?- su mente se aclaró, y notó que seguía en el mismo lugar.
Oh, mierda.
-Louis, estás bien?-
El asintió y se fue de ahí.
Jay lo miró alejarse y pensó que los jóvenes siempre crecían y actuaban a su manera, se encogió mentalmente y se dirigió a la habitación de los gemelos.
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Después del baño, Louis estaba acostado en su cama, con un brazo sosteniendo su cabeza y una pierna colgando de su cama.
No quería pensar, pero lo hizo.
Ojos verdes, cuerpo pálido, el chico alejándose, la cola de pescado clara.
Cerró los párpados, él no quería creer eso, no quería ser otro aficionado más, pero había algo, algo en él que le gritaba: idiota! A qué esperas? Buscale! De seguro y es probable que él frecuente esas zonas.
Y Louis se rindió, le contaría a Calum, y lo obligaría a ayudarle, y después, cuando lo hayan capturado...
Estaba jodido, pues realmente no sabía qué seguía después.
Lo entregaría a las autoridades para que se quedaran con su motín? Obvio no.
Hablaría su idioma de perdido? Lo dudaba.
Bueno, en estos momentos no quería pensar y la cabeza empezaba a palpitar por un dolor de cabeza. Suspiró y decidió dormir un rato.
Ya luego vería quehacer.
Continuara...
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