ANTERIORMENTE.
Bajo su ropa interior; su miembro se levanta ante mi, lo sujeto pasando mi lengua desde su base hasta a la punta repitiendo la acción un par de veces mas para después engullirlo por completo. Siento como pasa por mi garganta causándome leves espasmos, como mi garganta se expandiera para pasarlo todo.
Lo oigo gemir, me hace feliz que yo también pueda hacer que produzca esos sonidos. Paso mis manos al borde su camisa para comenzar a desabrocharla, lentamente y de abajo hacia arriba; una vez el ultimo botón fue retirado me ayuda quitar la molesta prenda. Lo mismo pasa con los pantalones y poco a poco quedamos completamente desnudos.
Me siento algo mareado, las piernas me tiemplan de los nervios; nuevamente acerco mi boca a su miembro chupando y mientras hago pequeños juegos con mi lengua…
CAPITULO 11: Cuando te conocí
Me levanto sin ganas. Nuevamente dormí en casa del idiota, bueno después de lo que ocurrió la noche anterior cualquiera cae rendido. Miro a mi lado, Mari me abraza de una manera casi asfixiante, tomo su mano y la quito con cuidado para salir de la cama.
Estaba desnudo y no tengo ropa limpia en su casa –deberé lavar— digo –parezco ama de casa— vuelvo a hablar de forma molesta. En cuanto me diga algo parecido lo golpeare, solo lo hago porque si lo dejo no solo quedara sucia, sino que la última ves volvió un suéter rojo, VERDE ¿Cómo fue posible? No tengo idea.
Tomo una de sus camisas blancas para taparme un poco mi desnudes. Solo cubro mi ingle y mi pecho dejando a la vista mis piernas, hace algún tiempo me moriría de vergüenza, pero ahora de tantas veces que nos hemos acostado, incluso podría andar desnudo.
Voy a la cocina, tengo hambre y en este lugar son el único que puede preparar algo comestible. Odio cocinar por las mañanas. Giro mi cabeza buscando algo que no necesitara calentarse, saco un trozo de pan y nutella (amo el nutella). Me siento en una silla cerca de la mesa perdiéndome en el sabor del chocolate que amo tanto, quizá amo más a ese chocolate que a Mari, casi acabo cuando siento dos brazos rodear mis hombros –es raro de ti que despiertes tan temprano— dice a un lado de mi oído.
Al oírlo regreso la vista dándole un beso en la mejilla manchándola del chocolate –hoy tengo escuela— le digo a pesar que es más que obvio que no iré; no solo por lo que sucedió ayer; también me quede dormido y ya no alcanzo a llegar. Él no me respondió, comenzando besar levemente mi cuello. Tomo el pan con nutella y se lo pego en la cara; comienzo a reír como estúpido mientras me mira de una manera que me deja en claro que esta fastidiado.
Al igual que yo, solo tomo una prenda; él unos pantalones de mezclilla; su abdomen se mostraba sin pudor.
-¡ahh!— lo escucho suspirar sacándome de mis pensamientos pervertidos –como sea… ¿estás bien?— lo regreso a ver; sé a qué se refiere…
–si, aunque fuiste brusco anoche puedo moverme, aunque no tanto como quisiera.
Me mira con la misma mueca de fastidio –sabes que no me refiero a eso— su mirada se relaja al decirme eso –es decir… ¿sabes que día es hoy?— me pregunta, desde un principio sabia a que se refería.
-sí, lo sé— es todo lo que respondo para girar mi cara para seguir con mi nutella –es el dia en el que prometiste quedarte conmigo para siempre— termino con lo que queda de mi desayuno-almuerzo-comida y lo giro mi cabeza mirándolo nuevamente –aunque en este día me suelo deprimir también estoy feliz porque te tengo a ti— se ve algo sorprendido y se podría decir que orgulloso también.
–y yo estaba preocupado porque te lances del balcón— me dice divertido.
En un momento me pongo serio (maldita bipolaridad) –¿Crees que Belly aceptara… ya sabes… el que seamos novios?— ahora mismo es una pregunta estúpida, pero, desde que nos acostamos por primera vez no me lo dejaba de preguntar. Si ella se hubiera opuesto a esta relación yo lo habría aceptado sin ninguna objeción. Para mí, ella siempre fue lo más importante.
–en realidad no se— me responde –pero ella decía que no había nada más importante que su estúpido primito— yo me reí.
–hasta que nació Alan— Alan es hijo de Belly y yo soy su primo, el padre de ella es hermano de mi mama y crecí con ella como un modelo a seguir. Antes había dicho que no merecía hablar de esto, pero ahora parece ser un buen momento.
(no me gusta la palabra flash-back)
Hace más de 5 años; yo tenía 9; vivía en casa de mi mamá y papá; aun no se divorciaban; ellos trabajaban todo el tiempo, Belly se había mudado a casa hacía más de varios años; ella me cuidaba siempre y en poco tiempo nos volvimos muy unidos.
Ella tres años antes que muriera tuvo un hijo al que le puso Alan; el había nacido por un amor que tuvo ella, pero él se había burlado de ella y al final se volvió madre soltera. Cerca de la misma fecha conocí a Mari, al principio nos detestamos, cualquier cosa bastaba para tratar de matarnos mutuamente; la hermana de idiota que me penetro anoche era la mejor amiga de Belly por lo que tenía que verlo a cada momento.
Después de otros dos años de seguir como en ese momento; despertar, ir a la escuela, jugar con Belly, molestar a Mari, comer, jugar otro rato, dormir y comenzar de nuevo; en ese momento no pensaba más a futuro, no sabía que haría cuando ya no estuviera ella a mi lado. Un día llegue a casa y mi madre me dijo “está muerta” en ese momento corrí como el niño que era, me encerré en el cuarto que ocupaba ella, y sin llorar comencé a buscarla, no aceptaba que ella había muerto… cuando me di por vencido, no podía llorar, solamente me quede quieto en medio de la habitación; la persona que llego a consolarme fue el pervertido, el estúpido del que estoy enamorado. Ese día me dijo algo que jamás olvidare “puede que ella ya no esté aquí pero ahora yo te cuidare, por siempre” en ese momento me solté a llorar en él; desde eso momento siempre estuve a su lado, el me cuidaba y me enseño a cuidarme, como me había dicho, no se ha ido de mi lado.
FIN
Ok no XD
-El cuidarme es tu maldición de aquel día— me di un corto beso en los labios.
-te voy a follar— sus manos comienzan a husmear por debajo de la única prenda que tengo puesta, sus manos que manos queman mi piel con cada caricia que me dan; su boca marca su territorio a rededor de mi cuello.
En un movimiento toma mis piernas y me hace cambiar de posición; quedo sentado sobre la mesa que esta frente a nosotros, mis piernas alrededor de su cintura, sus manos me sujetan del muslo sin dejar que las deje caer o las cierre.
Vuelve a mi cuello mordiéndolo levente; yo muerdo mi labio inferior tratando de callar un gemido; sus dientes no me dan trgua, su boca comienza a sucsionar.
Siento que deja caer mis piernas. Hablaba muy enserio cuando dijo que me follaria. Toma mis piernas nuevamente dejándolas muy pegadas a mi abdomen, levanta la camisa blanca con una sola mano dejando ver mis pezones. Estoy jadeante y con muchas ganas de sentir su duro miembro dentro de mi.
Comienzo a sentirlo contra mi entrada; su boca sigue sin despegarse de mi cuello; finalmente comienza a introducirlo, me estremezco al sentir la punta. Mis manos se mueven solas y me aferro a su espalda clavando mis uñas en su piel.
Lo escucho jadear entre mi mandíbula y mi cuello.
De una sola embestida se mete de lleno en mi; arqueo la espalda sin poder controlar un gemido, casi grito, que produzco.
No parece querer darme tregua pues comienza a embestirme, siento como sale casi por completo y vuelve a entrar en mi; está siendo muy brusco, aunque mentiría si dijera que no me encanta que me lo haga así, sus penetraciones son rápidas y feroces, como si quisiera partirme. Si esta fuera mi primera era vez seguro que lo logra.
Siento como se detiene con brusquedad. No se ha corrido, de eso estoy seguro. Me vuelve a girar; esta vez mis pies tocan el piso y mis manos están recargadas sobre la mesa. Sujeta mis caderas penetrándome de nuevo, marca un ritmo frenético y desesperado. No aguantaré mucho si sigue a ese ritmo, además toma mi pene masturbándome a un ritmo más frenético que el de las embestidas. Involuntariamente estrecho las paredes de mi culo, algo que a el parece fascinarle.
Me muerde una vez más haciendo que me desahogue en su mano mientras él lo hace en mi interior. Veo como se lleva la mano a la boca limpiándola de todo rastro de mi semen; muerdo mi labio ante su escena. Toma mi mentón besándome, su lengua se cuela entre mis labios, siento restos de mi semilla en su boca, nuestros labios se acoplan a la perfección y nuestras lenguas batallan dentro de mi boca.