ANTERIORMENTE.
--idiota— mira a la derecha, el cómo discreto que es gira la cabeza levemente, allí esta una fujoshi tomado fotos de los dos chicos que se estaban besando –en este lugar ese tipo de chicas asechan entre las sombras— le digo como si fuera alguna especia de película de horror. Noto como se le sale una risilla.
--tu cabeza esta defectuosa— me dice tomado mis mejilla dándome un leve beso.
--perro estúpido— le digo. Antes de darme cuenta una chica salto delante de nosotros comenzando a tomar varias fotos.
CAPITULO 5. Celos
Nuevamente en la escuela, sin ninguna novedad hasta ahora… quizá si una, tengo un nuevo reporte con la maestra Dulce, que poco aguante tiene esa chica. Según lo que me contaron tan solo a estado dando clases dos años. Es recién graduada por lo que creo jamás se ha topado con un chico como yo.
Otro problema es que con este son 9 reportes… en la semana, cada reporte se supone que es un punto menos en la calificación final, pero, hace dos años cuando entre a esta secundaria lo bajaron a solo una décima, entonces por cada 10 reportes pierdo un punto. Espero que este sea el último, después de todo ya llevo cerca de 3 puntos perdidos.
Ahora estoy en el receso, no suelo comer más que algún dulce que vendan en la cafetería o hay veces que llevo comida, esta vez no comeré nada. Olvide traer mi dinero por lo que estoy pobre.
Ahora que lo pienso: no he visto a Jesy desde la vez que nos persiguió hasta la avenida. Admito que me agrada no haber la encontrado, incluso ahora siento algunas miradas malignas dedicadas por las chicas acosadoras. Seguro para como es mi amiga ella si me corta la cabeza –hola Salva— me tenso al oír a voz de Jesy, más me preocupo porque sus brazos están muy cerca de mi cuello.
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–¿entonces aquel chico que te cargaba es Mari?¿del mismo de quien estás enamorado, el mismo que te besaste y el mismo que se te declaro?— me dice a lo que yo respondo con un simple movimiento de cabeza. La oigo suspirar –¿y no has llegado a nada mas con él?— su pregunta de desconcierta un poco.
—pues…— no sé cómo responderle. Todos sabemos que si pero…
—vamos o será que…—hace una extraña mueca de sorpresa –¿ya te acostaste con él?— admito que me puse un poco nervioso al oír su pregunta. Ella me conoce, no sé si pueda mentirle.
Un suspiro sale de mis labios –si— es todo que digo. Siempre me han molestado esas chicas que se reúnen con sus amigas a contarles todo de sus novios, de sus problemas o cuando les cuentan a sus mismas amigas de su primaria vez. Me ha tocado oír levemente alguna de esas conversaciones, detallan TODO, dicen donde las tocaron. Parece que en lugar de estar prestando atención a lo que es hacían tomaban el tiempo de cada cuanto les hacían cada cosa.
Jesy me mira de una manera extraña –¿y luego?— al principio me cuesta comprender –cuéntame todo— en ese momento quería darme un balazo en la cabeza.
–no te pienso decir nada más sucia pervertida— le digo para luego pararme y salir corriendo de allí, eso había sido incómodo. Es una pervertida, seguro lo publica en alguna página de gente pervertida.
En estos momentos solo falta una hora para ser libre de esta cárcel. Hoy, por suerte, no me toco la hora de matemáticas que imparte Erika, eso me hace sentir aliviado, otra cosa rara que paso hoy es que un amigo me pregunto si podíamos salir los dos solos, normalmente salimos más de tres, pero no me molesta estar solo con él. Su nombre es Luis y es un muy buen amigo, es algo tímido pero a la vez decidido.
Por fin somos libres. Estoy a punto de salir corriendo cuando receso que Lui me pidió que fuéramos juntos a algún lugar. Me detengo a escasos metros frente a la puerta del aula que compartíamos. Al final salió el, yo siempre salgo disparado en cuanto tocan la campana (le dicen chicharra en algunos lugares) los demás arreglan sus cosas y salen, mientras otros, buscan cosas perdidas, terminan trabajos o simplemente esperan a que la manada de histéricos por salir se aleje de la puerta. Siempre hay golpes por salir, incluso una vez me mordieron. Por eso ahora siempre salgo de primero.
Lui no me dijo a donde iríamos, de echo solo me dijo que lo acompañara. Bueno se lo prometí, así que me chingo y lo acompaño. Frente a la puerta de la escuela esta mi “novio” no estoy muy acostumbrado a llamarlo así, mejor “perro pervertido”, si es perfecto para él, solo es pero que no me acusen de zoofilia… está bien mal chiste. Tengo que decirle que iré con Lui a algún lugar.
Ahora estamos caminando por un pequeño parque, debo dejar a Lui en a casa, él no se sabe defender, a mí me enseñaron, de hecho se pueden hacer una idea… ¿ya lo pensaron? Pues sí, el que me enseño a pelear fue Mari. Solo que él es tranquilo, no como yo que a la primera provocación quiero romper brazos. A pesar que el me enseño no le podría hacer frente. Solo me enseño como golpear y patear, nada del otro mundo. De hecho él se enseñó porque donde vivíamos era un lugar peligroso, después no podíamos estar juntos todo el tiempo por lo que decidió enseñarme. Es una historia larga que ahora no contare.
Ya estamos en su casa, había sido divertido salir con él. A pesar que es serio en clase no es nada aburrido, hicimos un montón de cosas. Pero yo también debo volver. Mari me dijo que si no estaba en su casa a las 6 no me podría parar por dos semanas… ya saben a lo que me refiero, me secuestrara y me usara como juguete sexual durante unas semanas.
Camino un poco más, la casa de Mari está lejos y quisiera tomar un taxi pero no traje dinero. Debí haberle pedido dinero, se supone que me quiere así que me lo debe dar ¿no?
Por fin llegue, tarde demasiado. Son más de las 8pm y estoy seguro que de esta virgen no salgo.
Abro la puerta lentamente… –¿puedo saber dónde estabas?— me asuste un poco, me estaba cuidando por delante pero jamás me espere que llegara por detrás mío.
–pues veras es que la casa de Lui está lejos, además no traía dinero— reí nervioso. Sus brazos me abrazaban por la espalda mientras su cabeza esta en mi hombro izquierdo.
Siento como muerde levente el lóbulo de mi oreja, me estremezco contra su piel –así que además de dejarme por él, fuiste a su casa…— sabía que es celoso por sus parejas, pero no creí que tanto, esporo que cuando hablo de no poderme parar por dos semanas allá sido un juego o algo parecido. Aunque después de las siguientes caricias me dejaron en claro que él no juega con cosas como estas.
–espera— le digo una vez más en mis intento por hacer que no me violen –estoy sucio y sudado… al menos deja que me bañe— no sé si esto lo hizo reaccionar pero me respondió con un “bien” después me cargo como si fuera un costal de papas. Esto me trae recuerdos.
Se meto al baño junto conmigo, me dejo con la espalda a la pared y mis manos a su cuello. Abrió las llaves de la ducha para luego comenzó a salir agua caliente.
Sus manos no estaban quietas, mi ropa estaba completamente mojada, sus labios devoraban los míos sin piedad alguna –¡Ahg!— doy el primer gemido al sentir sus dientes clavarse en mi cuello. Sus manos se abren paso entre la tela de mi pantalón mientras tocaban mi trasero, comenzaba a excitarme y el también, lo sentía cuando su miembro hacia fricción entre una de mis piernas. Quito mi camisa mientras sus manos me provocaban espasmos al cocarme tan rudamente.
Me estaba penetrando sin piedad. Mis piernas se sujetan a su cadera, sus manos me sujetan del trasero aumentando la velocidad de las embestidas. Trato de sujetarme de su espala mientras clavo mis uñan es ella. Siento como cuello está atacando por su boca mientras mis labios dejan salir ruidosos gemidos.
Se detiene. Sale de mi interior y me voltea. Mi cara y brazos quedan recargados sobre el azulejo. Toma ms caderas y me comienza a embestir de manera feroz. Una mano pasa sobre mi cabeza halando mis cabellos haciendo que mi cabeza quede torcida hacia atrás, inmediatamente su legua toca mi oído, lo muerde causando que grite.
Las embestidas no paran, es un verdadero pervertido. Ahora no quiero que pare y es lo que pido “mas” lo grito sin poder controlar los húmedos y altos sonidos de placer que arranca de mis labios. La mano que sujetaba mi cabeza pasa a mi miembro comenzando a masturbarme.
Mi entrada comienza a contraerse, lo sé por como siento su miembro. No puedo dejar de gritar su nombre, estoy entregado a la excitación y el deseo que me produce. No lo soporto más y eyaculo sobre su mano. Al parecer que mi culo se contraiga a echo que el pervertido se excite mas, sale de mi interior para besar mi nuca.