Nota 1: en este fi can pasado cerca de 7 días. Sin embargo no tome bien las medidas del tiempo y han sido 7 días de clases. Disculpen pero hasta ahora me di cuenta XD
Nota 2: pensemos que este día en el fic es viernes y los próximos días serán sábado y domingo.
Nota 3: este cap lo no revise a fondo, eso significa que seguro hay mas errores de ortografía que lo habitual.
ANTERIORMENTE
--estoy aburrido— le sonrío, tomo el otro cojín y se o lanzo a la cara. Noto que se levanta, el juego ha empezado, toma el primer cojín que le lancé, se acerca a mi dándome un golpe con el sin que lo pueda evitar. Me levanto rápidamente y lo golpeo en sien, antes que me regrese el golpe comienzo a correr en la pequeña sala. Hasta que tropiezo con mi mochila causando que todos mis libros y cuadernos salieran, susurro una maldición sin que lo note. Como buen novio me ayuda a levantar mis cosas –¿Qué es esto?— pregunta aunque más para el que para mí, al notar lo que era casi me cago en ese lugar, en sus manos está mi citatorio.
Realmente en estos momentos quiero que la tierra me trague –nada, no te preocupes— le digo muy alterado, Lévano sospechas. Me ignora mientras lee el maldito papel de la muerte. Mientras lo lee me mira de reojo con notoria molestia en su cara. En estos momentos solo puedo pensar “estoy muerto”
CAPITULO 7. Calificaciones II
Me siento como niño regañado. Mari está hablando con Erika sobre mi calificación. Se nota que está molesto, parece calmado pero la firmeza con la que habla, su postura, todo me indica que esta más que cabreado –entonces como podemos mejorar su calificación— le pregunta a mi maestra, no sé si sentirme asustado por la manera en la que se hablan o enojado por la forma seductora en la que le habla Mari a Erika… ¿serán celos?
Me paro firme en medio de ellos dos –ya vasta, yo no quiero nada de ella— señalo a Erika, es verdad que necesito pasar la materia pero mi maldito orgullo puede más.
Me toma del brazo halándome hacia su lado –no te comportes como un niño— me dice dejándome sin habla. Me quedo parado sin hacer nada, nuevamente comienzan su discusión, Erika hablando de cómo me porto y Mari tratando de suavizar los reclamos.
Nuevamente tocan el punto de las calificaciones, me siento como una especie de exhibición en un zoológico. Mis compañeros han vuelto del receso… por alguna razón todas o la mayoría de las chicas de la escuela están en la ventana viendo la discusión de ellos dos, no solo chicas. Supongo que Mari allá venido causo este ajetreo pero que alguien a parte de mí se pelee con Erika también ayudo. Erika es la maestra más estricta y más hija de puta de toda la escuela, dios si ni siquiera los padres se atreven a contradecirla.
Me siento incómodo. Volteo a ver a los dos idiotas que siguen peleando. No parece terminar… ya me cansé. Tomo a Mari del brazo y lo arrastro atrás de mi –no necesito nada de usted— le digo a la maestra, técnicamente puedo aprobar la materia con el siguiente parcial. Sin embargo me da miedo que lo dicho por Mari antes de entrar lo cumpla, él dijo “si te interpones entre lo que hare te besare frente a ella” espero que no se atreva pues estamos frente a más de la mitad de la escuela.
–¿Quién se a creído usted para hablarme en ese tono?— sé que normalmente no le importaría pero estar frente a la escuela no podía dejarme pasar esto.
Me rio por lo bajo –¿Qué quién soy?...—
–un idiota sin remedio— responde Mari, me siento ofendido, volteo la cara para enfrentarlo pero desearía haberme quedad callado. Mis muñecas fueron tomadas con brusquedad, mi espalda choco fieramente contra la dura pared de concreto, entre los murmullos de los alumnos y los gritos de Erika por haberla ignorado… el estúpido-pervertido-hijodeputa… me beso. Este beso era demandante, como si quisiera demostrar que soy suyo. Mi espalda se arquea debido a su altura, trato de evitar sus labios pero no puedo, en un fallido intento por escapar abro mi cavidad bucal. No desaprovecha la oportunidad y cola su lengua entre mis labios, me obliga a seguir su juego o guerra en la que nuestras lenguas se veían involucradas. Estoy perdido en un mar sensaciones, culpa, vergüenza, desesperación y de cierta forma placer. Miro levemente a Erika quien tiene la boca abierta, está sorprendida, giro mis ojos y miro hacia las ventanas… hay muchas más personas viendo por ellas, todos están sorprendidos, algunas que otra chica está sangrando por la nariz, son unas pervertidas.
Separa mis labios de los suyos, un hilo de salía se rompe haciendo que callera sobre mi labio y parte del mentón, es un maldito hijo de puta, cuando me recupere del shock lo moleré a golpes.
Me carga como si fuera un costal de papas ¡¿Qué no puede cargarme de otra forma?! Salimos por la puerta, regresa la vista hacia la maestra que esta aun en shock para decirle “después volveré a tratar con este asunto” dicho esto salimos.
Me siento avergonzado ¿Cómo volveré a la escuela después de lo que acaba de pasar?
Me carga, no se cuánto tiempo estuve en shock pero llegamos a los baños de la escuela por lo que no pudo ser tanto tiempo. Me baja y comienzo a gritarle –¡¿COMO PUDISTE HIJO DE PUTA?!— él no dice nada, dejo de gritarle pues se ve molesto.
–te comportas como un niño— se decide a responder –te dije que te besaría si intervenías— se lo que dijo, sé que no debo reclamarle pues lo dijo… pero –además TU eres mío— me acorrala en una pared.
Lo miro retante, es un pervertido –no empieces— me digo, a pesar de que apenas llevamos una semana de pareja entiendo cuándo es que quiere cogerme.
Me toma de la cadera acercándome más a el –¿Y si no lo hago? ¿Qué?— me mira de manera soberbia.
Volteo la mirada, nada, esa es la respuesta, aunque intente detenerlo solo hare lo retrasaré.
Me carga hasta el lavamanos, haciendo que me siente en él, quita mi camisa dejando mi torso descubierto. Me siento muy avergonzado, primero me besa frente a toda mi escuela, después me folla en los baños. Acerca su boca a mi pezón mientras abre la boca, lo muerde mientras yo hago lo mismo con mi labio inferior tratando que el primer gemido no salga. Comienza a chuparlo de manera brusca, comienzo a excitarme.
Baja mi pantalón dejándome solo con la ropa interior. Abre mis piernas acercándose a una de ellas lentamente, pasa su lengua por todo mi muslo, desde cerca de la rodilla hasta cerca de mi ingle. Arqueo mi espalda al sentir sus caricias en esa zona, muergo mi labio nuevamente.
No puede estar quieto por lo que regresa a mi torso, lamiendo mis pezones, mordiendo mi cuello, acariciando mis muslos con sus grandes manos. Regresa su boca a mis muslos, mordiendo levemente en ellos. Morder mis labios no es suficiente para callar el grito de placer. Comienzo a jadear por su tacto.
Baja mi cuerpo del estante, dejando mis piernas apoyarse solas. Me voltea, veo mi cara en el reflejo del espejo. Estoy rojo, jadeante, mi boca abierta toda mi cara se mira deseosa por lo que está por ocurrir.
Siento mi ropa interior ser retirada lentamente, no me parece justo que solo yo este desnudo, sin embargo, al estar completamente desnudo, comienza a retirarse la camisa, desabotonándola, dejándome ver su abdomen. Baja sus pantalones junto a su ropa interior. Su miembro esta duro y grande. Toma mis caderas mientras siento como se introduce en mí. Hay un pequeño dolor eso solo hace que me caliente más. Las embestidas comienzan fuertes, rápidas y llenas de lujuria.
Acerca su boca a mi oído, mordiéndolo, arrebatándome otro grito. Trato de callar mi gemidos en boca, pero no puedo hacerlo como quisiera. Entre sus jadeos y mis gemidos me susurra –esa cara me excita más— al oírlo miro mi reflejo en el espejo. Mi cara esta mas obscena que la ves anterior: mi cara roja, mis ojos vidriosos como si estuviera a punto de llorar, mi boca tratando de morder mi labio dejando solo una pequeña abertura entre ellos, saliva escurriéndose entre mis comisuras.
En medio del alboroto que montamos en esta habitación siento como me inunda de su semilla, me siento cansado, pero al ver su cara por el reflejo me indica que esto no ha terminado. Me levanta haciendo que quede sentado como la vez anterior, encima de el estante. Su liquido comienza a salir de mi interior. Acerca su boca a mi miembro, comienza a lamerlo, de una manera que hace morderme los labios, lo engulle por completo, trato de aferrarme al azulejo sin ningún resultado, comienza a chuparlo, me arrebata más gritos, no puedo soportarlo.
Caigo de manera en la que mi espalda choca contra el espejo, el pervertido alza mis piernas mientras introduce dos de sus dedos, comienza a simular embestidas, no puedo dejar de gemir. El tampoco deja de chuparme, ya no lo aguanto más cuando descargo mi semen en su boca.
Se acerca a mi boca, me besa, esta vez no opongo ningún tipo de resistencia. Siento como comparte conmigo el líquido que recién arroje. A pesar de ser un pervertido, a pesar de haber arruinado mi vida académica, a pesar que me folla de varias maneras, estoy estúpidamente enamorado de él.