— Las cuestiones climáticas siempre me han hecho sentir miserable, los cambios de temperatura por momentos me hacen creer que la misma tierra es una mujer, una delicada e insegura mujer, que por las noches hiela, es cruel e indiferente, fría y caprichosa como si en cada noche ventosa ella susurrara blasfemias a un amor imaginario, un amor que fue apasionado alguna vez; durando a su paso hasta la madrugada. Pero por las mañanas, para ser exactos después del mediodía, la caprichosa y cruel mujer desencadena sus mejores atractivos, reluciéndose como toda una dama, apabullándose a veces contra el sol, nadie más que ella sabría qué tipo de clima poner, entonces cuando el día era perfecto y ella se sentía opacada, empezaba a nublar el cielo, celosa de que alguien más obtenga cálidos rayos de sol. Cuando el clima ha cambiado otra vez, es cuando me siento en la mesa de mi habitación, la que está cerca de ese asqueroso y mugriento caballete que mi esposo usaba y me dispongo a pensar, que tal vez no odio en el clima lo que hay, tal vez odio lo que había en mi hombre y el desastre que causó en mi estúpido corazón.
Cuando YiXing cerró el libro y pudo mirar al rostro a JongIn, descubrió otra faceta del diseñador gráfico. Siempre había sido capaz de llevar una cuenta en su cerebro y recordarla por mucho tiempo, como aquella vez que aprendió el número telefónico de BaekHyun cuando recién lo compró durante la universidad, ya no existía, aunque seguía en su mente. Pero esta vez no daba crédito al arcano rostro de su vecino. JongIn tenía tantas expresiones, como páginas de un libro de Hemingwayy por si fuera poco, con interpretaciones distintas cada una. YiXing jamás llevó la cuenta de ello y se arrepentía cruelmente.
— ¿Cómo has dicho que se llama ese libro?
— Se llama Indecible lo ha escrito un ancestro mío.
— ¿Vienes de familia de escritores? Vaya, me siento cerca de una celebridad ahora –JongIn comenta y los dos ríen cuando se desperezan sobre el sofá del primero.-
El chino había despertado muy temprano, y estuvo insistiendo en la puerta de su vecino hasta que le abriera, apenas eran las seis de la mañana y JongIn había preparado un par de tazas de té de limón, su favorito, para acompañar con la lectura que escuchó más tarde cortesía de YiXing. Si anteriormente no lo había dicho, ese chico era bastante especial.
Físicamente era hermoso, JongIn podría pasar horas mirando su coqueto hoyuelo asomarse entre sonrisas, su cabello claro y sedoso –porque incluso lo había tocado-, sus manos con dedos largos y huesudos, los labios que eran similares a los suyos, esa bonita nariz aguileña y su quijada imponente dándole ese rasgo masculino con el que comenzaba a alucinar. Aunque en el interior, YiXing era tan sólo un niño, su edad no importaba ¡al diablo la edad! Ese hombre era interesante y divino, había bastante por conocer y aprender que estaba excitado por ese conocimiento ¿qué se guardaba tras de esos ojos que siempre lo evadían? Eso quería saber.
Conforme las horas fueron pasando y ambos no dejaban de hablar, porque al más joven le encantaba escuchar a ese diccionario andante, se dieron cuenta de que darían las cuatro de la tarde y ellos aún seguían en ropa de pijama. YiXing salió tranquilamente del departamento de JongIn para ir a asearse y luego volver a encontrarse.
• • • • •
YiXing miraba su reflejo en el espejo tratando de encontrar esas pequeñas imperfecciones que él creía tener en el rostro, algo así como cicatrices y marcas de quemaduras por aceite hirviendo que caía sobre él, pero no había nada de eso, no existía a menos de que intentara imaginarlo. Tenía un serio problema con imaginar algunas cosas, pero a veces parecían más recuerdos pasados o visiones futuras, todo era muy extraño así como él.
Había elegido ponerse algo ligero esa tarde-noche pantalones blancos que se pegaban a sus musculosas piernas, un suéter blanco con una sola franja azul y había peinado su cabello de manera en que pareciera desordenado, pero no mal. Cuando se aprobó frente al espejo, el sonido de su puerta le sacó un susto.
— Eh… YiXing ah ¿puedo verte en el estacionamiento en cinco minutos? Mi hermano ya me espera abajo y voy a recibirlo. No demores ¿vale?
Escuchó a JongIn anunciándole que estaban por irse, no se había dado cuenta de en qué momento el tiempo había pasado tan rápido y por eso mismo teniendo cinco minutos de ventaja, corrió hasta el teléfono de casa y marcó un solo número, sabiendo que tal vez responderían rápido.
— ¿Chen?
— ¡YiXing! Esto debe ser un milagro ¿escuchas? Es XingXing –dice un alegre JongDae al lado de la línea, él era uno de los pocos amigos del chino-
— ¿estás ocupado? ¿hay alguien contigo?
— Nunca estoy ocupado… ah y es YiFan, te manda a saludar
— Oh, gracias.
— ¡dice que gracias! –silenció un momento antes de reír contra la bocina- jamás cambiará… pero dime ¿por qué la llamada?
— Es que… quiero un consejo
— ¿Un consejo?
— Si… escucha tengo tres minutos treinta y dos segundos… uno… ¡treinta! Pasa que saldré, me han invitado a algo así como un convivio
— ¿Saldrás? Wow eso no me lo esperaba, y dime ¿en qué te puedo ayudar?
— Q-quisiera saber si hay una forma en que me comporte y que no se vea extraña ¿qué puedo hacer?
— Ok, esto es lo que vas a hacer.
KyungSoo tamborillea sus dedos sobre el volante, recreando Castles in the snow hasta que toma una forma similar a la melodía en su cerebro y empieza a cantar idéntico a Twin Shadow, seguido rápidamente por ChanYeol que está del lado del copiloto imaginando tener su batería enfrente, donde acompaña a Kyung con la canción. JongIn miró desde atrás su espectáculo y cuando la canción estuvo por terminar, ya había preparado sus palmas para darles un gran aplauso como si fuera una fan loca. Pero incluso cuando la voz de su hermano es grandiosa, no pudo evitar desviar su atención hacía YiXing, que viene a toda prisa hasta el auto. JongIn salió para enseñarle donde están y al encontrarse sus miradas, ambos sonrieron.
— Cinco minutos… -dijo YiXing mostrando su teléfono móvil. JongIn asintió de acuerdo con los minutos puestos-
— Eres puntual, Zhang, eso es bueno
— ¿Lo es?
— ¡Hey! Ya habrá tiempo de hablar en la fiesta –comunicó ChanYeol asomándose por la ventana- suban que se hará tarde.
El par de vecinos al fin suben a la parte trasera del auto, antes de que este se ponga en marcha para dirigirse luego a las afueras del edificio.
En el camino nadie dice nada, KyungSoo mantuvo sus mirada al frente y en ocasiones en el retrovisor, sólo para inspeccionar que el invitado de su hermano no es SeHun o cualquier otro loco con los que se lleva su adorado pariente; la sorpresa que se lleva es grata cuando lo escucha hablar, ChanYeol mencionó que en las noticias anunciaron que había eclipse lunar y antes de cualquier comentario más, YiXing interrumpió.
— Los eclipses lunares son bastante numerosos, generalmente entre dos y cinco al año, pero el área en el suelo cubierta por la totalidad es de solo unas cuantas decenas de kilómetros de ancho, así que es raro estar en el camino de un eclipse solar, mis amigos y yo nos reunimos cada que ocurre uno y vamos a observarlos entre carreteras porque ahí es donde hay menos contaminación y se puede apreciar por completo… -antes de que siguiera, JongIn le sonrió embelesado por su rápida forma de mencionar cosas sobre el espacio-
KyungSoo quedó sorprendido por el dato y ChanYeol fue el único que lo mira con cara de idiota total.
— ¿Te gusta la astronomía, YiXing? –se atrevió a cuestionar KyungSoo cuando ha parado en un semáforo en rojo-.
— Un poco, mis amigos son a quienes les gusta más que a mí, pero aprendí pasando mucho tiempo con ellos.
— ¿Tienes muchos amigos entonces?
— No, sólo tres, según psicólogos se conocen efectos beneficiosos para la salud con pocos amigos: activa nuevas áreas del cerebro y libera sustancias hormonales que favorecen la relajación y el bienestar. Además, es como un espejo que refleja nuestra imagen ampliada.
Un silencio incómodo se instaló dentro del auto, ChanYeol conoce la “amistad” definida de una forma un tanto más humana, YiXing no ha dicho nada malo, pero ese dato si había parecido algo distante al verdadero calor de la amistad.
YiXing reconoció ese silencio, ni siquiera le incomoda porque se acostumbró a ellos desde hace mucho tiempo, espera muchas cosas, pero nunca lo que pasaría después, JongIn deslizó su mano hasta tomar la suya y la apretó. Contempló su sonrisa por bastantes segundos antes de volver su mirada a la ventana, sus manos no se separaron en el trayecto restante.
Realmente eso es un convivio, no hay sonidos fuertes o gente loca bailando de aquí por allá con bebidas de colores en las manos, sino que alrededor de veinte personas se mantienen sentadas o caminando alrededor con pequeños platos de comida en sus manos, la música es tranquila y muy baja para que todos puedan conversar, pero a pesar de esa tranquilidad, YiXing no está muy cómodo pues es cierto que no conoce a nadie.
La noche avanza y JongIn se ha alejado por ahí con algunos familiares, mientras tanto YiXing lleva sentado en el mismo sofá desde cuarenta minutos antes mordiendo simétricamente una galleta, no toma ni fuma, por eso tampoco puede integrarse.
Las relaciones humanas siempre le habían traído el triple de esfuerzo y pese a las instrucciones que le había dado JongDae, él simplemente no podía llevarlas a cabo sin mover sus manos descontroladamente o mirar a cualquier lugar que no fuera su interlocutor y según con lo que había leído, eso mantenía un buen diálogo entre dos o más personas, porque demostraba que había interés. Pero nadie se sentaba a su lado y si lo hacían era para hablar con otra persona, era lógico, no conocía a nadie.
Cuando estaba ya algo fastidiado y quería ir a su casa a culparse por no poder hacer algo de amistad, KyungSoo se unió a su frustrante noche.
— Zhang YiXing, eh. ¿Qué tal estuvo la cena? ¿Te gustó?
— Un poco… la comida italiana me da agruras –KyungSoo empezó a reír por el comentario pensando que es en parte una broma, pero no lo era.-
— ¿Y la fiesta? ¿crees que soy buen anfitrión?
— Está muy bien… eres buen anfitrión.
— Gracias –sonrió el chico de ojos grandes acomodándose sobre el sofá. Suspiró y volvió a tomar la palabra- JoonMyun –señaló al hombre del fondo- es nuestro hermano mayor, yo soy el segundo y JongIn el tercero
— No sabía que JongIn tenía otro hermano
— Ahora lo sabes ¿y tú YiXing? ¿tienes hermanos? –el chino se quedó mirando las migajas de galleta entre sus dedos y cuando intentó sonreír negó.-
— Soy hijo único.
— Entonces tus padres debieron darte todo a ti sólo eh –bromeó Kyung pasando una servilleta al castaño- es horrible cuando tienes que compartir todo y más cuando se tiene un hermano como JongIn, es muy desordenado…
— Lo fue por un largo tiempo, hasta que ellos no quisieron verme otra vez.
— ¿Cómo dices?
— ¡YiXing! –llegó JongIn dirigiendo sus manos al frente, esperando a que estas fueran tomadas- Ven afuera, hay algo que tienes que ver…
— JongIn, estoy hablando con él –reclamó Kyung con mala cara-
— Se acabó tu turno, me toca a mí –el moreno mira con entusiasmo a YiXing y sin querer este se contagió de la energía, poniéndose de pie en unos segundos- ¿vamos?
— Si, vamos…
— Regresamos en unos minutos hyung
— Si parten el pastel antes no te guardaré ni un pedazo. A ti si YiXing… -dijo KyungSoo antes de levantarse y caminar donde había un círculo de personas. JongIn volvió la mirada a su invitado y tomó de su mano-
— Tenemos que subir ¿Si?
— Sí.
La casa donde estaban era grande y tuvieron que subir un par de escaleras para poder llegar a la última planta que tenía un pasillo pequeño hasta una puerta muy arriba. Cuando JongIn la abrió, YiXing pudo apreciar un bonito domo de cristales que cubría gran parte de ese techo, flores y plantas por todos lados, dejando sólo unos pasillos con algunos utensilios de jardinería. Esa era un famoso techo verde y era simplemente magnífico.
— Cuando era pequeño, tal vez unos siete años, subía aquí para ver creer las plantas –JongIn cruzó los pasillos mirando a su vez las flores, aun con sólo la claridad de la luna iluminándolas, él juraba que eran hermosas-. O en el peor de los casos cuando discutía con mis padres
— ¿Por qué discutías con ellos? –murmuró YiXing mirando también por su parte algunas plantas-
— Querían que estudiara derecho y yo quería diseño gráfico, igual cuando me gradué me felicitaron aunque sé que mi padre sigue enojado conmigo
— Pero, te gusta diseño gráfico ¿verdad? Trabajas de eso…
— Sí, no me arrepiento pero... –el moreno volvió su mirada a YiXing y caminó hasta él colocándose de frente y muy cerca.- ¿Quieres ver lo que te enseñaría?
— Si, está bien –musitó el chino desviando su mirada como siempre y como siempre descubriendo algo más en JongIn, esos ojos tan bonitos que tenía.-
El chico abrió una puerta detrás de YiXing y ambos salieron de aquel domo siendo recibidos con un golpe de aire frío, JongIn miró en dirección al cielo y señaló el mismo, YiXing captó el mensaje y miró también arriba, encontrándose con un montón de estrellas parpadeando a momentos, unos lentos, algunos más rápidos y otras cuantas pareciendo estar estáticas. El hoyuelo del chino hace una aparición especial y JongIn jura por enésima vez en el día, que ese rasgo en el adverso es lo que más llama su atención.
— Después de la muerte de una estrella de neutrones… que es cuando la gravedad es tan descomunal; se produce una enorme explosión y da lugar a un agujero negro. ¿No es increíble JongIn? Incluso se calcula que hay más agujeros negros que estrellas.
— Lo es. Pero aún más lo que fueron esos agujeros negros –JongIn obtuvo la atención de YiXing, él bajó su vista hasta que se encontraron con la mirada-
— Claro, porque eran estrellas.
— Que vivieron mucho, dándole felicidad a millones de personas pidiendo deseos.
— ¿Se habrán cumplido esos deseos?
— Tal vez cuando explotan esas estrellas, se cumplió el deseo… eso no lo sabemos.
— Suena lógico.
Callaron un rato más, podían escuchar bien los autos pasar en la calle siguiente.
— Tienes algo en tus párpados –avisó JongIn después de romper el silencio-.
— ¿Qué? ¿en serio? Debe ser azúcar –YiXing intentó retirar cualquier cosa que ensuciara sus párpados, pero antes de seguir el menor lo detuvo-
— Tranquilo, yo te ayudo. Cierra tus ojos
El chino dejó toda labor y obedeció aceptando esa ayuda. Cuando él había cerrado por completo sus ojos, JongIn sonrió bajando un poco hasta sus labios para poder juntar los propios con los ajenos y robar un dulce beso.
Recién nacía un estrella, o quizá miles, pero en especial una que llevaba consigo el nombre de aquellos dos desconocidos jugando a ser enamorados.