—¡Milo, ven aquí!
El joven caminaba como hipnotizado hacia Seraphine cuya finas elegantes manos estaban extendidas a su dirección. Dégel desesperado no sabía como romper el hechizo pues temía que sucediera lo mismo cuando era Kardia, temía que lo matara frente a sus ojos.
—¡ Milo!
—Dégel, tranquilo—se acercó Gea—él sabe lo que hace.
—no quiero perderlo nuevamente.
—la diosa está con nosotros—dijo apretando suavemente su hombro.
Se detuvo frente a ella quién tomó su barbilla mientras con la otra se disponía a hacer lo mismo que hizo con Kardia, herirlo directamente al corazón, pero Milo dijo estas palabras.....
—fuego, ven a mi.
Milo se veía majestuoso cuando la luz de la llama iluminó su rostro y sus ojos parecían dos flamas que le daban el aspecto de un dios del fuego, la energía y el calor fastidiaron a la mujer que maldiciendo apartó la diestra.
—tu insignificante llamita no es nada comparado a mi poder.
—es capaz de vencer y limpiar lo malo—respondió sin despegar su mirada de la de ella—no subestimes a los elementos.
Mientras esto sucedía Gorgo, Sasha y Gea realizaban un ritual que era observado por los demás novatos atrincherados en la puerta. Ángelo fascinado filmaba cada movimiento, gesto y palabras, lo subiría a youtube, Afrodita bufó exasperado al ver la camarita grabar sin perderse ningún detalle.
—es HD Afro.
—lo sé, genio—dijo rodando los ojos.
—puedes ser mi narrador.
—¿qué insinúas Ángelo?—murmuró indignado en tanto sostenía una rosa en su mano—no puedo aparecer en un video casero.
—como quieras—siguió filmando.
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Aioros no sabía como definir la indescriptible sensación que experimentaba, sólo sabía que era sensación tenía que ver con su hermano Aioria. Su pareja Shura apartó el plato con su cena al notar al castaño ansioso, a definición de sus palabras.
—¿qué sucede Aioros?
—Aioria.
—¿qué pasa con él?—inquirió preocupado.
—el cambio, han pasado tres años, tres años de zozobra—dijo entrecerrando los ojos—sólo quisiera que logre pasar el bendito cambio.
—lo hará.
—sólo quiero que mi hermano...
—Aioria es fuerte, no dudes de su potencial.
—lo sé—recargó su barbilla en el hombro de Shura quien acariciaba sus cabellos para tranquilizarlo.
—terminemos la cena ¿ te parece?
—si
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—Ángelo, guarda eso.
—espérate, Afrodita, estoy en la parte más interesante—refutó.
Mientras discutían, una ráfaga de viento golpeó en el pequeño espacio que separaba a Milo y Seraphine, el elemento que controlaba Pandora, de la inmensa fuerza casi derriba árboles y envolvió a la mujer que en vano trató de evitar la ráfaga. Al instante una brisa similar a la brisa marina la atrapó como si la bañara, la limpiara desde lo más profundo de su alma.
La voz de Seraphine brotó desde el fondo de su alma, era angustiada y asustadiza, la oscuridad que la dominaba no dejaría que fácilmente ganara.
" Véncelo, haz que salga de mi"
—fuego, con tu calidez penetra su interior y quema esa maldad—ordenó.
Sin embargo la mujer le hizo un puntapié ocasionando que el muchacho perdiera el equilibrio y la flama de su mano cayera al suelo, incendiando el césped. Dégel sin perder tiempo apagó las llamas. Milo volvió a ponerse de pie, Seraphine le mostró los dientes rabiosa, pero otra ráfaga de aire la hizo trastabillar, situación que fue aprovechada por Milo para hablarle....
—mírame.... ¡ quiero salvarte! ¡ ayúdate que yo te ayudaré!
—K-Kardia—empezó a llorar.
—véncelo, sácalo de ti.
—me domina, consume mi alma poco a poco.
No le quedó más remedio que colocar su mano a la altura de su corazón transmitiéndole calor. Gea lanzaba plegarias en tanto Sasha convocaba al espíritu.
—necesito que te alejes—se dirigió a Dégel—voy a expulsar esa oscuridad de su alma y corazón.
—confió en ti.
—estaré bien.
Ella sostuvo su mano permitiendo que el calor ingresara y una vez dentro arrasara con esa sombra malévola que la mantenía atada, aprovechando, Milo se volteó buscando con la mirada a Afrodita y a Sasha que a un asentimiento de cabeza se prepararon para dar la última estocada.
Un rugido terrible salió del interior de Seraphine, Milo la sostuvo en tanto Afrodita con el poder de la tierra y una rosa atraparon esa maldad que era consumida por el fuego, dispersada por el aire y hundida por el agua. Un estallido similar a una tormenta fue lo último que se oyó antes de que el espíritu fortaleciera a la mujer.
—gracias diosa—dijo Milo antes de que un intenso dolor se apoderara de él, de Afrodita, Sasha y Aioria.
Aioria quién mientras el resto de la escuela estaba en conmoción general, calmó a los novatos nerviosos y ayudó en la vigilancia a los Hijos de Erebus, se dobló por el dolor. Frodi que lo acompañaba se agachó a comprobar si había sangre al no haber supo que estaba cambiando por lo que permaneció a su lado hasta que pase el dolor.
—¿qué le pasa?—indagó Seraphine aún sollozando.
—es el cambio—dijo Gorgo mientras sostenía la mano de Sasha.
—calma, ya pasará—dijo Dégel a Milo.
—¿duele mucho Afro?—preguntó asustado Ángelo.
—qu-qué dat-te a-a mi l-lado.
Esa noche una gran sorpresa se develaba ante la casa de la noche...... La valentía y la fuerza de voluntad de sus habitantes logró que vencieran el mal......
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