Sus padres habían descubierto su tetra, por eso ordenó que se preparara todo para ese casamiento, no podía estar un segundo más en esa casa, necesitaba irse, escapar con Kardia antes de vivir una vida que sentía no era para él.....
_Kaleth_la voz melodiosa de su madre se oyó mientras el joven de 16 años preparaba a toda velocidad su maleta_Kaleth, hijo mío ¡ ya es hora!
_¡ no iré a ese circo!
_Kaleth, tu padre se molestará.
_ya te dije que no me casaré con ninguna señorita encopetada_dejó el equipaje sobre la cama_además tú sabes que amo a otra persona.
La madre se estremeció al oír aquello, su esposo no toleraría que uno de sus hijos sienta atracción hacia personas del mismo sexo, para Charles Duvalier, eso era repugnante y en contra de sus creencias, aparte de que aborrecía a los vampiros que regentaban casas de la noches que competían en lujos con las grandes mansiones y castillos de algunos nobles y aristócratas de la Francia del Siglo XVIII. Sin embargo, aunque ella guardaba sus distancias con la sociedad vampírica, le llamaba la atención la eterna juventud que sus hombres y mujeres poseían.
_¡ KALETH!_su encolerizado padre se apareció en el umbral de la puerta de su habitación.
_padre, tenemos que hablar.
Charles se acercó a su hijo dando grandes zancadas, el joven sabía que si se negaba por enésima vez a los deseos de su padre, este lo llevaría a rastras a la iglesia.
_tu futura esposa aguarda tu llegada ¿ qué haces con esa maleta?_señaló al equipaje.
_no me casaré, padre.
_¡ QUÉ DICES!
_no me casaré con Seraphine.
Lo que vino después fue tan rápido que ni su madre tuvo tiempo para reaccionar, su padre lo sacó a rastras de la habitación y sin delicadeza alguna lo " lanzó al carruaje". Dio la orden de arrancar ya que estaban un poco atrasados y no quería dar una mala impresión a la alta alcurnia de París.
Cabizbajo sólo se limitó a recriminarse internamente, ahora cómo podría decirle a Kardia que se casaba si le prometió que lo vería y escaparían juntos. Mientras cavilaba, algo negro llamó su atención, se trataba de un rastreador(*), Kaleth se puso alerta, algo le decía que ese día todo cambiaría.....
Al fin llegaron, el joven se quedó boquiabierto al ver que se trataba de nada más y menos que la famosa catedral de Notre-Damme, los invitados relucían con sus ricas vestimentas, joyas que él pensó que eran de la corona francesa; nuevamente vio a ese hombre, pero esta vez a bordo de un precioso y suntuoso carruaje con cortinas de filos de oro estacionado a varios pasos. Desvió la vista incómodo.
_hermano_Camille notó su tristeza mientras ponía su mano sobre su hombro_no estas obligado a hacer esto.
_y qué puedo...._fue interrumpido por la fuerte y poderosa voz del hombre de negro, quien con un grácil movimiento su capucha cayó, mostrando a un bello hombre de largos cabellos castaños y ojos verdes con tatuajes zafiros cuyas formas simulaban a unos tigres enlazados en una lucha el cual con su palma lo señaló, mientras pronunciaba unas mágicas palabras.
"Kaleth Duvalier,la noche te ha escogido, tu muerte será tu renacer.La noche te llama, escucha su dulce llamada. Tu destino aguarda en la casa de la noche"
Luego de eso, un intenso dolor se apoderó de su frente, al recuperarse algunos de los miembros de su familias a excepción de su querida hermana Camille quién se le acercó con una sonrisa satisfactoria; un silencio sepulcral se apoderó del lugar, la novia con lágrimas en los ojos negaba incrédula la situación, sus padres tenían la mandíbula desencajada y los invitados murmuraban aterrorizados " la desgracia de los Duvalier".
_¡Inmunda bestia del infierno!_rugió echando fuego por la boca, Charles Duvalier_¿ cómo te atreves a.....?_pero se calló cuando vió con " horror" el nuevo semblante de Kaleth.
Del muchachito casi frágil y aniñado, pasó a ser la un bello y radiante novato vampiro que irradiaba luz propia, ya no era más humano, ahora tenía que pasar por un proceso de 4 años viviendo en una casa de la noche, en la cual tenía dos caminos: cambiar en vampiro adulto o morir en el proceso.
_soy Teseo, Rastreador de la casa de la noche de París_se presentó haciendo el saludo de los vampiros(***)_mi función ha terminado, ahora debes ir a tu nueva casa, joven novato.
_¡ TÚ NO IRÁS A NINGÚN LADO JOVENCITO!_de nuevo la encolerizada voz de su padre cayó como látigo.
_este joven, ahora forma parte de nuestro pueblo, por lo tanto las leyes humanas ya no lo rigen_encaró a Kaleth quién lo miraba expectante_tienes que estar cerca de vampiros sino morirás.
_primero debo despedirme de alguien.
El vampiro asintió a las palabras antes de irse, no sin antes recordarle que debía llegar lo más pronto posible a su nuevo hogar o si mejor prefería en la noche, pues esas eran las horas en que los vampiros o Hijos de Nyx, diosa de la noche andaban con libertad.
Más tarde, ante el terrible y asfixiante ambiente de su antiguo hogar, escribía en la soledad de su alcoba, una carta dirigida a Kardia donde le explicaba todo lo acontecido en ese día y lo que sería su vida en adelante. Decidió fecharla con el nombre que usaría y que el otro joven sabía... Dégel.......
Más tarde, habitaciones de varones de casa de la noche de París.
_como sabrás_comenzó la Alta sacerdotisa de nombre Tepsícore_todo novato que ingresa a una casa de la noche, tiene la opción de conservar o cambiar su nombre¿ quieres hacerlo?
_desearía llamarme Dégel.
La mujer de largos cabellos negros y ojos azules cuyo tatuaje semejaba a una doncella danzando en su frente y varias ramificaciones que corrían por sus mejillas, dándole un bonito y misterioso aire a la mujer.
_Dégel, deshielo. Interesante.
_gracias Sacerdotisa Tepsícore.
_ahora eres un hijo de la noche, un hijo de nuestra diosa Nyx, diosa primordial de la noche.
Y así el joven Dégel comenzó una maravillosa y fantástica vida durante cuatro años, nadie más que sólo su hermana lo iba a visitar aparte de Kardia quién se convirtió en su mejor amigo. Cada día se convencía de que se había enamorado del heleno, mientras se dedicaba a ponerse fuerte para pasar el cambio y servir con ahínco a Nyx.
Volviendo a la actualidad.
Amir, su gato de pelaje negro con patas y manos blancas, se frotaba sin cesar en sus piernas ya que al estar conectado con Dégel podría percibir sus emociones. Esta criatura era la quinta que tenía, el primero cuyo nombre era Artemisa, una preciosa hembra de pelaje blanco y ojos verdes la cual lo acompaño hata inicios del siglo XIX; luego vino Antares llamado así en honor a Kardia quien ese tiempo ya no estaba a su lado. Bastet, a quien encontró en un basurero una noche mientras paseaba y cuyo aspecto semejaba a una de las tantas estatuas de gatos del Antiguo Egipto y por último Mía, de pelaje gris con rayas en el cuerpo casi imperceptibles.
_a Kardia le hubieses gustado.
Amir ronroneaba mientras su dueño lo acariciaba.
_eres como él, gruñón, libre y único_tomó a Amir entre sus brazos y lo colocó en su regazo_me sentiré c ompleto cuando él regrese a mi.
" No importa cuanto tiempo pase, volveré a ti"
" Recuerda que te amo, mi amado deshielo"
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