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"Oscuros Amores" por Noribet

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Notas del capitulo:

 

 

Bueno aquí el segundo capítulo, esta cortito, no creí que lo tuviera tan pronto, pero bueno. 

 

Espero sea de su agrado ya que yo misma me lo complique. 

 

Disculpen las faltas, esta hecho en mi amado celular. u.ur

Todo mi mundo se habia derrumbado, lo que crei que era mi anhelado sueño, se transformo en una pesadilla.


Mia se veía preocupado, me llevo a una habitación de su departamento, una recámara, y en ella a un baño de azulejo blanco.
Manejaba mi cuerpo sin vida, como si fuera el de una marioneta, pues yo no ponia de mi parte para reaccionar, era una triste y rota marioneta, me sentía como una.

- Lamento todo esto, no tenias que terminar de esta manera. - me dijo Mia con voz triste yendo bajo la regadera, abriendola y templando el agua, para luego ir conmigo.
- Te quitare la ropa y te bañare - menciono esperando que yo le diera permiso, pero no le respondi, seguía derramando lágrimas.

Comenzó a dejarme sin vestido, vio que no reclamaba, y siguió con el resto de mi ropa que cayo al suelo junto con mi bolso.
Yo debía de mostrarme pudoroso, pero no parecía tener interés en nada, mucho menos si Mia me veía desnudo.

- Lo lamento - susurro de nuevo, más me pareció que se lo decía asi mismo que para mi, ya que se habia detenido un momento, estaba seguro que miraba cada moretón en mi cuerpo.


El sonido del agua cayendo de la regadera y yendo a la coladera, era lo unico que cortaba el silencio.
Se hinco, y continuo quitando lo que quedaba de mis medias manchadas y mis zapatos, para levantarse y poner sus manos sobre mi peluca, quitandola con cuidado.
Se detuvo otro momento, contemplando mi cabello verdadero, corto y teñido de azul. No dijo nada y paso a tomar cosas de una gabeta detras de un espejo para desmaquillarme.


- Toma estas pastillas, son para el dolor - me ofreció dandomelas en la boca, yo las acepté y trage.
Quito con suavidad la pintura de mi rostro, y removio mis pestañas. Me miro de nuevo, como examinando mi cara natural.

- ¡En verdad eres un ángel hermoso! - expreso sonando de nuevo a que se lo decía asi mismo.


No le dije nada, porque no sentia nada.


Entonces se acercó a mi y con lentitud tomo mi rostro en sus manos y sin esperar, me besó. Fue entonces que yo lo mire con sorpresa.
Sus labios iban y venían con parsimonia atrapando los míos, era mucho mas lento que el primero que me dio, su nariz acariciaba mi mejilla y su boca suspiraba. Se detuvo, abrió sus ojos y se separo mirandome como sorprendido de si mismo.

- Yo... lo, lo siento, te, te dejo que te bañes. - lo vi nervioso y sonrojado antes de que saliera como rayo del baño, dejandome sólo.
No tarde en colocarme con trabajo bajo el agua, deje que limpiara mi cuerpo de a poco, como si con eso el dolor y la sensación de los labios de Tsuzuku pudieran desaparecer.
Los minutos pasaron, y yo seguia bajo la caida tibia del agua que acompañaba mi llanto. Mia entro un poco después, ya no tan nervioso, levanto mi ropa, y me mostro una camisa y pantalones cortos, dijo que eran para mi, que eran los mas pequeños que tenía. Lo vi sonreír, pero no me miro.

- Espero estas sandalias te queden - comento dejando todo en la mesa junto al retrete. - Te espero afuera - aviso sonriendo tímido y salio.
Yo termine de mojarme, fui adolorido y mojado hasta la ropa, y me cambie, todo me quedaba flojo y grande, pero almenos no estaría desnudo, la ropa se humedecio al absorber el agua de mi cuerpo.
Tal parecía que mis sentimientos se habia ido de viaje a un sitio lejano, ya que el llanto habia sesado, dejandome como en letargo, lo único que quería era estar en casa y dormir.
Sali y fui hasta la sala de la entrada ya con mi ropa en el bolso. Ese departamento era blanco con muebles blancos y azul claro, todo un cielo en la tierra.
Mia preparaba algo en la cocina, asi que para agradecer su hospitalidad, me acerque y de inmediato me vio.
- Te ves bien con mi ropa - dijo sonrojado y alegre.
- Te agradezco todo, ahora me ire a casa. - solte antes de que hablara de nuevo y me ofreciera comer algo, no tenia ganas.
De inmediato borro la sonrisa que adornaba su rostro y dejo todo lo que hacia para sonreír ligero.
- Bueno, entonces, vamos, te dejaré hasta tu casa. - tomando llaves y yendo hasta la puerta.
Yo no lo iba a permitir, ya habia hecho demaciado por alguien a quien habia conocido la noche anterior. Me apresure adolorido hasta él, y con ternura lo abraze de la espalda, él se detuvo con la mano en el picaporte, tal vez lo sorprendi.
- ¡Mia... gracias! - dije conteniendo el llanto y apretando mi agarré. - Pero quiero olvidarme de todo, me duele el corazón, quiero olvidar y eso... también lo digo por ti... - exprese sin más, lo solte, me puse de puntas y bese su mejilla, para luego salir y abandonar ese lugar sin mirar atras.
Casi corría ignorando el dolor, y tome el primer taxi que vi.



Los empleados de mi casa (mayordomo y sirvienta) me saludaron con el rostro feliz de verme, yo entre directo a mi habitación, y ni siquiera supe cuando me dormi.
Desperté de la peor manera (sin contar con el dolor físico y emocional) no queria hacer nada.

- ¡Meto! - la voz de mi madre entrando - Te habia dicho que hoy te iras a vivir con Koi, lo acordamos, es el mejor, te enseñara mucho de su estilo, y empezaran a convivir para bien de la empresa. - decia casi a gritos.
Mala suerte la mía, lo olvide por completo. Mi madre era uno de los mejores diseñadores del pais, y al ya no querer yo estudiar, pues preferia estar en la moda como ella, me apoyo con la advertencia de que me mandaria a vivir con uno de sus modelos, y el futuro sucesor de una marca de ropa visual, Bambi, algo que beneficiaba la compañía, un beneficio mutuo. Y ella me dejaria en mi nueva casa ya que saldria fuera del pais por trabajo.
De háber sabido mi situación para esa mañana hubiera preferido ir con ella.
No le conteste nada, y jalo mís cobijas para destaparme.
- ¡Arriba Meto, debes de estar presentable en la primera vista! - dijo ahora jalandome de un brazo, este me dolio, y antes de que me lastimara mas o viera alguna marca de moretón, me levante como resorte.
- ¡Ya voy ! - exprese algo nervioso.
- Muy bien cariño, te quiero en el auto en diez minutos, seras rapido a tus diecisiete años - dijo sonriendo y besando mi cabeza para irse.


Respire aliviado, y con pesar trate de arreglarme. Termine de maquillarme y ponerme mis piercing de los labios en el auto rumbo a la nueva casa, de hecho era un tipo departamento, me di cuenta al llegar. Mi madre aviso nuestra llegada por telefono, al colgar me dijo que mis cosas las mandarian por la tarde, me dio unas llaves con pequeños peluches colgando, dijo que me dejaria solo, que el dueño llegaba en cuatro horas, que me podia sentir como en casa. Me dejo en la entrada del gran departamento, y me quede solo...
Eche un vistazo al lugar en tono rosa pastel, era moderno y en estilo occidental, habia una sala principal en negro, la cocina al lado, un cuarto de trabajo, y unas escaleras para subir a las recamaras, todo colorido. Me quede viendo caricaturas en lo que mis cosas llegaron. Entre al baño de abajo para verme al espejo. Esa vez vestia con un blusón largo y negro por arriba de las rodillas, medias negras, una peluca miel y larga, mi maquillaje era suave. Me fije que no se viera ningun moreton de mi cuello para no dar mala impresión.
Casi a las ocho fue que escuche la puerta principal abrirse.


Una chica entro, cargando un bolso con estoperoles. De inmediato vio las cajas con mis cosas en la entrada, camino junto a la pared esquivandolas hasta la sala y me vio.
Era muy hermosa y alta, tenía su cabello hasta los hombros en tono rosa y debajo negro, llevaba lentes, y ropa casual, playera estampada y pantalones de tubo, unos tenis rojos.


- ¡Oh eres Meto verdad! - menciono dejando su bolso en un sillón y sonriendome.
- Si, soy Meto, - conteste sorprendido, ya que la voz que escuche era masculina, era un chico - Me dijeron que viviria aquí - dije algo timido.
- Asi es, sientete como en casa Meto, yo soy Koichi! - se presento con una gran sonrisa, luego me miro de arriba abajo, como escudriñandome. - Puedes tomar comida cuando quieras, usar la sala, el comedor, la zona de lavado y hasta la habitación de trabajo - decia subiendo las escaleras - solo esta prohibido que entres a mi cuarto. - lo dijo en tono serio - Sube te mostrare el tuyo.
De inmediato ovedeci, ya que queria dormir cuanto antes.

- Este de aquí, es el tuyo, - dijo abriendo la puerta al fondo del pasillo del lado derecho. - el mio es el de enfrente. - me sonrio. - Mientras te estableces yo me cambiare - se fue por el pasillo - Nos llevaremos bien, lo se. - La puerta de su cuarto se cerro.

Y de nuevo quede solo, mejor para mi, ese chico era hermoso con un toque extraño, pero hermoso. No lo moleste más, y yo solo subi las cajas con mis pertenencias, y las fui acomodando en la habitación, de una cama individual, clóset y baño propio, con todo y su tina.
Al menos el instalarme me ayudo a tener mas sueño, seguro caeria dormido, no quería recordar.
Koichi fue a verme, solo para decirme que saldría y llegaría tarde, que no lo esperará. No negare que me entristecio no poder platicar con el, pero seguro alguien como el era muy social, no como yo que me la pasaba leyendo manga.

Termine cansado, estrene la ducha, y me puse un pijama de oso, para acostarme depues de comer algo de té con galletas. Me dormi pensando que luego podría platicar con Koichi.

Pero no, mi mala suerte me impidio hablar adecuadamente con el en toda la semana. No pasaba que me dijera: "Buenos días" "Buenas noches" "Hola hoy te ves lindo" "Tengo trabajo" "Saldre, no me esperes" y yo le hablaba con un "Bienvenido a casa" o "Que te vaya bien" parecía estar muy ocupado.
Eso no me ayudaba a dejar de estar pensando en lo ocurrido con Tsuzuku, y me deprimia.
Esa mi quinta noche volvi a llorar, pensando en lo tonto que habia sido de enamorarme de ese hombre. Me acoste con mi pijama de pikachu y trate de ver anime en la laptop, en lo que el sueño me vencia, ya que Koichi salió de nuevo.
No me di cuenta de cuando me dormi, ni de a que hora llegó Koichi, pero de lo que estaba bien seguro era de que olia a perfume y alguien me estaba abrazando.
(Un momento, ¿alguien me abrazaba?)

Entre la oscuridad a medias, gracias a mi lámpara de oso sobre el buro, me removi con temor, tratando de ver quien rayos estaba a mi lado, y trage saliva de ver a koichi junto a mi.
- Mmm... te desperte, perdón.
Di un brinco del susto de escucharlo hablar sin abrir los ojos y con tono adormilado.
- Mañana estare libre, podemos salir a donde tu quieras. - dijo apretando su agarré a mi cintura, volviendo a acomodarme junto a él, con mi espalda en su pecho. - Te lo debo - Susurro.
No supe como reaccionar, eso era tan extraño, acaso estaria borracho o algo, y no se daba cuenta que estaba invadiendo mi espacio personal.

- Por cierto, sin peluca y maquillaje, sigues igual de tierno. - comento acomodando su cabeza por mi cuello y dejandome sin respirar por unos segundos, no creía lo cerca que estaba de mi, me asustaba el sentir su respirar.
Se acomodo acoplandose a mi silueta, y luego me pareció que se quedo dormido. No pude moverme ni reclamar, y el sueño se me espanto sin saber que hora era.
A la hora de despertar, me encontré de nuevo solo. Creí que tal vez había soñado todo y me levanté para ir a desayunar.
En la cocina ya estaba Koichi arreglado con un tipo traje casual negro y lentes, preparando el desayuno.
- ¡Meto ven a desayunar! - me dijo sonriente al verme.
Fui y me sente en una silla de la barra.
- Hoy saldremos a comprar cosas, asi que al terminar, te arreglas y nos vamos. - comento tomando asiento frente a mi.
De verdad no lo había soñado, el durmió a mi lado, y era muy hermoso, mi madre tenía buen gustó para sus modelos.
Sin decir nada comi para irme a cambiar, Koichi solo me miraba por momentos y me sonreía.
Cuándo por fin baje arreglado, de peluca rubia, playera larga con medias negras y botas. Koichi se me quedó mirando de forma extraña, volviendo a pasar su vista desde mi cabello hasta mis botas, eso me puso nervioso.
- Que bueno eres al arreglarte, te ves como toda una chica bella y con estilo punk, me enamore solo al verte - dijo poniendo mis mejillas rojas.

No era que no me gustará que me alagaran, pero eso me había sonado a confesión.
- Vamos, hoy te bombardeare de preguntas. - expuso abriendo la puerta, yo lo seguí.
Y comenzó su amenaza, en el auto camino a un centro comercial.
- Te gusta la moda femenina, es obvio, entonces, ¿igual te gusta lo punk y dark como lo lindo y colorido? - soltó en su primer pregunta.
Yo le respondi afirmativamente, luego siguió con cosas como, los colores que me gustaban mas, la comida, el clima, la forma de ser de la gente, los animales, que lugares de la ciudad eran mis favoritos, etc. Respondi a todo con parsimonia, y poco a poco me fui soltando más, entre la amena conversación quería preguntarle el por que del abrazo nocturno pero no pude cortar con su entusiasmo.
En el centro comercial la pase muy bien, me daba su total atención, me compro un helado, nos probamos ropa y accesorios, nos reimos porque la gente pensará que yo era chica.
- Ese vestido le queda hermoso a su linda novia - comento una vendedora al verme con uno de sus modelos, y haciendo su trabajo de alagar para vender.
Yo me rei por lo bajo, hasta que Koichi le respondió:
- ¡Si, se le ve divino verdad! - concordo mirandome. - ¡Me lo llevo! - dijo con tarjeta de crédito en mano, y yo me quede con la boca abierta, no solo por el precio elevado, si no mas por no desmentir que era su novia, sobretodo que era chico.
Estaba a punto de protestar, cuándo me silencio con su índice sobre mis labios.
- Te dije que te recompensaria el estar ocupado toda esta semana - explico - ademas trabajaremos mucho juntos en un futuro, asi que por ahora déjame ser quién te concienta un poco, te vi muy serio y algo triste. - dijo y acaricio un mechón de mi peluca. - y no quiero que vivas trite junto a mí, verás que estar conmigo no es tan malo. - me sonrio y fue a pagar el vestido.
No tenia claro como reaccionar, Koichi era amable y atento, además me miraba de forma dulce como si yo le gus... ¡no! ¡no debía pensar cosas raras!, seguramente solo quería recompensar su ausencia como decía.
Trate de estar calmado de regreso a casa, pero tal vez noto mi nerviosismo, pues volteaba de vez en cuando a verme. No soporte la presión y en un arrebato pregunté en voz alta, en un alto de semáforo.

- ¿Por que te metiste a mi cama en la noche? - solte y me arrepenti de háberlo dicho tan golpeado.
El pareció mirarme sorprendido, luego como que penso lo que diría a continuación. El auto avanzo.
- Eso fue por que me gustas - salió con calma de su boca.
Lo mire con ojos como platos, no era posible que hablara en serio, no podia creer en esas palabras que me caian como un puntapié al hígado en ese momento.
- Me gustas desde que te vi en una seción de fotos por tu madre, ella presumia lo hermoso que habías quedado, te resultara raro, pero después de verte, no deje de pensar en ti... - decía sonriendo.

¡No! no podia pasarme eso, tenia que ser un sueño extraño, una broma. Era encantador que yo pudiera gustarle a alguien como Koichi, pero no caeria de nuevo, mi corazón no lo aguantaria.
- Tu madre comento sobre tu gustó por la moda, con toqué oscuro, y que necesitaba de alguién que te guiara en este mundo, asi que yo me ofrecí - se río - creí que sería mi oportunidad para conocerte.
Me quede atónito, sin como responder ante aquello. Baje mi vista y trate de calmar mis pensamientos, "el quería conocerme".
- No creas que soy un pervertido, no haré nunca nada que no quieras - se apresuro a decir - solo te pido que me conozcas mejor, tal vez te... pueda gustar. - dijo sin dejar de sonreír - Ahora bajemos, llegamos a casa.

A continuación, yo bajé del auto después de él, cerre la puerta y me encamine al apartamento como si fuera una muñeca sin vida. No estaba nada comodo con aquella situación. Mi corazón roto no tenía cavida ante sentimientos de amor en ese momento, por lo que enmudeci, y agradeci el que Koichi me diera mi espacio.
Me encerre en mi habitación por un par de horas, hasta que llamaron a mi puerta. Tarde unos minutos en levantarme de la camá para ir abrir, no quería ver a Koichi con mis nervios haciendo estragos en mis gestos.
Abri sin mirarlo directo a los ojos.
- Esto es para tí! - dijo con alegría, como si nada malo estuviera pasando. - te lo compre para tu llegada, pero hasta ahora me anime a dartelo. - me dio una caja de regalo con un gran moño rojo, la tomé mirandolo curioso.
El no se movio, tal vez quería verme abrirla, lo que hice a continuación.


Quité la tapa, y me encontré papel de color rosa (que extraño) cubriendo algo, lo retire, y mis ojos brillaron encantados, había un oso de peluche color ocre, pero no solo era un oso cualquiera, si no extraño, tenia un botón morado y grande donde debería estar uno de sus ojos, eso me agrado mucho.
Sin pensar, dibuje una sonrisa.
- Tienes la sonrisa mas bella que haya visto - hablo koichi despeinando mi cabello, haciendome sonrojar.
- ¡G... gracias! - exprese feliz pero tímido (maldita timidez).
- Es un placer, ahora baja a cenar, te esperó - aviso yendose por el pasillo.
Yo seguí sonriendo como idiota, hasta que mi cerebro pareció reaccionar y dejé la caja de regalo a un lado para ir a cenar con todo y el oso en mano, amé ese oso a primera vista.
No huvo mucha plática en lo que comiamos, ya que encendi el televisor y vimos anime. Al terminar, Koichi dijo que lavaria los platos, que me podía ir a descansar, yo le tomé la palabra.

Me recoste en la cama de nuevo, mire el oso, y pensé en un nombre para el, me sono bonito algo un poco femenino, algo como "Ruana".
Pensé lo agradable que había sido el día, en lo mucho que me diverti, y en lo especial que Koichi me hacía sentir, sobre todo como se veía su cara cuándo me veía, al sonreír, al hablar, el brillo de sus hermosos ojos, sus bellos labios, todo...
Me quedé dormido...
Entonces alguien estaba sobre mi, su sonrisa era grande, sus manos me tocaban el pecho, rasguñaba mi abdomen desnudo, me estaba ecxitando. Toco mi sexo, me hizo gemir. El miedo se apodero de mi, quería gritar pero no podía. Sus uñas perforaban mi piel, la sangre salia manchando la camá, una risa resonaba en la habitación, el dolor de mi carné al desgarrarse me terminaría matando. Logre ver el rostro de Tsuzuku entre sombras y desperté gritando.

Me sente en la cama y abraze mis rodillas, estaba sudando frío y con la respiración agitada.
Koichi llegó como rayo abriendo la puerta y fue hasta mi con preocupación. Ya estaba en pijama y descalzo, era la primera vez que lo veía sin maquillaje y el cabello lacio cayendo en su rostro, se veía hermoso aun así.

- ¿Estás bien? oh tuviste una pesadilla. - lo supuso sentandose a mi lado, yo asenti.
Me abrazo para tranquilizarme, acariciando mi peluca, y entonces pasó algo que ni yo esperaba, reaccione con rechazo, y lo empuje con un : ¡No!
Lo mire sorprendido por mi reacción, y el hizo lo mismo, no supe que decir.
Para empeorar la situación, note que tenía una erección a causa de lo que había soñado.
¡Demonios! la vergüenza me invadio y retrocedi en la camá hasta tocar pared con mi espalda.

- Pe...Perdón - dije casi inaudible, abrazandome a mis piernas nuevamente, tratando de que no notara mi gran problema.
- ¿Que ocurre hice algo malo? - pregunto acercándose de nuevo.
- No, yo, no solo... - valbucie, como decirle que estaba ecxitado, y con tremenda erección de háber tenido una pesadilla, ni yo me lo creía. Acaso me había convertido en un enfermo, acaso después de todo lo que me había hecho Tsuzuku, aun me gustaba.
- Hey calma, yo estoy aquí, solo fue un mal sueño - la voz de Koichi me trajo de nuevo a la realida, volviendo a tocar mi cabeza y sentandose a mi lado.
No quería su cercanía, y trate de moverme, pero al intentar alejarme, gemi sin querer, y me congele de la vergüenza, obviamente me escuchó con claridad.
No lo note al principio pero estaba temblando.
- ¡¿Meto quete ocurre?! - expreso un Koichi algo molesto, y me jalo de un brazo.
- ¡No ah! - volví a gemir.
Santa madre, en verdad me había convertido en todo un pervertido, como podia seguir excitado.
Lo mire con dolor un momento y de inmediato note que me veía la entrepierna.
- ¡No veas! - suplique. Rayos y más rayos, se dio cuenta de mi erección, trate de cerrar las piernas ya que tenía mi blusón arriba y le había dado una imagen a todo color.
Escuche que se le salió una risita, y me petrifique, se estaba burlando acaso. Escondi mi cara entre mis rodillas, y mis mejillas al rojo vivo.
- Esas cosas no me las tienes que ocultar - lo escuche decir. - Recuerda que igual soy hombre, se por lo que pasas. - comento tocando mi cabeza, de verdad no tenía idea.
Como me gustaría que dejara de hacer aquello, solo empeoraba mi estado.
- Iré al baño - dije levantando mi rostro y comenzando a moverme, cuando un nuevo gemido se me escapó. ¡Tragame tierra!.
Escuché una nueva risita. Lo próximo que supe, fue que Koichi me tomo de un brazo jalandome y colocandome contra la pared nuevamente. El se coloco hincado justo enfrente de mi, y se acercó con lentitud.
- ¡Que haces! - espete inquieto, no estaba nada comodo.
- Te voy a ayudar un poco - comento con voz ronca, yo trage saliva.
Su rostro estaba pegado al mio, y se había relamido sus labios. Su respiración me pegó en la cara, su nariz acaricio la mía y luego mi mejilla, con eso junto nuestros labios. Comenzó a besarme, mi vientre se aloco. Tal vez fuera mi reciente excitación, pero lo dejé y comencé a corresponder.
Nuestros labios se movian probandose, creí lo lastimaria con mis piercing, pero el supo como evitarlo, mordiendo mi labio inferior. De mi boca salian suaves suspiros igual que de la suya. Mi mente se transformo en una telaraña. Me gustaba Koichi o era por  haber soñado con Tsuzuku que seguía excitado.
Sentí su mano deslizarse por una de mis piernas, mi miembro sufrió un palpitar de la expectación. Y recibí una descarga placentera al ser tocado en mi entrepierna aun sobre la ropa.
Me salió un lloriqueo de lo bién que sentí, aunque me dolió de igual manera por tener mi miembro atrapado en mi ropa interior.
- Quiero que sientas rico - escuche decir a Koichi separandose de mi, para mirarme a los ojos de perrito que seguro me vió poner, en lo que sus manos jalaban mis medias y de paso liberaba mi pene.
Un nuevo gemido se escuchó. Mi excitación se subió mas al sentir la mirada de Koichi sobre mi miembro.
- Me colocare entre tus piernas - me aviso. Lo vi inclinarse y pasar su cuerpo por abajo de mis botas con las medias uniendolas, quedando entre mis piernas, que ligeramente apretaron su cadera. Note que el sonreia, le estaba gustando nuestra situación, y yo no negaba que estaba en las mismas.
- No te preocupes, esto sera agradable - comento acercándose nueva mente a besar mis labios.
Sus manos atraparon mi erección, y yo gemi entre el beso, mi espalda se curvo. Sus dedos masajearon toda mi extensión, y yo coloque mis manos en su pecho apretando su pijama, se sentia muy bien, no quería que se detuviera.
- ¡Koi ah! - gemi del placer cerrando mis ojos.
- Que lindo me llamaste - me dijo con voz excitada yendo a morder mi cuello. - Ahora se pondra mejor - hablo a mi oído.
Se llevo una mano a su pantalón del pijama rosa, y se lo bajo, sacando su pene ya erecto. Yo quede mareado, no podia creerlo, sería otro sueño raro. Comenzó a masturbarnos al mismo tiempo. El escuchar sus gemidos me encendia el libido, y mis caderas daban pequeñas embestidas a su mano.
- Meto me encantas - dijo tomandome de la cadera, me levantó y se puso debajo, para que yo quedara sentado sobre sus piernas.
- ¡Aaah! - gemi al sentir como nuestros miembros se juntaban, lo había hecho con esa intención.
- ¡Koi espe... aah! - no pude decir mas, seguía masturbandonos ahora restregando nuestros miembros entre si.
El movimiento lento de nuestras caderas no tardo en ayudar a aumentar nuestro placer, sentia que mi pene explotaria en cualquier momento.
Koichi gemia sin pudor, y me besó enmudeciendo unos instantes nuestros gemidos. Aumento el ritmo, subia y bajaba sus dedos sobre nuestros miembros, apretando.
Senti el orgasmo llegar, abrace a Koichi y con un gritó junto con mi espalda dando una curva, me corri en su mano y miembro, luego lo hizo el, para abrazarme también.
Nuestras respiraciones quedaron agitadas, y yo seguía aferrado al cuello de Koichi, quién levantó la cara y besó mi mandíbula.
- ¡Fue genial! - me susurro besando de nuevo y acariciando mi peluca.
- Quédate conmigo - se me salieron esas palabras estrujandolo más, no quería que sucediera lo mismo que con Tsuzuku y me dajara simplemente como un objeto que había utilizado.
- Pero claro, no iba a ir a ningún lado. - me dijo sonriendo y comenzando a quitar mis botas junto, con las medias. - Bueno solo iré por unos pañuelos para limpiarme, mientras has lo mismo cariño y ponte tu pijama.
Yo asenti dejandolo ir, ensoñado de que me dijera, "cariño." Me levanté para limpiar el rastro de semen en mi ropa, quitarme la peluca y el maquillaje, y ponerme un pijama. Para asi acomdarme en la cama con Ruana en mis brazos.
Koichi llegó sin tardar mucho, apago la luz y se acosto junto a mi tal cual la noche anterior, abrazandome por la cintura.
- ¡Buenas noches! - dijo pegado a mi cuello, y lo besó.
- ¡Buenas noches! - conteste tratando de calmar mis latidos, esperaba que al despertar todo fuera real.

Y sin duda lo fue, Koichi me despertó de una manera extraña pero agradable. volvía a tener su mano dentro de mi ropa interior, masturbandome.
- ¡Aah Koi! - de nuevo mi voz lloriqueaba.
- Cuando me dices asi y de esa manera, eres todo un caramelo - comento el pelirosa colocandose sobre mi.
En cuánto me dejó de tocar, se perdio debajo de las sábanas, y en seguida note sus dedos alrededor mio de nuevo, con su cabeza sobre mi pelvis, caí en la cuenta que estaba a punto de darme sexo oral. Su aliento cálido me hizo cosquillas. Y sentí cuando engullo mi miembro de una vez.
- ¡Aah! ¡aah! - resonaba mi voz ecxitada.
Koichi comenzó a bajar y subir con succiones, y aunque quería verlo, las sábanas me lo impedian, viendo solo en estas los movimientos de su cabeza.
Yo estaba en el cielo nuevamente, apretaba las sabanas y me retorcia del placer. Su vaivén se acelero, masajeo mis testículos, quise decirle que me vendría, pero no pude, y con unas succiones mas, eyacule en su boca.
Lo escuche tragar, y mi rubor subió hasta mis orejas.
- Lo...lo siento - dije cuando lo vi salir de entre las sábanas y ponerse de nuevo sobre mi pecho.
- Que dices, sabes delicioso - me dijo riendo y luego me besó.
No sabia si me estaba enamorado de el, pero adoraba como me hacia sentir, como tenía su completa atención y como me miraba, como si fuera algo hermoso.


"Tal vez mi corazón volvió a unirse, y ya estaba enamorado"


Lo abrace y el a mi por unos minutos mas antes de levantarnos.  El día paso acogedor, estuvimos muy cariñosos.

 

Y cuándo menos lo note, ya había pasado otra semana.   Koichi iba al trabajó, pero regresaba temprano, se le hizo costumbre hacerme visitas nocturnas cuando no estaba cansado, o simplemente dormía a mi lado, por el momento sólo nos besabamos y acariciabamos. Yo estaba feliz, no había pensado nada de lo ocurrido con Tsuzuku. Parecía que Koichi había sanado mi corazón, y estuve seguro de eso al escucharlo pedirme ser su novio, y eso lo hizo de una forma tierna, tomando a Ruana, y con voz infantil moviendo a mi oso como si fuera el, me lo pidió. Acepté al instante. Todo iba bien.


Una noche a la hora de la cena, yo me había terminado de bañar y arreglar, sin peluca ni vestido, solo mi cabello azul peinado, y una playera y pantalones cortos. Escuche el timbre sonar, seguro era la visita de Koichi que cenaria con nosotros.
Sin demorar mucho sali de mi cuarto para saludar. Pero aminore el paso de eschuchar que estaban discutiendo. Empecé a bajar las escaleras.

- ¡Primo bien sabes como se pone, necesito que lo veas! - le decía un hombre a mi Koichi.
- ¡Te dije que no volveré a meterme con ustedes! - le repondio mi pelirosa con voz impasible - Me encuentro muy bien ahora como para entrar en conflicto por el.
- ¡Hazlo por mi Koichi, esta en una de sus crisis y no puedo sacarlo!
- ¡No es mi problema, ya sabías como era!. - dijo de nuevo rechazandolo.
- No te lo pediría si no fuera de vida o muerte, creo que corre peligro, - decía la otra persona con pesar - ahora esta metido en ese club todo el tiempo, y regreso a sus antiguos vicios, solo habla con el.
- Si dices que sufre por ese chico, al que deberías pedirle hablar es a el.
- ¡Maldita sea Koichi lo haría si ya lo hubiera encontrado! - gritó el otro chico y se escucho romper un plato.
Baje las escaleras con preocupación.
- ¡Te invité a cenar, no a que rompas mi vajilla idiota! - vi como le gritó Koichi a un chico que parecía león enjaulado.
Mi presencia capto la atención de ambos. Y cuando vi mejor al otro chico, el alma se me cayo a los pies.
- ¿¡Meto eres tú!? - me gritó Mia.
Santa madre de los malos recuerdos, Mia estaba ahi igual de bello, con una chamarra de cuero negra y pantalones de mezclilla, de pie mirandome como si mirara a un fantasma. Y yo estaba en las mismas respecto a él.
- ¿Como? ¿se conocen? - escuche a Koichi preguntar, retrocedi unos pasos, queria salir corriendo.
- ¡Meto no sabes que alegria verte! - dijo Mia reaccionando con ojos llorosos y alegría, caminando hacia mi.
No dejé que me alcanzara y corri como rayo a las escaleras, tropezando en un escalon, aun asi segui mi escapé hasta mi habitación.
- ¡Meto espera! - gritó Mia y fue tras de mi. - ¡Necesito que hablemos!
- ¡¿Pero que?! ¡No te pases como si fuera tu casa! - escuché a Koichi reclamar.
Yo cerre la puerta de mi habitación, mis latidos se aceleraron. "Que pequeño era el mundo" pensé con angustia.
Mia golpeó la puerta, yo me aparte, parecía desesperado por decirme algo, pero yo no quería escucharlo.
- ¡Meto por favor, solo quiero hablar, abreme! - decía triste del otro lado de la puerta.
- ¡Quien rayos te crees Mia para venir y gritarle a mi novio! - gritó Koichi como loco, y supuse aparto a Mia de la puerta, que dejo de ser golpeada.
- ¿Tu novio? - pregunto un desconcertado Mia.
- ¡Si mi novio! - le respondió.
- No, no puede ser - se decía el otro con angustia. - dejame hablar con Meto por favor.
- ¿Por que, quieres hablar con el? mejor dicho ¿De que quieres hablarle? - pregunto Koichi sin comprender.
- Esque el es Koichi, el es por quién Tsuzuku esta muriendo - contestó Mia con voz llorosa. - El es el chico que estaba buscando, se que si habla con Tsuzuku podra salvarlo.
- ¿¡Que dices!? - repitio Koichi sin querer creerlo.
Yo mismo quede inmóvil detras de la puerta escuchando aquello. No entendia lo que estaba pasando, lo único que tenía claro era que el hombre que me habia roto el corazón estaba mal, podia morir, y si Mia reaccionaba de esa forma era cosa sería, y lo peor decia que era mi culpa.  Mi corazón pareció encogerse ante aquello, mi mente quedo en shock.

"No volvería a enamorarme, dije una vez, pero ahora crei que podia hacerlo de nuevo, y el recuerdo del desamor regresó, y creó que aun me causa dolor... peor aun... amor."  

 

Notas finales:

Bueno si llegaron de nuevo hasta aquí, gracias, espero el próximo este más largo, y tenerlo lo antes posible.

 

Ya se que Meto esta hecho un desastre, y no sabe que onda con sus amores. u.ur

 

¿Con quien creen que se quedará? Doy regalo a quien adivine. XD Ok no, alucinen todo lo que quieran con ellos.

 

"Gracias por leer"

 

¡Besitos!


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