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"Oscuros Amores" por Noribet

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Notas del capitulo:

Aquí el siguiente, mil disculpas salio cortito, pero quería subirlo hoy. u.u

 

¡No me odien!

 

Creó me pase con el mundo color rosa, lo siento.

 

Espero sea de su agradó (disculpen las faltas, mi amado celular me odia).

 

 

"Ahora que haré, mi corazón esta latiendo dolorosamente, la angustia me invade, mi cabeza da vueltas, no me siento nada bien."

Mi mente seguía congelada ante Mia diciendo que Tsuzuku estaba mal, que era culpa mia, y enfrente de mi novio, quien seguro quería una justa explicación.

Yo no tenía claro el querer saber que pasaba con Tsuzuku, pero me preocupaba de alguna manera dolorosa, y mis latidos acelerados me delataban. ¿Podía estar preocupado por el?

Seguí escuchandolos detrás de la puerta.

- Koichi por favor, te conte lo mal que está, déjame intentar hablar con Meto, no lo obligare a nada - suplico Mia.

- Yo sabía que estabas triste de ver a Tsuzuku en mal estado, por eso te invité a cenar hoy - decía Koichi en tono serio, conteniendose para no gritar. - Y lo que saque fue enterarme de que mi novio, al cual te presentaria, ya resulta que se conoce..., - decia con amargura en cada palabra - y aun peor, me dices que es el chico que estaba enamorado del bestia de Tsuzuku, ¿¡El que se acosto con el y fue lastimado!? - terminó con un hilo de voz.
Koichi sonaba indignado.

 

 

Mi mundo volvió a teñirse de gris, mi cuerpo temblaba, Koichi, mi novio, estaba enterado de mi desamor por Tsuzuku, Mia le habia contado todo. Ahora que pensaría de mi, seguramente me odiaría, tal vez me estaba odiando en esté momento.

Cayeron lagrimas cristalinas a mis pies, tenia un nudo en la garganta de pensar que Koichi me odiaría, no podía concebir que me dejara, que ya no podría volver a besarme ni verme con amor.


- ¡YO LO MATO!

Salte al escuchar la voz gritar de Koichi.

- ¡Voy a matar a ese desgraciado! - dijo de nuevo, su voz se iba, me pareció que se alejaba.

Al escucharlo me dio un impulso de abrir la puerta.

- ¡Koichi no seas idiota! - gritó ahora Mia - ¡No estas escuchandome, Tsuzuku esta en una crisis!

- ¡Daño a mi Meto, se lo merece! - escuche a mi pelirosa responder.

Mi corazón amenazó con detenerse de escucharlo, se enojo de tal manera, por mí.

Escuché un golpe seguido de silencio que me hizo salir rápido al pasillo. Me espante con la escena, Koichi estaba sentado en el suelo, sobando su mejilla y boca. Mia lo había golpeado, y se miraban con coraje.

- ¡No vuelvas a decir nada malo sobre Tsuzuku, no lo entiendes! - hablo un Mia tratando de calmarse.
- ¡Si lo hago! - le respondio Koichi serio y levantandose. - Se te habrá olvidado que tambien he intentado ayudarlo, que puse todo de mí para que se sintiera amado, que ya no tenía que buscar cariño en lugares sombríos, que nosotros lo amabamos, - decía con cierto rencor - pero yo no le fuí suficiente, y sólo jugaba a amarme, despreciando mi compañía, mi amor. ¡Sabes bien lo que sufri! se perfectamente como es, y lo mucho que te puede dañar. - terminó mirandome con tristeza.
Sus ojos me paralizaron, mi interior gritaba, lo que había dicho me impacto, y algo me dolió, tal vez mi frágil corazón, de enterarme que Koichi había sido pareja de Tsuzuku, que lo había amado.
Bajé mi mirada, no podía aguantar la suya, me lastimaba.

- ¡Asi que no me pidas que ayude a alguién que no quiere ser ayudado Mia! - siguio hablando Koichi y miro al rubio que estaba inmóvil. - ¡No dejaré que alguien como él le haga daño a la persona más importante en mi vida! - levanté mi vista para ver como Koichi me sonería. - Ahora me protegere, cuidando el motivo de mi amor. - se estaba refiriendo a mí.
Aun después de todo, seguía queriendome. Mis pies se movieron y fuí corriendo hasta él. Lo abrace derramando lágrimas, cómo podía seguír pensando en Tsuzuku, como podía estar preocupado por ese hombre que me lastimó, si ya tenía a alguien que estaba demostrandome su amor. Me sentí la peor persona del mundo al no poder gritarle a Koichi que me había enamorado, que lo amaba a él, que mi corazón era suyo y de nadie más. Como desearía el olvidarme de Tsuzuku tal y como Koichi demostraba haberlo hecho y no sentirme una basura.
Lo abrace con aprensión, y restrege mi rostro en su pecho. El pelirosa me correspondio, acariciando mi cabeza.

- Tranquilo caramelo, Mia me conto lo mal que la pasaste con ese hombre, no dejaré que te haga daño, lo prometo. - me dijo Koichi tiernamente abriendo mas mi herida.

- Se que tal vez odien a Tsuzuku - comenzo diciendo Mia con voz dócil. Me despege de Koichi y ambos lo miramos. - Se lo mucho que puede herir, pero también se lo mucho que puede amar - hablo con tristeza - tal vez yo sea un idiota de seguir a su lado, de preocuparme, pero si yo no lo hago, nadie más lo hará.
 - Mira Mia, perdón por mi recién arranque de irá, - comenzó Koichi - pero si Tsuzuku está tan mal como dices, no quiero que involucres a Meto, conozco a Tsuzuku y en su estado podría lastimar a mi novio.
- ¡No lo lastimara, lo prometo, solo deja que hable con él! - insistia Mia suplicante, hasta pensé que se arrodillaria.
- ¡Te escuchare Mia! - solte al instante y luego miré a mi novio separandome de el, Mia me dió sentimiento, se veía desesperado. - No tienes que preocuparte Koi, quiero hacerlo. - Le sonrei, sabía que eso no lo ponía feliz, pero quería acabar con la triste curiosidad, y saber que le pasaba a Tsuzuku.

Koichi comprendio y asintio.

- ¡Gracias Meto, de verdad! - se alegro Mia respirando con alivio.

Fuimos a mi habitación, yo me sente en la camá tomando a mi oso Ruana y abrazandolo nervioso. Mia se sentó en un banco de madera de mi tocador y Koichi se quedo recargado en la puerta.
Mia comenzó a contarme como se puso Tsuzuku después de que me fuí.


Escuchando a Mía:
Pues al verlo le reclamo el háber jugado conmigo, y haberlo engañado a él, diciendole que yo si le gustaba, mas que solo para una noche. Pero noto a Tsuzuku distante, con angustia, y cuándo le mencionó lo mal qué me había dejado, Tsuzuku comenzó a llorar, diciendo:

- ¡No quería Mia, de verdad no quería dañarlo estaba tan lindo en mi camá, que no pude parar, me hechizo completamente y me perdi en su cuerpo - le explicaba entre el llanto y sentado en el suelo de su cocina. - Al recuperar mi auto control, y ver lo que le hice, me arme de valor para correrlo, ya que si lo lastimé en nuestra primera vez, podía ser peor en la próxima, y no me lo perdonariá, Meto es tan inocente, encantador y dócil, que me ínsita a querer encerrarlo solo para mí... - confeso mirando el techo.
Mia le respondió con algo de dolor, preguntando que era lo que él haría entonces, si se olvidaria de mi, o me buscaria.
Tsuzuku se jalo los cabellos y se despeino, ni el entendía que tenía que hacer. Le dijo que esperaría a ver si en unos días se le pasaba el pensar en mí, y si no, me buscaria.
Y paso lo segundo para mal del pelinegro, asi que intentaron buscarme, y aunque lo intentaron, en la tienda de tatuajes y en el bar, esperando que llegará a pasar por ahi de nuevo, nunca regresé. Eso ponía a Tsuzuku desesperado, molesto y ansioso, quería verme con todas sus fuerzas. En cuánto más días pasaban Tsuzuku empeoraba su estado de animo, comenzando a fumar y tomar en exceso.
Mia se preocupaba por el, sobretodo cuando comenzó a ir seguido al club, donde tenía encuentros sexuales nada sanos con quién fuera que se le insinuara.
Lo más horrible fue cuando Mia lo había encontrando auto lesionandose en el baño, y al encararlo, reclamándole que eso ya debía ser un mal hábito del pasado. Luego luego se puso a la defensiva, argumentando que tenía nuevas razones, y que no se metiera en sus asuntos, si no tenía la manera de hacerlo feliz. Esa fue la gota que derramo el vaso contando lo ocurrido a Koichi para ver si el lo ayudaba, pues Tsuzuku no lo escuchaba.


Mia terminó de hablar con aire triste.
Yo seguía digiriendo lo escuchado. No podía saber como reaccionar ante tanta información de un tajón. En verdad que Tsuzuku se encontraba mal, he iba empeorando. ¿Cómo podía yo ayudarlo?
Abrace fuerte a Ruana, y mi mente no paraba de pensar sobre ¿Como ayudar?, ¿Cómo verlo sin que mi corazón dejara de latir? ¿Cómo no sentirme culpable de toda esa situación? ¿Cómo?

- Ahora que has contado todo esto - hablo mi Koichi a Mia - ¿Que esperas que haga Meto? ¿¡Que regrese con el!? después de todo lo dañino que conlleva estar con alguién como Tsuzuku... - su voz estaba algo alterada.
- ¡No Koichi! - salto un Mia con ojos llorosos. - Se que no estaría bien algo como eso, solo quiero que le hablé, que lo convenza de volver a ser el Tsuzuku qué ama lo que hace, y que vive por cumplir cada objetivo que se pone - explico el rubio suspirando y me volteo a ver - Tal vez si eres tu Meto, te haga caso, solo pido que lo intentes, si no se logra nada no los molestare más.

- Tu dicides caramelo, - me habló Koichi con seriedad - si quieres ayudar tratando de convencer a ese tonto de dejar los vicios yo te apoyo, me mantendre a tu lado todo el tiempo. - me sonrio.

Ya no había más que pensar, estaba decidido, ayudaría a Tsuzuku, no podría con mi conciencia si algo malo le llegaba a suceder. Y si mi pelirosa estaba a mi lado, seguro lo soportaria.

- Lo ayudare, hablaré con él - les dije y Mia fue el primero en alegrarse, yendo a abrazarme, Koichi solo suspiro.
- Muchas gracias Meto eres todo un ángel - me comento Mia con mas ánimo. - Lo primero que haremos será sacarlo de ese club - dijo volviendo al tono serio - salió la vez que le dije que estabas afuera esperandolo - me miro - pero se dio cuenta que le mentí para sacarlo, asi que no volverá a funcionar - se quedo pensando - Pero si esta vez te vé, seguro te seguirá - dijo volviendo a animarse.
- ¡Wow momento! - salto Koichi - ¿Piensas llevar a mi caramelo a ese club del mal?, ¡te has vuelto loco!, ¡se lo comerian cruzando la entrada! - se alarmo de solo pensarlo.
- ¡No exageres Koichi, que estaremos cuidandolo! - respondio Mia indignado - Además cuándo tu fuiste, te fue agradable el lugar, y volviste - lo miro con ojos inquisitivos.
- ¡Era... eso... era diferente! además Meto aun es menor - cambió el tema, se puso nervioso.
- Ya lo tengo resuelto, solo es cuestión de pedir un favor especial a Kai sama y lo dejará entrar.
- Es solo que no quiero que...
- Que, qué Koichi, si son novios, Meto ya conoce tus gustos, es lo mismo.
Lo dicho por Mia ya no lo habia entendido, de que se supone estaban hablando. Koichi no supo que decir y suspiro irritado volteandose.
- Espera... - habló Mia y me miro dudoso y volvió a ver la espalda de mi pelirosa - ¿¡Acaso no lo has hecho con Meto!? - dijo asombrado.

Santos cielos, eso me sono tan directo, que mis mejillas se tiñeron de rojo al instante. Eso era personal y fuera de tema, pense y oculte mi cara detras de Ruana.
Koichi lo miro como queriendo asesinarlo, pero se contuvo.

- ¿Pero lo sabe cierto? - pregunto Mia y yo quería saber a que se refería.

Koichi nego con la cabeza y Mia se levanto de mi lado con una mano en la boca.

- ¡Demonios Koichi esas cosas no se ocultan a tu pareja! - Reclamo un Mia impaciente.
- ¡Rayos Mia, que inoportuno, buscaba el momento de decirlo en una forma mas intima, y tu lo arruinaste! - explotó Koichi en enojo y salió de la habitación hecho una fiera.
Escuchamos el portazo que dio a su puerta.

Mia y yo nos miramos, yo sin comprender que había sucedido y Mia como preguntandose si contarme o no.

- ¿Meto has entrado al cuarto de Koichi? - me pregunto al fin, con calma y sentandose a mi lado.
Mas extrañado de esa pregunta no podia sentirme, que había algo malo en su habitación, que ocultaba un dinosaurio, una nave alienígena, un cadáver, un pingüino, ¿¡Qué!?...
Nege con la cabeza.
Mia hizo una mueca.

- Ya me lo imaginaba, - reaccióno preocupado - entonces el viene a tu cuarto por... cariño - lo dijo mas que convencido, y capte a lo qué se refería, volvi a asentir. - Solo me extraña, ya que son novios... bueno, digo, conociendo a Koichi se me hace raro que no te hiciera el amor en su habitación cuándo te tuvo a su... - borro la sonrisa que se le estaba dibujando, y se aclaro la garganta - Lo siento - se disculpo por su forma de expresarse.

Igualmente me sonroje.

- Lo que te intento decir es que Koichi, gusta del sexo... am... digo tiene uno que otro fetiche extravagante - solto sonrojandose - Y que aun no te lo muestre es inusual para mí, ya que adora las cosas en su cuarto. - al decirlo abrio más los ojos.

Eso era mucha información de mi novio dicha por otra persona. Aun asi no me impresionaba, si mi pelirosa tenía gustós especiales, yo lo aceptaba. Ya sospechaba que podria tenerlos, pues si yo le gustaba, obviamente su visión de lo hermoso y placentero era diferente. Y yo no era quién para juzgarlo, hasta pudiera ser que yo estuviera peor.

- ¡Bueno Meto será mejor que los deje! - dijo Mia levantandose, un poco apenado - Ya que me ayudaran con Tsuzuku, merecen que yo les de tiempo para platicar a solas. Además creo que si digo algo de ese rosadito, seguro terminara asesinandome - expreso sonriendo y abrazandome - ¡Gracias! - me dijo al oido. - Yo les llamaré cuando tenga todo listo, nos vemos pronto - se despidió yendo a la puerta - Meto, felicidades, Koichi es un chico maravilloso, y no lo digo porque sea mi primo, hazlo feliz...

Fue lo último que dijo antes de desaparecer por el pasillo.

Yo salí al pasillo, para verlo marcharse del departamento. En cuánto se fué, mire la puerta de la recámara de Koichi, la curiosidad invadio mi mente, solo quería saber que tenía en aquel lugar, el cuál me había prohibido entrar.
- ¿Que habrá dentro Ruana? - pregunte a mi osito abrazandolo.
Camine hasta estar frente a esa puerta de madera. Levante mi mano y toqué dos veces.

- ¡Koi, Mia se ha ido! - avise, no escuché nada del otro lado.
Tuve un impulso de girar la perilla. Pero esta se giro por dentro.
Koichi solo abrió una rendija.

- ¿Te lo dijo no es así? - me pregunto con voz suave y algo apagada.
Yo no veía nada, su cuarto estaba oscuro.
- No se a que te refieres Koi - conteste sin entender. - ¿Decirme qué?
- ¡Te lo mostraré, pero no te alteres sí! - Sumplico con un hilo de voz.
- ¡No lo haré, te amo! - Le respondi, sorprendido de haberle dicho esas palabras magicas que salieron claramente dulces de mis labios.
Sí, definitivamente estaba enamorado de Koichi, hasta parecía qué ya podría amarlo para siempre.
Pensé Koichi estaba igual de asombrado al escucharme, ya que tardo un momento en reaccionar.
- ¡Entonces, ahora cierra los ojos! - me pidió, yo obedecí envolviendo a mi Ruana entre mis brazos.
Sentí como Koichi me jalaba de un codo y adentraba a su cuarto. Tenía mis latidos acelerandose, ya quería abrir los ojos.
Camine unos cuántos pasos y me detuvo. Escuche el cerrarse de la puerta. Pasaron unon segundos mas en silencio.

- ¡Ya puedes abrirlos! - escuché a Koichi delante mío, como un par de metros enfrente.

Abri mis ojos de a poco.

Una luz débil en tono rosa pastel fue lo primero que distingui, divise a mi pelirosa vestido casual, sentado en una enorme camá de cobijas rojas, llena de grandes peluches, en su mayoría osos de colores neón, y algunos con aspecto de mostruos con colmillos, aun asi eran adorables. Del techo colgaban telas de seda transparente rojas y rosas, cayendo al rededor de los extremos de la camá. Divise que habian cadenas por la cabecera, unas mas gruesas que otras.
Fue ahi que lo note, todo era un combinar de aspecto dulce y tetrico, con color rosa y negro en las paredes, techo y piso donde mas peluches reposaban. habia cadenas sujetando a los peluches de una correa en su cuello. Esa habitación tenia un estilo de sadomasoquismo con ambiente infantil.

Trage grueso, mi pelirosa era un niño malo en el fondo. No negare qué me excito un poco estar en su habitación rosa con negro.

- ¿Qué piensas? - me pregunto mientras miraba unas correas para manos, cuello y pies colgar de las cadenas sobre la camá junto con telas anudadas en moño.
Entonces lo miré, estaba mirandome de forma poco propia, con una sutil media sonrisa y apretando uno de sus peluches con ambas manos.
- Es... muy adorable, Ruana cree lo mismo - no supe que otra cosa decir.
- ¿Te gusta? - preguntó dejando al peluche de sus manos caer al suelo, ahi note que Koichi estaba descalzo.

Mire al oso caer, y percibi la voz de Koichi en tono diferente, tal vez algo excitado, y su mirada pasandose por mi cuerpo no disimulaba sus ganas de tocarme.

- ¡Me gusta! - respondi un tanto nervioso.
Si seguiamos con ese ambiente tenso y sensual entre nuestras miradas, nada bueno podría resultar.

- Me alegra escucharlo caramelo - dijo y se levanto para ir conmigo de forma lenta, paso por paso, y volviendo a recorrer mi cuerpo con su mirada.

Mi cuerpo se estremecio.
Koichi llego hasta mi, rodeo mi cintura con sus manos y se me repego, separados un tanto por Ruana que era aplastado entre nosotros.
- ¿Puedo acostarte en mi camá carmelo? - me susurro con aire de sumo anheló.

Era tan dulce, tan lindo, que me arriesgaria a obedecerlo, a dejarme hacer simplemente. Le sonrei y asenti con mi cabeza, él me sonrio radiante.

- Entonces le daremos a Ruana un bonito show - comento tomando a mi oso y llevandome hasta la camá, donde coloco a mi Ruana junto a los suyos.
Koichi subió en medio de su camá, y me pidio que hiciera lo mismo.
Lo hice quitandome las pantuflas al subir , y de alguna manera quede sentado entre las almohadas del cabecero, con Koichi sobre mí.
- Otro día jugaremos con estas - comento mi pelirosa haciendo sonar las cadenas arriba de nosotros, - hoy solo quiero que el amor nos haga - dijo mirandome como algo precioso, para luego ir y besar mi frente, acariciando mis mejillas rojas, besó los parpados de mis ojos, besó mis mejillas, mi mentón y mis labios, donde se quedó a saborearlos, como yo con los suyos.
Entre el beso, me acaricio bajando por mi cuello, apreto mis hombros, y jaló mi playera. Corto el besó para quitarme la playera un tanto desesperado. Me miro de nuevo, sus ojos viajaron de los mios hasta mi clavicula, que delineo con las yemas de sus dedos, miraba mis tatuajes con detenimiento.
- ¡Hermoso! - mencionó bajando a besar mi cuello, y luego mi clavícula que ahora delineaba con su lengua.
Sus manos recorrieron mis costados, y al pasar, apretaba sus dedos en mi carne.
Al llegar a mi cintura, dejo sus manos en esta apretando y soltando dolorosamente lento.
Mis suspiros ya eran continuos, los labios de Koichi llegaron a mi pecho, atraparon uno de mis pezones, me hizo gemir.
-  ¡Aahmmm! - Mi cabeza se hacía para atrás entre las almohadas, estaba disfrutando aquello.
Cuando menos lo note, ya me encontraba sin pantalones ni ropa interior, y mi pelirosa se desvestia sobre mi, sin apartar su vista deseosa ni un momento de mi cuerpo.
Al estar ambos desnudos, Koichi se coloco entre mis piernas, y me vino un mal recuerdo.
Tsuzuku se apareció en mi cabeza, no quería que estuviera en mis pensamientos cuando era Koichi quién me hacia sentir amado.
Me alarme y quise levantarme y cerrar las piernas, pero Koichi me lo impidio.

- ¡Ey caramelo yo te cuidaré! - dijo y me beso de forma dulce. - ¡Sólo mírame a mí! - pidió como si también hubiera visto a Tsuzuku en mi cabeza y quisiera borrarlo.

- Solo eres tú... - le respondi tomando su cara entre mis manos y lo bese con toda la dulzura que me era posible derrochar, hasta que el calor hizo estragos en nuestra piel.
Esa vez nuestras lenguas jugaron entre ellas, fué húmedo y con mordidas en los labios.
Koichi unió nuestras pelvis, y ambos nos moviamos insinuantes restregandonos entre sí.
El jadeo invadio nuestras gargantas, la alta temperatura hacia sudar nuestra piel, y nos tocabamos sin descanso, grabando cada parte del otro en la memoria.

El continuo rozamiento de nuestros miembros ya erectos, era lascivo y lujurioso. Queríamos más placer, más excitación, estar unidos y fundirnos juntos.

Koichi empezó besando mis piernas, subiendo hasta mi estómago. Mire a Ruana y a los demas peluches que parecían atentos a nuestra muestra de pasión. Sonrei y aprete la cadera de Koichi con mis piernas, ya quería que me hiciera suyo, sentirlo dentro, tan profundo y así olvidarme de que una vez fuera Tsuzuku quien estaba en su lugar.

- ¡A-ma-me Koi! - dije con tono coqueto y le sonrei.

Koichi suspiro escapandosele una tierna risa. Se veia perfecto sobre mi y entre mis piernas, con su blanca piel perlada por el sudor y su espectacular cabello rosa con negro húmedo sobre su rostro.

- Te vengo amando desde el momento en que te vi - confeso acomodandose de forma qué mi entrada le fuera visible.
Quise esconder esa parte, pues también mi pene ya estaba en todo su esplendor. La vergüenza quería aparecer en buen momento (pensé sarcástico), pero me contuve, fuera porque quería que koichi conociera cada parte de mí, o porque Koichi parecía encantado de mirar esa parte de mi anatomía.
Koi tomo un momento para quitarle a uno de los osos una botella de lubricante, untando un poco en su miembro que parecía rebozar de amor cómo el mío. Luego y sin preliminares (algo que me sorprendio) se puso en posición, y llevo su pene a mi entrada.

- Sere amable - dijo para empezar con la penetración.

- ¡Aahg! - gemi de dolor, apretando mis ojos, y las cobijas, y aunque al principio quise se detuviera, lo deje continuar.
Sabia que estaba mirando cada gesto en mi cara con atención, por lo cuál yo traté de no mostrar tanto dolor.
Me concentre en sentirlo adentarse en mí, su ardiente pene se abria paso entre mis estrechas paredes, lo hacia despacio y con cuidado, me estaba volvíendo loco, y me convenci de qué deseaba que me partiera en dos. Ya más masoquista no podía ser.

Su boca comenzó a dejar escapar gemidos de sentirse dentro de mi, y nuestras respiracones estaban faltantes de aire.
Llegó profundo, y se quedó un momento sin moverse, esperando a que me acostumbrara.

- ¡Comienzaaah Koi! - dije, quería que me diera fuerte y perderme en sus embestidas que de solo imaginarlas, me hacian delirar.
- Lo que, mi caramelo mandé... - me sonrio feliz de escucharme, igual lo deseaba.

Y comenzó a moverse.
- ¡Aaahaah! - mi voz gritaba, dolia y mucho.
Salía y entraba, no se contuvo se aferro a mis caderas, sus uñas se enterraban en mi carne, y se balanceo sobre sus pies y rodillas profundizando el golpe al penetrarme. Mis piernas se enredaron a su cadera.
- ¡Aah Meto! - gemia mi nombre faltante de aire y con voz ronca - ¡Mírame! - ordeno, y yo lo hice.
Ambos teníamos fija la mirada en el brillo del otro. Nuestros corazones podian escucharse acelerados dentro, en el pecho de cada uno, agitados en sudor.
Qué Koichi estuviera sobre mí, en esa escena de amor y placer, me daba suma felicidad, furor y ganas de quedarme asi por siempre, perdido en sus ojos.
 Dios me estaba destrozando, y se sentía tan bién. Tanto tiempo esperando por esto y en verdad valió la pena.
Adore como entraba desesperado y daba en mi punto de máximo placer, haciendome gritar como chica colegial, aferrandome a su espalda que quedaría con marcas rojas de mis uñas.

- ¡Aah te amo Meto! - me dijo entre un gemido profundizando y aumentando el ritmo de nuestras caderas.
El empujando y yo resistiendo su arremetida con mi espalda curvada hasta el límite. Creí mi trasero no aguantaria mas de sus empujes salvajes.
Ambos llegamos al clímax. Mi orgasmo fue exquisito y mirando estrellas dentro de mi cabeza, con Koichi derramando su esencia dentro mío y pegando un agudo grito, que me fascino.
El cuerpo de Koichi se dejó caer sobre el mío. Nos quedamos un momento esperando a que nuestro sistema se tranquilizara.
Lo abrace, y note el latir de su corazón sobre el propio, tal vez el sentia lo mismo, y percibio los míos. Era hermoso quedarnos de esa manera, en el silencio de nuestro respirar.

El pelirosa levantó la cara y me miro. Estaba sonriente y calmado.

- ¡Te amo! - dijo y se me subió el rubor.
- ¡Te amo Koi! - respondi con los latidos de mi corazón convencidos de esas palabras.

Entonces Koichi se comenzó a levantar. Al salir de mí interior me hizo quejarme un poco. Se acomdo a mi lado y me abrazo.

- Que me digas eso, me hace el mas feliz - comento apretandome.
Lo abracé.
- Ruana seguro disfruto de nustro amor caramelo - expreso con una risa risueña, yo igual me rei.
- Seguro que le encantó - le respondi besandolo con ternura.

Era algo sin igual, poder estar entre sus brazos, compartiendo el calor, el aire y los latidos, solo nosotros dos, en el acogedor silencio de la habitación rosa con negro.



Al otro dia me levantó con besos suaves en mi cuello. Nos bañamos juntos, nos vestimos casual, bajamos a desayunar. Ninguno mencionaba algo al respecto de Tsuzuku, tal vez para no arruinar el momento de nuestra primera entrega total. Para mi era lo mejor, asi no era incómodo el ambiente.

Ese día Koichi lo tendría libre y aprovecho para no despegarse de mi ni un momento.
La mala costumbre del televisor encendido al comer. Koichi y yo mirando la pantalla, y volteando a vernos por instantes, nos sonrojamos sonriéndonos, al coincidir la mirada, que ocultaba amor y pasional sin palabras, era sin duda algo de lo mas bello en este mundo.
Tenía a Ruana entre mis brazos, el era el unico que daba cuenta del amor mutuo que nacia de Koichi y yo. Debía estar feliz por eso, sus dos padres se amaban de verdad.


Por la tarde mientras el pelirosa y yo comiamos palomitas y veiamos una peicula. El móvil de Koichi sono. Lo miro a mi lado, me fije que decía "Mia" en la pantalla.
Koichi suspiro.
- ¡Sí que se le ofrece señor interrumpe felicidad! - comento sin gracia, no estaba feliz.
No supe que le contestaba Mia, solo me quede viendo las muecas de mi pelirosa al escucharlo.
- ¡Tienes que estar seguro de lo que me dices! - expreso tenso Koichi levantandose y caminando por la sala.
Yo me quede sentado con Ruana viendolo ir de un lado al otro con expresión seria.
Volvió a escuchar a Mia. Pasaron unos minutos, yo queria morder mis uñas.
- Todo debe estar bien planeado, y ser seguro, ¡prometelo Mia! - hablo aun mucho mas serio. - Ahora te lo paso - dijo a regañadientes y fue a pasarme el teléfono, poniendo el altavoz.

- ¡Hola Mia!
- ¡Hola Meto espero estes muy bién! - me saludo - Solo les hable para decirles que ya tengo todo preparado, esta noche podemos intentar sacar a Tsuzuku del club, necesito que me afirmes que lo intentaras solo eso, ¡por favor! - mencionó deseoso.

- Ya sabes que lo haré Mia, lo intentaré - respondi calmado, el hecho de que Koichi estuviera a mi lado me hacia fuerte.
- Gracias Meto, Koichi sabe a donde deben ir y cómo, yo los esperare a las diez de la noche en la estrada del club con todo listo. ¡Los quiero bye! - y la llamada termino.

No negare que mi interior tuvo algo de nervios pero no lo demostre, sonriendo a mi pelirosa.

- Bueno, lo primero que tienes que saber caramelo - me hablo Koi con calma - es que iremos a un club sadomasoquista, - yo abri mis ojos con algo de asombro, siempre quise conocer uno, me daba curiosidad - no tienes que temer, entraremos solo por el idiota de Tsuzuku y nos vamos o.k tranquilo - me despeino dulcemente.


Mas en la tarde faltando tres horas para encontrarnos con Mia, Koichi me dijo que debíamos arreglarnos, ya que la entrada al club lo requeria. Me pidió ponerme el vestido que me compro, para llevar un aspecto de muñeca, y le obedeci. El también se arreglaria.
Me di los últimos toques a mi maquillaje viendome al espejo. Parecía toda una muñeca, con mi vestido blanco de lunares negros, con muñequera a juego. Moños de color rojo, en juego a mis zapatos y un moño gigante en mi cabeza sobre una larga y rizada peluca azul cielo. Y aunque me veía tierno, mi maquillaje tenia un toque, oscuro juntos con mi tatuaje y piercing.
Escuche a mi pelirosa llamarme, el ya estaba listo. Tome a Ruana que llevaba un moño como el mío y sali al pasillo.
Me encontre frente a Koichi, y me quede inmóvil, embobado de ver como lucia.

Llevaba un traje negro, de falda larga y amarres de cuero en su cintura, con plumas en su cabello arreglado. Su maquillaje en tono rosado le resaltaba los ojos con adornos de brillos. Todo el le hacía renombre a su trabajo de modelo.

- ¡Dios caramelo, podria lanzarme sobre ti en este momento! ggrrr - me dijo con un ronrroneo - trataré de aguantarme hasta venir a casa, y nos divertiremos - expreso altivo y me jalo de una mano.
- Tambien tú te vez hermoso, no pareces humano, mas bién un ángel - dije timido.
- Aquí el ángel eres tú - comento al final de las escaleras, yo quedando un escalón arriba.
Se volteo a mi, tomo mi mentón y me besó. Fué un besó ambriento y húmedo. Koichi se retiró cuando el aire nos faltaba.

- Será mejor que nos vayamos antes que te deje sin maquillaje amor - dijo Koichi riendo.


Nos subimos al auto, y mi pelirosa emprendio el camino para el dichoso club. Yo aproveche para remarcar mis labios de rojo.

La zona me era Familiar, y caí en la cuenta que estabamos en el estacionamiento del bar donde iba a ver el show de Tsuzuku, eso me confundio. Había entrado y nunca ví nada fuera de lo normal.

Ya estaba oscuro por el cielo nocturno, el aire dió en mi cara al salir del auto. Koichi me tomo la mano y caminamos directo al callejón dónde mi desamor comenzó. Me tense.

- La entrada esta algo escondida, - decia Koi con teléfono en mano, le mandaba mensaje a Mia de que habíamos llegado - el club es muy exclusivo, y mantiene el anonimato. - explico sin que yo le preguntara - En cuánto puedas hablar con Tsuzuku y este nos haga caso de salir, los llevare a un lugar mejor para hacerlo entrar en razón - comento sonriendome.
Vimos a Mia, de traje blanco (como un príncipe, se veia guapo), saludarnos con una mano desde la puerta automática a un lado de bar.
- ¡Vamos entren! - dijo dejandonos pasar.

Dentro era algo oscuro, habia un pasillo en ambos lados, y seguimos a Mia hasta unas escaleras hacía el sótano.
En un nuevo pasillo alfombrado, nos detuvimos en otra puerta.

- Saludaremos primero a Kai sama, por darnos el permiso, sigan la corriente - nos dijo Mia saludando a la cámara de arriba de la puerta, esta se abrio.

- ¡Entra Mia, Koichi bienvenidos! - nos saludo una mujer bellísima con la piel color chocolate y un vestido rojo.

Esa habitación parecia un tipo bar pequeño, con muebles de madera finos, lámparas de cristal en el techo, y sillones de piel negros que resaltaban sobre la decoración en rojo.

En los sillones habían varias mujeres de aspecto galante platicando, la mujer que nos recibió fue con ellas.
- ¡Bienvenidos guapos! un gusto verte de nuevo Koichi - saludo Kai desde una mesa, donde tenia una laptop, igual de sexy que la primera vez que lo vi, junto a él habia una mujer rubia, con el cabello arriba de los hombros, de traje y sobrero. - Mia mencionó de su gusto por este lugar, y le concedi la entrada a  tu novio Koichi, con la condicion de que sera tu completa responsabilidad.

- ¡Claro Kai sama, se lo prometo, muchas gracias! - dijo inclinandose un poco.

- Bueno, nos retiramos - aviso Mia.
- Espera, deja veo al nuevo miembros Mia - dijo una voz varonil.

Pero al ver quién era el que habló, me impacte, era la hermosa mujer junto a Kai, quién miraba de reojo la laptop.

- ¡Lo que diga Ruki sama! - le contesto Mia sonriente.

Ese era un hombre verdaderamente hermoso, y vestia un tipo esmoquin negro con sobrero de hongos, el traje con algunos ajustes. como que su pantalón era súper corto, y lucia unas medias con unas botas negras de tacon de aguja hasta las rodillas. Era alguién muy sexy pues pasaba como una mujer de gusto refinado.
Me miro con una sonrisa.
- ¡Que lindo novio te conseguiste Koichi! - me alago.
- ¡Gracias Ruki sama, es un ángel! - le dijo mi pelirosa.

Entonces frente a nosotros paso un caballero, de negro y cabellera larga. Nos miro y sonrio.
- En vez de estar alagando a los novios de otros, deberias de ir por tu presa de hoy - dijo el hombre cruzandose de brazos.
- ¡Tu cállate Aoi no te metas! - espetó Ruki enojado. - Además, lo tengo vigilado, hoy ceno iguana - mencionó sonriendo altanero señalando la laptop que Kai miraba con expresión sería.
Aoi se acercó a ver junto a Kai.
- Pues tu cena parece se la comera alguien más - se burlo.
- ¿¡Que!? - gritó Ruki volteando la computadora. Su rostro se deformo. - ¡Maldito pato del mal, lo hare picadillo!, se supone hoy me tocaba con Reita. - miro colerico a Kai.
- Ni me veas a mi, - hablo Kai antes que continuará con su berrinche - no le digo a mi novio con quién jugar cuando entra al campo de juego, si lo quieres ve por él - dijo calmado.

Yo quedé con la boca abierta, de verdad le estaba permitiendo ir por su novio, era Reita, pero que clase de relación tenian. Quede mucho mas inquieto y nervioso que antes.


- ¡Vamos Aoi, tu te le insinuas al piernas largas y yo aprovecho para quitarle a mi Rei de las garras! - decia un Ruki furioso empujando a Aoi hasta la puerta.
- ¡No quiero! - se quejo Aoi mirando con ojos de cachorro a Mia, este se sonrojo.
- No te hagas que se que lo quieres - Ruki lo siguio empujando.
- ¡Mas te vale quitarle a mi Rei a Uruha, o yo mismo se los quitó a ambos! - les gritó Kai antes que salieran.
Koichi y Mia se rieron por lo bajo, lo tomaron con normalidad. Yo aun no terminaba de comprender.


- ¡Cuidalo y que disfruten su noche! - nos despidio Kai y por fin con una reverencia de vuelta al pasillo.
Nos dirigimos a una nueva entrada adornada con barrotes dorados, pero la pasamos de largo hacia otra entrada. Un nuevo pasillo. Nos recibío una chica con poca ropa y cabello verde.

- ¿Vienen por la zona de exhibición en jaula? - pregunto.
- ¡Si, es para él! - dijo Mia señalandome.

Me quede en shock, ¿Como que exhibición?... ¿¡Cómo que jaula!?... Mire confuso a Koichi y aprete su mano.
- No te preocupes, estare cerca caramelo - me dijo al notar mi cara de angustia.

"Que podría esperar de aquel club, si ya me era raro que pensaran en ponernos en una jaula. Y todo por poder hablar con Tsuzuku un momento."   " Esperó no arrepentirme luego"

 

Notas finales:

Mil gracias si llegaron hasta aqui, y espero les gustara un poco, si no reclamen... Ok no. XD

 

Que piensan pasara:

 

¿Meto sera enjaulado y subastado?

 

¿Koichi se pondra loco y se ira por Reita?

 

¿Tsuzuku sera mujer de noche y unicornio de día???

 

Bueno alucinen con ellos, espero volver pronto. 

 

¡Besitos con amor!


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