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"Oscuros Amores" por Noribet

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Notas del capitulo:

Perdón la tardanza, pero mi cerebro se marchitó. xc

 

Y esto quedó corto, pero me gusto y fue lo que quería.

 

Esperó sea de su agradó, ya que sufrí mucho pensando.

 

(No me odien que mi corazón siente su rechazo xc)

Al llegar a casa mi pelirosa bajo primero del auto y me cargo hasta el apartamento, ambos sin decir palabra alguna.

- Te llevaré a tu cuarto, ya que si te dejó en el mío, te hare mas daño caramelo - me comento al subir las escaleras, yo asenti con un leve "sí" pronunciado.

No huvo conversación de lo ocurrido, simples sonrisas tiernas y miradas de amor. Koichi me preparo el desayuno, ambos comimos en mi habitación. Vimos caricaturas, y dormimos juntos, abrazados uno del otro. Eso era simplemente amor, y nada más.


Al día siguiente al bañarme note todas las marcas de "amor" que me dejaron en el club, muchas de ellas dolian más que nunca. Me vesti con una playera larga y un bóxer. Baje a la estancia de la casa, Koichi salió desde temprano a trabajar sin antes darme el desayuno en la cama.
Tomé una lata de soda del refrigerador y me sente en el sillón frente a la pantalla de televisión. Trataria de descansar todo el día.

Pasados un par de horas, y casi cuando estaba a punto de quedarme dormido, sono el timbre. No podía ser Koichi, el tenía llaves.
Me levante y fui a ver quién hacía sonar el timbre frenético.

Abrí y lo primero que note, fue la bella sonrisa de Tsuzuku junto a su profunda mirada. Iba con una chaqueta negra, pantalon de mezclilla y zapatos con picos.

- ¡Meto! - dijo con fervor y entonces me abrazo.

Quedé sorprendido entre sus brazos, no me salió palabra alguna.

- ¡Vamos Meto acompañame! - mencionó tirando de uno de mis brazos sacandome del apartamento.
Cerró la puerta y me llevó.

- ¡Eh, no! - traté de soltarme, pero no pude.
Me vi siendo arrastrado hasta el estacionamiento y descalzo, cosa que a Tsuzuku no parecía preocuparle.

- Espera Tsuzuku... ¿A dónde vamos? ¿Que haces? - pregunte algo inquieto.

- ¡Es obvio, te estoy secuestrando! - dijo tan calmado que me quedé en shock.

Abrió la puerta de un auto negro y me lanzó al asiento del copiloto. Al subir él a la parte del conductor me miro muy feliz y encendio el auto.

- Te secuestro antes que Koichi regrese - habló sin mostrar arrepentimiento - Quiero estar contigo sin ser vigilado por el rosa mandón - lo dijo refiriendose a Koichi - Solo quiero que seamos tu y yo - me sonrio y el auto avanzo veloz.

De nuevo mi cuerpo quedó estático. Aunque no quisiera ruborisarme, sus palabras me dejaron con la cara roja.
No estaba bien que Tsuzuku actuara asi sabiendo que Koichi era mi novio, y le había permitido el verme, aunque fuera con su presencia, y para nada le demostraba su gratitud de ese gran favor al secuestrarme.


- Tsuzuku yo... esto no esta bien - comente con voz lenta.

- Lo se, pero no me dejó de otra, te quiero a mi lado, además dijo que te compartiria conmigo - ensancho su sonrisa al decirlo. - solo estaremos unas horas tu y yo, no te preocupes.


Aun con sus explicaciones mi corazón no se relajaba del todo.

Seguimos por la carrera, encendio el stereo, y comenzó a cantar durante el trayecto a dónde quiera que me llevará.
Me agradaba estar con Tsuzuku, pero el hecho de que koichi llegará y no me viera en casa, me preocupaba.

Me di cuenta que íbamos a una playa. Al llegar se veía el azul del mar, y el aroma a sal se impregnaba en mi nariz.
Tsuzuku detuvo el auto por la playa, encendio un cigarrillo y salió del auto para ver el oleaje sentado en el cofre del auto. Se volteo a mirarme y me indico qué me fuera a sentar juntos a el. Y lo hice.
Miré unos momentos el bellisimo paisaje, era calmado y relajante. Luego cambié mi mirada de reojo a Tsuzuku.
Era en realidad hermoso, la forma en que fumaba era elegante como el humo salía de sus labios y se perdia al viento, que despeinaba su cabello haciéndolo flotar.
Sonrei al darme cuenta, que aun después de todo lo pasado, no estaba incómodo a su lado, ni molesto, la verdad era, que me sentí feliz, y estaba claro para mí, que quería a ese hombre, aun estaba enamorado de él, y me rei al reconocerlo.

- ¿Estas bien? - me preguntó el pelinegro mirandome con curiosidad.

- Sí lo estoy, es hermoso aquí - comente sonriente, y mirando el mar.

- Me alegro que te guste, me relaja un poco - dijo Tsuzuku viendo la lejanía.

Ambos nos quedamos mirando el mas allá por algunos minutos, en silencio, uno tranquilo y acogedor.
Al cabo de un tiempo, abordamos el auto, y regresamos a la carretera.
Tsuzuku me platico de su nuevo show, de su trabajo en general, y de sus locuras que habían quedado en el pasado, pero que quería contarme para que lo conociera mejor. Me llevo a comer en un local de pasó, y conversamos otro poco. La gente me miraba algo raro por ir descalzo y en bóxer, pero no me importó.
Fué una tarde linda, y regresamos a casa, antes de que Koichi llegará y ardiera el mundo.

Tomé las llaves de repuesto de afuera, de debajo de una maceta a la entrada, y abrí dejando a Tsuzuku pasar.

- Bueno, no creo quedarme mucho, seguro Koichi no tardará en llegar - dijo el pelinegro viendo a su alrededor - Pero antes de irme, le echaré un vistazo a la habitación del rosado - dijo entusiasta y corriendo por las escaleras.

- ¡Eh no Tsuzuku espera! - le grite corriendo tras él.

Abrió la puerta de el cuarto de Koichi, y comenzó hacer sonidos de asombro.

- Wow, está un poco cambiado - comento en voz baja.

Ahí si que me sentí incómodo.

- No debemos estar  aquí Tsuzuku - dije preocupado.

- Tranquilo, Koichi no está - comento con algo de ronroneo en su voz - Mejor hagamos algo divertido cariño - dijo acercándose a mi.

¡Santa madre! Su mirada lo decía todo, estaba pensando en sexo seguramente y se me acelero el corazón. No tenía mi cuerpo en buen estado, mas bien dicho, mi trasero no estaba en condicion para soportar acción por algúnos días.

- Hey, no te hare nada que te lastimé - comento como si me hubiera leído la mente - sólo quiero unos momentos de amor contigo.

Dijo y yo trage pesado, pues me tomo de un brazo y me llevó hasta la gran cama con peluches de Koichi, me sentí enjuiciado por sus ojos de plástico.

- No debemos hacer nada aquí, no esta bien - le dije temeroso, ya qué para nada eso tenía algo de educado.

- Pero tengo ganas de hacer maldades, - respondió Tsuzuku recargandome boca abajo sobre el colchon - Y estoy celoso deque Koichi sea el único que juega contigo en está gran camá - dijo pasando sus manos sobre mis piernas y acomodando su cuerpo junto al mío.

Se recargo en mí y metió sus manos a mi bóxer en la entre pierna, me hizo estremecer, sus dedos tocaron mi miembro, y en poco tiempo me sacó una erección.
Me acariciaba y masajeaba con insinuantes movimientos de cadera en mi trasero. Su dulce voz sobre mi oído en suspiros me aceleraba el corazón. Mordia el lóbulo de mi oreja y se reia risueño de escuchar mis gemidos de placer.
Yo apretaba las cobijas con ambas manos, y me dejaba hacer con gustó, con deseo y necesidad de qué me tocara, de qué me mostrara cuanto me quería.
No tardo en acelerar sus movimientos, mi espalda dió una curva y grite al ser apretado entré el cuerpo de Tsuzuku y sus dedos alrededor de mi pene, que se descargo justo en el momento que los labios del pelinegro besaron mi nuca y luego sus dientes se clavaron en mi cuello.
Tuve un rico orgasmo y Tsuzuku me dejó recobrar fuerzas para luego voltearme y devorar mi boca.
Tardamos unos minutos abrazados, él sacó un pañuelo de su bolsillo, y nos limpio a ambos por mi semen, mientras nos besábamos y mirábamos con ternura.


- Bueno ahora ya me voy ternura - anuncio Tsuzuku sin ánimo levantandose y de pasó a mi también.
Escuchamos el abrir de la puerta principal, intercambiamos miradas de sorpresa y salimos corriendo cómo si la vida dependiera de eso. Bajamos las escaleras y divisamos a Koichi en la cocina. No había manera de que no se diera cuenta que Tsuzuku estaba en casa, mis nervios regresaron.

- Ya se que estás aquí Tsuzuku, ni que no reconociera tu auto en la entrada - habló el pelirosa serio y bebiendo agua.

- ¡Ajaja! - se carcajeo el pelinegro y a mí casi se me detiene el corazón.

Tsuzuku me guiño un ojo y fue corriendo a abrazar a Koichi de la espalda.

- Oh lo siento al venir sin avisar, pero quería ver que Meto estaba bien - comento dando un besó en la mejilla a Koichi, quien sin dejar su seriedad, me buscó con su mirada, y yo salí sonriendole.

- Mas te vale no haberle hecho nada extraño a mi caramelo porqué te dejare peor que papilla - aviso a Tsuzuku separandose y yendo conmigo.

- ¡Bienvenido a casa! - lo recibí y di un besó en los labios, él me correspondio.

- ¿El tonto de Tsuzuku no te hizo nada? - me preguntó con un puchero.
- No Koi, se porto muy bién - conteste un tanto nervioso.

- Hey ni que fuera tan malvado - se quejo Tsuzuku - después de ver a Meto lastimado, no podría hacer nada, aunque quisiera - sonrio con coquetería.

- Si ajá, pues como verás, aun esta cansado, deberías venir otro día, y está vez te la pasó, pero a la próxima que quieras ver a "mí" caramelo, o me avisas o no te dejó verlo - dijo firme - Ahora ya vete o te sacó a patadas - amenazó.

- Ok, ok, ya me voy - contesto el pelinegro yendo a nosotros.

Creí Koichi no lo dejaría, pero si lo hizo. Dejo que Tsuzuku se despidiera de mi con un besó en los labios, para luego besarlo a él también, aunque nunca cambio su semblante serio.

Tsuzuku se fué con una sonrisa pintada en su rostro, y yo estaba feliz de que las dos personas mas importantes en mi vida, se llevarán con cariño.


Koichi me jalo del brazo y me llevó a mi habitación, pensé que seguro estaba molesto, y no reclame nada.

- ¿Que te hizo? - preguntó en tono severo cerrando la puerta y mirandome fijó.

Bajé mi mirada nervioso.
- Nada, no hizo nada - respondi tratando de qué no sonara a mentira.

- Meto conozco a Tsuzuku, y no me creo que no hiciera nada - contraatacó.

- Bueno sí, me besó solo eso - traté de calmarlo.

- Ya veré si solo hizo eso - me respondió enfadado y me acorralo contra el tocador.

- ¿Koi que haces? - me queje ya que comenzó a quitarme la ropa.

- Te estoy quitando su aroma, me molesta que esté impregnado en tí - dijo dejandome desnudo.

- ¡No esperé que fueras tan celoso! - dije comenzando a enfadarme también.

- Pues siempre seré celoso contigo, eres mío, y ya había puesto reglas, espero que de ahora en adelante las respetes también si no quieres que me enoje - me contestó llevándome hasta la ducha del baño.

Me metió a la regadera y encendio el agua.

- ¡Ah esta fría! - reclame.

Se puso a revisar mi cuerpo bajó el agua, el mismo se mojo la ropa. Sentía caer el agua ya algo calida en mi piel.

- Esto te lo hizo él, no lo tenías en la mañana - espeto viendo la mordida en mi cuello.

Trage pesado, que tonto fuí al haber dejado que Tsuzuku me dejará marcas. No respondi, quede mudó, ya no tenía escapé.

Entonces mi pelirosa se puso como fiera, se quitó la ropa mojada, y mordió la misma zona que Tsuzuku mordió, dejando su marca y haciendo me quejar. Eso dolió y mucho.

- Te quitare sus caricias y besos - habló poniendome contra el frío mosaico de la pared.
Comenzó a tocarme desde los brazos a mi estómago, haciendo me tensar. Besó desde mi cabello mojado bajando a mi nuca y cuello. Apretaba y rasguñaba partes ya lastimadas, y me hacía daño.

- ¡Me duele, me lastimas Koi, no más! - suplique, no me sentía bien para soportar semejante trato.
De un momento a otro Koichi se detuvo.

- Perdón caramelo, pero no puedo estar tranquilo hasta que sean mis besos y caricias las últimas que queden sobre tu piel - explico mas calmado, siguiendo tocando mi cuerpo.

Sus caricias se volvieron suaves y lentas, sus labios rosaron mi piel, y su lengua lambia algún hilo de agua  deslizante en mis hombros.
Sus manos fueron a mi entrepierna, y yo mordi mi labio inferior de verme de nuevo entré sus dedos al rededor de mi miembro, que quedó erecto casi al ser tocado por Koichi, solo con saber que era él, quién me tenía atrapado en su encantó, su voz, sus manos, su boca. Todo mi pelirosa hacía mi mundo más brillanté, me sumergia en su brillanté vida rosa, la cual estaba feliz de compartir. Y cómo una forma de compensar el haberle mentido, lleve una de mis manos un poco temblorosa al miembro de Koichi, y comence a masturbarlo tratando de hacer lo mismo que el conmigo.
Koichi gimio por mi toqué, y me encantó.
Ambos estábamos enfrascados dandonos placer mutuo. El eco de nuestros gemidos en el baño era como música a alto volumen, se escuchaba increíble. No tardamos en llegar al límite. Mi pelirosa me sorprendió al  correrse primero, poco después le seguí.
No pasamos mucho tiempo en la ducha, cuándo Koichi me terminó de bañar, ambos salimos con una gran sonrisa. Nos cambiamos juntos, y bajamos a cenar algo, antes de ver una película antes de que yo quedará dormido entre sus brazos.


Por la mañana mientras nos encontrabamos desayunando, el celular de Koichi sonó.

- Aun no estoy muy feliz contigo - dijo algo estresado, ya me imaginaba quién era con quién hablaba - Y si esperas que te dejaré estar a solas de nuevo con...

Sonó el timbre.
Koichi hizo una mueca de desdén y fue a abrir.

De inmediato Tsuzuku hizo su aparición saludando con un gran abrazo.

- Buenos días Koichi - saludo entusiasta.

- ¡Hey te digo que ni pienses en que te dejare a solas con mi caramelo! - volvió a repetir aun con el teléfono en su oreja, que al darse cuenta, lo guardo.

Tsuzuku entró cómo en su casa y al verme fué directo a mí, abrazandome con aprensión y dandome varios besos mariposa en la cara.

- ¡Buenos días ternura! - me saludo sin dejar de estrujarme.

- No comiences a molestar a Meto tan temprano Tsuzuku - comento Mia quién entro detrás del pelinegro.

- ¡Deberías ponerle correa! - se quejo Koichi.

- No pienso dejar que me traten cómo mascota, yo soy el amo aquí - les reclamo Tsuzuku mirandolos con indignación fingida, volviendo a besarme.

- Sí, sí lo  que diga amo - se burlo Koichi quitándolo de en cima mío.

- Bien, pero hoy iremos a un concierto, ya tengo boletos, no acepto un no - comento Tsuzuku con una gran sonrisa.

Koichi quizo discutir y entonces, esos dos hombres se convirtieron en niños pequeños, ambos haciendo berrinche por quién terminaría con la última frase. Mientras Mia y yo, nos atacabamos de la risa.

No me podía quejar, seguramente tendría muchas mañanas como ésa, y para nada era algo que me molestara, mientras estuviera compartiendo mi vida junto a esos hombres, cada día sería una aventura, y nunca me faltaria amor, eso lo podía asegurar.
Por el momento todo en mi mundo y corazón se encontraba "estable" al menos eso parecía.


Ya amaba el saber que tenía a ésos oscuros amores ocupando mi corazón, y no me preocupaba, ya qué yo en sí era un caso igual.


Con mis oscuros amores seguro me mantendria vivo y amado por lo que me quedará de vida.   Siempre a su lado, siempre juntos.

 

Siempre dividido por ese oscuro amor rosa y negro.  

 

  Fin

 

Notas finales:

Bueno ahí esta, se que no era lo que podrían haber esperado, pero no pude cambiar lo que pensaba.

 

Muchas gracias por leer, y soportar mis locuras con estos chicos. Acepto reclamos y pedidos para un final alternativo... Ok no lo cambiaría por nada y se aguantan. XD

 

Por ahora los dejo con besitos llenos de amor de mi parte, y nos leemos en otra historia loca.

 

Los quiero aunque me odien xc

 

XD <3

 

¡Bye bye!


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