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C.P.P.T: MidoAka por Yewooki

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

Espero les guste~

Cuando el verano llegó sus padres le avisaron acerca del viaje que realizarían a Kioto para pasar allá las vacaciones, se emocionó sabiendo que pasaría las vacaciones con sus tíos Seijuro y Shintaro, además de su primo Mamoru estaría ahí también.

 

-Papá- murmuró Tsubasa, llamando la atención de Daiki quien terminaba de meter en el auto la última maleta.

 

- ¿Qué pasa?-le preguntó acariciándole la cabeza, haciéndolo reír.

 

- Cuándo crezca… ¿crees que pueda casarme con Mamoru-kun?-preguntó con completa inocencia, Daiki en cambio perdió todo su color, Taiga quien traía en brazos a su pequeño Tsuyoshi, observó curioso la palidez de su marido.

 

- ¡No! ¡Me niego a que mi bebé se casé con el hijo del loco de Akashi y el maniaco de los horóscopos de Midorima, preferiría mil veces emparentarme con el ruidoso de Kise!- soltó exaltado Daiki haciendo reír a su esposo y asustando un poco a sus dos hijos.

 

-Daiki, ya sabes que digas lo que digas, Tsubasa terminara haciendo lo que quiera, y eso mi cielo- le dijo con algo de sarcasmo acomodando a su pequeño en su sillita- viene de tu parte.

 

- ¡Ahora resulta!- dijo Daiki indignado, antes de que la pelea absurda continuara, Taiga tomó en brazos a Tsubasa y lo subió al auto acomodándolo en su silla, ya que aun era muy pequeño.

 

- ¿Hice enojar a papá?- preguntó su hijo mayor con los ojitos llenándose de lágrimas, Tsuyoshi quien adoraba con su alma a su hermano mayor, al verlo lagrimear, también comenzó a llenar sus hermosos ojitos zafiro de lágrimas.

 

- ¡Por supuesto que no bebé!- le dijo de inmediato, si ambos bebés comenzaban a llorar pasarían horas antes de que pudieran marcharse- papá no está molesto, ¿cierto Daiki?

 

Daiki quien se apenó y entristeció al ver a sus hijos lagrimear, negó suavemente, dándole un par de caricias suaves sobre la cabeza.

 

-No estoy enojado, así que no llores, ¿ok?, no queremos que Tsuyoshi también empiece a llorar, ¿cierto?- le dijo y de inmediato su hijo negó secándose las pocas lágrimas que había soltado, tranquilizando así a su otro pequeño.

 

-Mejor irnos apurando, Kuroko acaba de avisarme que él y Kise están por llegar con Akashi.

 

Durante el viaje de ida, Daiki soportó con valentía horas interminables de canciones infantiles, ya que sus pequeños parecían no estar mínimamente cansados, cuando el cielo comenzó a pintarse de tonos rojizos, llegaron a la mansión Akashi, donde fueron rápidamente recibidos por la servidumbre, quienes los condujeron al patio trasero donde estaban sirviendo la cena.

 

- ¡Mamoru-kun!- gritó con emoción Tsubasa corriendo hacia su “primo” de cabellos rojizos oscuros y ojos verdes, quien sonrió suavemente antes de tener encima a su “primito”- ¿Me extrañaste?- le cuestionó viéndolo con los ojitos brillantes.

 

-Claro que si Tsubasa- dijo acariciándole el cabello, para ser solo unos cuantos meses menor que Tsubasa solía actuar siempre como el mayor.

 

-Niños- habló Seijuro atrayendo su atención- a lavarse las manos- dijo mostrando sus manos siendo rápidamente tomadas por ambos pequeños.

 

- Cada que veo a Tsubasacchi es más adorable- dijo Ryouta  emocionado, ganándose una mirada molesta por parte de Daiki.

 

- Menos mal que no sacó el genio de Aomine-kun- dijo Tetsuya acariciando su redondo vientre.

 

- ¡Tetsu!- se quejó el moreno, justo cuando Shintaro salía al patio trayendo consigo a un escandaloso Takao y a Reo cargando a su dormida princesa Sayumi.

 

- Podrían ser un poco menos escandalosos- se quejó el peli-verde, mientras veía como Kazunari se sentaba al lado de Ryouta comenzando a platicar.

 

A los pocos segundos salieron de la casa Seijuro acompañado de su hijo y su, sin duda alguna futuro yerno, atrayendo la atención de Tsuyoshi, quien al ver como su hermano iba tomado de la mano de Mamoru comenzó a hacer un berrinche, consiguiendo su atención de inmediato.

 

- No Tsuyoshi- le dijo acercándose a su papi, quien tenía en brazos a su hermanito, logrando calmarlo de inmediato- nada de berrinches antes de comer, te hará daño en la pancita- le regañó con total suavidad enterneciendo a los adultos.

 

- ¿No vas a saludar a tu tío Takao?-habló él mismo extendiendo sus brazos recibiendo rápidamente un abrazo fuerte por el pequeño Tsubasa, quien plantó un pequeño beso en su mejilla, logrando que Mamoru hiciera un tierno puchero de molestia, los besos de Tsubasa solo los compartía con la familia del morenito y porque era estrictamente necesario.

 

- ¿Sayumi-kun está dormida?- preguntó asomando su cabecita sobre los hombros del peli-negro, para ver a su tío Reo cargando a la peli-negra quien vestía un lindo y pomposo vestido morado- que mal, yo que quería jugar con ella- y como si aquellas fueran palabras mágicas la pequeña de tres años comenzó a despertar revolviéndose lentamente entre los cómodos brazos de su papá, para terminar viendo aun medio adormilada a su primo favorito regalándole un sonrisa cansada- Sayumi-kun, ¿aun estas cansada?- le preguntó estirando su manita acariciando apenas la cabecita ajena, ganándose un lindo asentimiento por parte de la menor- ¿Jugaremos mañana?

 

-Si Tsubasa-chan- dijo sonrojándose poquito enterneciendo a sus padres y molestando un poco más a Mamoru, quien se cruzó de brazos sentándose en su lugar, atrayendo la atención de sus padres.

 

- ¿Estás molesto Mamoru?- le cuestionó Seijuro viéndolo negar de inmediato, su hijo era tan testarudo como Shintaro.

 

- La cena está lista- anunció el peli verde y de inmediato todos tomaron asiento comenzando a recibir los diferentes platos que la servidumbre de la casa ponía frente a ellos.

 

- Mamoru-kun- llamó bajito Tsubasa aprovechando que su papá platicaba animadamente con su tío Kuroko, y su papi le estaba dando la mamila a su hermanito- ¿Puedo dormir contigo?- preguntó tímidamente sonrojándose levemente.

 

Mamoru sonrió triunfalmente hacia Sayumi quien lo veía con el ceño fruncido.

 

-Claro que si Tsubasa, al final terminaras siendo mi esposo- dijo con total seguridad.

 

- ¿Y Murasakibara?- preguntó Taiga cuando su pequeño Tsuyoshi estaba terminando su mamila.

 

- No pudo asistir, pero prometió estar aquí para la fiesta de cumpleaños de Mamoru.

 

- ¿Cuál será mi regalo este año Tsubasa?-le preguntó recordando que en solo tres días más sería su  quinto cumpleaños.

 

-Sor-pre-sa- dijo tomando con algo de dificultad un par de papitas fritas de su plato con su tenedor.

 

- ¿Una pista?-trató con genuina curiosidad.

 

- Nuestros papás lo hacen- dijo con un fuerte sonrojo y una risita nerviosa.

 

El rostro pálido de Mamoru se incendió por completo, sus papás no solían ser muy expresivos, pero en alguna ocasión les había visto tomados de la mano, incluso darse algún beso, y la sola idea de recibir un beso de Tsubasa como sus papás se los daban le causaba una descarga de electricidad placentera.

 

La cena terminó y cada uno de los invitados entraron comenzando a caminar hacia sus habitaciones, cuando Daiki tomó la mano Tsubasa y estaban a punto de entrar en su habitación notó como su pequeño se detenía.

 

- ¿Qué pasa?-le preguntó acuclillándose para quedar a su altura- ¿Te sientes mal?

 

-N-No, y-yo q-quería s-saber- comenzó a decir con tota nerviosismo, no quería que su papá se enojara con él, pero también quería dormir con Mamoru- s-si p-puedo…

 

- ¿Eh?- cuestionó sin entender mucho a su hijo, hasta que sintió la tibia mano de su esposo en su hombro.

 

- Anda Tsubasa, yo le digo a tu papá- le dijo Taiga sonriéndole, mientras le extendía su pijama.

 

Los hermosos ojitos rojizos brillaron con emoción, les regaló una brillante sonrisa a sus padres antes de correr hacia el otro lado del pasillo donde quedaba la habitación de Mamoru.

 

- ¿Por qué rayos lo dejaste dormir con el rarito ese?- preguntó molesto Daiki, recibiendo un pequeño beso como única respuesta haciéndolo resoplar con resignación.

 

Tsubasa entró corriendo al cuarto de Mamoru viéndolo ya con su pijama puesta, le sonrió y señaló su baño donde Tsubasa se cambió rápidamente antes de meterse en la cama junto a Mamoru, justo cuando ambos padres del menor entraron para darle las buenas noches.

 

Seijuro sonrió enternecido y se acercó acomodando los cabellos rojizos de su hijo, para después darle un tierno beso en la frente repitiendo la acción con Tsubasa quien se sonrojó adorablemente, haciéndolo sonreír un poco más, mientras que Shintaro se limitó a arroparlos correctamente.

 

-Tío Sei- murmuró bajito Tsubasa atrayendo la atención de su tío- ¿Cómo se conocieron?-preguntó curioso.

 

La mirada rojiza de Seijuro se encontró con la verde de Shintaro quien le sonrió un poco, ambos se acomodaron a los pies de la cama, recargándose en los barrotes de la misma.

 

-Cuando entré en Teiko, conocí a un encantador chico con quien siempre jugaba shogi- comenzó a relatar Seijuro-  con el tiempo ambos terminamos entrando al equipo de básquet, pero cuando comenzamos a crecer por nuestra parte terminamos separándonos, aunque desde ese entonces me había dado cuenta que lo que sentía por Shintaro era algo más profundo que una simple amistad.

 

-Durante la preparatoria, nos enfrentamos en la Winter cup, y cuando Rakuzan nos venció recuerdo haberme sentido tan confuso, porque por un lado odiaba la sensación de haber perdido, pero por otro me había gustado ver de nuevo a Seijuro- dijo mientras sus mejillas se tornaban un poco rojas, acomodó sus lentes para esconder aquello aunque fuera imposible no verlo.

 

-Después de que Seirin nos venciera en la Winter Cup, recuerdo que salimos a comer, entrando en el mismo restaurant donde Shutoku estaba comiendo, recuerdo que nunca había sentido tantos celos de alguien, pero cuando vi a Takao- dijo haciendo una pequeña mueca- dándole comida en la boca a Shintaro, solo quería lanzarle los palillos que se alejara de MI Shintaro- dijo sin pena alguna, escuchando las risas de ambos pequeños mientras veía como su esposo se sonrojaba un poco más.

 

- Jamás había visto a Takao tan asustado como cuando notó la mirada que le lanzaba Seijuro- dijo soltando una corta risa, cosa que sorprendió a los otros tres, rara vez veían o incluso oían la risa de Shintaro- lo mejor de aquella noche fue cuando Reo desinhibida mente le había pedido una cita a Takao, quien apenado y algo asustado soltó apresuradamente que éramos novios.

 

-En ese momento me sentí muy traicionado, pero también decidí que no me daría por vencido, Shintaro sería mi esposo o dejaba de llamarme Akashi Seijuro- dijo con total seriedad Seijuro, viendo como ambos pequeños lo veían con los ojos bien abiertos.

 

- ¿Solías ser novio del tío Takao?-preguntó curioso Mamoru, sinceramente no se imaginaba que su papá saliera con alguien tan… alegre como su tío.

 

- ¡Por supuesto que no!- dijo Shintaro negando con la cabeza- eso lo dijo porque le daba un poco de miedo Reo, aunque si lo pienso bien probablemente yo hubiera soltado lo mismo- riendo un poquito al ver los ceños fruncidos de su hijo y su esposo y la lindísima carita de confusión que formó Tsubasa.

 

-En fin, volviendo a lo importante- dijo Seijuro relajándose de nuevo- Reo se volvió a la mesa algo desilusionado porque Takao supuestamente era pareja de Shintaro, así que juntos comenzamos a planear algo para separarlos- dijo con sinceridad- aunque no esperaba que para cuando mi padre me llamara y terminara saliendo a contestar la llamada, me enterara de que aquella declaración era falsa.

 

-Lo siento Shin-chan, me asusté mucho cuando Mibuchi-san se acercó a mí tan repentinamente- se disculpó nerviosamente Takao, mientras que Shintaro negaba sosteniendo su amuleto de la suerte en su mano izquierda.

 

-Olvídalo bakao, otro día aclarare este mal entendido con Akashi- dijo con simpleza ignorando que Seijuro estaba detrás suyo sonriendo triunfalmente, cuando Takao notó su presencia sus ojos se abrieron enormemente y torpemente trató de señalárselo a Shintaro- de cualquier manera debo tener preparado un mejor discurso que un simple “me gusta desde la secundaria Akashi, sal conmigo”.

 

-Me agrada la idea de salir contigo Shintaro- dijo Seijuro asustando al alto, quien perdió todo su color,  volteando despacio sus miradas se toparon- pero llámame Seijuro, que sería raro que mi novio me llame por mi apellido- dijo acercándose para colgarse de su brazo, viendo fijamente a un incomodo Takao- Reo no es tan malo como se ve, deberías darte el beneficio de la duda, Takao- le dijo antes de jalar al peli-verde hacia el pequeño callejón, donde le robó su primer beso.

 

- ¿El abuelo siempre lo aceptó?-preguntó curioso su hijo, ya que su abuelo a pesar de ser muy permisivo con él, solía exigirle mucho a su papi.

 

- A pesar de pertenecer a estatus sociales parecidos, tu abuelo no tomó muy bien nuestra relación- dijo Shintaro- aunque eso no fue un impedimento para casarnos poco después de que lo hicieran Aomine y Kagami- dijo con sinceridad.

 

- ¿Tío Sei se veía bonito?-preguntó Tsubasa curioso.

 

-Hermoso- dijo Shintaro, logrando que su esposo se sonrojara, regalándole una tímida sonrisa enamorada- solo una persona puede competir con su belleza.

 

- ¿Quién?- exigió Mamoru cruzándose de brazos, no le gustaba la idea de que a su papá le pudiera gustar alguien más aparte de su papi.

 

- Tu- le dijeron sus padres y Mamoru se sonrojo hasta quedar del color de su cabello, arrancándole una escandalosa risa a Tsubasa.

 

- ¡No te rías!- le riñó avergonzado.

 

-Pero si Mamoru-kun se ve lindo- dijo Tsubasa tratando de parar de reír, ganándose una mirada molesta por parte del menor.

 

Cuando la risa de Tsubasa paró, Mamoru se cruzó de brazos con un adorable puchero adornando sus labios.

 

- ¿estás enojado?- preguntó preocupado Tsubasa, inclinándose para poder ver la carita molesta de Mamoru, sus ojitos comenzaron a llenarse de lágrimas- ¡l-lo siento!- dijo y comenzó a hipar, de inmediato Seijuro lo tomó en brazos apretujándolo contra su pecho.

 

-Ya Tsubasa no llores, Mamoru no está molesto, ¿verdad?-le dijo el pelirrojo mayor, acariciándole la cabecita.

 

Mamoru dejó de inmediato su enojo de lado y se movió sobre la cama, hasta llegar a su papi, tocando con preocupación un bracito de Tsubasa quien volteó a verlo con los ojitos irritados por las lágrimas acumuladas.

 

-N-No estoy molesto Tsubasa, s-solo avergonzado- confesó ganándose un tierno beso en la mejilla por parte del peli-azul.

 

-Lo siento- murmuró de nuevo, fueron de nuevo acomodados en la cama por los adultos.

 

- ¿Cuándo supieron que Mamoru-kun venia en camino?-preguntó Tsubasa acurrucándose junto al pelirrojo quien sonrojado se dejó hacer, enterneciendo a sus padres.

 

- Fue en octubre, para la fiesta de disfraces que siempre organiza Reo- dijo Seijuro sonriendo suavemente rememorando aquellos momentos.

 

- ¿Seguro que estás bien Seijuro?- preguntó por decima vez Shintaro, mientras se dirigían a la casa de Reo, en los últimos días las nauseas y los mareos no habían dejado al pelirrojo ni a sol ni a sombra, pero con la presión que tenia encima con la fiesta de veinticinco años de una empresa suya no le preocupaba mucho.

 

-Estoy bien Shintaro- le dijo- solo es el estrés acumulado de estos últimos días, una  vez pasada la fiesta estaré bien- le dijo suspirando, en realidad no creía eso, pero no quería darle más preocupaciones a su esposo, suficientes tenía trabajando en urgencias.

 

 

Shintaro lo vio por un segundo son estar en lo absoluto convencido, pero conociendo a su esposo no querría poner más peso sobre sus hombros, suspiró llegando por fin a la fiesta, siendo recibidos por la servidumbre de la casa, fueron guiados al patio trasero donde se estaba llevando a cabo la fiesta.

 

- ¡Sei-chan! ¡Shinta-chan!- les saludó alegremente Reo, un poco detrás venia un avergonzado Kazunari, quien vestía un traje de enfermera, causando la risa de Shintaro quien iba vestido de vampiro, mientras su esposo era un demonio.

 

- ¡Shin-Chan!- exclamó molesto Takao, mientras sus mejillas se sonrojaban, ganándose un tierno abrazo por parte del pelinegro alto.

 

- ¡Qué lindo mi prometido!- dijo Reo dándole un suave beso en los labios- ¿Te sientes mejor Sei-Chan?

 

- Estoy bien- suspiró antes de que un mareo fuerte lo atacara, obligándolo a recargarse en su esposo para no caer al suelo.

 

- Ya basta Seijuro- dijo Shintaro con firmeza, tomando entre sus brazos a su esposo- iremos al hospital a que te hagan un chequeo general, prefiero que me digas exagerado a que algo grave te pase porque deje que te salieras con la tuya- dijo y sin más se llevó a su esposo de vuelta al auto.

 

El camino entero fue silencioso, y cuando llegaron no había mucha actividad en urgencias así que fueron rápidamente atendidos, los minutos pasaron lentos en medio de un silencio incomodo por parte de ambos.

 

- Lo siento- murmuró bajito Seijuro apretando entre sus manos la sábana que cubría su cuerpo- y-yo solo no quería causarte más problemas- dijo y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, sintió casi de inmediato los cálidos brazos de su esposo rodeándole.

 

- No me causas problemas Seijuro- le dijo besándole la cabeza- estoy para que repartas los problemas y el peso de las cosas conmigo, lo prometimos en nuestra boda ¿no?, siempre estaremos para el otro en las buenas y en las malas, así que por favor Sei, si algo te preocupa o te molesta por más tonto que te parezca quiero que me lo digas- le pidió con suavidad, sintiendo como las lágrimas de su esposo comenzaban a mojar la camisa que portaba.

 

- Gracias- murmuró Seijuro rompiendo el abrazo para darle un corto y amoroso beso a su esposo, justo antes de que el médico entrara.

 

- Les tengo malas noticias, y buenas noticias, ¿Cuál quieren oír primero?- les preguntó viendo a la pareja verse.

 

- La mala- soltaron al mismo tiempo.

 

- Seijuro-san tiene principios de anemia, además de que su cuerpo en general esta a pasos de un colapso por todo el estrés acumulado- dijo voz seriedad, viendo como el pelirrojo bajaba la mirada y su esposo lo veía con verdadera preocupación marcada en sus facciones- la buena noticia es que con un tratamiento, ni usted ni el bebé correrán mayor peligro.

 

- ¿Bebé?- preguntó Shintaro abriendo enormemente sus ojos, se habían estado cuidando porque ambos tenían mucho trabajo encima, y aun no querían comenzar una familia.

 

- Así es, tenemos que hacer una ecografía para ver el tiempo de gestación- dijo con tranquilidad mientras un par de enfermeras entraban a la habitación con el ecógrafo- si no es mucha molestia Seijuro-san, necesito que se descubra el vientre- pidió el médico acomodando las cosas que iba a necesitar.

 

Seijuro aun no podía creerlo, estaba esperando un bebé… un bebé de Shintaro, sus ojos se llenaron de miedo, y su mirada viajó hasta las esmeraldas que lo veían con una ternura inmensurable, que lo hizo llorar de tranquilidad, sin importar si su bebé había sido o no planeado, lo esperarían con ansias.

 

Ambos hombres observaron con cariño como ambos pequeños se habían quedado dormidos, los cubrieron bien y salieron apagando la luz.

 

-Quiero otro bebé Shintaro- le dijo Seijuro colgándose de su brazo- que se parezca más a ti esta vez- dijo riendo al ver el sonrojo que atacó con fuerza las mejillas del peli-verde.

Notas finales:

Gracias por leer, perdón si hay horrores ortográficos o gramaticales (:


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