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Lux et Tenebrae por Gaeyang

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Notas del capitulo:

¡Feliz Año nuevo!

Bueno, aún no, pero casi jajaj

 

Esta es la segunda parte de la sorpresa que os decía en los SongShots,¡ así que disfrutarla! <3<3

 

pd: Se que  he tardado la vida en actualizar, pero han pasado muchas cosas. De verdad, lo siento. 

 

Se tapó los ojos con el brazo, gruñendo. El sol le daba directo los y el castaño se maldecía por no haber cerrado las cortinas. Y es que le estaba encantando su cama en ese momento, por lo que, después de semanas sin haber dormido bien, no quería levantarse. Las sabanas estaban demasiado suaves y la anchura del mueble le permitía dar tantas vueltas como le diera la gana sin caerse.

 

Se estiró ocupando todo el espacio posible y rodó sobre si mismo. A la tercera vuelta Luhan cayó en un pequeño detalle y abrió los ojos. Se incorporó, quedando sentado.

 

 

Miró a su alrededor y se dio cuenta deque esa no era su cama y que, obviamente, aquella no era su habitación. El espejo que había en la pared contraria le devolvió su reflejo, su el pelo revuelto sentado en medio de una cama amplia de sabanas blancas. No le hizo falta mucho más para saber donde estaba y cómo había llegado hasta ahí.

 

Miró a su alrededor, algo confundido aún por el sueño. Al darse cuenta de que el rubio no estaba decidió levantarse y buscarlo. Puso los pies en el suelo rascándose los ojos con pereza y se giró hacia la mesita buscando su móvil. Encima de esta se encontró una nota. La cogió y la leyó.

 

Bueno días Lú,

 

Estoy en la cocina haciendo el desayuno, sal cuando tengas hambre.

SH”

 

Se sonrojó un poco ante el hecho de estar en la cama del mayor mientras él le hacía el desayuno. Sacudió su cabeza intentando dejarlo pasar y se levantó por fin. Se puso unas zapatillas de estar por casa que se encontró al lado de la ventana y entró al baño de la habitación.

Era tan bonito y luminoso como el resto del piso y Luhan se sintió un poco cohibido ante la bañera de patas antigua y la ducha con hidromasaje. 

 

Usó el baño y más tarde se lavó la cara, recolocándose un poco el pelo y la ropa intentando estar lo más decente que pudiera. Aún llevaba la ropa que le había dejado el rubio, no sabía donde estaba la suya-ya que había desaparecido de la cómoda- así que no se podía cambiar y bueno su pelo... su pelo era un caso a parte. 

 

Se quedó mirándose al espejo un poco más después de eso, recordando la noche anterior. Seguía habiendo muchas cosas que el no entendía pero que no se atrevió a preguntarle al más alto. Podía recordar perfectamente su mirada triste cuando hablaron de su hermano y como soltó aquella lagrima. Luhan comprendía que no era momento para preguntar más sobre el tema, aunque sabía que el rubio aún le ocultaba muchas cosas.

 

No pudo evitar recordar como lo envolvió con sus brazos y le besó. ¿Porque se estaba sonrojando como una colegiala? El beso no había sido más que un roce durante unos segundos, pero aún así el castaño podía sentir los labios contrarios sobre los suyos. Sonrió un poco llevándose la mano a la boca como si pudiera recrear así el beso.

 

Sacudió la cabeza y se miró una última vez en el espejo suspirando, se tendría que conformar con lo que había. Salió del baño y se dirigió a la puerta de la habitación. Sacó la cabeza por esta, mirando el largo pasillo comprobando que, en efecto, se encontraba vacío. Salió del todo y comenzó a caminar en recto mirando todas las puertas a su paso. La única que encontró abierta fue la última así que probó en esa.

 

Cuando se asomó pudo ver al rubio colocando algunos platos en la mesa. No se movió ni dijo nada. No sabía que debía hacer, así que se quedó observando al alto.

Este seguía llevando los mismos pantalones grises que había usado para dormir, solo que ahora se había colocado una camiseta, lo que hizo que el ciervito se sintiera un poco más cómodo. Por lo menos ahora podría concentrarse y no quedarsele mirando aquel pecho formado o aquella espalda o sus abdom...

 

-Buenos días Luhan- le dijo el alto con una sonrisa sacándolo de su ensoñación- iba a despertarte ahora para desayunar. Ven, siéntate- Le agarró la muñeca y lo llevó a sentarse en la mesa delante suya.

 

Luhan se quedó mudo al ver todo lo que le habían preparado. Un frutero lleno de diferentes tipos de fruta se encontraba en el centro de la mesa cuadrada rodeado de platos con diferentes tipos de pan y bollería, así como mantequilla y mermeladas de diferentes tipos. El alto había hecho café y zumo, colocandolos en la mesa, completando lo que sería un desayuno para una familia de siete.

 

-Madre mía Sehun... No tenías porque haberte molestado tanto. Encima que me has dejado quedarme y todo...- se quedó con la cabeza gacha mirándose las manos en su regazo.

 

-Shhh...-le levantó la cara posando un dedo en su barbilla- Tranquilo, no me ha costado nada- le guiñó un ojo y comenzó a cortarle una rebanada de melón- Toma, come- le dejó la rebanada en el plato vacío que tenía delante- Estas mucho más delgado que la última vez que nos vimos. Tienes que cuidarte más Luhan- lo reprendió dulcemente. El castaño se sonrojó y murmuró un gracias antes de comenzar a comer.

 

El melón estaba dulcísimo y Luhan no tardó en meterse otro trozo en la boca. Definitivamente tenía que decirle a Tao de comprar aquella fruta para sus excursiones al río.

 

-¡Mierda!- gruñó, sobresaltando al mayor.

-¿Qué pasa?- preguntó el otro después de tragar el café que estaba bebiendo

-Ayer se me olvidó avisar a Tao de que me iba- dejó el trozo de melón que estaba comiendo sobre la mesa- Jodeer... menudo dramón me va a montar en cuanto me vea- suspiró resignado, apoyando la cara entre las manos- Seguro que me ha fundido el móvil a llamadas- con eso se levantó de la mesa.- Por cierto ¿Lo has visto?

- Si, esta encima de la encimera cargándose. Estaba sin batería esta mañana- le contestó el rubio señalando le con la barbilla la barra de desayuno que Luhan tenía a la espalda.

-Vale, gracias.

 

Fue hasta el teléfono y lo encendió. 325 mensajes de WhatsApp, 32 llamadas de Tao, 10 de Chen y 1 de Kyungsoo. Mierda. Esquivólos mensajes de los grupos y después de ver los 85 mensajes que le había dejado su amigo decidió que era mejor llamarlo para tranquilizarlo.

 

-TU PUTA MADRE LUHAN ¿DÓNDE COÑO TE METISTE ANOCHE?- fue lo primero que le dijo su amigo después de cogerlo al tercer toque- ¿SABES LO PREOCUPADO QUE ESTABA?

-Shhh, tranquila diva, estoy bien- se recostó contra la pared y rodó los ojos.

-NO POR MUCHO TIEMPO. DISFRUTA DE TUS PIERNAS DE CIERVO ANTES DE QUE TE LAS PARTA CON MI PALO DE WUSHU- le amenazó

 

-Tao asúmelo, a nadie le das miedo, ni si quiera con tu palo de Wushu.- le dijo riéndose un poco de las reacciones de su amigo- De todas formas, siento haberme ido sin avisar, surgieron cosas y tuve que irme.

-¿A si? Y que putas cosas surgieron para dejarme, a MI, tu MEJOR amigo, tirado en medio de la noche

-Es largo de contar. Mejor voy a tu casa y te lo cuento ¿vale?

-Buff, de acuerdo, pero me debes una tarta.- le dijo con aegyo en su voz y Luhan no pudo hacer otra cosa que reírse de lo adorable y bipolar que era su amigo.

-Trato hecho pandita

 

-De todas formas... ¿Dónde has dormido esta noche?- preguntó justo cuando iba a colgar.

-E-en mi casa... ¿Dónde más podría?- le contestó nervioso

-No me mientas.He llamado esta mañana a tu casa y nadie me ha cogido el teléfono, a si que ¿Donde has dormido cabronazo?

 

Luhan se giró dándole la espalda al mayor evitándolo y suspiró antes de contestar, pero lo hizo de todos modos porque sabía que sería peor si no lo hacía.

 

-EncasadeSehun- dijo rápido y bajito, intentando que el rubio que tenía sentado a unos metros no lo oyera

-¿EN CASA DE OH-CULO KARDASHIAN-SEHUN?

-¡Shhh!-intentó acallarlo- Grita un poco más que creo que tu vecina sorda no se ha enterado.

-Eh, No te metas con MenSung que es una bellísima persona- le dijo perdiendo el hilo por un momento, obviamente recuperándose rápido como buena reina del drama que era- OMG No me puedo creer que te tiraras al potorro ese.

-Eh, eh, frena un poco nadie ha dicho nada de eso- Luhan no pudo evitar sonrojarse y mirar hacia atrás, encontrándose con el rubio que lo miraba con burla- Tao, mejor hablamos luego ¿vale?- miró el reloj en su móvil- Ahora mismo son las diez. Mmm... supongo que como mucho a las once y media estoy en tu casa.

-OMG que fuerte todo ¿Y que pasa con el chico del Tacobell?- el pelirrojo seguía a lo suyo

- Adiós Tao

-Per...

 

Luhan no le dejó terminar y cortó la llamada. Suspiró dejando el móvil en la encimera de nuevo para que acabara de cargarse. Se dio la vuelta, enfrentando por fin al alto que aún lo miraba con la misma sonrisa divertida.

 

-¿Todo bien?- le preguntó antes de darle un sorbo a su café intentando ocultar su diversión

-Todo perfecto. Le he dicho a Tao que estaría en su casa a las once y media.

-De acuerdo- dejó la taza en la mesa- Ven, vamos a desayunar.

 

El alto le dio una mirada significativa a la silla delante suya y volvió a mirarle a los ojos. No se podía negar, lo sabía, así que fue hasta la mesa de nuevo y se sentó. El castaño fue el primero en despegar la mirada, bajándola a sus manos. El alto aún lo ponía algo nervioso y no se atrevía a hacer nada que pudiese molestarlo.

 

-Come- le dijo señalando la comida con la barbilla al ver que no se movía- después de desayunar te puedo llevar a casa de tu amigo si quieres.

-No hace falta, de verdad- Luhan negó moviendo su cabeza de lado a lado- ya has hecho mucho por mi. Cogeré el aut..

 

Luhan no terminó la frase porque el rubio se había inclinado y le había metido un trozo de tostada con mermelada en la boca, cortando así sus palabras. Este le sonrió dejando la tostada en el plato cuando la hubo mordido, volviéndose a sentar.

 

-No intentes negarte- le dijo al ver su mirada acusatoria- te voy a llevar igualmente.

 

Antes de darse cuenta el rubio se había vuelto a inclinar sobre él y le estaba quitando los restos de mermelada de la comisura con su dedo. Se lo llevó a la boca saboreando el dulce con sabor a fresa.

 

Luhan no podía quitar los ojos de los suyos y podía jurar que el aire de la cocina se estaba haciendo más denso por momentos. No pudo aguantarlo más al ver su manzana de adán subir y bajar mientras tragaba y apartó la vista poniéndose a comer la fruta que tenía delante.

 

Sehun sonrió por sus acciones y se puso a comer también.

 

Cuando acabaron de desayunar Luhan insistió hasta que el rubio le dejara fregar los platos con él para agradecerle. Al final accedió y los limpiaron juntos, uno lavando y el otro secando.

 

-He puesto a lavar tu ropa, estaba manchada de sangre- le dijo pesándola un plato para que lo secara.

 

-No estaba tan mal, no hacía falta que te molestaras...- le dijo sin dejar de secar platos

 

-Deja de decir eso, sabes que no me importa. ¿Además prefieres ir con ropa manchada de sangre que llevar mi ropa?

 

Luhan sabía que había doble intención en aquella pregunta, lo podía notar por la manera en que lo estaba mirando el otro y en como le estaba sonriendo. Pero él no le iba a decir que, de hecho, esperaba que le ofreciera ropa suya, porque, aunque no quisiera admitirlo, le gustaba estar llevándola.

 

-No es eso. Es solo que no quería que te molestaras tanto, no hacía falta.- le dijo evitando su pregunta siguiendo con los platos.

 

-No me molesta, lo hago encantado. Se que te gusta estar llevando mi ropa, no intentes negarlo.

 

Y lo último fue un susurro en su oído. Un susurro que lo hizo sonrojarse y desear salir corriendo porque mierda, el tipo tenía razón y él no podía negarlo.

 

El rubio salió de la cocina después de eso, dejándolo solo secando los últimos platos.

 

*-*-*-*-*-*

 

 

Salió de allí cuando los hubo secado todos, buscando al alto. Lo encontró en la habitación vestido con un par de vaqueros con algunos rotos y una camisa blanca. Su pelo peinado hacia atrás, dándole aspecto de aristócrata.

 

-Te he dejado ropa encima de la cama, creo que te sentará bien- le dijo arreglando las mangas de su camisa- Sal cuando estés listo.

 

Le dedicó una sonrisa antes de salir de la habitación, dejándolo solo de nuevo.

 

Fue hasta la cama y miró las prendas. Se puso los pantalones que tuvo que arremangar un poco para que no le quedaran tan largos y la camiseta gris. Se calzó los zapatos de la noche anterior y se arregló un poco el pelo en el espejo de la habitación antes de salir de esta.

 

-¿Te he hecho esperar mucho?- le preguntó al verlo sentado en el sofá del salón mirando a la nada.

 

-No, tranquilo- le dijo saliendo de su estupor- Toma, tu teléfono. Está cargado del todo.

 

Luhan tomó el móvil que le tendía el otro, notando como este rozaba su piel mirándolo a los ojos.

 

-¿Vamos?- le preguntó aún sin separar su mirada y el castaño solo pudo asentir, siguiéndolo afuera.

 

Subieron al ascensor y se sumieron en un silencio agradable. A Luhan le hacía gracia como podía estar en completo silencio con el rubio y sentirse a gusto. Normalmente él era de los que no podía dejar de hablar porque realmente no le gustaban los silencios.

 

Sonrió un poco sin poder evitarlo y el rubio lo miró, ladeando la cabeza en una pregunta silenciosa. Él solo negó y, en un ataque de valentía, lo cogió de la mano, entrelazando sus dedos.

 

El portero les silbó al ver sus manos y Luhan se sonrojó hasta la raíz, causando que el rubio se riera enternecido.

 

-Estas todo rojo ¿Tienes calor?- le preguntó al oído

 

-E-estoy bien, vamos

El castaño tiró de su mano hasta el coche y esperó a que el otro abriera antes de soltar su mano y subirse al coche. El rubio se subió también y extendió la mano para que él la tomara de nuevo.

 

Luhan comenzaba a pensar que se estaba haciendo adicto al calor que emanaba el mayor. Adicto a su mano grande y a su pulgar recorriendo sus nudillos de arriba a abajo, calmándolo y electrificandolo a la vez. No podía pensar en nada mejor en ese momento y se concentró en sentirlo durante todo el viaje.

 

 

Llegaron a casa de Tao una media hora después. Aparcaron cerca de la puerta y se quedaron dentro del coche, sin moverse. Luhan no sabía que tenía que hacer ¿Debería salir del coche y irse? ¿Porque le costaba tanto?

 

El rubio suspiró y soltó su mano buscando algo en el bolsillo de su pantalón. Cuando encontró lo que fuera que estuviera buscando se giró a mirarlo y le cogió la mano, dejando el objeto en esta.

 

-Quiero que la tengas tu- le dijo mirando su mano indicándole que la abriera.

 

Luhan la abrió y se encontró con la cadena de plata de la noche anterior. Miró al rubio sorprendido. No podía ser que se la estuviera regalando.

 

-Shh- lo calló antes de que pudiera decir nada- se que me vas a decir algo como que no la puedes aceptar, pero de verdad quiero que la tengas tu, necesito que la tengas tu.- y eso fue tan jodidamente sincero que Luhan no pudo decir nada- Trae, dejame que te la ponga.

 

Cogió de nuevo la cadena y la pasó por su cuello, enganchando el cierre. Luhan miró como caía el pequeño zafiro en su pecho y no sabía porqué, pero aquello le traía paz. Se sentía bien, ligero.

 

-Me la dio mi abuela hace un par de años. Según ella ahuyenta los malos espíritus y purifica lo oscuro de nuestro alrededor- le dijo mirando la piedra- Sé que te parecerá una tontería de persona mayor, pero yo creo que funciona de verdad.

 

-No, creo que está funcionando ya. Me siento bien.

 

-Me alegro. Te queda bien- le dedicó una sonrisa y se quedaron de nuevo en silencio, el castaño mirando la joya y el mayor mirando hacia el frente

 

-Sehun- lo llamó al cabo de un rato- Gracias. De verdad, gracias por todo.

 

Y Luhan no sabía que le había dado esa mañana pero estiró de la camisa del alto y juntó sus labios con los suyos. Aunque comenzó siendo un simple roce de labios, el beso subió de nivel cuando el alto lamió su labio inferior, modiendolo ligeramente después. El menor gimió y Sehun aprovechó para meter la lengua en su boca, explorando todos los rincones de esta. Subió la mano a la nuca del mayor, enredando sus dedos en las hebras suaves sintiendo como el alto le acariciaba las mejillas.

 

Se separaron juntando sus frentes, sus respiraciones agitadas, sus miradas conectadas.

 

-Vamos, te acompaño a casa de tu amigo.

 

Le dio un último pico y se separó, saliendo del coche. Luhan lo siguió algo sonrojado por lo que acababa de suceder. Aún así dejó que el alto entrelazara sus manos una vez estuvieron fuera.

 

Llamaron al timbre y subieron hasta el piso del panda, que los estaba esperando apoyado en el marco de la puerta.

 

-Porfín llegas, pensaba que te habías vuelto a olvidar de mí- fue lo primero que le dijo su amigo al verlo salir del ascensor.

 

-Hola a ti también Tao- le dijo rodando los ojos

 

-Ni hola ni mierdas. Sigo enfadado contigo por dejarme solo anoche.

 

-En realidad creo que eso es más culpa mía que de Luhan- habló el rubio llamándo la antención de los otros dos.

 

-Bien, entonces estoy enfadado con los dos. Más bien con los tres. Kris desapareció tambien y tuve que volverme a casa con la madre de Chen. Con-la-madre-de-Chen, ¿entiendes eso?

 

Pero en ese momento no le estaba haciendo caso. Miró al rubio al oír el nombre del de los ojos negros y apretó un poco más su agarre queríendo reconfortarlo de alguna manera. El alto lo miró de vuelta, sonriéndole un poco con tristeza.

 

-¡EH!- gritó el pelirojo sacándolos de su burbuja- Encima mi mejor amigo pasa de mi cara cuando me quejo. Que vida más dura, joder.

 

-Venga Tao, corta el drama- el castaño le rodó los ojos- ¿Nos vas a dejar entrar o no?

 

-Que remedio... Venga, pasar antes de que me arrepienta.- se hizo a un lado para que pasaran.

 

-En realidad yo no me puedo quedar, tengo que irme a trabajar. Solo he subido a disculparme con Tao por lo que pasó la última vez que estuve aquí. No hice bien gritandoos a Lú y a tí, lo siento de verdad- el alto se inclinó un poco en señal de disculpa.

 

-No hay problema, ya se me habia olvidado- lo tranquilizó-Pero recuerda que se Wushu, por si piensas en hacer daño a mi ciervito otra vez.

 

-Descuida, no tengo intención de hacerlo de nuevo.- se giró hacia el castaño- Me voy ya ¿vale?

 

-De acuerdo. Gracias por traerme y por la ropa y eso.

 

-No hay problema- soltó su mano y le dio un beso en la mejilla.- Nos vemos Lú. Adiós Tao.

 

Y con eso se dio la vuelta comenzando a bajar por las escaleras.

 

Luhan se giró encontrandose con un Tao que lo miraba divertido alzando una ceja.

 

-Bueno, , creo que tienes que contarme varías cosas.

 

-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

Fueron a la habitación del menor y Luhan se sentó en la cama, abrazando a una almohada. El pelirojo se sentó en la silla del escritorio, encarándolo.

 

-Asi que... ¿Me vas a contar porqué desapareciste anoche?- le preguntó al ver que no tenía intención de hablar.

 

-Es una larga histora- le dijo- Para resumir, me encontré con Sehun en la fiesta, estuvimos hablando un rato y me dijo que si quería pasar la noche en su casa. Si te soy sincero pensaba que tu te quedrías ir con Kris, así que le dije que si y me fuí con el- mintió

 

-Bueno, ese era el plan inicial, pero el muy cabrón desapareció a mitad noche.- el alto resopló continuando con su queja-Tuve que separar a Chen y a Seok que se estaban succionado el uno al otro para que me llevaran a casa.

 

Luhan rió un poco por su puchero y lo abrazó fuerte.

 

-Lo siento pandita. De verdad no sabía que estabas solo y el móvil se me debió quedar sin batería en algun punto de la noche. ¿Me perdonas?- le preguntó estrechándolo más, haciendo que el menor soltara un quejido.

 

-Te perdono si dejas de asfixiarme y me cuentas que pasó en casa del buenorro de tu novio.

 

El castaño se separó, riendo por su amigo cogiendo aire de forma dramática y se volvió a sentar en la cama.

 

-Primero de todo, no es mi novio- el pelirojo le rodó los ojos y esperó que continuara- No hicimos nada extraordinario. Me prestó ropa para dormir, nos quedamos hablando un rato y despues nos fuimos a dormir. Eso es todo.

 

-¿Y ya está? ¿No hubo beso de buenas noches ni nada? Por como os mirábais esta mañana yo juraria que hubo más que una conversación nocturna entre amigos.

 

Le hizo cejitas y Luhan hizo lo más maduro que podía en esa situación, lanzárle uno de los almohadones a la cara. Aquel se quejó y el castaño se rindió, abrazándo más a la almohada.

 

-Vale, si hubo beso de buenas noches. Pero fue solo un beso de nada, no lo que te estás imaginando tu.

 

-Entonces, ¿Porqué te estas sonrojando como una colegiala?- le preguntó con una sonrisa divertida- Ha hecho cosas peores, ambos las hemos hecho

 

-No me he sonrojado idiota, es que en tu casa hace mucho calor.- Apartó la mirada de su amigo sintiendo como enrojecía un poco más.

 

-Luhan... ¿no será que el chico te gusta de gustar gustar?

 

Y Luhan lo miró, esta vez a los ojos, y pudo ver que no bromeaba. Su amigo tenía esa mirada sería que ponía cuando hablaba de su padre o cuando queria dar a entender que iba enserio.

 

El castaño se echó sobre la cama quedando estirado, su brazo encima de sus ojos intentando esconderse del mundo.

 

-No lo sé, Tao, no lo sé.

 

Y era completamente sincero. No tenía ni puta idea de lo que le pasaba cuando estaba con el alto ni de que coño sentía por él. Lo único que sabía era que necesitaba estar con él, necesitaba sentir su piel contra la suya aunque fuera en un simple roce de manos. Era algo que no quería pensar. No quería sentirse dependiente de alguien porque eso no le gustaba, pero mierda, lo necesitaba.

 

Su amigo se tumbó a su lado, abrazándolo. Sabía que estaba confundido y que necesitaba su espacio. Luhan en momentos como ese recordaba porque Tao era su mejor amigo desde hacía tantos años.

 

Se quedaron allí, acurrucados uno contra el otro hasta que el teléfono sonó y el menor se levantó a responder.

 

Volvió unos minutos después con el ceño fruncido y hablando por lo bajo.

 

-¿Qué pasa?- le preguntó el castaño incorporándose sobre sus codos.

 

-Nada, mi madre, que dice que no volverá hasta el lunes por la mañana.- contestó rodando los ojos- ¿Te quieres quedar aquí hasta el lunes?

 

El castaño asintió y se levantó de la cama estirándose. El menor al ver como se le subia un poco la camiseta mostrándo su abdomen se lanzó a hacerle cosquillas.

Ambos cayeron de nuevo en la cama, rodando por esta intentando evitar el ataque ajeno.

 

-Para, j-joder, Tao, para.- el mayor no podía parar de reir mientras aquel lo torturaba a base de cosquillas.

 

El pelirojo paró y se tumbó de nuevo a su lado. Cuando se giró para preguntarle si quería pedir comida vió un reflejo plateado en el cuello de su amigo.

 

-¿Qué es eso?- le preguntó

 

-¿Qué es el que?

 

-Lo que llevas en el cuello- señaló con el dedo la cadena

 

-Ah, esto- se sacó el collar de debajo de la camiseta, mostrándoselo a su amigo- Me lo ha regalado Sehun esta mañana. Dice que auyenta los malos espíritus.

 

-Se parece mucho al que me regaló a mi Kris, mira.

 

Tao sacó su cadena y la juntó con la del mayor. Las gemas brillaron con un brillo extraño cuando se tocaron y tuvieron que apartarlas porque sintieron como una corriente emanando de ellas.

 

-Me has dado la corriente- le dijo el menor

 

-Has sido tu, con esos calcetines que te pones no me extraña que des calambre.

 

-Tsss, eso es envidia de mis calcetines de Shinee.

 

-Seguro que sí- le rodó los ojos- De todas formas si que se parecen un montón.

 

-Alomejor lo compraron juntos. ¿No se conocían?

 

-No lo creo, el de Sehun se lo regaló su abuela. Aunque puede ser que a Kris también se lo regalaran...

 

Ahora que lo pensaba, si Sehun y Kris eran hermanos sería normal que le regalaran uno a cada uno ¿no?

 

-Puede ser, no sé- le dijo, ambos mirando las piedras- ¿Pedimos algo para comer? Tengo hambre- se quejó tiernamente el panda

 

-Claro, vamos. 

Notas finales:

Espero que os haya gustado, y que tengais un buen fin de año :*

 

 


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