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Lo siento, padre. (MinKey). por Connie0912

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Notas del capitulo:

Bueno, espero no quieran matarme después de leer esto.

Sin más, ¡A leer!

Capítulo 2.

 

Había pasado ya una semana desde el incidente con KiBum, una semana donde su pequeño no le dirigió siquiera la mirada. Era como si no existiera, podía pasar por su lado y el seguía con la mirada fija al frente. Eso le dolía, le dolía quizás el doble de lo que a su pequeño le habían dolido sus azotes.

Pero MinHo seguía sin saber que KiBum realmente lo había disfrutado.

Cuando su esposo se había enterado de lo ocurrido ni siquiera podía creerlo. — MinHo, tu nunca golpearías a KiBum, deja de mentir”. — Fue lo único que se había molestado en decir. ¿Es que realmente era tan blando con KiBum hasta el punto de que nadie creyera que lo había corregido?

Por su parte, KiBum realmente deseaba sentir las manos de su ardiente padrastro sobre su trasero nuevamente, pero si iba donde MinHo y hacía como si nada pasara, este no tendría su merecido. El encuentro con MinHo sin querer había despertado nuevos intereses sexuales en KiBum, y no es que este anduviera saltando de polla en polla, KiBum aún era virgen, pero toda la experiencia que no tenía físicamente, la tenía mentalmente. Desde aquel día KiBum había investigado mucho acerca de la gente que se excita con los golpes, al parecer en el sexo había una rama para esto y el quería probarla.

Así fue como se contactó con Kim JongIn, y lo que KiBum no sabía, es que este era su hermano.

KiBum había quedado a las 8:00 PM con JongIn, era la hora perfecta puesto que MinHo salía tarde del trabajo y su padre estaba fuera del país. Todo estaba listo para darle rienda suelta a su lujuria. Kim JongIn se hacía llamar a el mismo un sádico amante del spanking, y prometió castigarlo como al niño malo que KiBum le dijo que era, pero, ¿Realmente KiBum estaba preparado para el mundo donde se había metido?

La puerta sonó, eran las 8:00 y no podía ser nadie más que aquella persona que había contactado. Los nervios hacían que sus piernas temblasen y su corazón se apretara, incluso dudó unos segundos en abrir la puerta, pero ya no había vuelta atrás y esto era lo que el deseaba. Sin más, se acercó y tomó el pomo de la puerta, girándolo con las manos temblorosas, y lo que vió, lo hizo congelarse ahí mismo.

JongIn era moreno, alto, masculino y totalmente… Ardiente.

Pero no más que su padrastro.

¿No dirás nada?. — Dios, su voz era jodidamente sensual y profunda. — Bueno, de todas maneras no te he autorizado a hablar.­—

—¿Auto..? ¡AGH!. — Sus cabellos fueron jalados con brutalidad obligándolo a retroceder, aquel individuo había entrado en su casa y ahora lo arrastraba hacia uno de los cuartos. — Este no.. es el de arriba. — Logró decir, y ni tonto ni perezoso JongIn se dirigía a toda velocidad hacia aquel cuarto.

Esto no estaba bien.

JongIn.. Me duele.. ¡Ah!. — Gritó con fuerzas al sentir una fuerte bofetada y luego como era obligado a estar de rodillas.—Desde ahora me dirás amo JongIn, hablarás solo cuando yo lo quiera y sólo me complacerás, ¿Entendido?. — Y ahí iba nuevamente el jalón de cabello que lo obligaba a mirarlo a esos profundos y penetrantes ojos. — S.. si, amo. — Fue lo único que logró decir antes de ser arrojado a la cama.

Aquel hombre no desprendía nada más que hombría y dominación a través de sus poros, pero por una extraña razón KiBum no lo quería cerca, ¡El ya no quería esto!, trató de decírselo, pero este solo lo golpeaba por desobedecerlo. Rápidamente fue arrancando su ropa, o más bien, despedazándola, dejando su níveo cuerpo a disposición de el, pero el no imaginó que haría eso.. Realmente no lo pensó.

—¡AGHH! ¡NO! ¡JONGIN!. — Gritó con fuerzas cuando este lo penetró sin ninguna preparación previa, desgarrándolo por completo. Esta no era la manera en como quería perder su virginidad.

JongIn no tardó mucho en comenzar a moverse, lo hacía rápido, duro y hasta con rabia, golpeando el trasero de KiBum hasta dejarlo con moretones y tirando de su cabello hasta que KiBum suplicaba que se detuviera, pero esto parecía solo excitarlo más.

KiBum quería que todo eso acabara, y jamás volver a ver a JongIn.

Narra MinHo.

Realmente había sido un día agotador y exhaustivo de trabajo, convinado con que nuevamente su hijo político lo ignoraba, y su esposo se hallaba fuera del país había quedado sin energías algunas, pero por suerte, había salido antes de lo previsto y ya se hallaba fuera de casa. Eran las 10:00 PM cuando por fin llegaba a su hogar, deseando sólo ir a su cuarto.

Pero hubo un repentino cambio de planes.

Desde la pieza de KiBum escuchó como su pequeño niño sollozaba enérgicamente, y tan rápido como le dieron las ya agotadas piernas subió las escaleras entrando a la pieza del menor. Jamás se imaginó que encontraría semejante barbaridad. Su niño se encontraba atado de las muñecas a sus tobillos, amordazado, con la piel del trasero con marcas horribles… Y de su entrada corría la sangre. ¿Qué diablos había sucedido? No comprendía nada, pero para su fortuna –O desgracia— había una nota junto al cuerpo de su niño.

Queridos padres de KiBum:

Decidí disciplinar a sus hijos a mi modo, después de todo, los sitios BDSM no son apropiados para un menor de edad, ¿No creen? Cuídenlo, vigílenlo y sobre todo protéjanlo, que no soy el único hijo de puta en el mundo, y ya hay varios que han posado los ojos en su hijo.

Volveré.

Kai.

¿Pero que diablos fue eso? ¿Su niño se había estado ofreciendo? No, eso no podía ser posible. KiBum era puro, inmaculado, el jamás haría algo como eso.

¿O Si?

Sin perder un segundo más, desató al pequeño con cuidado de no dañar más su cuerpo, le quitó también la mordaza y luego se acercó a su rostro que estaba con moretones y daños. — KiBummie, hijo, ¿Qué ha pasado?. — Preguntó horrorizado ante la vista, y lo que pasó después lo dejó completamente helado. — ¡Padre, padre, el volverá! — Gritó entre sollozos aferrándose a su cuello. KiBum nunca lo llamaba padre, eso quería decir que realmente su pequeño estaba mal. — ¿Quién? ¿Quién volverá, hijo?. — Preguntó acariciando los dorados cabellos, pero no hubo respuesta de parte del menor. El solo lloraba y se aferraba a su cuerpo como si su vida dependiera de eso.

¿Qué haría? El menor se negaba a ser llevado a su clínica, y en casa no tenía los implementos necesarios para suturar su desgarrada entrada… Solo le quedaba el curar sus heridas con artículos básicos y bañarlo, y eso fue lo que hizo. Lágrimas caían de sus ojos cuando después de la ducha y curaciones vio en el estado que se hallaba el pequeño cuerpo de su bebé, pero tuvo que hacer de valiente hasta que este se quedó profundamente dormido aferrándose a su pecho. El mundo para MinHo se había desmoronado. Habían abusado del niño al cual quería tal como si fuese su hijo.

El mundo es un lugar peligroso, y KiBum lo aprendió de la peor manera posible… Pero MinHo no descansaría hasta encontrar al bastardo que se había atrevido a abusar de su niño, y cuando lo hiciera, el hijo de puta desearía nunca haber nacido.

Porque si el se hacía llamar a si mismo un “Amo estricto y cruel”, el podía ser la peor artimaña que ha pisado el mundo. Nadie se metía con los suyos, y este tipo había decidido entrometerse con la familia equivocada.

Notas finales:

Dejen sus reviews y sigan mandándome sugerencias, realmente agradezco que lo hagan.

Ah, y muchas gracias a las personas que han dejado sus hermosos reviews hasta ahora, me incitan mucho a seguir escribiendo.


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