Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo siento, padre. (MinKey). por Connie0912

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Perdón por no actualizar ayer!

Realmente estuve muy ocupada, lo lamento mucho, pero para recompenzar, ¡Les traje soft lemon!

Disfruten...

Ah, se me olvidaba. Si alguien conoce al autor o autora de Divenire, díganle que por favor actualice, ¡Llevo un mes esperando actualización! ¡Un maldito mes! ;;.

Capítulo 3.

Su niño dormía tal y como si fuese un bebé, hipando a ratos por el tiempo que había pasado llorando, y eso revivió recuerdos de cuando él solo era un niño.

Flashback.

— ¡KiBummie! ¡No corras tan rápido! ¡Podrás lastimarte! — Gritó preocupado, pero ya era demasiado tarde. Su pequeño había tropezado y había caído estrepitosamente al piso, lastimando en demasía sus pequeñas rodillas. MinHo en menos de lo que uno demora en pestañear ya estaba al lado de su niño, tomándolo en brazos y corriendo a toda velocidad dentro de la casa.

— ¡KiBum! ¿Por qué siempre tienes que estar dando problemas? — Le gritó TaeMin con voz de pocos amigos. MinHo lo fulminó con la mirada y siguió corriendo hacia el baño con su pequeño que ahora lloraba con muchas más ganas por las hirientes palabras de su padre. — MinHo, ¿Por qué mi padre no me quiere? — Preguntó su niño con la voz quebrada mientras era sentado en la taza del inodoro. — Mi niño, tu padre te ama, solo no sabe demostrarte su amor. — Le respondió tratando de tranquilizarlo, pero la verdad es que ni el mismo estaba seguro de que si lo que decía era totalmente cierto. TaeMin siempre trataba mal a su niño, le gritaba, lo ignoraba, se desquitaba con él, y si no fuera porque MinHo se interponía, hasta lo golpearía. ¿Por qué TaeMin era así con el pequeño KiBummie? El pequeño era un amor, jamás daba problemas y siempre estaba con una sonrisa en el rostro, sin embargo no lograba obtener el amor de su padre, que era lo que más deseaba en el mundo, y realmente se esforzaba todos los días para lograr al menos que su papá le dijera “hijo”.

Fin Flashback.

Lo que recordó lo hizo soltar un pesado suspiro. Si tan solo supiera el porqué del actuar de su esposo, no dudaría ni un segundo en ayudarlo. La relación de su padre con KiBum a través de los años solo fue empeorando, a diferencia de lo que creía él. Hoy en día TaeMin hacía como que KiBum no existía, a excepción de cuando era regañado, ahí era el primero en correr a su habitación a tratarlo de la peor manera posible. — ¡Desearía que MinHo hubiese sido mi padre, y no tú! — Le gritó una vez que discutían como perros y gatos. MinHo estaba parado tras la puerta de la habitación de su niño y lo había escuchado todo, quedando totalmente anonadado y con los ojos más grandes de lo que normalmente eran… En ese mismo instante, se escuchó el sonido sordo de 3 fuertes golpes, que iban en aumento hasta llegar a ser 10. MinHo no entendía nada, pero en cuanto escuchó a su bebito llorar entró al cuarto del menor, quedando completamente horrorizado con la escena que su esposo estaba llevando a cabo con su pequeño KiBum. TaeMin tenía un cinturón en su mano y con ese mismo estaba golpeando a su niño.

MinHo no lo soportó.

En ese mismo instante todos sus principios se fueron a la mierda, KiBum era su niño y jamás permitiría que se le hiciera daño de esa forma. En ese mismo momento MinHo había tomado aquel cinturón y se encontraba golpeando repetitivamente a TaeMin en donde los azotes decidieran caer. Si no fuese porque KiBum lo empujó lejos de su padre y le quitó el cinturón de sus manos, él hubiese seguido golpeando a su esposo. Pese a todo lo que le hacía TaeMin, KiBum lo amaba, y eso se vio reflejado cuando lo defendió.

Ese mismo día, MinHo había hecho sus maletas, y también las de su niño. No permitiría que se quedara con semejante monstruo.

—MinHo… MinHo, por favor no me dejes. — Decía TaeMin una y otra vez mientras lloraba a mares tratando de impedir los movimientos que el mayor de ambos quería llevar a cabo. — ¡Ya suéltame, TaeMin! — Gritó con fuerzas, sacudiéndolo para que este soltara el agarre que mantenía sobre sus brazos, haciendo que este cayera al suelo y desafortunadamente se golpeara en la cabeza con la esquina de la pequeña mesita de noche que cada uno tenía a los lados de esa gran cama matrimonial que compartían. El alma se le había ido del cuerpo, ¡Había matado a su esposo!

—KiBum… ¡KiBum! — Gritó desesperado para conseguir algún tipo de ayuda de parte del hijo del menor, se le había olvidado que su pequeño se encontraba en clases de baile. Estaba solo, con un TaeMin inconsciente y sangrando a causa suya. Un escalofrío y sudor helado recorrió toda la extensión de su columna vertebral, si su esposo moría no sólo ganaría varios años en la cárcel, sino que también el odio de su pequeño KiBum, y eso era algo que su corazón no podría soportar.

Sin esperar ni un segundo más, alzó a su cada vez más pálido novio entre sus brazos y corrió escaleras abajo a todo lo que le daban las piernas y a su vez llamaba a emergencias. Lágrimas habían  comenzado su travesía desde sus orbes y caían al cuerpo inerte de su esposo sin dar tregua. Cada segundo que pasaba se le hacía más agonizante y angustiante debido a que su novio aún no reaccionaba, pese a los múltiples intentos de reanimación que no había dejado de practicarle en la espera por la llegada de la ambulancia, y después de 15 minutos, la nombrada recién hizo acto de presencia.

— ¡Ayúdenme! ¡Se los ruego! — Gritaba con desesperación mientras dirigía a los paramédicos hacia TaeMin, los cuales al verlos no tardaron ni un segundo en llevárselo hasta el hospital.

TaeMin estuvo una semana entera en coma a causa suya, ni él ni KiBum jamás se habían enterado de que fue MinHo el real culpable de su hospitalización.

Era un secreto que debía cargar toda su vida y que por supuesto, jamás revelaría. Por el bien de su matrimonio… Y su relación con KiBum.

Fue así como decidió no irse de casa, complacer a su esposo en todo lo que quisiera, y lo más importante, proteger a KiBum todo lo que estuviese a su alcance. No permitiría que TaeMin siguiese maltratando física y psicológicamente a su pequeño bebé, se había jurado que no dejaría que nadie más le hiciera daño a su bebé… Pero había dos detalles.

MinHo jamás volvió a complacer los deseos sexuales de su esposo, y hoy habían vuelto a tocar a  su niño.

La cólera y la culpa lo consumía vivo. Acababan de hacerle daño a su pequeño, y esta vez, fue de la peor manera posible. ¿Quién era tan hijo de puta para llevarse la pureza e inocencia de un adolescente?... Sólo Kim JongIn lo era, pero había una pregunta que rondaba su mente desde el momento que había leído esa maldita carta, ¿Qué era lo que había motivado a su niño a cometer semejante estupidez? ¿Por qué su pequeño estaba navegando en sitios web para adultos? La respuesta a sus preguntas se encontraba a su lado, el único problema es que no sabía la contraseña que KiBum tenía en su laptop.

Así fue como MinHo descubrió que su niño no era tan inocente como lo creía.

Sabía que husmear en las cosas de KiBum no estaba bien, pero su instinto paternal fue mayor a sus principios y comenzó a leer una de sus conversaciones en aquel grupo sadomasoquista. Hubo una en especial que lo dejó helado, y esa precisamente era con el tal Kai.

“Amo JongIn:

                      Realmente me encuentro muy caliente. He sido un chico malo y daddy me ha nalgueado por ello, oh, como disfruté de sus azotes, pero lamentablemente fueron muy pocos y suaves. Realmente deseo que vengas aquí y me enseñes qué es un hombre de verdad y lo que merecen los niños malos como yo. Espero por ti el miércoles a las 20:00 donde ya te dije anteriormente, estaremos solos”.

¿Qué había sido todo eso? MinHo realmente estaba consternado. ¿Lo habían llamado poco hombre? Oh, ese niño sí que estaría en problemas una vez que su estado de salud mejorara, nadie se metía con su hombría y menos su pequeño…

Así pasaron los días, obviamente MinHo había ido a la policía a denunciar los hechos, pero con KiBum quedaron en no contarle nada a TaeMin, puesto que si se llegase a enterar, el caos reinaría una vez más en la casa. MinHo no le había nombrado nada acerca de lo que descubrió, puesto que encontraba bastante malvado de su parte seguir con el escarmiento a su pequeño, después de todo, no era fácil lidiar con una violación, y menos a la edad de los 17 años.

Pero KiBum seguía frecuentando aquellos sitios sadomasoquistas.

Desde el día de la violación MinHo no dejó de dormir junto a su niño, pues este temía que JongIn viniera y abusara de el nuevamente, y un día donde el sueño no llegaba a su cuerpo volvió a husmear en la laptop de su hijo, pero lo que leyó esta vez, lo dejó aún más helado que antes.

Extraño ser atendido… Necesito unas fuertes manos que rodeen mi trasero y lo azoten hasta quedar rojo, necesito disciplina, necesito que un hombre fuerte venga y me entierre su gran polla hasta lo más profundo de mi ser, y solo ahí será cuando gima como una perra para él, mi amo”.

Eso era lo que decía uno de sus post. Su cuerpo reaccionó por sí solo y una gran erección creció en sus pantalones. MinHo cegado por la excitación liberó su pene y comenzó a acariciarse con lentitud, dejando salir pequeños jadeos por el espléndido trabajo que realizaban sus manos. No podía dejar de imaginarse a el mismo nalgueando a KiBum, follándoselo, haciendo que gritara su nombre una y otra vez… Se imaginaba sometiéndolo como él quería que lo hiciera. — Ngh... KiBum. — Gimió ronco mientras el movimiento de sus manos se volvía más agresivo y rápido.

En ese mismo momento sintió otras manos acariciando su pene. Su niño había comenzado a masturbarlo y él, en vez de detenerlo, le dio más acceso terminando por correrse.

Su bebé al saber que su mayor se iba a correr, llevó su boca hasta ahí y se tragó su semen. Eso a MinHo lo excitó aún más, casi al punto de querer ponerlo boca abajo y follárselo hasta deshacerle el trasero.

Pero algo estaba mal… Ellos eran familia.

 

 

Notas finales:

¿Les gustó?

Ese KiBum es todo un travieso.

¡Dejen su review! Así me motivan a seguir escribiendo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).