Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Culpa por LordDria

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Realmente no sé si está bien escribir aquí, ya saben... La mayoría pasa las notas y bajan directamente a la historia. Si empieza mal o me parece muy cliché, la dejo. Lo digo por experiencia propia. 

La meta con este fanfic (mi meta, en realidad. Mi mejor amiga, es un poco más positiva), era llegar a un review. No me considero una persona demasiado abierta en cuanto a lo que escribo, porque considero... que a veces lo que narro y trato de expresar no da a la talla. Pero entonces, una amistad me impulsa a crear esta página de facebook y postear las mil y un locuras que pueden surgir en la cabeza de una fan con su otp, y yo me armo de valor, luego de mucho, y digo <<ok, vamos>>. 

Estos escritos que encontrarán en esta cuenta, son para agrado de quienes lo deseen. No serán los mejores para unos o para otros, sí. Depende mucho del lector. El lector hace al escritor, el lector da vida a la historia. 

Ahora, si es que se animan a leer las notas de arriba y abajo, espero en verdad que realmente nos apoyen y trataremos, en lo posible, de siempre mostrar lo mejor. Bueno, dan muchos nervios aunque solo sea un post de un simple one shot. 

Entonces... les dejo uno de los primeros one shot's, que escribí hace algunos años. 

Disfrútenlo y gracias.

Un día que no distaba de ser muy diferente al anterior. Mismo clima, misma rutina y los mismos problemas que encerraban un levantarse de la cama tan tibia, cómoda y suave. Tener que levantarse por el maldito ruido del teléfono celular (aún encima con ese ringtone chillón). Sí, era seguro que tendría que cambiarlo algún día. Era demasiado insoportable a veces. Quizás algo de música más calmada no alteraría tanto su hermoso momento de dormir y dejar de lado deberes totalmente innecesarios para una vida donde solo el descansar era realmente importante.

Pero la maldita “cosa”  volvía a taladrar sus tímpanos y el punzón dentro de su cabeza solo incrementaba haciéndolo tirar la hermosa colcha nueva —y sobre todo tan caliente— para hacer un movimiento brusco con la mano y poder llegar hacia la mesa de noche.

 

La pantalla mostraba claramente una llamada entrante de alguien a quien realmente no deseaba ver de hace unos días.

 

Realmente lo intentaba, pero el hombre lo hacía tan difícil.

 

Hizo un movimiento con el pulgar y contestó.

 

(Pero realmente no quería, no debía).

 

—Que sea la última vez que-

 

—Necesito verte. ¡Ahora! Es muy, muy urgente.

 

—¿No me estás escuchando? Son  las…—despegó un rato el aparato electrónico y miró unos segundos la pantalla—. ¡Son las 6 de la mañana, Kim Jonghyun! O tienes una buena-

 

—La tengo, ¿ok?

 

Escuchó un bufido del otro lado. La verdad es que no le molestaba que le hablara, el solo hecho de la melodiosa chocando contra sus sensibles tímpanos ni bien se levantaba era tan maravilloso como un buen día con buen sol. Solo que no debía escucharle, porque el miedo empezaba a carcomerlo y la necesidad de verlo todos los días se había vuelto un hábito demasiado dañino que provocaba demasiadas mariposas en el estómago y  demasiadas palpitaciones que no era capaz de parar. ¿Por qué enamorarse podía resultar tan fácilmente doloroso y complicado?

 

Maldito corazón, deja de latir tan rápido de solo pensar en él. Basta.

 

—Bueno, dime.

 

—No puedo por el celular… Necesito decirte esto. Me está carcomiendo, Kibuminnie. Necesito verte, por favorrr.

 

Kibum trató de no hacer caso a esas súplicas. Su mente le decía que no era correcto, pero el corazón dictaba otra cosa. ¿Por qué se ponía tan tonto con una simple voz de un chico que ni siquiera conocía bien? No era justo para alguien como él.

 

—Jonghyun, es muy temprano…yo …

 

—Por favor, Key, por favor. Necesito, lo necesito. Ven

 

Y Kibum deseó, ansiaba, poder haber escuchado un “ven a mí”.

 

—Me deberás bastante, ¿sabes?

 

—Sabes que haría cualquier cosa por ti.

 

Y, ahí de nuevo. Gracias por  derretir mi corazón por todo la alfombra Jonghyun, de verdad.  Kibum pensó que el corazón podría pararse en cualquier momento; la velocidad de los latidos no podían ser normales.

 

—Llegaré en una hora. En realidad ni tengo porqué ir (y tampoco escaparme de casa a estas horas).Eres grande, aprende a resolver tus problemas solo.

 

—Kibum, aunque no quisieras, sabes que tienes que. Y sabes por qué.

 

Maldita sea Jonghyun, deja de meterte en mi mente. Ni siquiera me conoces bien.

 

—No tengo idea-

 

—Sabes que no podré hacer nada si no te tengo, y te culparas internamente porque tú eres el único que puede entenderme y eso te molesta.  Te molesta porque sabes que aunque no quieras debes ayudarme. Tu corazón es demasiado bueno.

 

—Eres un engreído, no iré. Muérete.

 

—El café cerca a mi casa. Te espero.

 

Cortó porque no soportaba más, porque de verdad le molestaba esa actitud de un sabelotodo acerca de su propia persona. Ni siquiera lo conocía más de un mes y ya aseguraba ser un experto sobre él.

Pero eso era lo genial; en cierto sentido, lo molestosamente encantador. Cómo intentaba y se esforzaba. Porque le daba una importancia única y, por una vez, alguien no quiso conocer el ser egocéntrico  que aparentaba ser o a aquel que conocía el último grito de la moda. No. Él quería conocer a Kim Kibum, al verdadero.

 

Sonrió con cierto rubor pintandole los pómulos  prominentes y claros, y se vistió lo más rápido que pudo. Abrió la puerta de su cuarto con cuidado y revisó por los costados de que todavía nadie estuviera despierto. Sus padres habían regresado de una fiesta casi en la madrugada, así que era casi imposible que se levantasen tan temprano…pero siempre existían las posibilidades.

Se encaminó por el pasillo de puntitas y bajó la escalera sin hacer mucho ruido, llevando las zapatillas en las manos. Calculó mentalmente cuanto tenía hasta que más o menos sus padres se levantaran , cogió las llaves de su casa y salió de casa.

 

A veces hay cosas que solo se hacen por personas que realmente amamos, se dijo al ponerse las zapatillas y terminaba de acomodarse la chalina para empezar a caminar. Realmente odiaba a Jonghyun por levantarlo.

 

◘◘◘

 

Porque Jonghyun era un buen amigo, porque realmente era alguien que veía mucho más que el exterior, era porque Kibum le tenía mucho cariño y lo quería. Un querer que siempre rehusó a aceptar como algo más. Sabía que Jonghyun lo quería, pero jamás de una manera como él ansiaba. Porque cuando pensó que aquellos abrazos que lo hacían saltar un poquito al venir desde atrás y sorprenderlo, porque cuando pensó que unas besos en la mejilla con mucha presión causaban la misma reacción que en él (una reacción de esas en donde la piel se te pone de gallina y una corriente te recorre), y porque cuando pensó que a veces esas miradas venían con algo más cargado que un simple amistad, fue cuando escuchó claramente:

 

—Bummie, necesito que conozcas a alguien.

 

Pudieron pasar miles de cosas por la cabeza de Key. Pudo imaginar incluso que Jonghyun le diría lo que él soñaba cada noche al dormir, esa clase de sueños en donde todo era rosas y con olor a perfume. Esos sueños donde te sentirías en las nubes y todo el amor simplemente se viviría. Esa clase de sueños en donde un simple beso de Jonghyun quemaría su piel y eso sería el más hermoso recordatorio de que le pertenecía a ese chico de cabellos desordenados y castaños.

 

Pero la realidad no son los sueños y nada, nada en el mundo, pudo preparar a Kibum para lo siguiente. Cuando sus ojos lograron visualizar una figura muy linda y delgada, con un vestido azul y el cabello perfectamente lacio, sintió que un terremoto hizo presencia en el lugar y cuando los labios de Jonghyun dejaron un beso cálido en esa mejilla ajena, su corazón prácticamente dejó de latir. No había pedazos, él simplemente trituró su corazón y todo se volvió polvo. Algo había muerto.

Todo lo demás fue tan rápido y sus movimientos tan robóticos que no se acordaba de cómo ni porqué. Un saludo formal, sonrisas fingidas, temas tan estúpidos que prefería no recordar; una cena que se sintió tan asquerosa porque el estómago se le revolvía de solo ver cómo aquellos dos sentados más allá se demostraban un amor tan hediondo para su gusto.

Necesitaba salir de ahí y que alguien le dijese que era una broma, que no era cierto. No podía. ¿Corazón? ¿Qué era eso? Él estaba viviendo por vivir en ese momento y realmente poco le importaba salir y emborracharse, le habían roto el corazón de la peor manera. Pero él era Kim Kibum y nadie, nadie, podría ver su interior (nadie salvo Jonghyun). Así que sonrío y se integró a la conversación que sus amigos habían empezado e ignoró todo acerca de dos siluetas un poco más allá que solo malograban su existencia.

 

Conversó y río y se autoconvenció que disfrutó mucho aquella esa noche. Se despidió de todos tan emotivo (y quizás era porque las copas se pasaron de ser unas dos a unas 10 o más). Hizo jurar a todos de salir una noche y, antes de graduarse, ir a un club y disfrutar de su soltería y ser libres. Porque quién necesita amores estúpidos cuando uno está mejor solo, ¿cierto?

 

Taemin le dijo que sería mejor que Jonghyun-hyung lo llevara a casa o se quedara a dormir en casa de este, su madre se alteraría mucho si lo veía algo ebrio. Kibum negó, negó rotundamente porque no necesitaba de alguien en donde su compañía sobraba y porque él  no estaba borracho. Podía ir a casa solo. Taemin insistió y dijo que si él pudiese lo llevaría, pero tenía cierto asunto con Minho–hyung y no podía.

 

Onew opinó que era mejor que Dongwoon lo acompañara porque vivía más cerca a su casa.  Key se negó nuevamente, él no estaba borracho, el corazón no lo tenía destrozado y las las lágrimas no amenazaban con salir a borbotones si esos dos no paraban de mirarse así. Él no tenía nada. Solo quería volver a hace unos seis meses atrás y no recordar que un chico con cara estúpida y con ojos tan brillantes, le regaló un simple gorro de gato porque  dijo que se veía lindo en él. Los regalos no se miden por lo caros por lo originales, sí. Palabras que lo dejaron algo atónito y que se quedaron plasmadas en su cabeza. Y, ahora, él deseaba jamás haberlo vuelto a encontrar y conversar con tanta comodidad. Deseaba nunca haberse enamorado de unas letras de una tonta canción de Jonghyun para Key-sshi. Sin embargo...amaba tanto a Jonghyun que no lo podía odiar.

 

◘◘◘

 

Aceptó el ir con Dongwoon; el chico no era mala compañía después de todo. Al menos no hacía comentarios estúpidos como…

 

Bueno, era alguien simpático.

 

—Tomaste mucho, Key,

 

—Todos exageran. Yo sé lo que hago.

 

—Veremos qué dice tu mamá.

 

—Dongwoon, no estoy borracho.

 

Y lo miró directamente y desafiante, él tenía la razón y siempre la iba a tener.

 

—Era linda…

 

—¿Quién?

 

—Seekyung, la enamorada de Jonghyun.

 

—Ah…

 

Y de repente le cayó pésimo este chico, quería irse y pensó que la idea del club aún no era muy tarde.  Realmente le dolía. El aire frío le había hecho volver un poco a la realidad y asimilar que Jonghyun solo fue una bonita ilusión. Pero de las ilusiones jamás se viven.

 

—Gustos, yo que sé.

 

—A mí sí me parece bonita.

 

—Entonces vete con ella.

 

—No tienes porqué fingir, Key.

 

—¿Qué?

 

Kibum sabía a lo que se refería, él lo sabía. Pero era su dolor, no de él, no de Jonghyun ni de nadie más. Así que nadie tenía porque decirle nada y no necesitaba compasión de nadie.

 

—No sabes lo que dices. Me voy, desde acá puedo llegar a casa solo. Adiós.

 

◘◘◘

 

No recuerda lo que sus padres le dijeron cuando llegó algo tambaleante ni tampoco era algo que quisiera acordarse, solo se levantó con un terrible punzón que amenaza con destrozarle el cráneo y volvió a hundirse en la almohada. Y lloró. Lloró como nunca, lloró dándole golpes a la cama con sus dos manos. Soltó insultos y gritó todo lo que pudo, el alma se le desgarraba.  Lágrimas que duraron horas fueron poco para todo su dolor; dolió demasiado, dolió tanto que quería morir. Odió a su corazón por entregarse tan fácil pero no podía odiarlo a él porque ni siquiera fue su culpa. Porque Key solo se entregó, él solo se ofreció. Él amó y supo desde entonces que ese fue el peor error. Error que jamás podría sanar, jamás.

Jonghyun fue como una llama que lo calentaba y ahora que no estaba, solo había frío. Lo llamó, pronunció su nombre al necesitarlo a su lado. Que le dijese que todo era una mentira era mucho mejor a saber que una mujer podría tener lo que él nunca obtendría, lo que a él le había negado el destino. Unos brazos fuertes no lo estrecharían más y unos labios dulces jamás probarían los suyos.



Key lloró hasta que quedó dormido, quedó vagando en un sueño donde las rosas y el perfume de Jonghyun fueron mucho mejor que esa maldita realidad.

 

◘◘◘

 

Hubo un total de más de setecientas  cartas que jamás tuvieron respuesta, más de cientos llamadas que jamás fueron contestadas y mensajes de texto que fueron demasiados para poder contarlos.

 

Le dolió mucho, pero eso fue luego de un tiempo. Él era así, él no lo sintió en el momento porque hizo de cuenta que ese acto de indiferencia no era más que un capricho de ese chico de cabellos color chocolate y a veces aquel era demasiado… y había cosas que él no podía comprender.

Por ejemplo, el no comprender que todas esas muestras de cariño para su amigo no significaron lo que para él en ese momento creyó que era un juego, él pensó que lo que él hizo o dijo no dañaba o alegraba de una manera tan colosal el corazón de alguien. Pero así es él, es despistado y a veces solo actúa por simple instinto.

 

Sabía que llorar ya estaba demás; ya lo hizo los últimos 3 meses atrás cuando se dio cuenta de que el calor que necesitaba no era de una chica de cabello negros y lacios que le sonreía tiernamente al abrir los ojos y tampoco los “te amo” que salían de su boca sabían a verdaderos sentimientos. Eso se perdió hace ya mucho, o quizás nunca existió.

 

Si bien lo piensa ahora todo fue demasiado obvio: los toques, miradas, besos, canciones, mensajes, llamada y consejos. Esos consejos que siempre le daban la respuesta a todo. Sonrisas y lágrimas, risas y discusiones y esa parte era la mejor: después de una discusión siempre existía la reconciliación y era tan hermosa con el simple hecho de decir que él le mostraba los hoyuelos y sus labios se fruncían y… él era hermoso.

 

¿Dónde quedaron todas cosas?

 

Quizás… quizás ya no existan más y debió dejarlas ir. Pero él no podía, a pesar del dolor, los recuerdos son todo lo que puede conservar como algo de su casi-relación (del tipo que fuera).

 

Desde hace tres meses había terminado oficialmente con Seekyung y sintió como si desde el comienzo jamás hubiese empezado algo. La verdad, ni se acordaba... todo había pasado así de rápido. Pero sí recordaba haber notado por primera vez haber visto a un Kibum algo mareado y riéndose exageradamente acerca de algo que ni siquiera resultaba cómico.

 

Si alguien le hubiese preguntado por qué terminó su relación de casi dos años con alguien a quien todos ya veían como la nuera de los Kim, no hubiese sabido qué responder. Quizás simplemente diría que se dio porque… ¿existió una relación verdaderamente? Más que una relación, fue aferrarse a ese concepto de ser el chico que conquistaba y simplemente porque él era Kim Jonghyun. A él las chicas le llovían, a él nunca lo capturaron unos ojos algo gatunos ni una tez mucho más blanca que la suya, a él nunca le capturó esa risa tan natural y contagiosa, a él nunca le capturaron unos labios que ni siquiera entraban en la definición de perfectos.

Si alguien hubiese indagado cuándo fue que empezó a darse cuenta de que su amistad pasó de algo más que simplemente amistad, hubiese dicho que desde siempre.

¿Romántico? Demasiado. ¿Soñador? Exageradamente ¿Enamorado? De Kim Kibum. ¿Arrepentido? Toda una vida no alcanzaría.

 

 

Estaba a punto de entregar una canción para cerrar un contrato con una empresa discográfica y las letras—y no era exagerar ni ser presumido—eran oro puro. Lamentablemente, todas hablaban de un hola, un amor perdido, del arrepentimiento y del adiós más desgarrador. Pero eso es lo que la empresa buscaba; una canción no plástica, buscaban una canción que viniese desde el corazón. Bien, ahí estaba: una canción que contaba mi maldita vida y mi puto error, ¿les gusta?, Jonghyun pensó mientras una sonrisa nostálgica se dibujó en su moreno rostro y dió un trago al café (número 5 de la tarde) sin azúcar. Su tristeza era tanta que ni la hermosa guitarra nueva que le había regalado su madre podía hacerlo sonreír.

Y, como si no fuera poco, el celular sonó. El mundo no entendía que no quería a nadie, solo…

 

El maldito sonido volvió a irritarlo. Nunca pensó detestar tanto su celular.

 

—¿Diga?

 

—¿Jonghyun? Soy yo, Minho.

 

Un amigo desde hace tantos años, casi un hermano. Hace tanto tiempo no lo veía.

 

—¡Minho! No te veo desde hace tanto... bueno, desde casi la graduación.  Pensé que estabas de viaje, bueno, eso me dijo Jinki.

 

—Sí, sí, lo sé. Estuve de viaje, estudiando, ya sabes... en Europa.

 

Sí, Jonghyun lo sabía. Maldito con más plata de la que yo he podido soñar, pensó.

 

—     Oh, bueno. ¿Dónde estás?

 

—     Estoy bueno… Ahorita estoy con Taemin, ¿te acuerdas?

 

Jonghyun hizo memoria, ah, claro… el chiquillo tímido y bastante bonito, palabras de Minho siempre para describirlo.

 

—     Sí, recuerdo. Amigo de… —la garganta se le hizo un nudo de solo empezar a pronunciarlo—amigo de Kibum.

 

—     Sí, él. Escucha, estaré en la ciudad solo dos días, mañana debo atender unos asuntos, así que te pido que vengas a Oxygen dentro de una hora. Quiero verlos, tengo que darles una gran noticia.

 

—     ¿Gran noticia? ¿Acaso te vas a casar o qué?—  soltó con un dejo de guasa en su tono de voz ante  la supuesta gran noticia de su amigo.

 

Pero el silencio que los invadió por 5 segundos, hizo abrir los ojos a Jonghyun y de verdad, de verdad, pensó que solo era una broma de mal gusto.

 

—     Yo…bueno…

 

—     ¡Mierda, Choi! ¿Es en serio?

 

El castaño pudo oír muy bien la risita nerviosa desde la otra línea.

 

—     Llego allá en una hora. Te mataré, bastardo.

 

◘◘◘

 

Le demoró casi dos horas en llegar a Oxygen. El chico necesitaba cuidar una imagen de… bueno, solo quería estar bien vestido porque después de todo era un  club famoso. Jamás admitiría que tuvo que luchar una hora con su madre al no haber lavado los platos y porque el dinero que tenía no era suficiente y la maldita guerra con su hermana duró más de 20 minutos, tratando de llegar a algún acuerdo por el auto.

 

Cuando la música retumbó incesante en sus tímpanos y el olor a cigarro se filtró por sus fosas nasales, divisó miles de cuerpos moviéndose al ritmo de una canción electrónica número uno en los ranking de Corea y, más allá, a un chico agitando la mano, tratando de llamar su atención.

 

Sí, era Jinki.

 

Se acercó tratando de esquivar a la multitud hasta que por fin lo logró. Nunca creyó que su amigo algo escuálido y un poco—demasiado—delgado,  se vería como lo hacía ahora. Con veinte años lucía mucho mejor que él; definitivamente él necesitaba un viaje a Europa. Jinki estaba igual que siempre: la sonrisa de oreja a oreja, ese definitivamente no cambiaba. Pero a quien no pudo reconocer, fue al tercer chico. De cabellos casi rubios y algo desordenados, bastante joven para ser mayor de edad.

 

—¿Y? bueno, no vengas a decir que esta es tu fiesta de soltero porque te aseguro que lo pasarás en el hospital.

 

Minho frunció el ceño.

 

—     Hyung, sabes que para eso no te hubiera invitado. Y ni siquiera hubiera sido en un club con tanta gente que ni conozco— dio sorbo a una típica cerveza nacional.

 

—     En serio, Minho, ¿casarte?

 

—     ¿Por qué no?

 

—     Por…porque no sé, no tienes cara.

 

—   Eres un maleducado, Jonghyun-hyung.— el casi rubio intervino algo molesto.

 

El castaño no lo creyó hasta que lo observó con más detenimiento. Claro, era Taemin.

 

—     ¿Maleducado?

 

La burlona risa de Jinki se hizo presente.

 

—     Gracias, Tae, fuiste oportuno—giró la cabeza y fijó la mirada en Jonghyun—. Tú, querido amigo, ni siquiera sabes decir hola.

 

Todo lo demás que el castaño recordó fue que Jinki comentó algo acerca de ser  una persona sin modales y que Minho le explicó acerca de su viaje y de su casamiento. Al parecer Europa le ayudó a madurar y vio con todo con mejor claridad, estaba seguro de dar el gran paso con él. Jonghyun pensó que de verdad el licor realmente lo empezaba a jugarle mal.

Para cuando había pasado más de una hora,  y Minho junto a Taemin estaban en alguna parte de la pista y Jinki le hablaba acerca de algún asunto de su trabajo como psicólogo en una clínica reconocida, lo vio.

No era de esas personas creyentes de que el tiempo se detiene cuando aseguran tener el amor de su vida frente a ellos. Pero Kibum no era cualquiera, era él. Así que cuando los pasos se acercaron más a la barra, el castaño no tuvo ojos más que para ese chico que ahora era rubio y con un mechón rosa. Demasiado hermoso para ser verdad.

 

Las palpitaciones se hicieron tan rápidas que su órgano núcleo salió disparado, él creyó estar evaporándose ahí mismo.

 

Hay personas hermosas en este mundo, pero él ni siquiera cabía en esa definición.

 

◘◘◘

 

A pesar del asqueroso olor a cigarro en el lugar, pudo distinguir el aroma tan irresistible y tan embriagador. Sentía que volaba.

 

Sus pupilas escalaron con avidez desde las piernas tan provocativas en esos pantalones ajustados hacia las caderas estrechas, las manos huesudas pero hábiles y, finalmente, unos labios de forma única y curiosa. Tragó saliva y supo que el alcohol no podría distraerlo eternamente.

El castaño se preguntó si habría abierto alguna carta de las que envió, necesitaba saberlo. Entonces, una daga le había dado directo en el pecho cuando unos irises oscuros y hermosos lo vieron con  cierta indiferencia para luego voltearse y reírse por una broma de Jinki.

 

Todo se volvió aburrido desde ahí. Todo le parecía gris a pesar de las miles de luces de colores que golpeaban incesantemente sobre su rostro, la bebida se volvió casi como agua y ni una mirada de una chica que lo miraba desde el otro lado de la barra, logró llamar su atención.

Fue hasta que sintió un codo rozando que volteó y se encontró asimismo naufragando en un mar oscuro. Demasiado hermoso y peligroso como para poder soportarlo.

 

—Así que…

 

—Tanto tiempo…

 

Jonghyun soltó una risita nerviosa y comenzó a rascarse la nuca mientras sintió  que  las palabras se volvían un nudo e imposibles de salir coherentemente.

 

—Es bueno vert…verlos. No pensé que Minho se casaría. Raro, ¿no? ¿Tú sabías?

 

Kibum lo miró serio, analizándolo, matándolo poco a poco.

 

—Tae me dijo algo. Es raro, nunca pensé que ese tendría el valor de proponérselo. El viaje le ayudó, supongo.

 

Aquello lo confundió un poco, agradeciendo el hecho de que al menos ese tema no le hiciera desviar la mirada hacia unos lindos y rosados labios.

 

—¿Taemin? Espera… ¿qué?

 

—Ya sabes, ellos van a viajar a Europa y “formalizarán”—levantó una ceja y bebió tranquilamente de su vaso—. Sigues siendo lento para comprender ciertas cosas, —Jonghyun, en serio. Todo el mundo lo sabe.

 

Jonghyun trató de obviar el hecho que había dicho su nombre y analizó todo un momento. Sus ojos se enfocaron un momento en la pista y vio a dos chicos con las cabezas ladeadas. Se sorprendió un poco, pero ahora tratando de recordar todo concordaba porque era imposible que un amigo pudiera tener un total de dieciséis mil fotos en su cámara de su amigo y demasiados “estoy con Taemin”, le hicieron responder interrogantes pasadas.

 

Al menos tú tuviste el valor, ¿eh, Minho?

 

—Nunca me dijo nada.

 

—Era demasiado obvio.

 

Demasiado obvio.

 

Fue demasiado obvio lo que tú prometías con tu mirada y yo jamás le presté atención, el castaño pensó, carcomiéndose en su propia miseria de ver a su amigo siendo feliz mientras que a él su estúpida cobardía y egoísmo  lo acompañarían el resto de su vida.

 

—Key… yo…

 

—No necesitas decirme nada, Jonghyun. No lo necesito.

 

—Perdóname. Perdóname por todo, por lo que hice y lo que no.

 

Unos bellos orbes se conectaron con los suyos y pensó que de verdad lo besaría, pero en vez de ello solo se quedó mirándolo, embelesado. Contemplando lo que tuvo y perdió. Habían heridas que nunca sanarían y algo le decía que el corazón de Kibum jamás se compondría después de lo que él hizo, y tampoco el suyo.

Una mano se acercó a la suya y él la recibió gustoso, y algo temeroso, sonriendo bobamente. El contacto duró unos segundos, no obstante le sirvió para saber que la misma chispa que le recorría la piel también le recorría al rubio.

 

—Jong-

 

—Te amo.

 

Y cuando lo dijo se sintió estúpidamente aliviado, pero aterrado y salió de allí.

 

No podía soportar un rechazo, sabía lo que diría y no estaba preparado para recibirlo. Dolería mucho y aunque era consciente de que lo merecía, tenía miedo. Prefería vivir siempre con la duda que con un corazón roto.

 

◘◘◘

 

Las semanas pasaron y así los meses y Kibum se sentía cada vez más estúpido por recordar las palabras una y otra vez. Una frase demasiado corta pero capaz de haber hecho una tormenta en su interior.

 

Lo maldecía una y mil veces al no dejar de pensarlo (y lo cierto era que jamás pudo, por más que trató de salir, no pudo. La cara de estúpido de un chico con ojos tan parecidos a un pequeño cachorrito, volvían una y otra vez a su cabeza y no quería dejarlo ir).

Salió e incluso intentó que el dolor al despedirse de Taemin fuera mucho más fuerte, sin embargo las lágrimas no eran por haber perdido a casi un hijo, eran por el no poder olvidar las miles de facetas de un chico que con su metro setenta y tres, se creía el rey del mundo. Demasiado presumido para una sola persona, demasiado guapo como para aceptarlo, demasiado cariñoso para su gusto, demasiado romántico para no poder olvidarlo y no poder dejar de amarlo día y noche.

 

Una noche se decidió, lo pensó y repensó, autoconvenciéndose  de que era el peor error de su vida. No obstante, cuando se encontró asimismo marcando el número y luego deseando que no contestara, sabía que no había vuelta atrás.

—¿Sí?

 

—Hola…uh… ¿Jonghyun?

 

—¿Kibum?

 

—N-sí. Soy yo.

 

Ninguno de los dos supo qué decir. Ambos muy tentados a cortar y hundirse en el centro de la tierra por toda la eternidad, ambos asustados de cuál sería la respuesta del otro, ambos exponiendo sus sentimientos por primera vez; ambos descubriendo el amor en una forma tan pura como también llena de dolor y frustración.

 

—¿Esta bueno tu día?

 

De acuerdo, muy bien, acabas de cagarla completamente. Enserio, Jonghyun.

 

—Sí, bien… estaba pintando.

 

—¿Qué cosa?

 

—Algo.

 

—¿No me dirás?

 

—No.

 

Por alguna razón la conversación pudo florecer sin silencios incómodos ni preguntas comprometedoras. Kibum río al igual que Jonghyun, y muchas veces. Se permitieron un casi leve coqueteo y todo se volvió a sentir como antes e incluso mucho mejor.

Pero Kibum necesitaba saber si lo que había oído esa noche en el club no era mera imaginación suya, al menos eso para poder vivir tranquilamente.

 

Vamos, pregunta.

 

—Key…

 

—Uhm…

 

—Quiero verte.

 

El rubio no supo qué responder y Jonghyun pensó que lo había incomodado pero realmente necesitaba saber si aún podía. Necesitaba ver de nuevo al dueño de su corazón y  necesitaba saber si esas cartas que contenían muchos disculpas por todo y nada, alguna vez fueron leídas.

 

—Key, hoy, en ese lugar.

 

Podría estar yendo con todo lo que se había prometido pero era ahora o nunca.

—Llego allá en dos horas.

 

—Nos vemos.

 

◘◘◘

 

El castaño llegó mucho más rápido de lo esperado, incluso para él mismo. Trataba de no verse desesperado, pero cuando se trataba de Key, todo su mundo se desmoronaba.

Odiaba el cigarro pero el frío lo estaba helando y el nerviosismo lo inundaba.Iba por la última calada antes de que el cigarro se acabara cuando divisó un carro estacionarse justo a unos pasos de él.

 

Sonrió.

 

Trató de recordar lo que había estado preparando en el auto y , por sobre todo, que los nervios no le ganasen. Así que cuando el rubito salió del carro, supo que era hora.

 

—Siento haberme demorado…

 

—Fueron solo unos minutos.

 

—Igual.

 

Kibum se acercó hasta él, justo a su lado. El perfume del castaño junto con el del tabaco empezaban a marearlo.

 

—Yo quiero…

 

—Quiero contarte algo.

 

—¿Por qué siempre me interrumpes?—frunció el ceño, pero en el rostro de Jonghyun solo se dibujó una mueca juguetona y aventó el cigarro a alguna parte.

 

—Me gusta verte enojado, Bummie.

 

—¿Has tomado?

 

—¿Hace diferencia?

 

—Sí, un poco… no sé cómo puedes conducir si estás así—hizo un gesto englobando todo Jonghyun—.

 

—¿No confías en mí?

 

—¿Debería?

 

Las palabras sonaron con cierta amargura. Jonghyun lo detestó por un momento y Kibum  solo lo siguió observándolo  seriamente, esperando.

Tomó valor y entrelazó una de las manos del rubio con la suya, haciendo el agarre no muy fuerte para lastimarlo pero lo suficientemente consistente para no dejarlo ir.

 

—Pensé en morirme un día luego de escribirte la última carta y de alguna manera hacerte sentir culpable porque pensé que te odiaba cuando jamás me respondiste. Y ¿sabes? Era un idiota. Fui egoísta al pensar que fui el único que te amó, y quise ocultar la realidad porque tú pudiste haber llorado mucho más que yo. Y yo… yo lo siento Kibum, perdóname, lo siento tanto. ¡Maldita sea! —fijó sus ojos en la Luna y en la única estrella allá arriba. No podía soportar verlo a los ojos o sabría que no podría terminar—. Yo te amo, te amo y siempre lo hecho, solo que jamás quise afrontarlo. Te escribí luego de ese día que decidí romper con ella, no podía aguantarlo. Yo… no sabía cómo decírtelo, de qué manera disculparme…así que escribí, te escribí cada cosa que sentía, cada pedazo de mi corazón te lo entregué en esas cartas. Me odio a mí mismo y-

 

Ni siquiera pudo reaccionar porque cuando se dio cuenta, el rubio tenía sus labios sobre los suyos y lo besaba con tal devoción que no pudo resistirse. Kibum, sujetó con sus dos manos sus mejillas y lo siguió con voracidad, con fuerza, con dolor, con ira, con amor.

Cuando los ojos acuosos de su amor lo miraron, solo pudo abrazarlo con fuerza y enterrar su cabeza en ese cuello. Y no importaba que el otro fuera un poco más alto, él amaba ese olor que desprendía su níveo cuello.

 

—Eres un idiota, Kim Jonghyun, siempre lo has sido. Me dañaste tanto que jamás te voy a poder perdonar, por eso debes quedarte conmigo siempre— hizo que el castaño lo mirara fijamente—. Si me vuelves a dejar, juro, y en es enserio, te mataré. Te amo, Jonghyun.

 

Cuando los besos se volvieron mucho más que un sabor a perdón. Jonghyun se permitió poder pasar una mano por debajo de la polera del rubio y acariciar su espalda y tocar el abdomen tan perfecto. En una noche serena y ellos lejos de todo, el castaño arrinconó al rubio contra el capó de su carro y se permitió apretar un poco un muslo haciéndole soltar un gemido ahogado que dio paso a su lengua y saboreó un sabor a un dulce de manzana dentro de esa boca.

El rubio se sintió algo temeroso al principio pero al sentir esa lengua haciendo maravillas dentro de su cavidad, también se permitió avanzar y enredar los cabellos en esa cabellera castaña y suave. Pasó las manos por los hombros y la espalda, y coló una mano por debajo del polo del otro chico, sintiendo las maravillosas formas. Su mano quemaba al igual que todo su cuerpo.

Entre gemidos y jadeos, se acomodaron un poco mejor hasta quedar encima del carro y la polera de Kibum  junto con la chaqueta y el polo de Jonghyun, salieron volando y cayendo en cualquier parte.

Solo se escuchaban unos “te amo demasiado” y unos “eres demasiado hermoso”. Las caricias sobraban y el calor en la parte baja de Jonghyun, se volvía demasiado como para soportarlo. Kibum lo miró travieso y una pierna empezó a rozar tortuosamente esa parte, haciendo soltar gemidos roncos y demasiado deleitantes. El rubio sonreía victorioso mientras su boca recorría un torso que marcaba como suyo.

Jonghyun no lo soportó más y sujetó las manos de Kibum y lo empujó más contra la luna del carro, haciéndolo soltar un chillido. Sostuvo sus manos con fuerza y lo besó con vehemencia. Disfrutando hasta hartarse (y eso era imposible, porque jamás se cansaría de esos labios).

Los gemidos del de mechón rosa aumentaron y Jonghyun sonreía cada vez que asaltaba una tetilla con su boca y Kibum solo se retorcía de placer, arañando su espalda y suplicando para que parara. El polo voló y  también lo hizo el pantalón de Kibum; Jonghyun se deleitó con la perfección hecha realidad que tenía al frente suyo. Se bajó un poco y enterró la boca en el interior de los muslos y beso y mordió, lamió y chupó. Los gemidos de Kibum lo desesperaron cuando su boca atrapó su miembro y él solo se encargó de colonizar cada espacio de esa parte de su cuerpo. Cuando volvió a los labios, Kibum sudaba y los cabellos los tenía pegados a su frente y, si eso no era la belleza, pues no sabía qué mierda era.

Siempre había soñado con este momento y vivirlo demostraba que la realidad supera la imaginación. Kibum sudando sobre su auto mientras él no dejaba de deleitarse con su cuerpo lo hacía sentirse tan poderoso.

 

—J-Jjong...

—Shh…

Lo calló cuando lo bajó un poco y volteó a Kibum, dándole un perfecto espectáculo de esa espalda, las curvas y las nalgas del rubio. Amasó, besó y mordió. Era perfecto, sumamente perfecto.

Pero su cuerpo pedía más y no estaba dispuesto a parar. Unos dedos prepararon a Kibum sumado a la saliva y la lengua de Jonghyun. Los gemidos de Key eran música, una melodía erótica que no hacía más que volverlo loco.

Cuando la primera embestida se hizo presente, ambos gimieron y hallaron la gloria. Jonghyun amaba la sensación de estar dentro de algo tan caliente y Kibum sintió que el dolor era pasable si esto era con su amor. Se dieron más embestidas y cuando Jonghyun tocó un punto exacto, Kibum quería morir porque no podía más y en sus gemidos solo podía pedir por más y llamar a Jonghyun.

Y ahí, en esa noche, siendo testigo la Luna y una mísera estrella, ellos se entregaron al placer y al amor. En un lugar demasiado apartado de la ciudad y con solo las luces de ambos carros como única iluminación ellos se prometieron amarse hasta que el tiempo lo permitiera y quizás mucho más.  El castaño llego al orgasmo luego unas cuantas embestidas más y Key un poco después, ambos a punto de desfallecer.

 

 

Jonghyun lloró (al volverse a disculpar) y Kibum se permitió hacerlo (disculpándolo) delante de él, abrazándose y besándose con ternura cuando se encontraron dentro del carro del castaño, este preguntó acerca de las misivas mandadas y Kibum contó que siempre las atesoró, pero su orgullo no le permitió responder. Ellas me mantuvieron vivo, dijo besándolo con dulzura. Jugaron entre risas y besos en el pequeño espacio del auto. Las pupilas, ambas centelleantes se atrajeron y tal cual imanes, se volvieron a  unir. El moreno poseyó su cuerpo nuevamente hasta caer ambos.rendidos sobre el asiento trasero.

◘◘◘

La mañana siguiente Jonghyun se levantó con una hermosa persona encima de su pecho y sonrió, haciéndole cosquillas con su nariz mientras aspiraba su olor.

 

—Hola

 

Kibum gruñó.

 

—Vuelve a dormir, Jonghyun.

 

—No puedo.

 

—Entonces deja de mirarme así.

 

—Eres demasiado hermoso.

 

El rubio soltó una leve risa al sentir cosquillas por esa naricilla tan molestosa.

 

—Me lo dijiste muchas veces.

 

—Jamás me cansaré de decírtelo. Te amo, Keybuminnie.

 

Un silencio nada incómodo los invadió y Kibum se acomodó más en su pecho y dejó al castaño besar sus cabellos.

 

—Jjong…

 

—¿Uhm?

 

—Cántame.



El castaño rió pero acató y mientras iba  acariciando la cabellera del rubito, iba entonando una balada que seguramente la estaría cantando un grupo de contemporáneo llamado, quizá, SHINee. Lo peculiar de la canción era que empezaba con un hola, un amor perdido, un arrepentimiento y un adiós desgarrador ...solo que, esta vez, el final anterior fue anulado para ser reemplazado por la promesa de un quédate a mi lado porque te prometo que te amo y no te dejaré pequeño Bummie.

 

Notas finales:

Bien, ahora, si alguien desea apoyar a dos locas personas que aman mucho a SHINee y, sobre todo, se mueren—literalmente— por sus otp, esperamos que nos apoyen. Pueden darle click AQUÍ y se les pasará la cuenta de...

Jajaja Bien, eso no.

El link que les dejaré es de nuestra página (recién creada) de facebook. Denle un like si así lo desean, comenten aquí o en la página por cualquier cosa: lo que postean es horrible, mi gato escribe mejor, esto me gustó, pero deberían cambiar...

Sobre todo, si hallan cualquier horror ortográfico o alguna falla gramatical, diganlo. Es una crítica muy constructiva, en serio. 

Creo que eso es todo. Se posteará una o dos historias más aquí y en una cuenta de livejournal que se ha creado.

Muchas gracias.

pd: amamos mucho mucho a SHINee <3

---


Página de Facebook: FACEBOOK 

Página de LiveJournal: LIVEJOURNAL


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).