Los reyes representan no solamente poder, sino también un ideal. Al menos para sus Clansman eso significaba un rey. Pero… ¿Qué pensaba de verdad un rey? ¿Para qué quería poder? O… ¿Por qué le era concedido? En realidad no era que pudiera ser resuelto a la ligera… probablemente solo alguien que hubiese estudiado del tema sabría responder esa incógnita.
.
.
.
-El poder que se nos ha concedido no se ha vuelto más que sufrimiento y pesar para los que no logran comprender este poder… no, también se ha convertido en la carga de algunos reyes y de las personas que creen en ellos. Yo no puedo hablar por mi antecesor, pero cuando levantaba su espada, el siempre aseguraba que lo hacía por una causa pura… ¿Qué tan cierto era eso? En realidad no lo sé, pero, quiero creer que el que yo este parado aquí enfrente de ustedes no es ninguna coincidencia.
El rey Plata.
La reina Roja.
-Yo no sé si mi causa es la más pura, pero si es noble. Este poder que se nos concedió ya no es para que lo usemos contra nosotros, no es para vanagloriarnos de él, ni tampoco para quedarnos observando lo que pasa a nuestro alrededor. A partir de ahora en adelante... nosotros que somos llamados “Reyes” actuaremos como tales, protegeremos este lugar al que también hemos dañado por no saber actuar sabiamente, por actuar debido a intereses personales.
-Es por esa razón que yo, Fushimi Saruhiko, Rey Azul y Capitán del Scepter 4, les pido como iguales que me ayuden a guiar este país a través del cambio que ocurrirá dentro de poco debido a la Slate.
Saruhiko saca su espada y la eleva en señal de lo todo lo que representa. En señal del Scepter 4 y al anterior rey azul.
Una elegante y suave risa se escucha, es el rey Plata.
-Eres muy joven y hablas con mucho poder, es cierto que lo que se aproxima no traerá más que problemas en el futuro. Creo que el rey Verde nos ha mostrado a todos lo poco preparados que estamos para combatir una verdadera amenaza. – Alzo su mano para tocar la espada del otro – Si tienes tanta determinación, yo te compartiré mi experiencia, en este lugar hay personas que me importan y que no deseo ver morir ante mis ojos.
El rostro de Fushimi se relajó un poco.
-Yo no tengo más experiencia que tú Saru… no, Rey Azul, pero desde que obtuve este poder decidí que lo usaría sola y exclusivamente para proteger a los demás. Eso es en lo que creo – la pequeña de 13 años sonrió y alzando su mano todo el mango de la espada.
Fushimi Saruhiko sonrió con sinceridad, y agradeció con la mirada a las dos personas enfrente de él.
Volteo par a ver a los miembros del Scepter 4, quienes parecían sorprendidos por haberlo escuchado hablar.
-Yo no soy el Rey que los escogió, ustedes saben quién soy y si alguno de ustedes no desea seguir este camino no me quedara más que aceptarlo. No tienen que aceptarme y tampoco se los pido. Estoy lejos de ser el rey Azul que fue Munakata Reisi, yo no puedo abarcar el universo, pero mientras pueda usar este poder sin arrepentirme, sabré que no me he equivocado.
Todos quedaron sin habla ante las palabras de su antiguo compañero, se miraron un momento entre sí. La voz de una mujer se escuchó clara y fuertemente.
-¡Awashima, lista!
Así es, la teniente Awashima alzo su espada viendo con determinación a quien de ahora en adelante serviría. Ella no dudaría, porque creía en todo lo que representaba su espada y porque creía en que Munakata Reisi no se habia equivocado al elegir a Fushimi Saruhiko, ella se encargaría de que el nuevo Rey pudiera cumplir sus objetivos.
-¡Hidaka, listo!
-¡Goto, listo!
-¡Fuse, listo!
-¡Domyoji, listo!
-¡Kamo, listo!
-¡Benzai, listo!
-¡Akiyama, listo!
Fushimi Saruhiko se sintió con ganas de sonreír abiertamente, pero no lo haría, era demasiado orgulloso para ello. Así que decidió hacerles entender a sus ahora subordinados, lo que sentía.
-Fushimi, listo. El Scepter 4 no terminara ni desaparecerá, ese es un hecho.
Todos sonrieron ante esas palabras.
.
.
.
Yata se preguntaba si alguna vez habia escuchado hablar así a Saruhiko. Con tanto poder, tanta seguridad, con esa mirada que indicaba de que el definitivamente podía contra todo el mundo.
“Creo que una vez si vi una mirada así en tu rostro” Pensó el pelirrojo mientras veía a lo lejos a los 3 reyes, ese era un asunto que le correspondía solamente a ellos. Era obvia que se debía de hacer algo después de todo lo que habia provocado el rey Verde y con todo lo que se habia descubierto acerca de la Dresden Slate.
Él no tenía nada que ver con eso.
Sabía que talvez se vería grosero si se fuera, siendo que Ana todavía estaba hablando con los otros dos reyes, pero también estaban los otros miembros de HOMRA, por lo que en realidad su reina no se quedaría sola. Habiendo decidido eso, dio medio vuelta y comenzó a caminar.
-¡Yata-san! – le dijo Rikio preocupado.
El menor iba a voltear a verlo, pero no quería, porque sabía que tendría la misma mirada que tenían sus demás compañeros, la misma mirada que tenía Ana cuando le dijo acerca de lo que habia pasado con el rey Azul. Y sinceramente no tenía ganas de ver esos ojos otra vez. Él no se sentía miserable contrario a lo que los demás pensaran. Pero tampoco tenía ganas de contradecirlos. Por lo que ni siquiera respondió y siguió su camino.
.
.
.
No se habia alejado mucho, pues en realidad quería poder regresar al bar con sus compañeros y Ana. Pero llego al lugar en donde antes se habia suscitado una gran pelea, no la habia podido presenciar completamente, pero era obvio que los que pelearon eran de alto nivel.
Mientras caminaba vio que algo brillaba entre los escombros, cuando lo alzo, noto que eran unos lentes… eran los lentes de Saruhiko.
-Es cierto, no los tenía, ¿Cómo puede hablar tan seriamente si no puede ver ni lo que pasa enfrente de sus ojos? – Misaki trato de sonreír, pero esta sonrisa fue torpe.
-Yo siempre le recomendé que usara lentillas, pero dijo que le molestaban mucho
Yata se sorprendió de oír otra voz en ese lugar, busco con la mirada, hasta que vio a un hombre con una sonrisa amable, vestía de manera elegante con un abrigo negro
-¿Por qué esta aquí? Cualquiera pensaría que le gustaría ver al nuevo rey Azul tomando el cargo, más cuando ha sido usted quien lo eligió para eso. – no soportaba al hombre enfrente de él, pero tampoco se sentía con mucho ánimo de ser agresivo
-Oh, bueno, en realidad me sentiría muy fuera de lugar ¿no crees?, puede que incluso sintiera un poco de culpa ya que… después de todo… yo solo tome partido de los hechos para hacer que Fushimi-kun aceptara mi lugar.
Misaki lo vio fijamente. Y después sonrió molesto – usted no es más que un bastardo ¿cierto?
-Puede que sea así, pero dime ¿acaso no piensas que Fushimi-kun es perfecto para el cargo? Es más, de alguna manera estoy seguro de que tu sabias desde hace mucho tiempo que él estaba destinado a hacer algo así ¿cierto?
-¿Y cuál se supone que es el plan?- respondió de forma cortante - ¿de verdad quiere que Saru simplemente se mantenga con gran parte de su pasado en el olvido gracias a esa cosa extraña que le suministraron los del clan verde?
El rostro de Munakata Reisi se volvió serio
-Él no ha olvidado su pasado, el simplemente olvido todo aquello que le habría hecho dudar y quebrarse emocionalmente mientras es rey… para ser un poco más específico… el no recuerda que su estancia en HOMRA fuera horrible debido a que en sus recuerdos no apareces tú. Para él, esa fue simplemente una experiencia y etapa de su adolescencia. Incluso cada pelea que tuvo contigo, el solo las recordara como el haberse enfrentado a un miembro del clan rojo. Incluso sus días de secundaria de alguna forma se reestructuraron para que todo coincidiera. Incluso el recuerdo de su padre quedo algo distorsionado, aunque siempre seguirá siendo un mal padre para Fushimi-kun. En realidad el alcance de lo que trabajaba el rey Verde es aterrador y lo es aún más ya que con Fushimi-kun solo querían probar sus efectos. Sin embargo, obvio no se puede engañar al corazón ¿no es así? , apuesto a que si tú te presentas con él, pasando el tiempo y después de muchas charlas, probablemente el comience a recordarte, sin embargo, si esto no se hace adecuadamente, Fushimi-kun podría enloquecer… y ya ni siquiera podría saber cuál es su realidad.
Misaki estaba molesto, confundido y molesto… se sentía impotente, ¿Qué se supone que le quería decir ese tipo?
-¿¡Porque me dice todo esto?!
Munakata lo observo unos segundos y después volvió a sonreír con amabilidad.
-En realidad siento que me he salido del tema, en realidad lo único que quería saber era ¿le vas a devolver los lentes a Fushimi-kun?
Yata bajo la vista hacia el objeto… por alguna razón sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas… ya no pudo volver a mirar al antiguo rey Azul, ya que salió corriendo. Lo mejor sería que no esperara a Ana.
.
.
.
Estaba tirado en su cama, todas las luces estaban apagadas, tenía el presentimiento de que Kamamoto o alguien de los chicos irían a buscarlo, esperaba que en cuanto vieran las luces de su departamento apagadas dedujeran que no se encontraba.
No podía sacarse de la cabeza las palabras del antiguo capitán del Scepter 4.
Le molestaban.
Y le molestaba más el hecho de que él ya lo sabía.
Él sabía todo, Ana se lo habia contado cuando le explico que Munakata habia demitido de su puesto como rey y que habia nombrado a alguien más como Rey, todos estaban cansados debido a todo lo que habia provocado el Rey Verde, pero Ana se tomó su tiempo para explicarle todo debidamente. Después le dijo que el nuevo rey Azul habia pedido verse con ella y el rey Plata lo más pronto posible.
Se quedó mirando el techo por quien sabe cuánto tiempo y al final decidió que no ganaba nada actuando así, debía de aceptar todo lo que habia pasado. Debía de seguir adelante.
Volteo a ver los lentes que habia recogido esa misma tarde.
Decidió que lo mejor era devolvérselos, después de todo, Saru de verdad no podía ver nada sin ellos.
No sabía exactamente lo que pensaba hacer cuando lo viera, o lo que iba a decir, es más, de alguna manera esperaba poder simplemente ponerlos en algún lugar que los viera y creyera que los habia encontrado “casualmente”. Noto que iba a llover por lo que se puso ropa más abrigadora. Salió de su departamento pensando todavía en cómo le iba a devolver los lentes, pero cuando estaba a punto de salir del edificio, se encontró con alguien a quien no esperaba.
Seri Awashima
-Yata Misaki, debo hablar contigo – el sobrenombre de la mujer desalmada, nunca le quedo mejor, pensó Yata.
-¿Qué quieres? Tengo algo que hacer
Comenzó a caminar para pasar de ella, sin embargo cuando estuvo a su lado, la mujer hablo con firmeza.
-No te acerques a Fushimi Saruhiko.
Eso sí lo sorprendió.
-¡¿y quién eres tú para decirme que hacer?! – Estaba ya bastante cansado, todo el mundo le hablaba como si supieran que era lo mejor… pero ¿lo mejor para quién?
Sin embargo la mujer no se alteró, miro con más frialdad aun al chico.
-Te lo advierto, no permitiré que todo por lo que trabajo el capitán Munakata se valla a la basura por ti, yo creo en que Fushimi-kun podrá lograr un gran cambio con el poder que se le otorgo. Sé que estas consiente de lo que ocurre, por eso he venido aquí a hablar contigo, y te lo repetiré: No te acerques al Rey Azul, de hacerlo, me veré en la necesidad de usar la violencia contra ti.
Yata Misaki sentía una inmensa furia que amenazaba con salir, lo malo era que no sabía que palabras usar para responderle a la voluptuosa mujer. Aun así, volteo con toda la intención de decir por lo menos algunas palabras groseras.
-Si de verdad eras su amigo, no te acercaras a él.
Misaki quedo en silencio, todo lo que iba a decir se olvidó, todo lo que pensó hacer lo olvido. La mujer ya no dijo más y simplemente regreso por donde habia llegado.
El pelirrojo no supo si se quedó unos minutos u horas parado en frente de la puerta del edificio. Al final decidió regresar a su cuarto.
Cuando ingreso, nuevamente no prendió las luces, solamente busco el sofá y se tiro en él. Antes de darse cuenta, ya estaba llorando. Saco nuevamente las lentes de su amigo, y los observo por largo rato. Aun con las lágrimas brotando de sus ojos, trato de sonreír.
-Parece que… tendrás que acostumbrarte a las lentillas ¿cierto?