Jonghyun se despertó con un quejido que inició en la punta de los dedos de sus pies y se abrió camino a través de sus venas y hasta todo su cuerpo. Le dolía, pero de la mejor manera posible. Cada músculo parecía estar adolorido pero estaba tan satisfactoriamente saciado que no podía importarle menos. No había sido follado así desde, bueno, nunca. Sólo había estado con betas, por obvias razones, y ahora entendía todo el alboroto asociado a follar con un alfa. Sería como comparar una sesión rápida de pajas fuera del ciclo con un maratón diaria con el Dios del Sexo durante su celo. Las dos cosas ni siquiera estaban en la misma categoría.
De cualquier manera, la realidad se estaba filtrando rápidamente por su cerebro, removiendo la satisfacción proporcionada por el sueño y llenándolo de preocupación, de remordimiento.
Jinki.
Jinki se había vinculado con él.
Jonghyun suspiró, se frotó los ojos con fastidió y se volvió hacia un lado para mirar a su compañero de grupo dormido. Jinki se veía perfecto si Jonghyun era honesto consigo mismo. El chico mayor era prácticamente radiante incluso durmiendo. Su cabello estaba desordenado y disperso sobre las arrugadas sábanas blancas, algunos mechones caían sobre sus ojos aferrándose a sus pestañas y su respiración salía en lentas y uniformes bocanadas de sus labios entreabiertos, labios que aún estaban hinchados desde la noche anterior. Había un leve indicio de una sonrisa en su cara dormida mientras el brazo que tenía enganchado alrededor de la angosta cintura de Jonghyun lo sujetaba un poco más apretado.
El ceño fruncido de Jonghyun se profundizó.
No era que no le gustara Jinki, por supuesto que le gustaba, pero de una manera muy diferente de la que ahora le gustaba a Jinki. Vincularse no era algo para tomarse a la ligera. Jonghyun sabía eso. Y la noche anterior definitivamente no pensaron en las consecuencias de sus acciones antes de empezar a follar como conejos. Jonghyun estaba desconcertado, Jinki ahora estaba vinculado con él, pero honestamente Jonghyun nunca había pensado en su adorable hyung de esa manera.
Bueno, eso no era del todo cierto.
Jinki era un alfa y cuando Jonghyun estaba en celo fantaseaba sobre ser tomado por cualquier persona, incluido Jinki. Sin embargo, eso era diferente. Eran solo hormonas; algo incontrolable, pero esto de aquí; esto era real.
De ahora en adelante Jinki sería suyo y solo suyo, fiel a Jonghyun hasta la muerte. Su cariño forzosamente ligado a Jonghyun a través de este vínculo que sólo Jinki podía sentir. Todo era química, sin ninguna emoción verdadera. A Jonghyun se le revolvía el estómago de solo pensarlo. Él era un romántico de corazón y no había absolutamente nada romántico en una obligada devoción a tu pareja.
Afortunadamente para Jonghyun, los beta no se vinculaban, sólo los alfas lo hacían. Así que mientras Jinki estaba ahora ‘enamorado’ y sería leal a Jonghyun, el más joven no tenía esa instintiva atracción hacía el mayor. Jonghyun seguía siendo libre de elegir, pero eso solo servía para hacer que la culpa lo ahogara. Jinki había dejado todo en un inoportuno momento de lujuria. Jinki nunca tendría a ninguna otra persona. No sólo porque estaba vinculado, sino también porque era Jinki, siempre fiel.
Jonghyun sintió lástima por el mayor. No tenía esos sentimientos por su hyung, e incluso si los tuviera, este era un compromiso para el cual no estaba preparado. ¡Sólo estaba en sus veinte por el amor de Dios! Y no era como si Jinki y él estuvieran saliendo. Nunca tuvieron algo cercano a un beso hasta antes de la noche anterior. Era el equivalente a despertar con un anillo de bodas y un extraño en tu cama. Excepto que era mucho más real.
Mientras el sueño comenzaba a escurrirse de sus extremidades el pánico rápidamente comenzó a filtrarse tomando su lugar. Este no era sólo un horrible y jodido sueño. Su compañero de grupo y amigo se había vinculado con él. ¿Qué iban a hacer? Esto podría arruinar todo. Absolutamente todo. La administración iba a matarlos cuando se enteraran. Eso, si los otros miembros no lo hacían primero.
¿Qué iba a pasar? ¿Qué podían hacer? ¿Qué opciones siquiera tenían? Nunca habían escuchado hablar de una pareja vinculada que no estuviera junta pero ¿qué significaba eso para él? ¿Eso significaba que no tenía una opción en el asunto? Incluso ahora mientras observaba a Jinki durmiendo plácidamente a su lado, Jonghyun no se sentía nada diferente. No estaba enamorado de Jinki. Siempre había tenido la visión de vincularse cuando fuera mayor, cuando ya estuviera establecido con alguien a quien amara y con quien se sintiera cómodo. Esto, esto no era lo que quería en absoluto. No quería sentar cabeza, y sus trabajos no permitían semejante lujo privado y personal de todos modos. No, eso definitivamente no podría suceder. Lo peor de todo, ¿qué iba a decir Jinki? Jinki era su hyung, su confiable, frágil hyung; él único que le preparaba té cuando le dolía la garganta después de una sesión de grabación. Era un colega y un amigo, era prácticamente familia y él iba a destrozarlo con sus propias manos.
No, Jonghyun definitivamente no estaba listo para esto. Simplemente, todo estaba pasando demasiado rápido. Jonghyun no tenía la menor idea de que hacer y eso lo aterrorizaba.
Con suavidad apartó los dedos de Jinki de su cuerpo. Se deslizó fuera de la cama y agarró algo de ropa limpia para ponerse. No se molestó en pensar en lo mal que debía oler o lo terrible que debía lucir su cabello antes de lograr escabullirse de la casa sin despertar a nadie.Sólo necesitaba un poco de tiempo. Todo su mundo había cambiado en cuestión de horas y todo por culpa de un pequeño error. Un buen polvo había, literalmente, arruinado su vida. Aunque no solo su vida, la de Jinki también. En última instancia podría afectar al grupo completo. No era algo que pudieran simplemente guardar en secreto. Sentía que se ahogaba bajo el peso de su estrés recién descubierto. Necesitaba tiempo. Necesitaba aire. Necesitaba no estar en una habitación con Jinki.
Sólo tenía que averiguar qué demonios iba a decir, como disculparse, como hacer todo esto bien. Sin importar lo que dijera rompería el corazón del chico mayor, y eso hacía sentir a Jonghyun como una absoluta mierda.
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Frío.
Vacío.
En el momento en que su mente se hizo consciente, todo el ser de Jinki sintió que algo andaba mal.
La manta era gruesa y cómoda, pero no proporcionaba la misma serenidad y calidez del cuerpo de Jonghyun a ras contra el suyo.
La almohada que había apretado contra su pecho no era ni remotamente tan sólida o relajante como los músculos firmes de Jonghyun y el tamborileo constante de los latidos de su corazón. Recordaba claramente quedarse dormido con su compañero vinculado justo donde pertenecía, en sus brazos, por lo que Jinki se sintió perturbado al despertar solo.
¿Dónde estaba Jonghyun? ¿Por qué se fue?
La cabeza de Jinki tejió un millón de posibilidades que iban desde el optimista, ‘Jonghyun estaba ocupado preparando el desayuno para que ambos pudieran compartir,’ hasta la peor posible conclusión que pudiera imaginar, ‘Jonghyun ahora lo odiaba y había decidido dejar el grupo para no verlo nunca más.’ Ningún extremo parecía del todo lógico, pero el hecho era que Jonghyun no estaba allí y el pecho de Jinki dolía físicamente a causa de ello.
Podía sentir la distancia tangible entre ellos, ni siquiera tenía que levantar la cabeza de la almohada para saber que Jonghyun no estaba en el departamento; el conocimiento estaba tan concreto y arraigado en él como la gravedad. Decidió que odiaba este sentimiento, esta repentina y desesperada necesidad de estar cerca de Jonghyun. Se sentía dependiente de una manera que nunca antes había conocido. Como si fuera contra su propia naturaleza estar sin el más joven, era equivalente a de repente perder un brazo o una pierna. Antinatural. Doloroso.
Empujó lejos todos esos pensamientos, arrastrando su cuerpo cansado fuera de la comodidad de la cama de Jonghyun y se dispuso para su día. Pensativo, quitó las sabanas y las tiró a la ropa sucia antes de avanzar dando traspiés al baño para lavar el olor a sexo que se aferraba a su piel, con la esperanza de que quitar ese continúo recordatorio de la noche anterior le ayudaría a despejar la cabeza. Ajustó el agua tan caliente como pudo, dándole a sus músculos adoloridos un tiempo para relajarse mientras su cabeza continuaba nadando en los recuerdos de Jonghyun.
La corriente estaba empezando a salir fría antes de que comenzara a sentirse humano otra vez, pero parecía que nada se podía hacer por su cerebro y su corazón, sobrecargados con pensamientos sobre Jonghyun. Aunque supuso que esa era la nueva normalidad.
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La siguiente conversación no fue agradable. Afortunadamente los otros miembros pudieron sentir la tensión, una habilidad que los cinco habían aprendido a perfeccionar después de años viviendo juntos, y les dieron a ambos tanta privacidad como pudieron.
“Entiendes, ¿verdad hyung?” preguntó Jonghyun, la preocupación clara en su tono pero su decisión era firme. Sin embargo, su postura no coincidía con el descaro de sus palabras, el más joven estaba sentado tieso como un palo en el sofá, con nerviosismo tirando las hilachas del cojín en su regazo mientras evitaba enérgicamente los ojos de Jinki.
Para ser honesto, parecía un desastre. Su ropa estaba arrugada y no combinaba, y la camisa que tomó no hacía nada para ocultar las marcas muy visibles en su cuello. Por no mencionar que su cabello era una ruina y todavía apestaba a sexo. El cerebro de Jinki al parecer solo podía evocar la palabra ‘perfección’ pero lógicamente sabía que Jonghyun por lo general lucía mucho mejor que eso. Era evidente que estaba agotado y había salido con demasiada prisa para preocuparse por cosas pequeñas como la combinación de colores.
“Por supuesto que entiendo Jonghyun-ah. Todo fue un accidente, pero yo soy el único que está vinculado, no tú, así que en realidad no es nada de lo que tengas que preocuparte,” respondió Jinki, su voz tembló ligeramente pero su rostro permaneció estoico. La dolorosa verdad de sus propias palabras cortó mucho más profundo de lo que creía posible. Podía sentir su corazón rompiéndose en su pecho, apretando dolorosamente mientras forzaba las palabras a salir de su boca.
Honestamente no podía decir que estaba sorprendido por la reacción de Jonghyun pero eso no detuvo que la decepción, el dolor, se filtrara por su corazón destrozado, se esparciera por sus venas y se hiciera cargo de todos los demás sentimientos y emociones. Todo su cuerpo se sentía rígido e inútil, aplastado por el dolor.
“Hyung sé honesto. Necesito saber si estás molesto’” pidió Jonghyun seriamente, viendo a través de la armadura de Jinki como solo los más cercanos a él podían. Jinki supuso que debería estar agradecido de que Jonghyun se preocupara por él en cualquier tipo de nivel pero en el momento aquel conocimiento no hizo nada para quitar el dolor que estaba sintiendo.
“¿Molesto? No. Como que me lo esperaba,” una vez más la honestidad de su declaración cortó hasta la médula. Era su miedo más profundo, ser rechazado por quien más amaba, pero lo había previsto. De todos modos, ¿por qué alguien tan perfecto como Jonghyun querría a alguien tan corriente como él?
“Oh. Así que… estamos bien ¿verdad?” cuestionó Jonghyun, la incertidumbre seguía siendo evidente en su tono. Esta claramente no era la forma en que había imaginado que la conversación iría.
“¿Por qué no lo estaríamos?” murmuró Jinki en voz baja, mirando hacia abajo en su regazo con toda la intención de que sus ojos permanecieran secos.
“Yo sólo— ya sabes, simplemente porque no quiera estar contigo de esa manera no significa que no me preocupe por ti,” dijo Jonghyun, honestó, mirándolo con esos ojos inocentes y eso lo hacía todo mucho más difícil porque Jinki quería todo de él. No quería que fueran amigos, no quería que fueran compañeros de trabajo, quería a su compañero vinculado y el hecho de que Jonghyun no lo quisiera destrozaba su corazón.
“Lo sé.”
“¿Estás seguro de que estás bien—”
“Estoy bien,” el tono de Jinki sostuvo su aire de liderazgo terminando, dejando a Jonghyun inmóvil. La tensión en la habitación dejó en claro que no todo estaba bien, pero Jonghyun se mordió la lengua mientras el mayor le daba la espalda silenciosamente y cerraba la puerta de su dormitorio con un clic definitivo.
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Jinki tragó grueso, tratando de ocultar los sollozos de su voz el tiempo suficiente para responder el llamado a su puerta. Al menos tenía que mantener la fachada de ser un líder fuerte independiente de la forma en que realmente se sentía, pero entonces su visitante desconocido habló.
“Soy yo hyung,” La voz profunda y tranquilizadora de Minho lo llamó, eliminando cualquier resistencia que había planeado poner originalmente. Abrió la puerta, dejando espació suficiente para que el más joven se deslizara antes de cerrarla de nuevo.
“Oh hyung,” Susurró Minho con compasión cuando finalmente vio al mayor con claridad, los rastros de lágrimas desde sus ojos hinchados hacían que las verdaderas emociones de Jinki no fueran ningún secreto.
Fue envuelto en un abrazo y prácticamente arrastrado hacía su propia cama pero no se quejó, sus silenciosas lágrimas se transformaron rápidamente en lloriqueos, presionó su cara aún más en el pecho de Minho con la esperanza de ahogar el sonido. Lo último que quería era que Jonghyun escuchara su dolor.
Minho lo estrechó, ofreciéndole su consuelo mientas Jinki se venía abajo, palmeó su espalda y le murmuró palabras tranquilizadoras al oído hasta que el llanto histérico disminuyó a una corriente más manejable cayendo por su rostro.
“¿Qué pasó hyung?” Preguntó Minho finalmente. Era raro ver a Jinki perdido en sus emociones. Por lo general era fuerte, un líder estoico, siempre enfocándose en los problemas de otras personas y manteniendo los propios para sí mismo.
“Du—Duele Minho. Puedo sentirlo. Sé que él está al otro lado del pasillo y todo dentro de mí está gritando que sólo—lo toqué. Lo abrace, que simplemente esté cerca de él. Y no puedo. Él no me quiere. ¿Por qué siquiera me engañé a mí mismo pensando que podría quererme?” Jinki intentó poner sus emociones en palabras coherentes pero terminaron saliendo tan confusas como estaban en su interior.
“Hyung no digas eso sobre ti mismo,” lo regañó Minho cariñosamente, sin dejar de frotar círculos calmantes en la espalda de Jinki.
“¿Por qué no me quiere?” gimoteó Jinki, el agujero en su pecho solamente se profundizaba mientras su mente repetía los hechos una y otra vez. Un circuito deprimente de recuerdos que sabía lo perseguirían para siempre.
“Estaría loco si no lo hace,” le aseguró Minho amablemente, claramente sin comprender la situación.
“Minho tú no entiendes“
“Hyung ¿finalmente te confesaste a Jonghyun?” preguntó Minho a sabiendas. Siendo los únicos alfas en el grupo era lógico que fueran cercanos entre ellos, así que Minho era el único en el grupo que sabía sobre su amor-platónico-a-largo-plazo por el cantante. “Dale tiempo, estoy seguro de que vendrá—“
“¡Minho tú no entiendes! No me confesé. Es peor,” Jinki se detuvo, necesitando desesperadamente que Minho le diera sentido a sus rodeos.
“¿Qué pasó hyung?” cuestionó Minho, con tono cuidadoso como si estuviera asustado de escuchar la respuesta.
“Yo— nosotros— anoche…” Jinki se fue apagando, dolía demasiado para siquiera intentar decirlo. Aunque la inmensa tristeza en los ojos de Jinki parecía ayudar a transmitir su mensaje.
“Dios mío. ¿Ustedes no lo hicieron? ¿O sí?” dijo Minho en voz baja, la incredulidad y conmoción clara en su cara.
“Me vinculé,” finalmente susurró Jinki, con la voz ronca y espesa por las lágrimas.
“Oh hyung,” El ceño de Minho se frunció con el dolor ajeno. Incluso sin un vínculo, simplemente por ser un alfa Minho entendía más que los otros miembros exactamente lo que eso significaba para Jinki. Cuan serio era y por lo tanto la manera en que estaba matando a Jinki el ser rechazado.
“Va a estar bien hyung. Dale tiempo. Jonghyun entiende lo que significa vincularse pero todavía tiene que hacerse a la idea,” lo tranquilizó Minho, tratando de dar consuelo a un dolor que no entendía completamente.
“¿Estoy irremediablemente enamorado de alguien que tiene que ‘hacerse a la idea’ de estar conmigo?” Jinki intentó mofarse pero la corriente interminable de lágrimas destruyó cualquier burla en sus palabras.
“Sabes que no es lo que quise decir. Sé que no es lo ideal pero vamos a pensar en algo. Lo prometo,” a pesar de sus palabras, el tono de Minho sonó vació e inseguro para los oídos desconsolados de Jinki.
“No hay nada que pensar.Ni siquiera pude decir una palabra antes de que él se disculpara y dijera que no me ve de esa manera. Que era demasiado joven para estar viendo a alguien de esa manera. Que era demasiado compromiso. Yo soy demasiado compromiso,” la voz de Jinki sonaba vacía y rota.
“Voy a hablar con él, talvez—“
“No. Dejó en claro que no me quiere y respeto eso. O al menos lo intento,” dijo Jinki, interrumpiendo al menor antes de que pudiera terminar la frase.
“Hyung,” Minho suspiró.
“Fue mi error. Yo tengo que vivir con esto, no él,” susurró Jinki, su voz se quebró pero simplemente enterró su rostro en la camiseta del chico más joven para ahogar el nuevo ataque de sollozos que atacaba a su cuerpo.
Minho no respondió; simplemente frotó la espalda del mayor con dulzura mientras el destrozado corazón de Jinki seguía haciéndose añicos y las lágrimas se deslizaban en una corriente sin fin por su cara.