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El Tigre Y EL Mago por Sharon Di Angelo

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Notas del capitulo:

 

¡Hola! ¡Gracias por comentar!

Aquí les traigo un capitulo extra de esta novela, cuando venga la inspiración intentare escribir sobre como dan a conocer su relación al equipo de Seirin y a la generación de los milagros.

 

Algunos quería lemon, así que intente hacer un lemon aunque no sean duros ¡Es mi primera vez haciéndolo! (Eso sonó medio mal)

 

++++Cambio de escena

 

--“Pensamientos”

 

--Hablan japonés o normal

 

--Hablan ingles

 

Sin más a leer.

 

++++

 

Aeropuerto, Japon.

 

++++

 

Un joven rubio y de ojos verdes grisáceos salía del aeropuerto con una sonrisa y su equipaje era cargado por dos hombres de traje elegante. El joven vestía pantalones de vestir de color negro, con converse azul oscuro, camisa gris con tres botones desabrochados y una chaqueta de cuero.

 

--Joven Nash, el equipaje ya está en el auto –Le informaron --.

 

--Está bien –Ingreso al auto --. Llévenme primero al lugar de siempre y luego vallan a dejar mi equipaje a la mansión de mi padre aquí, ¿entendido?

 

--Entendido, joven Nash –Le respondieron --.

 

--“Al fin logre que mi padre aceptará que venga a estudiar acá” –Pensó con una bella sonrisa en sus labios – “Será mejor que lo llame, aunque no le diré que estoy en Japon”

 

++++

 

Seirin, Japon.

 

++++

 

Todos en el equipo de Seirin, hasta la generación de los milagros, habían notado un cambio en el humor del tigre de Seirin que desde que regreso de EE.UU sonreía más de la cuenta, además de estar más pendiente a su celular.

 

En algunas ocasiones, suspiraba como idiota enamorado cosa que hacía chillar a Aida Riko, su entrenadora, y única persona que sabía que le sucedía ya que Kagami le había contado cuando la castaña lo encontró hablando con el mago rubio. Claro, primero le hizo jurar y perjurar que no le diría a nadie sobre su relación hasta  que se encuentre listo.

 

--Riko.sempai, por favor dinos que le pasa a Kagami –Pidió Izuki Shun, a su entrenadora --.

 

--No, no, no –Sonríe ella, muy emocionada al saber que su As era gay y salía con Nash, su lado Fujoshi se encontraba más que feliz --.

 

--¿Por qué no, entrenadora? –Pregunto la sombra de Seirin sobresaltando a sus compañeros que había olvidado su presencia --.

 

--Porque le juré a Kagami-kun que no les diría a NADIE –Recalco la castaña –. ¡Y basta de preguntas! ¡A entrenar!

 

--Perdón por el retraso –Se disculpó del pelirrojo, ingresando al gimnasio --. Recibí una llamada de mi padre

 

--No te preocupes, Kagami-kun –Chillo la entrenadora, sabiendo que era mentira que su padre lo llamo si no que fue cierto estadounidense de cabello rubio, ojos verdes grisáceos y cuerpo de dios griego que sometía la voluntad del tigre convirtiéndolo en una presa que suspiraba y gemía por más --.

 

--¡Riko, te sangra la nariz! –Exclamo preocupado Hyuga, acercándose a la castaña --.

 

--¡¿Eh?! No, no es nada de qué preocuparse… ¡Mejor pónganse a correr! ¡32 vueltas, ¿me escucharon?!

 

--¡Sí!

 

La joven castaña se limpió con un pañuelo el rastro de sangre, mirando a los chicos correr, y soltó un suspiro. ¡Por Kami! Sí que era difícil guardar un secreto pero ella era feliz al tener materia yaoi exclusivo.

 

Oh sí, ella se había contactado con la hermana de Taiga para preguntarle si tenía algunas fotos o videos de Nash y Taiga sorprendiéndose al saber que la pelirroja de Natsuki era también una Fujoshi y que tenía el video de la confesión de los dos jóvenes en la fiesta. ¡Casi se muere de ternura!

 

Ella nunca pensó encontrar una buena amiga Fujoshi en otro país, pero se alegraba. Ya que Natsuki le mandaba fotos de la parejita cuando estaba en EE.UU mientras ellas le pasaban las fotos y/o videos que ella le sacaba cuando el rubio iba a visitarlo.

 

Sonrío, sin poder evitarlo.

 

++++

 

Todos jadeaban, estaban cansados y agotados, Riko se había excedido un poquito, aunque no estaban locos para decírselo. Todos apreciaban  sus vidas.

 

--Kagami-kun –Llamo Kuroko al alto pelirrojo --. ¿Vamos a Maji Burger hoy?

 

--Lo siento, Kuroko –Sonrío apenado, revolviéndole su celeste pelo --. Estoy cansado y lo único que quiero es descansar.

 

--Entiendo –Le dijo, más en el fondo se sintió un poco molesto ¿Acaso su amigo ya no deseaba su compañía? --.

 

Kuroko negó con su cabeza, mordiendo un poco su labio inferior tratando de no pensar en tontería. Después de todo, Kagami era su mejor amigo así como él lo era del pelirrojo.

 

++++

 

Departamento de Kagami, Japon

 

++++

 

Se sintió aliviado al saber que era viernes y que el día siguiente no tendía entrenamiento. Él amaba el básquet más odiaba el entrenamiento de Riko. Sonrió al pensar en la castaña, abriendo la puerta del departamento, recordando el grito de emoción que pego al enterarse de su relación con Nash.

 

Contuvo un suspiro, extrañaba a su rubio novio, las llamadas y los mensajes de textos no eran suficientes. Necesitaba besar sus labios, acariciar la cabellera rubia del mago, perderse en aquellos ojos verde grisáceo…

 

Necesitaba sentir sus fuertes brazos alrededor de su cintura, así como sentía aquellos brazos rodearlo y tirándolo contra un pecho fuerte.

 

Necesitaba sentir los besos del rubio contra su cuello, llenándole de leves caricias así como lo hacían ahora.

 

--Hola, mi tigre… -Escucho un voz detrás de él, seguramente de la persona que lo abrazaba --.

 

--Hola, Nash –Le sonrío relajándose un poco en los fuertes brazos que lo rodeaban, así estuvieron unos momentos en silencio --. ¡Espera! ¡¿Tu no estabas es EE.UU, Nash?! –Exclamo sorprendido Taiga, soltándose de aquellos brazos --.

 

--No, llegue a Japon cuando te llame, tigre –Le contesto, en un fluido japonés, sonriéndole con amor --.

 

--¡Nash! ¿En qué piensas? ¡No puedes venir así como así, piensa un poco en tus estudios! –Reprocho, aunque estaba feliz de verlo en persona --.

 

--¿Ah? No te preocupes por eso –Se encogió de hombros, acercándose como un depredador al de mejor de edad --. Hable con mi padre y le pedí que me dejase terminar mis estudios aquí, en Japón, para estar a tu lado… Costo, pero al final me dejo…

 

El menor de los Kagami se sonrojo y sintió como su espalda chocaba contra la pared, viendo como de inmediato dos brazos le broquelan cualquier escape. Intento decir algo más su boca fue tomada por los labios del otro.

 

Nash acaricio con lentitud la boca del otro, aprovechando que Taiga abría sus labios y coló su lengua hacía aquella húmeda y caliente cavidad. Su lengua saboreo el dulce sabor del pelirrojo, sabor que extraño en demasía.

 

Los brazos del rubio agarraron la cintura de Taiga, acercándolo a su cuerpo y presionándolo contra la pared, sintiendo como unos brazos se enredaban en su cuello, acariciando su pelo.

 

Se separaron, jadeantes y con las mejillas rojas, pero felices de verse nuevamente.

 

Taiga le sonrió tímidamente y le beso castamente, para después apoyar su cabeza en el hombro del joven un poco más alto que él. Nash aspiro y se relajó, calmando a su instinto al tener cerca su más preciado tesoro. Uno que jamás permitiría que se le escape. Sonrió, apretando más su agarre.

 

--Taiga, mi lindo e inocente tigre, te amo –Le dijo --.

 

--Nash, mi sexy mago de cuarta, te amo…

 

--¡Taiga! ¡No me llames así!

 

--¿Así? ¿Cómo Mago de cuarta? –Se burló, levantando su rostro para enviarle una mirada desafiante --.

 

--Atente a las consecuencias –Comento Nash, antes de volver a besarle con lentitud, disfrutando del tiempo que tenían --.

 

El pelirrojo se derritió ante aquel beso, correspondiendo con timidez, acariciando el pelo rubio de su pareja con cariño.

 

Nash lamio tentativamente el labio inferior para después chuparlo, escuchado un sensual gemido de su pareja aprovechando para adentrar su lengua adentro de la boca de Taiga, deseando disfrutar nuevamente de su sabor y calidez, jugando con la lengua del menor.

 

Casi ronronea, al sentir como aquella lengua jugaba con la suya. ¡Dios! Debe ser ilegal besar de aquella manera sensual pero dominante.

 

El rubio se separó de aquellos labios que eran su droga, para ir bajando con besos hacía aquel cuello que deseaba marcar. Beso, lamio, chupo y mordisqueo a su antojo aquel lugar escuchando los suspiros de placer de su tigre.

 

Un gemido leve, casi un suspiro, escapo de sus labios sintiendo como las manos que se encontraban en su cintura se movían lentamente hacia arriba, levantando su remera. Levanto sus brazos, permitiéndole sacarle aquella estorbosa prenda.

 

--Eres hermoso –Murmuro Nash, mordiendo y chupando con fuerza el cuello de Taiga, dejando una marca roja que pronto sería morada y sonrío divertido, su tigre se enojaría cuando todo terminase --.

 

--…mmmm…

 

Levanto un poco al pelirrojo, besando con pasión los labios del otro, mientras que Taiga envolvía sus piernas a la cadera de Nash y este, al sentirlo, camino hacía la habitación de su pareja. Entro en la pieza, cerrando la puerta con su pie sin dejar de besarlo. Lo recostó sobre la cama y lo observo…

 

Sus fieros ojos lo miraban con amor y deseo, sus mejillas rojas como manzanas, sus labios se encontraban un poco hinchados y dejaban escapar el poco aire que tenían sus pulmones, su rojo pelo sobre las sábanas blancas, su pecho subía y bajaba con rapidez.. ¡Dios! ¡Era un pecado! ¡Y Nash quería pecar, pecar con aquel cuerpo sensual!

 

Nash se casó su camisa, sin importar que los botones de esta salieran volando, y se agacho lo suficiente para besar sensualmente los rojos labios del tigre, quien respondió con fiereza. Coloco sus piernas a los costados de la cintura el menor de edad. Corto el beso, dedicándole una pícara sonrisa para ir descendiendo hasta el cuello.

 

Dedico poco tiempo al cuello, bajo lentamente hasta atrapar entre sus labios uno de los botoncitos rosados, para lamerlo y chuparlo lentamente mientras que una de sus manos masajeaba al otro y su otra mano daba caricias al estómago intentando relajarlo.

 

--Ahhh…mmm…ahh –Suspiraba y gemía quedo Taiga, con su rostro más enrojecido si eso fuera posible --.

 

Nash decidió dejar de torturar sus pezones, trazando líneas con su lengua y descendiendo por aquel vientre, succionando de vez en cuando hasta llegar al pantalón. Desabrocho con sus dientes el botón, bajando con los dientes el cierre para terminar de sacarlo con sus manos.

 

Sonrío levemente, pasando su lengua por el bóxer de Taiga. Humedeciéndolo.

 

--¡Nash! Mmmmm , ahhmmmahh

 

Una vez que decidió que estaba bien húmedo, sacó el bóxer, observando el miembro erecto del pelirrojo. Lamio sus labios, deseando probarlo.

 

Deseo que se cumplió al acercar sus labios, abriendo sus labios y dejando salir a su lengua, la cual utilizo para lamer de arriba abajo, sintiendo el gusto del pre semen que liberaba. Con su mano derecha agarro la base del miembro, mientras que con la otra detenía cualquier movimiento de cadera que deseaba realizar el hijo menor del matrimonio Kagami.

 

Un gemido de frustración salio de los hinchados labios de Taiga, llevando una de sus manos a la cabellera del otro, dejando escapar un grito mudo al sentir como una humedad caliente envolvía su miembro.

 

Nash no perdió detalle de las expresiones del otro, sintiéndose orgulloso de saberse único al doblegarlo de esa manera. Movió su cabeza de arriba abajo, asegurándose de darle placer a su pareja y llevando su mano derecha hacia la boca del otro.

 

Al sentir como tres dedos se introducían en su boca, Taiga los lamio y chupo de una manera tan erótica que hizo que Nash gruñera con deseo.  El Mago dejo de jugar con el miembro de Taiga, elevándose para besarlo y dirigir su mano hacia la parte más íntima de su pareja.

 

Rozo con uno de sus dedos la entrada, con suavidad y lentitud, recibiendo un suspiro a cambio.

 

--Ummmm… Ahhhh –Gimió incomodo el pelirrojo, al sentir como un dedo largo se adentraba a él, no era doloroso sino molesto --.

 

Al notar esto, Nash empieza a darle pequeños y tiernos besos en el cuello y clavícula, para relajarle mientras movía lentamente su dedo. Minutos después, metió otro dedo y empezó a moverlo como tijera, agrandando un poco esa estrecha entrada.

 

Taiga movió sus caderas, queriendo sentir un poco más de placer y el rubio metió otro dedo. Ahora tres dedos se movían en su interior.

 

Con esfuerzo, abrió sus rojos ojos y beso con fiereza a Nash, y le obligo a sentarse, sacando los dedos de su interior, gimiendo con placer. Aun besando al rubio, le saco el pantalón de vestir junto con los bóxer, masajeando al erecto miembro ganando un gruñido lleno de goce. Se separó del beso, dándole una sonrisa peligrosa.

 

Bajo su rostro hasta quedar frente al gran miembro del rubio y dio una tentativa lamida, desde la base hasta la punta. Clavo su roja mirada en Laverde grisácea, chupando la punta del miembro, moviendo su lengua contra el agujero que tenía. Metió aquel trozo de carne lentamente en su boca, aún era un principiante pero le gustaba saber era el único en darle placer al rubio.

 

Nash gimió, entrecerrando sus ojos para no perder de vista los movimientos de aquello boca que hacia maravillas en su miembro. Gruño, agarrando a Taiga de su rojo pelo para besarle con pasión y hacerle sentar en su regazo.

 

El de ojo rojo gimió contra aquella boca, llevando sus brazos para rodearle el cuello y volver a acariciar aquel pelo que lo volvía loco. Nash lo abraza por la cintura, levantándole un poco y colocando su miembro en la entrada del As de Seirin.

 

--¡Nash! ¡mmmaaaahhhhhhmmm! –Gimió cortando el beso, sintiendo como el pene de Nash se abría paso dentro de él, no era la primera vez pero había tres semanas desde la última vez que hicieron el amor --.

 

--…tan…estrecho… --Fue lo único que pudo decir el rubio, tratando de calmar las ganas de embestirlo con fuerza. Hasta romperlo y que no pueda caminar bien en semanas --.

 

Taiga lo beso, lentamente, saboreando la boca del otro para después empujarlo hacía la cama. Coloco sus manos en el marcado estomago del rubio, empezando a moverse lentamente, acostumbrándose al intruso.

 

--¡N-Nas-Nash! –Gimió moviéndose de arriba a abajo, cabalgando aquel miembro -.

 

El nombrado dirigió sus manos a la cadera contraria, ayudándole con los movimientos. El pelirrojo gimió y tiro su cabeza hacía atrás, abriendo su boca en un grito mudo al sentir un golpe en su punto dulce.

 

Nash sonrió y de un movimiento coloca al menor contra el colchón, movió con fuerza su cadera dando otra vez contra la próstata de Taiga.

 

--¡Nash! Ummmmmm oooohhhhhaaaaa

 

El tigre llevo sus manos hacía la espalda del rubio, rascuñándola y besó los labios de este, tratando de acallar sus suspiros, gemidos y gritos en la boca contraria. El mago sonrió dentro del beso, llevando una de sus manos hacia el miembro de Taiga, empezando a masajearlo mientras aumentaba la velocidad de sus estocadas.

 

--¡Naaaaaasssssshhhh! –Grito, cortando el beso, el de ojos rojos llegando a su clímax --.

 

--¡Taiga! –Gruño, bajamente corriéndose dentro de su novio al sentir como este lo aprisionaba con sus paredes --.

 

Se miraron, rojo contra verde grisáceo, para acercar sus rostros y besarse, con ternura y amor. Nash salió lentamente del interior del tigre, escuchando un suspiro por del otro. Se acomodaron adentro de las sabanas, testigos de su entrega, y el mago envolvió el cuerpo del menor entre sus brazos. Taiga recostó su cabeza contra el pecho del rubio, sonriendo y acariciando el brazo izquierdo contrario.

 

--¿Nash?

 

--¿Te lastime, cariño? –Pregunto preocupado --.

 

--No, estoy bien… --Le sonrió tiernamente y le dio un beso casto --. Te amo…

 

--Ya te amo, mucho más, mi tigre… Te amo tanto que nunca podría terminar de decirte lo mucho que te quiero… Sería capaz de dar mi vida por solo verte sonreír…

 

--Que cursi –Se burló, más escondió su rostro para evitar que viera su sonrojo --.

 

--¿Taiga?

 

--¿Mmm?

 

--Te amo, mi tigre…

 

--Te amo, mi mago…

 

Compartieron un último beso, para cerrar sus ojos y se durmieron, escuchado el latir del corazón de su pareja. 

Notas finales:

 

Hola, nuevamente

 

¿Alguna sugerencia o crítica? Todo es bien recibido…

 

Nos leemos la próxima              


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