Wonwoo caminaba entre la gente ebria del lugar, al fondo se podía escuchar la dulce melodía pegadiza de Omen, canción que pertenece a uno de los cantantes favoritos del pelinegro, Sam Smith. La multitud se balanceaba al ritmo de la densa melodía, cautivados en la amplia sala de la casa de Seokmin. El chico de característicos ojos rasgados tuvo que pensar durante horas para estar caminando por ese piso lleno de vasos de colores rojos y azules. Atrevido y sin temor subió por la larga escalera que estaba rodeada de jóvenes parejas, algunas besándose otras bailando sin control. Si la memoria del pelinegro no fallaba su amigo Mingyu le había dicho que lo podía buscar en el estudio de Seokmin, según el alto iba a estar metido en ese estudio junto a Junhui y el dueño de la fiesta.
Atravesó todo un pasillo y luego giro a la derecha, sabia a donde tenía que ir después de haber asistido tantas veces a esa casa. La mente del pequeño se perdió en recuerdos que no valían la pena si quiera imaginarlos, pero ahí estaba. A lo lejos reconoció la puerta de color rojo conchevino y antes de entrar recordó su preparación mental. Su mano estaba ubicada en el pomo listo para dejarse ver, su pecho subía y bajaba a medida que inhala y exhalaba el aire a su alrededor.
Ni siquiera llego a girar el pomo cuando la puerta se abrió de golpe mostrando a un joven alto y delgado. Wonwoo mantuvo la mirada en el pecho de este y solo él pudo percibir al mundo más lento mientras subía la mirada en dirección al rostro. Su mente se perdió en esa mirada de color café claro opacada por la tenue luz de la sala. Wonwoo sintió que su preparación mental término de irse y una nueva determinación paso por su cabeza, al diablo Mingyu y los sentimientos que el provocaba. Huir era su salida.
Antes de salir huyendo como un completo cobarde el hombre delgado lo tomo del brazo y se acercó un poco a su rostro.
—Mingyu esta con Junhui allí dentro, no seas imbécil y pelea por lo que es tuyo —susurro quedamente. Se giró hacia el estudio y con una sonrisa bien ensayada entro junto con el bajo — ¡Adivinen quien llego!
— ¡Wonwoo! —grito un Mingyu concurrido levantándose del sillón. Se acercó al recién llegado y lo recibió con un abrazo opresivo. En el contacto el pelinegro pudo inhalar un olor a cigarrillos y alcohol. En ese momento se dio cuenta que la noche iba ser más larga de lo que imagino.
No solo estaba las personas ya mencionadas, wonwoo se fijó en una feliz pareja sentada en un sillón que quedaba en la esquina del estudio cerca del estante de libros. Soongyoung saludo a wonwoo con la mano y su novio solo asintió con la cabeza, después del bochornoso espectáculo que le dieron al pelinegro, Minghao decidió no verlo a los ojos por un tiempo. La sensación de una mirada aplastante y envenenada llego a wonwoo y no hacía falta buscarla, el pelinegro sabía de dónde provenía.
Mingyu soltó a wonwoo y lo arrastro al sillón que compartía con Junhui. El castaño no acepto con agrado al nuevo invitado y lo demostró levantándose con el pretexto de buscar cervezas al primer piso. Seok min miraba todo con gracia, tenía un trio interesante en la sala y una pareja comiéndose a besos en una esquina. Todo indicaba que se iba a divertir esa noche.
—Y dime wonwoo ¿Qué te parece la fiesta? —pregunto Seokmin sentándose frente al susodicho.
—Algo bulliciosa —exclamo cohibido
—Claro que es bulliciosa es una fiesta, cariño —pronuncio el joven delgado con un toque de ironía en la última palabra.
—Yo solo puedo decir que esta increíble mientras haya alcohol —exclamo Mingyu dejando un brazo encima de los hombros de quien está sentado a lado suyo —fue buena idea venir ¿no lo crees wonwoo?
Wonwoo se sentía atrapado ante tanta atención. El brazo cálido de su mejor amigo no ayudaba a la situación, menos tener a un ex amor frente a frente. Mingyu nunca se enteró de la relación clandestina que tuvo el más bajo con el dueño de la casa. Todo paso antes de conocer al muchacho más alto. Seok min y Wonwoo estuvieron de acuerdo en dejarlo en el pasado cuando se vieron unidos de nuevo como amigos en común de Mingyu.
— ¡Ahm... Mingyu quiero hablar contigo —hablo wonwoo despacio y en un tono bajo.
— ¡Eh! Pero si acabamos de acomodarnos, hablemos más tarde ¿Si? —pidió.
Wonwoo no paso por alto la mirada cómica de Seok min, sabía que el cretino de su ex se estaba divirtiendo con el actual escenario. Dejo a un lado su lado débil y puso en marcha su plan, no iba a desperdiciar otra oportunidad más.
—Mingyu por… —una lata de cerveza interrumpió su línea y sin aguardar miro a Junhui quien se estaba instalando en medio de Wonwoo y Mingyu.
— ¡Hola Wonwoo! Sabes no tuve oportunidad de saludarte —hablo su compañero mirándolo directo a los ojos con una sonrisa no muy amistosa.
— ¡Hola Junhui disfrutando de la fiesta! —saludo lo más cordial que pudo pero la expresión hipócrita de Junhui no se lo permitía del todo. Wonwoo dejo la lata encima de la mesa de centro, solo Dios sabía que contenía, si venia abierta por algún motivo tenía que ser.
—La estaba disfrutando —susurro.
— ¿Qué cosa? No te escuche —declaro wonwoo.
—Que la estoy disfrutando —menciono fuerte con una cara que aparentaba inocencia, el castaño se alejó de wonwoo para acercase más a Mingyu. Este gustoso imito el acto.
Seok Min pensó que su ex había perdido su toque ante un niñato con complejo de superioridad. Antes de la llegada del pelinegro Seok min tuvo que soportar al niñato mimado y sus preguntas faltas de lógica. Aun no entendía que había visto Mingyu en la especie cancerígena que se situaba en su sillón.
— ¡Chicos que tal si bailamos, se supone que es una jodida fiesta! ¡Venga para acá! —propuso el rubio de la habitación levantando a wonwoo y empezaron a bailar al ritmo de la música.
— ¡Me parece perfecto, vamos Mingyu! —dijo con entusiasmo el castaño levantando al alto.
—Bailamos —susurro Seokmin mostrando la palma de su mano a Ming Hao — ¡Tu novio esta algo ocupado!
Ming Hao lo miro sin entender e inclino su cabeza hacia un lado del cuerpo para ver a Soongyoung sujetando la cintura de wonwoo, alzo los hombros y sujeto la mano de Seok min con una sonrisa.
Lean on comenzó a sonar fuerte y claro en la habitación. Las parejas movían sus cuerpos sin cesar. Ming Hao se dio la vuelta y le dio la espalda a Seok Min, quien sonrió ladino y sujeto al chino con delicadeza por las caderas, tenía que cuidar lo que no era suyo paso por su mente.
Soongyoung vio el movimiento de su pareja y con el índice señalo su ojo y luego al chino, este se percató de la supuesta amenaza y le sonrió a su novio con un guiño. Soongyoung quedo tranquilo después de eso.
Soongyoung se dirigió a su pareja de baile y pudo notar el aura negativa, los cabellos de la nuca se le erizaron por el electrizante momento. Trato de moverse con mayor energía para cubrir el mal tiempo, pero una mirada en su nuca lo termino de inhibir. Busco la mirada y se sorprendió de ver a Mingyu con el ceño fruncido. El rubio reparo en la situación y reconoció que estaba en medio de una explosiva trifulca. En su mente razono un canje, era lo mejor para su pobre integridad.
—Cambio de pareja —anuncio el rubio y tomo las caderas de su novio. No había nada mejor que el amor de tu vida en tus brazos.
Junhui trato de huir del cambio pero unos brazos algo delgados detuvieron su propósito y lo arrastraron a un cuerpo distinto al de Mingyu. Se sintió inseguro en los primeros segundos pero una fuerza mística lo ayudo acoplarse al nuevo individuo.
—Junhui ¿verdad? —inicio Seokmin agarrando con más fuerza la cintura del chico de origen chino.
El ambiente dio un vuelco brusco por una canción romántica, Just a kiss de Lady Antebellum retumbaba en el aire. Wonwoo y Mingyu se miraron mientras sus cuerpos se apretaban a un agarre que nunca habían intentado antes. Wonwoo podía sentir su cintura hormiguear por culpa de los fornidos brazos que lo tenían capturado. MIngyu tenía los delgados brazos de su mejor amigo sujetando su cuello, sintió una punzada en el fondo de su conciencia y pudo sentir el aleteo de varias posibilidades rondar en su interior. La esperanza ilumino su mente y el sonido de varias puertas siendo abiertas se escucharon con tan solo ver el brillo en los ojos de wonwoo. Hermoso, pensó Mingyu.
Nunca había experimentado algo así con sus ex novias, algunas eran rígidas para los abrazos y otras eran muy torpes. Con wonwoo era distinto, su pecho se hincho de alegría y por un minuto pensó que estaba en el lugar correcto, con la persona correcta.
—Mingyu hay algo que te quiero decir —susurro el más bajo
— ¿Qué es? —pregunto ansioso.
—Yo… yo… —trato de hablar pero la humedad en sus ojos no le permitían emitir sonido alguno.
—Wonwoo ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras? —pregunto preocupado Mingyu.
—No puedo hacerlo MIngyu —explico wonwoo negando con la cabeza intentando soltarse del fuerte agarre del muchacho —simplemente no puedo.
— ¿No puedes qué? —pregunto el morocho presionando el agarre — ¿Qué Wonwoo? ¡Dime!
— ¡Sueltame Mingyu! —vocifero llamando la atención de las otras personas que estaban en el lugar. Wonwoo sintió pánico y un temor lo envolvió, ya no soportaba la situación más. Se autoproclamo como un cobarde por segunda vez en la noche en su interior antes de salir huyendo del salón.
Seokmin miro con tristeza la escena, nunca pensó que su ex fuera tan débil en el amor. Él no lo recordaba así en su relación. Antes de ir por el Mingyu pasó por su lado y desapareció por la puerta. Algo trataba de huir de sus brazos y miro que se trataba del ser cancerígeno. No podía soltarlo, pensó.
— ¡Amigos míos que les parece otra ronda de cervezas! —exclamo el anfitrión sujetando disimuladamente la cintura de Junhui.
Wonwoo caminaba lo más rápido que podía, no sabía en qué momento sus piernas se quedaron algo dormidas. Zara Larsson cantaba Lush Life en medio de su fuga, el sonido de la música era cada vez más fuerte. El pelinegro estaba seguro que quien fuera el dj le fascinaba la jodida canción para dejarlo sin tímpanos.
“Yo vivo mi día como si fuera el ultimo” anunciaba segura la cantante. El pelinegro oía la letra pero sabía que no compartía para nada el ideal de esa frase. Si fuera así, otra seria la historia de su vida pero era obvio que su apocamiento impedía su felicidad. Un grito en medio del bullicio llamo su atención, volteo su cabeza y nunca sospecho las repercusiones que se darían por sus actos. Se olvidó de su letargo y empezó a correr contagiando la voluntad a sus piernas.
Mingyu vio la velocidad de su amigo y su persecución se desarrolló con mayor vigor. Esta vez pensaba arreglar su relación con el piojo negro que trataba de huir. Lo había notado raro toda la semana, más bien desde que decidió ser bisexual. Mingyu lo tomaba como algo natural y no hizo un melodrama con llantos incluidos por el cambio de su sexualidad como lo hizo Wonwoo en su tiempo.
Dejo de pensar al ver que su amigo salió por fin de la enorme y ostentosa casa de Seokmin. Corrió quitando algunos borrachos de su camino. Salió del lugar infestado de muchachos jóvenes sudados y emocionados por la cerveza en su sistema.
— ¡Wonwoo espera! —pidió en un grito Mingyu. Su amigo no tenía las intenciones de detenerse así que decidió ir más rápido y tomarlo del antebrazo. Wonwoo sacudió con fuerza mirando a la calle. — ¡Mirame!
— ¡No! —Grito desesperado el más bajo — ¡y suéltame maldita sea!
— ¿Wonwoo que fue eso entonces? —pregunto lo que a wonwoo le pareció una pala terminando de tirar tierra sobre su tumba.
— ¿Qué cosa? —menciono ignorando el rostro de Mingyu.
Mingyu grito exasperado y agarro a wonwoo de los brazos exigiendo una mirada. El pequeño se sintió abrumado y asustado por el arrebato de su amigo. Wonwoo rígido y con una mueca de preocupación en su mirada giro la cabeza a un lado. El otro encolerizado cambio el agarre. Con su brazo izquierdo apreso la cintura delgada y con su mano derecha agarro el mentón fino.
—Crees que no he notado tus celos ¡ah! —Susurro cerca de los labios finos y delgados —Dime que sientes, por favor.
—Mingyu tu… —trato de hablar a pesar de que su quijada estaba apresada con fuerza —tu…
—Yo… —susurro Mingyu acercándose a los labios del muchacho contrario aflojando el agarre del mentón. Dejo resbalar su mano hacia el hombro y delicadamente fue bajando por el brazo impropio hasta llegar a la mano más pequeña. La mirada de wonwoo sostenía unas leves sombras proporcionadas por las espesas pestañas, con las cejas ligeramente fruncidas y la boca semi abierta el más bajo esperaba con codicia un dócil beso.
Mingyu olvido cualquier amistad que alguna vez tuvo con el hombre que estaba entre sus brazos y sin ninguna pena poso sus labios en los contrarios. Acaricio con sutileza la zona erógena del chico buscando el disfrute de este. Sus lenguas se encontraron entre el beso y sus cuerpos reaccionaron al instante. La tensión sexual se hizo presente en cuestión de segundos.
Wonwoo detuvo el contacto de los labios y lentamente empujo el cuerpo del chico fornido. Mingyu hizo a un lado las manos que intentaban desvincular la acción y con sus manos agarro las mejillas sonrojadas para iniciar un nuevo beso más feroz que el anterior.
—Vamos a mi casa —susurro wonwoo restregando una vez más sus labios.
—Vamos —contesto el otro joven sin aliento.