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Siempre tan lejos. por Javi bribriblibli

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Notas del fanfic:

Hola de nuevo! Cada cierto tiempo me estoy apareciendo por aquí con nuevas historias. Lamentablemene el tiempo no me acompaña para terminar mis proyectos anteriores, pero no podía dejar pasar la oportunidad de subir esta historia que se me viene dando vueltas por la cabeza hace un rato ya. Por el momento es de solo un capítulo, pero dependiendo de su acogida, tal vez haga un epílogo.

 

Aclaraciones: Los personajes de Marvel no me pertenecen. Solo me los robo a ratitos para cumplir mis perversas fantasías jiijijiji.

Notas del capitulo:

Les dejo una canción que sonó mientras escribía la parte final de este capítulo. Se llama "Lo más lindo" y es de Las Pastillas del Abuelo. Recomiendo escucharla mientras leen =)

 

https://www.youtube.com/watch?v=-LJ47NoarSg

Despertó a causa de la luz que le daba de lleno en la cara. Parpadeo un par de veces e intentó sentarse en la cama, pero con un pequeño movimiento sintió que todo a su alrededor se movía y el dolor muscular lo hizo volver a su posición en la cama. Se sentía terrible, una resaca monumental, de esas de las que hace tiempo ya que no tenía.

 Miró a su alrededor, estaba en su habitación y solo. Eso quería decir que nuevamente su plan por confesarse al Capipaleta había fallado. ¡Maldición! Ya era la quinta vez que planeaba una estrategia de acercamiento, pero el bobo del Capi no se daba por enterado. Estaba todo perfectamente calculado  ¿Qué había salido mal? Trató de hacer memoria, pero lo último que recordaba era haberlo visto conversando en la fiesta con María Hill, que por cierto no paraba de coquetearle descaradamente, entonces tomó una botella de whisky y se la bebió junto a un calmado y paciente Bruce que las hacía de confidente esa noche. El siguiente recuerdo es de él montado en su auto tratando de hacerlo arrancar para volver a su torre. Desde allí todo era muy confuso.

Llamó a Jarvis, pero este no le contestó. Que extraño, no recordaba haberlo desactivado ni nada. Más tarde revisaría. Tal vez la Viuda Negra había vuelto a intentar hackear su sistema y había desactivado el comando de voz, quien sabe.

Intentó nuevamente ponerse de pie, de una forma bastante lastimera por cierto, y bajó a la cocina en busca de un preciado vaso de agua. Miró la hora en el reloj de la pared, las 14.36, sí que había dormido. Tomaría una ducha e iría a ver a su amigo Bruce que a esa hora seguramente ya estaba en su laboratorio de la torre siguiendo con sus experimentos e investigaciones. Ese hombre nunca descansaba cuando se trataba de ciencia.

El agua tibia quitó un poco del malestar corporal y se sintió de ánimos para desayunar. Se preparó un sándwich y un café que comió sentado frente al televisor de su sala. Ese día lo dedicaría exclusivamente para él. Ya después tendría tiempo de planear nuevamente cómo hacer notar sus crecientes sentimientos por el Capitán América.

Una vez que se sintió con el estómago lleno, se dirigió al piso de su compañero de ciencias. Al entrar en el laboratorio, lo encontró sentado frente a una de las ventanas que daba al exterior con una mirada bastante melancólica.

-          Hola Bruce, ¿pensando en mí, cariño? – Dijo juguetón tratando de sacarle una sonrisa al hombre de gafas frente a él.

-          Tony... Anoche me dejaste bastante preocupado.

-          ¿A si? y a qué  se debe, compañero. – Palmeo su hombro con evidente cariño.

Bruce se quitó sus gafas con su característico gesto y lo miró aún con esa melancolía grabada en su rostro.

-          Me preocupaste cuando te fuiste de la fiesta, no se te veía en muy buenas condiciones.

-          Tranquilo, Bruce, tu sabes que suelo ser así. Más si se trata del idiota del Capipaleta. ¿Puedes creer que Hill le estaba coqueteando y él no hacía nada? Se hace el santo, pero en realidad finge demencia.

Bruce no contestó nada y solo lo miró por un largo rato. Luego se puso de pie y lo abrazó con fuerza. Atónito, el hombre de la armadura solo atinó a devolver el abrazo de una forma bastante fraternal, cuando se separaron lo miró a la cara sin entender qué le sucedía.

-          Bruce… – observó con detención la cara de su amigo – te ves fatal. Tienes unas ojeras horribles, ¿te encuentras bien? Tómate un descanso, la ciencia puede esperar a mañana.

Bruce no le contestó y volvió a mirar por la ventana. Pasado unos minutos en que permanecieron en silencio, el chico de gafas dijo en voz baja – Estaré contigo pase lo que pase… -  y se marchó de la habitación.

Tony no comprendía nada, Banner estaba bastante rarito últimamente. Tal vez la relación con Natasha lo tenía un poco sensible. La pelirroja se había encargado de sacar a relucir todo su sentimentalismo. Ay… esos tortolitos. Quién lo diría.

En fin, siguió por el camino a su habitación, buscaría sus lentes de sol, su cartera, llaves y saldría a recorrer las calles en uno de sus automóviles. Tenía ganas de sentir velocidad, esa que lo hacía sentir libre y que despejaba su mente cuando no podía sacarse a Rogers de la mente.

Cuando pasó nuevamente por su sala de estar, vio a Clint y Natasha sentados en su sofá frente a Thor. Los 3 se veían tristes. Clint abrazó a Natasha y Thor se puso de pie pasando por su lado y saliendo de la habitación. ¿Qué les pasaba a todos el día de hoy? Caminó rápido para alcanzar al rubio en el ascensor, pero al subir no había nadie.

-          Se habrá teletransportado el grandote – dijo para sí mismo como una forma de tranquilizarse. Todo era muy raro ese día.

Bajó al estacionamiento y subió en uno de sus autos. Manejó por las calles de la ciudad, miraba a la gente pasar, todos tranquilos, todos siguiendo con su vida. En uno de los semáforos en rojo se detuvo y vio pasar a una pareja de adolescentes frente a él. Eran dos chicos tomados de las manos que caminaban ignorando todo a su alrededor. Ambos sonreían, se veían felices. Entonces pensó en él. Steve… su Steve. Recordó cuando se descubrió a sí mismo espiándolo mientras el rubio entrenaba en su gimnasio personal. Las miradas que cruzaban, las palabras, los pequeños roces. Estaba casi seguro de que él sentía lo mismo, pero el Capi era demasiado correcto como para entrometerse en su relación con Pepper. Lo que no sabía era que hasta la misma Pepper había aprobado su amor al descubrir al moreno mirando fotografías de él por internet. Se sonrojó ante el recuerdo, ese día se había sentido como un niño cuando Pepper lo regañó por ser tan indeciso y no arriesgarse por su verdadero amor. Ella era una gran amiga, la mejor y eso jamás lo olvidaría. Si no fuese por la chica de las pecas estaría totalmente perdido en todos los sentidos de su vida.

Estacionó en un café alejado de las calles concurridas y el bullicio. Jamás lo había visto, era bastante agradable. Al entrar, notó una rockola y la ambientación de la década del ’40, sonrió para sí mismo. Esto definitivamente era una señal. Tal vez debería invitar allí al rubio para declararse, sería más íntimo que en la última fiesta en que lo había intentado. Tomó asiento esperando a que la mesera se le acercara. Ojeaba el menú de forma distraída cuando escuchó su apellido en el noticiero.

“El famoso multimillonario Anthony Stark, dueño de industrias Stark y conocido por su armadura como Iron Man, sufrió un accidente vehicular cerca de las 4 de la madrugada cuando se dirigía a su hogar en la torre Avengers en pleno centro de Nueva York. Los últimos reportes médicos revelaron que se encuentra en estado de gravedad…”

En ese momento Tony dejó de escuchar a la reportera, todo se nubló a su alrededor. ¿Él había sufrido un accidente? Pero si se encontraba perfectamente… Sintió deseos de gritar que era una mentira, que él se encontraba allí en perfecto estado. Miró a su alrededor y notó que nadie lo veía, todos seguían con su rutina, unos bebiendo café, otros mirando la televisión. De pronto sintió un fuerte dolor de cabeza, se la tomó con ambas manos. Notó sus brazos, tenía varios moretones. Sintió malestar en el estómago, levantó su camisa y notó marcas entre morado y negro. De pronto llegaron a él los recuerdos.

Luego de beber más de la mitad de botella de whisky y haber pasado casi toda la noche espiando a Rogers, Tony decidió que en ese estado no era buena idea declararse. Bruce había intentado persuadirlo de quedarse un rato, por lo menos hasta que se le pasara un poco la borrachera y que Clint, el encargado de manejar esa noche, los llevara de vuelta a sus hogares. Tony, como buen Stark  terco y llevado a sus ideas, rechazó la oferta de su amigo y se puso de pie dispuesto a irse. Se despidió de todos levantando la mano. Steve lo miró y caminó directo a él.

-          Stark, no puedes irte en este estado. Espera un momento y yo te llevo. – Dijo un rubio con mirada preocupada.

-          Claro que no, Rogers, ni loco me subo a tu moto. Además estás ocupado con María… no quiero interrumpirte.- contestó el moreno con evidente doble intención en sus palabras.

Steve lo miró confuso e ignorándolo se dio media vuelta para buscar su chaqueta y partir. Tony, que no estaba en sus 5 sentidos sintió ese gesto como un desaire y se encaminó a su automóvil.

Lo siguiente que ocurrió fue que otro automóvil se había cruzado en su camino, ¡el muy imbécil había cruzado con luz roja!, y al tratar de esquivarlo chocó con una barrera de contención.

Recordó el impacto, como su cuerpo se fue contra el manubrio, su cabeza golpeando con el parabrisas y rebotando en el asiento. El dolor en su vientre, la sangre que empezó a escurrir desde su boca, su nariz, sus brazos heridos al intentar cubrirse con ellos. Escuchó gritos y gente acercándose a él, recordó la ambulancia y cómo le hicieron resucitación dentro del vehículo de urgencias.

Entonces esa mañana, al despertar, la luz que había visto era del pabellón del hospital en donde lo operaban para salvarle la vida. Su conversación con Bruce en realidad había sido él hablándole a su cuerpo inconsciente en aquella sala de hospital. Clint, Natasha y Thor no estaban en su salón, sino que en la sala de espera del hospital.

Y aquella cafetería… ¿qué era aquella cafetería? Steve…

Volteó y a su espalda estaba allí, Steve, su Steve. El rubio tomó asiento frente a él en la mesa que ocupaba el moreno. Sus ojos rojos, su mirada cansada y parecía estar a punto del llanto. Tony quería abrazarlo, pero se contuvo. Solo se quedó allí, mirándolo con atención, cada detalle de aquel rostro del que se había enamorado, con el que soñaba por las noches, esos ojos que decían todo, esos labios que siempre quiso besar, pero nunca tuvo oportunidad.

Entonces finalmente el rubio separó sus labios para tomar una bocanada de aire y habló.

-          Jamás pensé que algo así pudiese ocurrir. No quiero arrepentirme por lo que pasó porque sé que no lograré nada con eso. La vida me ha enseñado que culparme por lo ocurrido a mis seres queridos no sirve de nada. Solo lamento haber esperado hasta este momento para decirte que te amo. Si estuvieses despierto tal vez me lanzarías lo que tuvieses a mano – dijo esbozando una leve sonrisa -o me dirías alguna frase ingeniosa con la que yo quedaría descolocado o sin entender la referencia. En fin, Tony, por favor, tienes que despertar porque si no, no sé qué haré con todo este sentimiento…

Steve puso su mano en la mejilla de Tony, se sentía tan tibia, tan real. Un par de lágrimas rodaron por las mejillas del rubio y el genio sintió las propias escapar de sus ojos. No podía despertar, por más que lo quería en ese momento. Y ya no estaban en la cafetería, si no que en una habitación de hospital. Tony estaba de pie junto a una camilla, del otro lado Steve, sentado en una silla acariciando el rostro de un hombre… acariciando su propio rostro.

Tony examinó la escena, observó con detención su propio cuerpo, lleno de tubos y vendas, con evidentes hematomas. Parecía que simplemente dormía, pero su alma estaba atada a ese lugar, a aquel soldado, pero siempre tan lejos. El moreno rodeo la cama y acarició la espalda de Steve. Era su forma de decirle que él estaba allí, era su forma de demostrar  que él también lo amaba y que jamás lo dejaría.

Notas finales:

Gracias por leer. 

Aún no decido si continuará o se dará por terminado solo con este capítulo. Veremos que pasa.

Nos estamos leyendo =)


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