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Correspondencia (Maze Runner - Minewt) por Kuromitsu

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos de nuevo! Muchísimas gracias a todos los que leen esta historia, y al par de personitas que con sus reviews han motivado aún más a esta pequeña escritora en proceso <3

Disculpen la longitud de este capítulo, necesitaba cortarlo allí. Ya verán el porqué ;)

¡Enjoy!

Una sonrisa incrédula se dibujó en su rostro, temblorosa, al releer ese par de palabras.

"Para Minho"

Así que aún no había tocado el fondo de ese horrible precipicio de dolor punzante. No, había más. La probablemente última carta escrita por Alby, escrita después de despertarse de esa agonía… había sido dirigida para Minho.

Sus últimas palabras vocalizadas antes de morir habían sido para Thomas, y ahora, ahora…

—¡¡Bloody hell!!

El antes impoluto sobre había terminado en el suelo, no sin antes ser arrugado furiosamente por las manos de Newt. Ni siquiera le había dedicado sus últimas palabras. Nada. Alby había entrado tan limpiamente en su vida tendiéndole la mano desde la seguridad del Claro (sin miedo en sus ojos, recibiéndolo con una superioridad que podía venir solamente desde la experiencia misma de haber hecho ese tipo de bienvenida una y otra vez), de la misma forma en que se había despedido de él, abandonando su vida como si jamás hubiese existido.

Si eso quería que creyese, pues bien, había hecho un excelente trabajo. Lo único que impedía que Newt pensara irrevocablemente que Alby nunca había vivido, eran sus recuerdos que le quemaban intensamente por dentro. Las quemaduras graves causadas por su voz repitiéndose una y otra vez en su mente.

“Yo… estaba confundido.”

Se repetía. Incesantemente.

—Shuck —rio en voz baja, levantando apenas una de las comisuras de sus labios— Me estoy volviendo loco.

Refregó con sus manos toda la superficie de su rostro, desesperado. ¿Por qué era lo único que podía recordar de él de forma vívida? El resto de las cosas se estaban difuminando con suma rapidez, como si fuesen meses desde su partida y no horas.

Sí, se estaba volviendo loco.

Nada había podido quebrarle por dentro. Nada, ni el día en que finalmente había podido entender a cabalidad lo que realmente significaba estar encerrado en el Claro, ni el día en que había intentado suicidarse (porque ahí había realizado una acción plenamente consciente: el apagar el ruido de la existencia por voluntad propia antes que alguno de los laceradores lo hiciera por él); absolutamente nada había conseguido el doblegar su espíritu de resolución de problemas. Pero esta vez…

Era demasiado. Era como pedirle a un contenedor lleno hasta su capacidad máxima que abarcase más contenido sin desparramarse, sin caer el suelo. Sencillamente imposible.

Sencillamente ilógico.

 Sus uñas se enterraron fuertemente en el borde de la cama, intentando con todas las fuerzas humanas y sobrehumanas por haber, el mantenerse cuerdo. Sintió su corazón palpitar con un ritmo impropio de él, frenético, arrítmico. El miedo se extendió como leguas sobre su ahora débil cuerpo.

Y la voz de Alby siguió susurrando en el interior de sus oídos.

—¡Newt!

Se sobresaltó. Siendo arrastrado inexorablemente hacia la locura subyacente de sus pensamientos, una voz distinta había hecho cortocircuito de forma oportuna. Al menos provisoriamente…

—Gally tomó el control del Claro y encerró a Thomas en el pozo. Shuckface, debes hacer algo.

Lo que faltaba.

Había sentenciado a Thomas a pasar una noche en el pozo sin comida simplemente porque la estúpida lengua afilada de Gally había cortado en las fibras acertadas de su corazón. “Es lo que Alby haría” había dicho, haciéndole caer en su trampa.

Y ahora estaba al mando de un grupo de adolescentes igual o más asustados que él. No…

Todo eso era demasiado. La llegada de Thomas y la de Teresa, la sublevación de Gally, el saber que nada más iba a subir por la caja, el saber que los estaban empujando como meras ratas de laboratorio a buscar una salida antes de la muerte inminente…

¿Y qué tal si la supuesta salida lo empujaba inevitablemente hacia la muerte, que la salvación no era más que un holocausto encubierto?

—No quiero morir… —susurró, con la garganta seca.

El nudo le impidió seguir hablando y se mordió la lengua con fuerza para no soltar otra innecesaria lágrima.

Sí, tiempo atrás había deseado la muerte. No una, sino innumerables veces. Pero ahora no quería más que luchar y seguir con vida, sin perder la compostura, siendo un modelo para el grupo de personas que debía dirigir.

Pero primero estaba lo primero, y eso era mantenerse en sus cabales.

Le flaquearon las fuerzas. Era tan agotador, tan, tan agotador…

—Minho, no puedo —gimió, bajando la cabeza, derrotado— Todo esto es una locura, Minho…

—Hay que seguir —respondió, con una falsa seguridad que desató los últimos cables a tierra de Newt.

—Minho… —si su único pilar no estaba seguro de los pasos a realizar, entonces, ¿qué podía hacer?—Mátame Minho. Mátame.

—¡Basta!

Su fuerte voz que, sin embargo tenía un deje de preocupación, se impuso. Sin embargo no era suficiente.

Newt lo había visto algunas veces antes. A otros adolescentes que no podían soportar la verdad y habían terminado por suicidarse dentro del laberinto o colgados de alguno de los árboles pertenecientes al bosque. Sí, lo había visto, y no había sentido demasiada empatía por ellos.

No, había creído firmemente en la cobardía de sus pobres cuerpos, yaciendo sin vida en algún lugar del Claro. Pero ahora podía entenderlo perfectamente. Que la única razón por la que podía verlos de cobardes era porque él mismo ya lo había intentado, había intentado quitarse la vida sin éxito. Para no sentirse culpable de su propia decisión, para borrar una mancha del pasado.

Y sí, con el transcurso del tiempo había olvidado lo que había sentido en ese instante. La forma en que se había sentido para tomar aquella decisión sin dudarlo dos veces.

Era esa horrenda desesperación. Ese sentimiento que se desplazaba como ácido por sus entrañas en ese momento, corroyéndolo todo, empujándole al límite de su propia humanidad.

—Mátame, mátame —levantó el rostro y miró a un punto indeterminado en la pared del frente, con los ojos desorbitados— No puedo seguir con esto, mátame Minho…

Y entonces el asiático reconoció el estado de Newt: estaba en shock.

Sí, era de esperarse. Newt había pasado por demasiadas emociones sin tener siquiera un desbalance mental, sin ni siquiera sollozar. Ni un lamento.

Shuck, aquello no se veía nada bien para nadie. Alby estaba muerto, Thomas estaba encerrado y el loco de Gally había hecho de las muertes su escenario perfecto para tomar las riendas del infierno en que estaba convertido el Claro. Y ahora para rematar Newt estaba pasando por su primera crisis nerviosa; las lágrimas de antes solo habían sido la antesala para ello.

Suspiró. No podía enojarse con Newt por mostrar signos propios de todo humano ante el dolor, al contrario, se sentía un poco más aliviado. Al fin estaba botando todo lo que había acumulado por años.

Pero tampoco podía dejarle actuar así indefinidamente, no. ¿Qué tal si nunca más lo volvía a ver con una sonrisa en el rostro, qué tal si nunca se recuperaba? Necesitaba sacarlo de ese estado, calmarlo un poco, dejar la histeria de lado.

Y sin pensarlo dos veces, sin siquiera pensarlo por única vez y movido por la precipitada acción del momento, lo sacó de su estado de shock de la forma más eficiente posible.

Newt al fin pudo volver a la lucidez y enterarse de lo que estaba sucediendo a su alrededor, con el reloj de su consciencia volviendo a funcionar después de un tiempo de estancamiento. Y de lo primero que se dio cuenta fue del estímulo que le había vuelto a la realidad.

El impetuoso contacto de los labios de Minho sobre los suyos. 

Notas finales:

Y, ¿qué les ha parecido? Espero que no me maten (? por el final abrupto jiji

Recibo todo tipo de comentarios, no seáis tímidos <3 

¡Nos vemos! 


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