Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Paciente Complicado por yaonita

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ^^

Aquí vengo con un capítulo muy cortito pero lleno de amor ^^

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

 

15. Hacer el amor por segunda vez.

(Rody)

Nada más traspasar la puerta de mi casa, me puse en frente de Erick y agachándome para estar a su altura le besé. Me había aguantado durante todo el trayecto en el taxi pero ya no podía más.

Erick estaba tan guapo, que durante toda la noche no dejé de observarle y desearle con todas mis fuerzas.

Erick rodeó mi cuello con sus brazos, correspondiendo al beso y profundizándolo cada vez más. Eso me dejaba más tranquilo, lo había notado algo inseguro minutos antes y no estaba seguro de que Erick quisiera pasar la noche conmigo.

- Llevo toda la noche deseándote – Susurré sobre sus labios – No sabes lo loco que me vuelves Erick.

- Yo también te deseo Rody, llévame a tú cama – Sus palabras me estremecieron por completo, le cogí entre mis brazos y lo llevé hasta mi habitación.

Me gustaba tener a Erick entre mis brazos, un chico en apariencia con un carácter fuerte, que temblaba entre mis brazos y se dejaba llevar. Sabía que no siempre sería así, o al menos eso esperaba, Erick cuando cogiera algo más de confianza, seguro que cogía las riendas y dominaba de vez en cuando, no sé porque, pero intuía que podía llegar a ser una fierecilla en la cama.

Pero hasta entonces, iba a tener que ser muy delicado y cuidadoso con él.

- Mi cama está hecha para ti – Cuando puse a Erick sobre mi cama con mucho cuidado y le miré, supe que era donde tenía que estar.

- Seguro que muchos chicos habrán estado en esta cama – Me acarició la mejilla – Y muchas chicas.

- Pero ninguno como tú – Para qué engañarle, si que había habido muchos chicos en mi cama, y muchas chicas también, pero ahora era él quien ocupaba ese puesto, y estaba contento de que así fuera.

- Seguro que eso se lo dices a todos – Se rió – Pero no me importa, ahora eres mío – Me cogió de la barbilla con suavidad y me acercó a él para besarme.

La sensación era deliciosa, sus labios tan apetecibles y suaves, su húmeda lengua jugueteando con la mía, su sabor mezclándose con el mío, era algo mágico.

Erick comenzó a subirme la camiseta, aprovechando para acariciar mi espalda en el camino, mi piel se erizaba al paso de las yemas de sus dedos, tuvimos que romper el beso para que pudiera quitarme la camiseta del todo.

Una vez sin camiseta, me quedé fijamente mirándole bajo mi cuerpo, tener a esa preciosura a mi disposición era algo increíble. Quise descubrir su pecho, así que dirigí mis manos hasta el borde de su camiseta y comencé a quitársela como había hecho él momentos antes.

Si antes ya me había quedado embobado mirándole, ahora que estaba desnudo de cintura para arriba simplemente no podía apartar la mirada de él. De vez en cuando, acariciaba suavemente su pecho, su vientre, sus pezones, para asegurarme de que realmente estaba ahí.

- ¿Te gusta lo que ves? – Preguntó algo cohibido por mi escrutinio.

- Mucho – Susurré casi sin voz – Eres hermoso Erick.

- No hace falta que digas mentiras para llevarme al catre, ya me tienes en tu cama y dispuesto – Comentó avergonzado, no pudo evitar que viera el delicioso sonrojo que se le formó.

- No son mentiras Erick, eres hermoso y nadie podría decir lo contrario –Me incliné para poder besarle de nuevo.

Poco a poco nos fuimos encendiendo, los besos no cesaban, las caricias eran cada vez más atrevidas, y nuestros cuerpos estaban cada vez más ardientes.

Cuando empecé a sentir mis labios adoloridos, decidí romper el beso con mucho disgusto, pero sabía que venían cosas aún mejores. Comencé a descender por su cuerpo, dejando besos y lametones por su cuello, hasta llegar a sus pezones, zona de la que iba a disfrutar como es debido.

Mientras mordisqueaba uno de sus pezones, pellizcaba el otro, Erick se retorcía de placer bajo mi cuerpo, sentía como su piel se erizaba y eso me encendía todavía más. Mi deleite con sus pezones duró unos minutos, hasta que me di cuenta de que había partes de su cuerpo que también reclamaban mi atención. Sonreí al notar como su polla protestaba apretada en sus pantalones.

Seguí bajando por su cuerpo, pasando mi lengua por su deliciosa piel, sin olvidar saborear su ombligo y hasta llegar al cierre de sus pantalones.

Lentamente, y mirándole con mucha sensualidad, fui desabrochando sus pantalones para después bajarlos, con bóxers incluidos, y liberar su ansiosa polla.

- ¡Dios Rody! –Fue la respuesta de Erick a mi lengua recorriendo su polla.

- Tu polla está deseando mi atención – Susurré, para luego seguir chupando y pasando mi lengua por la palpitante carne.

- ¿Y qué piensas hacer? – Jugueteó conmigo, ahora iba a demostrarle lo que pensaba hacer.

- Esto – Me metí su polla en la boca y comencé a succionar, arrancando quedos gemidos de mi niño.

Yo disfrutaba sintiendo como mi chico se estremecía de placer, como su cuerpo reaccionaba a cada tacto, a cada roce de mi lengua con su polla, a cada succión. De vez en cuando alzaba la mirada, sin dejar de disfrutar de mi caramelo, y le miraba a los ojos con deseo y devoción. Erick me miraba con los ojos entrecerrados por el placer y la boca entreabierta buscando aire.

Esa imagen era la más erótica que jamás pude imaginar.

- Rody… ahhh… no puedo más – Intentó avisarme de su inminente orgasmo.

- Déjate llevar – Susurré sin apenas dejar lo que estaba haciendo.

Y pude notar como explotaba y se corría en mi boca, en mi interior, dejando su semilla en mí ser, su sabor en mi paladar, su preciosa alma desparramándose de su cuerpo para ir a parar al mío.

- Tendrías que haberte alejado, mastodonte tonto – Fueron sus dulces palabras tras recuperar el aliento.

- No quería – Escalé por su cuerpo hasta tener sus labios a mi alcance – Deseaba sentirte, que dejaras tu sabor en mí – Y le besé para que notara el sabor que había dejado en mi boca.

- Pues ahora me toca a mí – Me empujó con algo de fuerza hacia un lado, y con algo de dificultad, y un poquito de mi ayuda, consiguió colocarse sobre mi cuerpo, mirándome con deseo y algo que no pude descifrar. Algo que me sorprendí a mi mismo deseando que sintiera por mí, y que acababa de descubrir que ya sentía por él.

- ¿Qué vas a hacer pequeño demonio? – Pregunté con burla y algo de picardía.

- Ahora verás – Se inclinó para besarme, más bien devorarme, con su lengua y dejando pequeños mordisquitos en mis labios. Luego siguió bajando por todo mi cuerpo dejando la marca de sus dientes en varias partes de mi piel. Después de morderme, besaba el lugar donde me había mordido y me sonreía con cándida, y sin duda fingida, inocencia.

- Si sigues así voy a pensar que tienes hambre – Bromeé para que no notara lo mucho que me estaba excitando con sus actos. Erick ya era bastante arrogante como para subirle el ego.

- Tengo hambre de ti – Y tras decir eso mordió uno de mis pezones provocándome un sobresalto.

- Eres peligroso – Dije entre risas.

- No sabes hasta que punto – Comenzó a desabrocharme el pantalón, cosa que agradecí pues mi polla estaba completamente apretada entre mi ropa interior – Ayúdame – Susurró con algo de pena al ver que no podía moverse. Yo simplemente, sin decir nada o permitirle apenarse, llevé mis manos hacia las suyas y lo ayudé a bajarme los pantalones con ropa interior incluida.

- Lo estás haciendo muy bien, no te me vengas a bajo mi niño – Intenté animarle ya que me di cuenta de que todo su empuje se había ido al garete.

- Ni siquiera soy capaz de hacer lo que deseo – Murmuró sobre mi pecho, sin siquiera mirarme.

- ¿Lo notas? – Llevé una de sus manos a mi polla para que notara lo dura que estaba – Si lo que deseas es ponerme a cien, puedo asegurarte de que lo estás consiguiendo.

Alzó la cabeza para mirarme con emoción, y sin decir palabra alguna se lanzó a devorar de nuevo mis labios.

Tenerle sobre mi cuerpo, ambos completamente desnudos, sintiendo como se rozan nuestras pieles y como nuestras pollas se reclaman, era una de las mejores sensaciones que había sentido en mi vida. Nunca había sentido algo parecido con nadie, ni con Johnny, ni con Vanesa, ni con ninguna otra pareja que hubiera tenido, había sentido algo tan intenso.

Ese pensamiento me sorprendió, más teniendo en cuenta lo destrozado que quedé tras la ruptura con Johnny o lo mucho que me costó olvidar a Vanesa.

¿Tan fuerte era lo que sentía por Erick con el poco tiempo que hacía que le conocía?

- Erick…. Erick… ahhhh… no puedo más – Necesitaba más, necesitaba sentirme en su interior. Alargué mi mano, le acaricié la mejilla, y luego pedí de manera muda que lamiera mis dedos, cosa que no dudo en hacer.

Le tenía sobre mi cuerpo, con una mano lo sujetaba por su trasero para que no dejara ese lugar que tanto me gustaba, con la otra, y después de ser cuidadosamente humedecidos mis dedos, comencé a juguetear con su agujero.

Ante todo quería que el disfrutara, no quería hacerle daño por culpa de mi ansiedad y necesidad.

- Erick ¿Estás listo? – No iba a poder aguantar mucho más – Te necesito.

- Hazlo Rody – Su voz sonó necesitada, él lo deseaba tanto como yo.

Le alcé un poquito y me posicioné correctamente, luego, con mucho cuidado, fui sentándolo sobre mi polla, introduciéndome en él poco a poco. No me costó mucho trabajo mantenerlo y dejarlo caer poco a poco, mi niño pesaba poco, era liviano y delicioso.

- Ahhh… Rody… ahhh – Ya estaba completamente en su interior y me quedé quieto para que se acostumbrara, él se aferraba a mí con fuerza, besando mi pecho de vez en cuando y arañando mis costados.

- Erick… mi niño – A duras penas podía controlarme para no comenzar a moverme antes de tiempo, ante todo quería que estuviera completamente preparado.

Pero mi sorpresa fue mayúscula cuando noté como Erick comenzó a moverse, con mucho esfuerzo eso sí, pero demostrándome que deseaba que me moviera en su interior. Dejé que durante un rato él se encargara de todo, sabía que era algo que seguramente le gustaría, pero cuando noté que sus fuerzas comenzaban a fallar, y sus movimientos eran cada vez más erráticos, comencé a ayudarle.

Le sujetaba de las caderas para ayudarle a subir y bajar sobre mi polla, la sensación era abrumadora. Sentirme en su interior, siendo engullido por su cuerpo, sentir el sudor de nuestros cuerpos entremezclándose, sentir su respiración en mi cuello. Me sentía en el mismísimo cielo y no quería que esta sensación acabara nunca.

- Rody… si… ahhh – Sus gemidos me volvían loco, le besé por no dejar escapar su valioso aliento.

Comencé a moverme yo también para hacer aún más profundas las embestidas, tenerle sobre mi cuerpo era una ventaja, no tenía que controlarme para no aplastarle. La primera vez que hicimos el amor, cuando noté su frágil cuerpo bajo el mío que era enorme, tuve realmente miedo de hacerle daño, y me preocupé mucho de no aplastarle con mi fuerza abrumadora, ahora simplemente podía dejarme llevar. Dejar escapar toda la pasión que sentía, y que tenía encerrada pidiendo ser desparramada.

- Erick… mi niño… si – No iba a durar mucho más, una sensación de sobras conocida, aunque en una magnitud hasta ahora nunca sentida, comenzó a recorrer todo mi cuerpo. La polla de Erick había vuelto a endurecerse, podía notarla clavándose en mi vientre. Llevé una de mis manos hasta su polla, con mucho cuidado de no dejar caer a mi niño, y comencé a masturbarla para darle más placer.

- Rody… si… ahhhh… córrete en mi interior, quiero tu leche – Mi dulce niño podía llegar a ser muy obsceno, pero eso me gustaba. Era mi pequeño demonio.

- Erick… Erick… ahhhh –Las últimas estocadas estaban siendo rápidas y profundas, me había dejado llevar por completo.

- Rody… ahhhh – Y conseguí que mi niño se corriera de nuevo, apretándome con fuerza en su interior, temblando por el orgasmo conseguido, derramando su semilla en mi vientre. Erick temblaba intentando recuperar el sentido, pero yo aún no me había corrido, volví a cogerle de las caderas con fuerza con mis dos manos, y de nuevo embestí con fuerza hasta correrme en su interior, liberando todo el placer que había sentido.

Después de ambos conseguir nuestros respectivos orgasmos, nuestros cuerpos quedaron completamente laxos. Erick se dejó caer sobre mi cuerpo, escondiendo su rostro en mi pecho, yo le abracé acariciando su bonita y sudada espalda. Mi habitación, antes un tumulto de gemidos, roces, besos y caricias, ahora era un nido de paz.

Podía notar la tranquila respiración de Erick sobre mi pecho, yo no quería moverme, quería quedarme así para siempre.

Pero por desgracia teníamos que romper el momento, Erick no podía quedarse a dormir en mi casa, debía volver a la suya aunque yo no quería.

Unos minutos más, unos momentos más para disfrutar de la paz y tranquilidad conseguida después de la conexión entre nuestros cuerpos.

Entonces algo llegó a mi mente y me puse a reír.

- ¿Se puede saber de qué te ríes? – Erick había levantado su cabeza de mi pecho para preguntarme con completa sorpresa.

- Nada, es que acabo de darme cuenta de que el sexo también es una buena terapia para conseguir que fortalezcas tus piernas – Seguí riendo escandalosamente – Si lo hubiera sabido antes, me habría ahorrado muchas discusiones tontas contigo.

- Siempre piensas en lo mismo – Protestó con una graciosa mueca – Mastodonte estúpido, olvídate de tu trabajo cuando estés conmigo.

- No es mi trabajo lo que me preocupa eres tú – Le miré fijamente – Quiero que te recuperes pronto Erick, no por mí, a mí me da igual que vayas en silla de ruedas, por ti, porque sé que es lo que necesitas para salir adelante y volver a ser feliz.

- A veces puedes llegar a ser demasiado empalagoso – Se sonrojó. Lo abracé de nuevo contra mi pecho, para mí era importante que Erick volviera a ser feliz, era lo único por lo que luchaba.

- Soy así, no puedo evitarlo – Comencé a reír.

- Me gustaría seguir escuchando eternamente tus empalagosas palabras y tus risas tontas, pero debo volver a casa – Me miró disculpándose.

Por desgracia tenía razón, Erick tenía que volver a su casa, le ayudé a darse una ducha, yo también me duché, y cuando ambos estábamos ya listos, salimos de casa.

Una vez en el coche reanudamos la conversación.

- Si les dijeras a tus padres que estas saliendo conmigo quizás no tendrías que irte de mi cama tan pronto – Protesté. No me gustaba presionar a Erick, pero me hubiera gustado tanto poder pasar la noche con él y despertar a su lado a la mañana siguiente.

- Aún es pronto Rody, no creo que sea oportuno – Se disculpó.

- Lo sé y lo entiendo, pero me cuesta tanto separarme ahora de ti – Puse morritos.

- Eres como un perro enorme y grandullón poniéndole caritas a su amo – Se rió Erick.

- Sabes, creo que me has dicho más palabras ofensivas que cariñosas desde que nos conocemos, pero aún así sé que te gusto – Sonreí con superioridad.

- No seas tan creído, simplemente me estoy divirtiendo contigo – Me sacó la lengua.

- Pues en la cama no parabas de gemir y pedirme más, “ ahhh… si… Rody… ahhh” – Me burlé imitándolo.

- Yo no hice eso mastodonte estúpido, yo no gimo así – Me golpeó el hombro.

- Puedo asegurarte que sí que lo haces – Pinché – Creo que te escucharon hasta los vecinos, menos mal que Laura no estaba en casa.

- ¡Dios, eres insoportable! – Resopló.

- Ya llegamos – Obvié sus palabras.

Bajé del coche y tras sacar su silla de ruedas ayudé a Erick a salir también, una vez acomodado lo acompañé hasta la puerta como todo buen caballero.

- No hacía falta que me acompañaras hasta la puerta – Protestó.

- Debo asegurarme de que mi dama llegué a su destino sin ningún percance – Bromeé.

- Sigue así y te quedaras sin dama – Amenazó con una sonrisa maléfica.

- Me dejarás darte el beso de despedida – Me agaché para estar a su altura y mirarle fijamente directo a los ojos.

- No lo sé… – Intentó negarse para seguir con la broma, pero no dejé que acabara, uní mis labios con los suyos, saboreando y disfrutando de la suavidad, humedad y calor que sentía.

- Buenas noches mi niño – Susurré sobre sus labios al romper el beso – Nos vemos mañana – Y me fui dándole la espalda.

- Rody – Llamó mi atención. Yo me giré para ver que quería – Se lo diré a mis padres mañana.

Y solo pude sonreír, volver hacia él para volver a besarle, y ahora sí, irme con una sonrisa en la cara.

Que Erick hubiera decidido hablarles a sus padres de nosotros era un gran paso en nuestra relación, de alguna manera la afianzaba. Y eso me hacía sentir maravillosamente bien.

Ahora sí, veía un futuro con Erick, y ese futuro era maravilloso.

***
Notas finales:

Ayyyss segunda vez que nuestros chicos hacen el amor, que bonito ^^

Y ahora Erick ha decidido contárselo a sus padres ¿Qué pasará?

Como siempre, porque sin duda lo merecen, agradecer sus estupendos reviews a Yuko, Cry Baby, Psychoneko, Monik, Grace, Celeste, PelucheTaiwan y Kiasuke ^^

Como me gusta crear debate, Kiasuke me ha dado una idea  ¿Me gustaría que me dijerais que diferencias encontráis entre Pansexualidad y Bisexualidad? Por crecer y enriquecer conocimientos me gustaría saber vuestras opiniones ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).