Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Paciente Complicado por yaonita

[Reviews - 175]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ^^

Siento mucho no haber podido actualizar a tiempo, estoy muy liada y si actualizo hoy es porque ya tenía el capítulo escrito que sino ni eso :(

Como ya avisé en las notas del capítulo anterior, va a pasar algo que a mi diablillo interior le encanta que pase en mis historias aunque no es del gusto de todos ^^

Espero que me lo perdonéis XD

Un beso

Yaonita

24. Suyo.

(Rody)

No sé durante cuantos minutos estuve meciendo a Erick entre mis brazos, dejándole llorar con todas sus fuerzas, dejando que sacara todo lo que había estado guardando durante demasiado tiempo, controlándome para que no notara que yo también estaba llorando. Lloró y lloró hasta que cayó rendido en mis brazos.

Con mucho cuidado, intenté moverme para salir de la bañera junto a Erick, el agua estaba fría y si seguíamos ahí acabaríamos cogiendo un resfriado. Erick se removió un poco y me rodeó el cuello con sus brazos balbuceando palabras que no pude entender, pero por suerte no llegó a despertarse.

Lo llevé hasta la habitación y lo dejé en la cama, lo trataba como lo que era, mi hermoso y pequeño niño. Con cuidado de no despertarle, cogí una toalla y empecé a secarle todo el cuerpo, también el pelo, luego, una vez totalmente seco, le metí entre las sabanas para que pudiera dormir.

Le dejé durmiendo profundamente, me sequé yo también, me puse unos bóxers y me dispuse a lavar los platos que habíamos usado hacía un rato. Aún era temprano, serian las ocho de la mañana más o menos, hoy era laborable y tenía que ir a trabajar, pero no quería dejar solo a Erick, así que no iba a poder ir, ya buscaría alguna escusa.

Una vez en la cocina, lavé todos los trastos, recogí un poco el desorden que había hecho al preparar la comida y una vez todo listo cogí el teléfono para llamar al hospital. Iba a cogerme el día libre.

Después de hablar con mi jefe, que no se mostró muy contento con mis explicaciones, llamé a Jessica para pedirle que por favor entre ella y Hugo se hicieran cargo de mis pacientes. Jessica se preocupó, sabía que si hacía algo así era porque había pasado algo. Yo la tranquilicé diciéndole que todo estaba bien, que había arreglado las cosas con Erick, pero que necesitábamos un tiempo a solas.

Cuando colgué la llamada no estaba muy seguro de haberla convencido, pero iba a tener que confiar en mí.

- ¿Qué es eso de que hoy no vas a trabajar? – Pegué un respingo al escuchar a Laura, que me hablaba aún medio adormilada.

- Tengo que quedarme con Erick – Aseguré – Esta en mi habitación, se ha quedado dormido.

- Buenos días – Se acercó y me dio un piquito.

- Buenos días cariño – Le di yo también los buenos días.

- ¿Qué pasó anoche? – Se interesó Laura.

- Estuvimos hablando, le conté lo mío y él me contó su pasado – Suspiré – Dios mío Laura, Erick es más frágil de lo que pensé, ha sufrido muchísimo.

- Pobrecito – Se apenó – Al menos lo arreglasteis ¿No?

- Sí, pero está destrozado – Le informé – Sacó todo lo malo que se había estado guardando durante mucho tiempo y lloró desesperadamente, cayó completamente rendido.

- Seguro que tú también tuviste parte de culpa en su cansancio – Bromeó.

- No te lo voy a negar – Me sonrojé.

- Ahora debes estar a su lado Rody, es un chico estupendo solo necesita alguien que le quiera – Me sonrió.

- Y ese voy a ser yo – Aseguré con una sonrisa – Le amo Laura, y ahora más que nunca, tengo claro que quiero pasar el resto de mi vida con él. No me importa su mal carácter, no me importan sus berrinches ni que a veces actúe como un crio, lo que me importa es su gran corazón.

- Me alegro tanto por ti – Se acercó a mí y me abrazó con fuera.

- Ahora debo volver con él, no quiero que se despierte y no me encuentre a su lado – Comenté al tiempo que nos separábamos.

- Si, y yo debería arreglarme e irme a trabajar – Comentó con desgana.

Después de despedirme de Laura volví a la habitación y entré silenciosamente, Erick seguía dormido, con mucho cuidado me acerqué a la cama y me tumbé a su lado, quería abrazarle y que lo primero que viera al despertar fuera a mí.

No tenía sueño, no estaba cansado, así que iba a esperar bien despierto a que Erick abriera los ojos de nuevo, sus preciosos ojos verdes que tanto conseguían cautivarme cuando me miraba.

Pasaron un par de horas, quizás más, cuando Erick empezó a removerse entre mis brazos, abrió los ojos y yo le sonreí, el mejor regalo que pudo hacerme fue sonreírme de vuelta.

- ¿Cómo estás? – Le pregunté susurrando.

- Bien – Contestó con la voz aún medio dormida – ¿Qué hora es?

- No te preocupes por eso – Lo importante era que se encontrara bien.

- Pero tienes que ir a trabajar y yo tengo que ir a rehabilitación – Se alteró un poquito e intentó levantarse de golpe, pero yo le abracé con fuerza.

- He avisado de que no iría a trabajar y tú te quedaras aquí conmigo hoy, ya he avisado a tu familia – Le informé – Así que no te preocupes por nada.

- Siento las molestias que te estoy causando – Dijo apenado.

- No seas bobo, eres mi novio, para eso están los novios ¿No? – Bromeé – ¿Estás mejor?

- Sí, creo que me saqué un peso de encima, necesitaba contártelo – Me sonrió – Sabes… de alguna manera creo que me siento culpable por todo lo que pasó y que por eso siempre he pensado que me merecía un castigo, y ese castigo era ir en silla de ruedas. Por eso, de alguna manera, me he estado bloqueando a mí mismo, porque inconscientemente no quería recuperarme.

- Pero tú no eres culpable Erick, debes seguir con tu vida – Insistí –Además, deberías hacerlo por Max, aunque me cueste admitirlo él te amaba y estoy seguro de que no le gustaría verte así, sufriendo de esta manera.

- Supongo que tienes razón – Comentó Apenado – Yo también le amaba, pero éramos demasiado jóvenes, no supimos llevarlo y nos hicimos mucho daño mutuamente.

- Pues entonces, por él, deberías seguir adelante, intentar recuperarte y seguir con tu vida – Le sonreí – A él le gustaría ver que eres feliz.

- Sabes, cuando todo pasó mucha gente me echó la culpa – Se tensó entre mis brazos – Los padres de Max lloraron y gritaron que todo había sido culpa mía durante el entierro, al que por desgracia no pude ir. Muchos de mis amigos, en realidad todos menos Maite y Germán, me dieron la espalda, me culpaban por haber dejado a Max conducir bebido, y por haber discutido con él. Me quedé solo Rody, y por eso me aislé del mundo.

- Mi niño, no tenías que haberte aislado, tenías que haber defendido tu inocencia – Erick no tenía ninguna culpa de lo que había pasado, fue una broma del cruel destino y él, mi niño, también podría haber muerto en el accidente.

- Pero era tan duro Rody, la gente me miraba mal, todo el mundo cuchicheaba, no pude soportarlo – Se separó de mí y me miró fijamente –Ahora que sabes la verdad ¿Tú me ves igual o me ves diferente?

- Te veo diferente – Erick se tensó de nuevo por mis palabras – Ahora te veo más humano Erick, mejor persona, yo no te culpó de nada solo lamento que hayas tenido que pasar por algo así, tan duro.

- Gracias – Me besó emocionado – Tenía miedo de perderte si te contaba la verdad.

- Nunca vas a perderme mi niño – Le abracé de nuevo – Te amo con locura y siempre estaré a tu lado pase lo que pase.

- Te amo – Susurró a mi oído, luego se separó de mí y me miró fijamente – Sabes, he estado pensando todo este tiempo y creo que ya sé lo que voy a estudiar.

- Así me gusta, que tomes decisiones y sigas para adelante – Le sonreí – ¿Y qué es lo que quieres estudiar?

- Ayer me contaste que te hiciste terapeuta porque querías ayudar a la gente que estaba pasando por lo mismo que tú pasaste hace tiempo – Asentí sin palabras – Pues creo que yo también quiero hacer lo mismo.

- ¿Quieres ser fisioterapeuta? – Pregunté extrañado.

- No, tonto – Se rió – Pienso que habrá muchas personas que estén sufriendo por algo de su pasado, y que necesiten contarlo para superarlo, y me gustaría ayudar a esas personas siendo psicólogo.

- Psicólogo – Murmuré pensativo – Te pega mucho – Sonreí – Aunque tendrías que aplacar tu mal carácter con tus pacientes – Me reí.

- No te rías de mí, tonto mastodonte estúpido – Me empujó enfadado.

- No me rió – Pero no podía parar de reírme – Es solo que ya te imagino en tu consulta, atendiendo a tus pacientes y teniendo que controlar tus ganas de matar a más de uno – Le cogí de la cintura y lo acerqué a mí – Me parece que serás un gran psicólogo – Dije ya serio para después besarle con cariño – Y sé que puedes conseguir todo lo que te propongas.

- Sé que será difícil Rody, ya he perdido varios años y me costará volver a recuperar la vida de estudiante, pero lucharé con todas mis fuerzas para conseguirlo – Aseguró – No me rendiré fácilmente.

- ¿Y también lucharas con todas tus fuerzas para recuperarte y poder volver a andar? – No pude evitar llevar la conversación a mi terreno.

- Ta salió el fisioterapeuta – Comenzó a reírse.

- No podía dejar pasar la oportunidad – Me reí yo también.

- Escúchame – Se puso serio – Te prometo que me esforzaré al máximo, que no me quejaré continuamente, que haré todo lo que me pida mi fisioterapeuta incluso aunque sea una proposición indecente – Bromeó – Haré lo que haga falta, para que un día tú y yo podamos caminar juntitos y cogidos de la mano mientras paseamos por la playa – Se acercó para besarme de nuevo, enredando sus dedos en mi pelo, dejando que nuestras lenguas se pusieran a jugar – Como me gusta que te estés dejando crecer el pelo, me encanta agarrarte por él – Susurró sobre mis labios.

- Sabes que lo hago por ti ¿Verdad? – Susurré mirándole a los ojos – Sabes que haría cualquier cosa por ti ¿No?

- Y tú ¿Sabes lo afortunado que soy por eso? – Preguntó – ¿Sabes lo feliz que me siento por tener a un tonto mastodonte como novio?

- ¿Algún día dejaras de llamarme mastodonte? – Me reí.

- Nunca – Se rió conmigo – Es mi mote cariñoso para ti.

- Y no podrías haber decidido llamarme osito, cari, amor, incluso hubiera sido mucho mejor que me llamaras mi grandullón – Suspiré resignado – Tenía que ser mastodonte.

- Tendrías que estar contento, mi segunda opción era pedazo de inútil – Bromeó – Creo que mastodonte no está tan mal.

- Serás granuja – Erick no paraba de reírse y descojonarse sobre la cama, yo le agarré y le acerqué a mi cuerpo para que dejara de reír – Pues para mí siempre serás mi niño – Le besé de nuevo pero esta vez el beso se estaba volviendo más intenso.

Empezamos a acariciarnos todo el cuerpo al tiempo que nos besábamos, me encantaba acariciar su piel, recorrer cada rincón de su cuerpo con mis manos. Erick seguía desnudo, era sorprendente la confianza que teníamos el uno con el otro como para que no se sintiera incomodo hablando conmigo como su madre lo trajo al mundo, yo estaba en bóxers.

- Rody, si seguimos así no vamos a salir de la cama en todo el día – Susurro Erick al romper el beso.

- ¿Tienes algo que hacer? – Pregunté con picardía – Porque yo no.

- Eres un pervertido – Se rió – Pero la verdad es que no tengo nada mejor que hacer que retozar contigo en la cama todo el día.

- Pues entonces, no se diga más – Una idea se pasó por mi cabeza mientras pasaba mi lengua por su cuello, bajando luego a sus pezones y acabando en su ombligo, justo antes de meterme su polla en la boca y empezar a juguetear con ella, morder, lamer, engullir, todo aquello que pudiera darle placer a mi chico.

- Ahhhh… Rody – Se removió Erick bajo mi cuerpo – Sigue así.

- Aún no te corras mi niño – Subí de nuevo saboreando todo su cuerpo hasta acabar con un beso en sus labios – Quiero que esta vez seas tú – Le dije lo que se me había pasado por la cabeza sin pensármelo dos veces.

- ¡¿Qué?! – Preguntó sorprendido.

- ¿Alguna vez has sido activo? – Quise saber.

- Nunca – Aseguró – ¿Tú también eres pasivo?

- Nunca he sido pasivo, pero quiero serlo contigo, quiero pertenecerte por completo – Aseguré – ¿Me concederías ese capricho?

- Pero Rody yo… yo no sé si lo haría bien, no quiero hacerte daño – Balbuceó – Si encima es tu primera vez yo, soy muy torpe, no sé si podré controlarme, acabaré haciéndote daño.

- Mi niño, tú nunca me harías daño – Le sonreí para tranquilizarle a él y a mí mismo, que aunque le dijera lo contrario tampoco lo tenía muy claro.

- ¿Estás seguro? – Preguntó indeciso.

- Si – Intenté que no se notaran mis dudas.

- Pero… ¿Cómo lo haremos? – Preguntó avergonzado – Aún no tengo la suficiente fuerza como para… y no tengo mucha experiencia.

- Tranquilo mi niño, déjamelo a mí – Le besé.

Empecé a bajar de nuevo por todo su cuerpecito, saboreando cada poro de su piel, disfrutando de las reacciones de su cuerpo a mis caricias. Después de jugar un rato con sus botoncitos, seguí bajando por su vientre hasta llegar a su polla. Me encantaba su polla, no era pequeña, de hecho para su cuerpecito podría decirse que era bastante grande, pero lo que más me gustaba era que apenas tenía bello. Mi niño era muy poco peludo y eso me encantaba.

- Rody, date la vuelta – Estaba tan concentrado con lo que le estaba haciendo a la polla de Erick que pegué un brinco por el susto al oírle.

- ¡¿Qué?! – Pregunté no entendiendo muy bien lo que me pedía.

- No me hagas repetirlo tonto mastodonte – Se sonrojó – Si vas a ser el pasivo, tengo que prepararte – Dijo algo titubeante – Date la vuelta y déjame hacer mientras tú sigues con eso, que estabas haciendo, y me estaba volviendo loco.

- Vale – Me di la vuelta dejándole a Erick una vista directa a mi trasero, era algo a lo que no estaba muy acostumbrado así que estaba algo avergonzado.

Volví a concentrarme en la polla de Erick, preparándome mentalmente para cuando Erick empezara a meter sus dedos en mi ano, era algo para lo que no me había preparado mentalmente, malditos mis impulsos románticos.

- Ahhhh, Erick ¿Qué haces? – Y para lo que sí que nunca me hubiera preparado era para sentir la lengua de Erick meterse en mi ano, sintiendo su humedad lubricando toda la zona.

- ¿Te gusta? – Preguntó algo inseguro para luego seguir con lo que estaba haciendo.

- Mucho… ahhh – La lengua de Erick entrando y saliendo de mi agujero me estaba volviendo loco, esa cálida humedad, sus labios sobre mi piel, su lengua moviéndose en mi interior, jamás pensé que podría llegar a gustarme tanto.

- Rody… ahhh, si sigues así me voy a correr antes de tiempo – Gimió Erick. Lo tenía completamente erecto, su polla temblando de deseo en mi boca, pero no quería que se corriera antes de hacer lo que tenía que hacer.

Yo ya me sentía preparado, ya que junto a la lengua, Erick había ido introduciendo sus dedos para prepararme, la sensación había sido extraña, pero salvo un poco de dolor al principio, el resto podría decirse que había sido agradable.

Dejé su polla antes de que explotara, me di la vuelta de nuevo y quedé sobre Erick, cara a cara, mis ojos brillaban de la emoción y las ganas, los suyos brillaban de deseo y anticipación, había llegado el momento.

Tras besarle una vez más, dejando que nuestras lenguas jugaran un rato, me posicioné sobre Erick, él dirigió su polla a mi agujero, me preguntó con la mirada si estaba preparado y yo asentí sin palabras. Poco a poco fui bajando por su polla, al principio muy lentamente, el dolor era intenso y mis piernas temblaban, hasta que no estuvo completamente en mi interior no pude respirar tranquilo.

Erick me acariciaba la espalda, me susurraba palabras bonitas, me miraba con devoción, yo intentaba acostumbrarme antes de empezar a moverme.

Cuando pensé que el dolor ya había pasado, empecé a moverme poco a poco, Erick acompañaba mis movimientos con sus manos en mis caderas, lo que estaba sintiendo era algo indescriptible.

Los gemidos y jadeos de ambos se escuchaban en la habitación, los cuerpos empezaban a sudar, las sensaciones eran cada vez más placenteras, hasta que una corriente de placer recorrió mi cuerpo al tocar Erick un punto especial.

Así que eso era lo que sentía Erick cuando tocaba su próstata, ahora entendía porque se volvía loco cuando eso pasaba.

Empecé a moverme más frenéticamente una vez encontrado el punto de máximo placer, y mi cuerpo estaba a punto de explotar, no era casi consciente de lo que pasaba, solo podía ver a mi niño jadeando de placer, sus manos acariciándome de forma desesperada, mi polla ya erecta, y sus ojos mirándome con devoción.

No tardé en correrme, demasiadas sensaciones nuevas, demasiado placer, y al correrme me llevé conmigo a mi niño, por primera vez pude sentir su esencia en mi interior. Ahora era completamente suyo.

Me dejé caer completamente agotado sobre su pecho, podía sentir su agitada respiración compitiendo con la mía, ambos intentábamos recuperar el aliento.

- Te amo – Susurré casi sin fuerzas. Le besé intensamente, no pude evitarlo al ver su cara de placer, al romper el beso nos quedamos ambos mirándonos fijamente, con nuestros ojos brillando por la emoción.

- Gracias, por hacer que me sienta especial – Me sonrió.

- Gracias a ti por darme la oportunidad de quererte – Volví a besarle.

- ¿Te ha gustado? – Preguntó algo preocupado.

- Mucho – No dudé en contestar – A partir de ahora vamos a tener que turnarnos más a menudo.

- Es un poco raro ¿No crees? – Empezó a reírse – Tú, tan grandote, siendo penetrado por un renacuajo como yo.

- Serás renacuajo pero tu polla es una campeona – Me reí yo también – Siempre he pensado que en el amor no hay etiquetas, porque tú seas más bajito y debilucho que yo eso no quiere decir que siempre tengas que ser el pasivo. Ambos debemos amarnos de todas las formas, posiciones y maneras posibles.

- Pero tú nunca habías sido pasivo – Murmuró.

- Porque, por desgracia, todas las parejas hombre que había tenido anteriormente daban por hecho que yo tenía que ser el activo, y nunca me dieron la opción de cambiar – Comenté – Imagino que a ti te pasó lo mismo.

- Sí, siempre dan por hecho que soy pasivo – Rechistó molesto.

- No te he preguntado a ti si te ha gustado – Recordé.

- A mí también me ha gustado mucho, y también me gustaría repetir, y si para entonces ya puedo moverme con más libertad, te pondré mirando a la meca – Bromeó.

- Dios mío, he despertado a un monstruo – Me reí.

- Soy tu pequeño monstruo – Se rió conmigo.

- Ahora solo falta que te tomes enserio la rehabilitación, y que pronto puedas hacer lo que deseas – Me puse serio.

- Te prometo que a partir de ahora me lo tomaré enserio – Me besó con amor – No volveré a defraudarte.

- Nunca me has defraudado solo me has desesperado – Le aclaré – Pero ahora sé tus motivos, y ahora sé que no volverá a pasar.

- Te amo – Susurró antes de besarme.

- Yo también te amo – Dije al romper el beso – Y será mejor que nos levantemos y nos demos una ducha o no saldremos nunca de la cama.

- Eso no estaría tan mal – Empezó a reírse de nuevo.

- Vamos granujilla que tienes un peligro – Sonreí.

Me levanté de la cama sintiendo algo de dolor, pero no quise que Erick lo notara, cogí a Erick en brazos y fuimos al baño para darnos una ducha antes de empezar con nuestro día.

Ahora que conocía el pasado de Erick aún tenía más ganas de cuidarle, de pasar el resto de mi vida con él.

Ahora le amaba aún más si eso era posible, era suyo y él era mío.

***
Notas finales:

No podía faltar en una de mis historias un intercambio de roles XD

Como bien dicen los personajes, puede parecer raro imaginarse a Rody de pasivo y a Erick de activo, pero siempre he pensado que si dos personas se aman, no hay etiquetas, quieren darse amor y placer de todas las formas posibles, aunque tengan que cambiar los roles que puede llegar a establecer la gente ^^

Espero, que aunque no seáis muy fans de los cambios de roles, os haya gustado ^^

Esta vez agradezco sus reviews a PelucheTaiwan, Ann17, Cry Baby, Angye, Psychoneko, ItouMiyu y Sophiemx ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).